Sunday, August 21, 2022

DAB Español, Lunes 22 de Agosto

Día 234, DAB Español, Lunes 22 de Agosto


Job 4:1-7:21; 1 Corintios 14:18-40; Salmos 37:29-40; Proverbios 21:27 (Traducción en lenguaje actual (TLA))









Job 4-7

Traducción en lenguaje actual

Primera respuesta de Elifaz

4 Elifaz le dijo a Job:

2 «Puede ser que no te guste

lo que tengo que decirte,

pero no puedo quedarme callado.

3 Si bien recuerdo,

tú fuiste maestro de muchos

y animabas a los desanimados;

4 palabras no te faltaban

para alentar a los tristes

y apoyar a los débiles.

5 Pero ahora que sufres,

no lo soportas

y te das por vencido.

6 Según tú, no haces nada malo,

¿por qué entonces desconfías de Dios?

7 »¡No me vayas a decir

que quien hace lo bueno

sufre y acaba mal!

8 He podido comprobar

que quien mal anda mal acaba.

9 »Cuando Dios se enoja,

con un soplo destruye al malvado,

10-11 y aunque ruja o gruña como león,

Dios le romperá los dientes.

Como no podrá comer,

se morirá de hambre,

y sus hijos tendrán que huir.

12 »Alguien me confió un secreto,

que apenas pude escuchar.

13 Mientras todo el mundo dormía,

tuve un sueño, y perdí la calma.

14 ¡Fue tanto el miedo que sentí,

que todo el cuerpo me temblaba!

15 Sentí en la cara un viento helado,

y se me erizaron los pelos.

16 ¡Sabía que alguien estaba allí,

pero no podía verlo!

Todo alrededor era silencio.

De pronto oí que alguien decía:

17 “Nadie es mejor que su creador.

¡Ante él, no hay inocentes!

18 Dios ni en sus ángeles confía,

pues hasta ellos le fallan;

19 ¡mucho menos va a confiar

en nosotros los humanos!

Estamos hechos de barro,

y somos frágiles como polillas.

20-21 ”En esta vida estamos de paso;

un día nacemos

y otro día morimos.

¡Desaparecemos para siempre,

sin que a nadie le importe!

¡Morimos sin llegar a ser sabios!”

5 »¡Grita, Job!

¡Grita todo lo que quieras,

a ver si algún ángel te responde!

2 Sólo los tontos y necios

se mueren de celos y envidia.

3 Algunos llegan a prosperar,

pero su casa está maldita.

4 A sus hijos,

nadie los ayuda ni los defiende;

¡en los tribunales del pueblo

nadie les hace justicia!

5 Sus riquezas y sus cosechas

terminan en la mesa de los hambrientos.

6 »¡Siempre hay una razón

para el mal y la desgracia!

7 Así como el fuego es la causa

de que salten chispas,

nosotros somos responsables

de nuestra propia desgracia.

8 »Si yo estuviera en tu lugar,

pondría mi caso en manos de Dios.

9 Sus milagros y maravillas

no los podemos entender.

10 Dios hace que la lluvia

caiga sobre los campos;

11 Dios da poder a los humildes

y ayuda a los afligidos;

12-13 Dios hace que los astutos

caigan en sus propias trampas;

les desbarata sus planes malvados

y les arruina sus malas acciones.

14 Dios hace que se tropiecen de día

como si anduvieran de noche,

15 pero salva a la gente pobre

del poder de sus enemigos;

16 a los pobres les devuelve la esperanza,

pero a los malvados los deja callados.

17 »Cuando el Dios todopoderoso te corrija,

puedes considerarte bendecido;

no desprecies su corrección.

18 Dios hiere, pero cura la herida;

Dios golpea, pero alivia el dolor.

19 Una y otra vez vendrá a ayudarte,

y aunque estés en graves peligros

no dejará que nada te dañe.

20 En tiempos de hambre,

no dejará que te mueras;

en tiempos de guerra,

no dejará que te maten.

21 Cuando alguien te maldiga,

no tendrás por qué tener miedo;

esa maldición no se cumplirá.

22 Te reirás del hambre

y de las calamidades,

y no tendrás por qué temer

a los animales salvajes:

23 ¡las piedras del campo

y las bestias salvajes

serán tus mejores amigas!

24 En tu casa vivirás tranquilo,

y cuando cuentes tu ganado

no te faltará un solo animal.

25 Tendrás muchos hijos y muchos nietos;

¡nacerán como la hierba del campo!

26 Serás como el trigo

que madura en la espiga:

no morirás antes de tiempo,

sino cuando llegue el momento.

27 Esto es un hecho comprobado.

Si nos prestas atención,

tú mismo podrás comprobarlo».

Primera respuesta de Job

6 Job le respondió a Elifaz de la siguiente manera:

2 «¡Me gustaría que todas mis desgracias

pudieran pesarse en una balanza!

3 ¡Son tantas, que pesarían

más que toda la arena del mar!

¡No debiera sorprenderles

oírme hablar así!

4 El Dios todopoderoso me ha herido,

y eso me llena de miedo;

¡ya siento correr por mi cuerpo

el veneno de sus flechas!

5 »Con pasto en el pesebre,

no hay burro que rebuzne

ni buey que brame.

6 Con sal, toda comida es buena;

¡hasta la clara de huevo es sabrosa!

7 Pero lo que estoy sufriendo,

¡sabe peor que comida sin sal!

8 »¡Cómo quisiera que Dios

me diera lo que le pido:

9 que de una vez me aplaste,

y me deje hecho polvo!

10 »¡Jamás he desobedecido a Dios!

Éste es el consuelo que me queda

en medio de mi dolor.

11-12 »Yo no estoy hecho de piedra,

ni estoy hecho de bronce.

Ya no me quedan fuerzas

para seguir viviendo,

ni espero nada de esta vida.

13 No tengo a nadie que me ayude,

ni puedo valerme por mí mismo.

14 Si en verdad fueran mis amigos,

no me abandonarían,

aunque yo no obedeciera a Dios.

15-16 Pero ustedes, mis amigos,

cambian tanto como los ríos:

unas veces están secos,

y otras veces se desbordan.

Cuando la nieve se derrite,

corren turbios y revueltos,

17 pero en tiempos de calor y sequías

se quedan secos y dejan de correr.

18-21 »Ustedes se han portado conmigo

como lo hacen los comerciantes

de las ciudades de Temá y Sabá.

Salen con sus caravanas,

y al cruzar el desierto,

se apartan del camino

esperando encontrar los ríos.

Al no hallarlos,

se quedan confundidos y frustrados;

pierden entonces la confianza y mueren.

Lo mismo hicieron ustedes:

vieron algo espantoso y se asustaron.

22 »Yo no les pedí que vinieran,

ni tampoco les pedí dinero

23 para que me salvaran

de mis malvados enemigos.

24 Demuéstrenme en qué he fallado,

y me callaré la boca.

25 Si tuvieran razón, no me ofendería;

¡pero ustedes me acusan

y no tienen pruebas!

26 No me juzguen por mis palabras,

hablo así pues estoy desesperado,

y las palabras se las lleva el viento.

27 ¡Ustedes son capaces de todo,

hasta de vender a un huérfano

y abandonar a un amigo!

28 »Mírenme a los ojos,

y díganme si soy un mentiroso.

29 No sean injustos conmigo

y dejen de juzgarme;

reconozcan que soy inocente.

30 No les he mentido.

¿Acaso creen que no sé distinguir

entre la verdad y la mentira?

7 1-3 »He pasado noches miserables,

he pasado meses enteros

esperando en vano

que terminen mis sufrimientos.

Mi vida ha sido como la de un soldado

que ansioso espera el fin de la guerra;

como la de un peón,

que ansioso espera su paga;

como un esclavo fatigado,

que ansioso espera que caiga la noche.

4 Cuando me acuesto,

la noche me parece interminable;

doy vueltas en la cama

sin poder pegar los ojos,

y me pregunto cuándo amanecerá.

5 Tengo todo el cuerpo

lleno de gusanos y de costras;

¡por todos lados me sale pus!

6 »La vida se me escapa

con la velocidad del rayo.

¡Ya he perdido toda esperanza!

7 Acuérdate, Dios mío,

que mi vida es como un suspiro

y que no volveré a saber

lo que es la felicidad.

8 Hoy me ves, pero mañana ya no;

me buscarás, pero ya no estaré aquí.

9-10 Los que bajan a la tumba

ya no vuelven a subir;

nunca más regresan a su casa.

Son como las nubes:

¡desaparecen y se pierden para siempre!

11 »En cuanto a mí,

estoy tan angustiado

y tan lleno de amargura

que no puedo quedarme callado.

12 ¿Por qué me vigilas tanto,

si no soy el monstruo del mar?

13 A veces pienso que durmiendo

hallaré consuelo y alivio a mi queja,

14 pero aun estando acostado

me haces tener pesadillas

y me llenas de terror.

15-16 Ya no quiero seguir viviendo.

¡Preferiría morir ahorcado

que seguir viviendo en este mundo!

Mi vida ha perdido valor;

¡ya déjame en paz!

17-18 »Tú nos das mucha importancia;

todos los días nos examinas.

Yo me pregunto por qué

a todas horas nos pones a prueba.

19-20 Tú, que a todos nos vigilas,

¿por qué sólo a mí me castigas?

¡Ya no me vigiles tanto!

¡Déjame al menos tragar saliva!

¿En qué te afecta que yo peque?

¿Acaso te soy una molestia?

21 ¿Por qué no me perdonas

y te olvidas de mi maldad?

Me queda muy poco de vida;

cuando me busques,

ya estaré muerto».

1 Corintios 14:18-40

Traducción en lenguaje actual

18 Yo le doy gracias a Dios de que hablo en idiomas desconocidos más que todos ustedes. 19 Sin embargo, cuando estoy en la iglesia, prefiero decir cinco palabras que se entiendan y que ayuden a otros, más que decir diez mil palabras en un idioma que nadie entiende.

20 Hermanos en Cristo, sean inocentes como niños, pero no piensen como niños. Piensen como personas maduras. 21 Dios dice en la Biblia:

«Le hablaré a este pueblo

por medio de extranjeros

y en idiomas desconocidos.

¡Pero ni así me harán caso!»

22 Por lo tanto, hablar en idiomas desconocidos podrá probarles algo a los no cristianos, pero para los cristianos esos idiomas no prueban nada. En cambio, los mensajes de parte de Dios son para los cristianos, no para los que no creen en Dios.

23 Supongamos que todos los de la iglesia se reúnen y comienzan a hablar en idiomas desconocidos. Si en ese momento entra gente de afuera, o llegan algunos que no creen en Cristo, van a pensar que ustedes están locos. 24 Pero si todos ustedes hablan de parte de Dios, esa gente se dará cuenta de que es pecadora, 25 y les confiará a ustedes hasta sus pensamientos más secretos. Luego se arrodillará delante de Dios, lo adorará, y reconocerá que, en verdad, Dios está entre ustedes.

Las reuniones de la iglesia

26 Hermanos míos, cuando se reúnan, todo lo que hagan debe ayudar a los demás. Unos pueden cantar, otros pueden enseñar o comunicar lo que Dios les haya mostrado, otros pueden hablar en idiomas desconocidos, o traducir lo que se dice en esos idiomas. 27 Si algunos hablan en idiomas desconocidos, que no sean más de dos o tres personas, y que cada uno espere su turno para hablar. Además, alguien debe traducir lo que estén diciendo. 28 Pero si no hay en la iglesia nadie que traduzca, entonces deben callarse, o hablar sólo para sí mismos y para Dios.

29 Y si algunos hablan de parte de Dios, que sean sólo dos o tres personas. Los demás deben prestar atención, para ver si el mensaje es de parte de Dios o no. 30 Pero si alguno de los que están sentados recibe un mensaje de Dios, el que está hablando debe callarse y dejar que la otra persona diga lo que tenga que decir. 31 Así todos tendrán la oportunidad de anunciar un mensaje de Dios, y todos los que escuchan podrán aprender y sentirse animados. 32 La persona que hable de parte de Dios podrá decidir cuándo hablar y cuándo callar. 33 Porque a Dios no le gusta el desorden y el alboroto, sino la paz y el orden.

Como es la costumbre en nuestras iglesias, 34 las mujeres deben guardar silencio en las reuniones. No está permitido que ellas hablen; más bien, deben mostrarse respetuosas como dice la ley de Moisés. 35 Si quieren aprender algo, que les pregunten a sus esposos cuando ya estén en su casa. Se ve mal que la mujer hable en la iglesia.

36 Ustedes no inventaron el mensaje de Dios, ni fueron los únicos que lo recibieron. 37 Si alguien cree que puede hablar de parte de Dios, o cree que obedece al Espíritu Santo en todo, debe reconocer que esto que les escribo es una orden de Dios. 38 Pero si no lo quiere reconocer, ustedes no deben prestarle atención.

39 Mis queridos hermanos, ustedes deben procurar hablar de parte de Dios, y no impidan que se hable en idiomas desconocidos. 40 Pero háganlo todo de manera correcta y ordenada.

Salmos 37:29-40

Traducción en lenguaje actual

28-29 Dios ama la justicia

y jamás abandonará a su pueblo.

¡Siempre lo protegerá!

Los suyos vivirán para siempre

en la tierra prometida,

pero los malvados y sus hijos

serán destruidos por completo.

30 Cuando los buenos hablan,

lo hacen siempre con sabiduría,

y siempre dicen lo que es justo.

31 Siempre tienen presentes

las enseñanzas de su Dios;

por eso jamás tienen tropiezos.

32 Los malvados espían a los buenos

para matarlos cuando menos lo esperan,

33 pero Dios no permite

que caigan en sus manos;

y si los llevan a juicio,

no permite que los condenen.

34 Pero tú, confía en Dios

y cumple su voluntad.

Él te pondrá muy en alto

y te dará la tierra prometida.

¡Ya verás con tus propios ojos

cuando los malvados sean destruidos!

35 A mí me ha tocado ver

a gente malvada y grosera,

que se extiende por todos lados

como si fuera un árbol frondoso.

36 Pero esa gente pronto pasa;

en un instante deja de existir;

cuando la buscas, ya no la encuentras.

37 Fíjate bien en la gente honrada,

observa a los que hacen lo bueno;

para esta gente de paz

hay un futuro brillante,

38 pero los pecadores

serán todos destruidos;

¡el único futuro de los malvados

es su total destrucción!

39 Dios salva a los buenos.

Cuando llegan los días malos,

Dios es su único refugio.

40 Dios les brinda su ayuda

y los salva de los malvados;

les da la victoria

porque en él confían.

Proverbios 21:27

Traducción en lenguaje actual

27 Dios no soporta a los malvados

que le traen ofrendas,

y no son sinceros.

Traducción en lenguaje actual (TLA)

Copyright © 2000 by United Bible Societies

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