Sunday, February 12, 2023

DAB Español, Lunes 13 de Febrero

Día 044, DAB Español, Lunes 13 de Febrero


Éxodo 35:10-36:38; Mateo 27:35-66; Salmos 34:1-10; Proverbios 9:7-8 (Reina Valera Contemporánea (RVC))








Éxodo 35:10-36:38

Reina Valera Contemporánea

La obra del tabernáculo


10 »Todos ustedes, los que tengan un corazón sabio, vendrán y harán todas las cosas que el Señor ha ordenado hacer: 11 el tabernáculo y su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus travesaños, sus columnas y sus bases; 12 el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda, 13 la mesa y sus varas, y todos sus utensilios; el pan de la proposición, 14 el candelero del alumbrado y sus utensilios y lámparas, y el aceite para las lámparas; 15 el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo, 16 el altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios; la fuente con su base, 17 las cortinas del atrio y sus columnas y bases, la cortina de la puerta del atrio, 18 las estacas del tabernáculo, y las estacas del atrio y sus cuerdas; 19 las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón, y las vestiduras de sus hijos para su ministerio sacerdotal.»

El pueblo trae la ofrenda


20 Toda la congregación de los hijos de Israel salió de la presencia de Moisés, 21 y todos los que en su corazón quisieron hacerlo, y todos los que de voluntad se sintieron impulsados, presentaron al Señor una ofrenda para la obra del tabernáculo de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas. 22 Hombres y mujeres se presentaron por su propia voluntad, y llevaron cadenas, zarcillos, anillos, brazaletes y toda clase de joyas de oro. Todos ofrecían oro al Señor. 23 Todos llevaban lo que tenían: azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, o pieles de delfín. 24 Llevaban al Señor todo lo que podían ofrecer: plata, bronce, y madera de acacia, para toda la obra del servicio. 25 Además todas las mujeres de corazón sabio hilaban con sus manos, y llevaban lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino. 26 Todas las mujeres cuyo corazón y sabiduría las impulsó, hilaron pelo de cabra. 27 Los príncipes llevaron piedras de ónice y piedras preciosas para engastarlas en el efod y en el pectoral, 28 así como las especias aromáticas, el aceite para las lámparas y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático. 29 Todos los hijos de Israel, hombres y mujeres, que por su voluntad y de corazón quisieron hacerlo, llevaron al Señor una ofrenda voluntaria para toda la obra que, por medio de Moisés, el Señor había ordenado hacer.

Llamamiento de Besalel y de Aholiab


30 Moisés les dijo a los hijos de Israel:


«Como pueden ver, el Señor ha designado a Besalel hijo de Uri, hijo de Jur, de la tribu de Judá. 31 Lo ha llenado del espíritu de Dios y le ha dado sabiduría, inteligencia, ciencia y dotes artísticas, 32 para crear diseños y para trabajar en oro, plata y bronce, 33 en el tallado y engaste de piedras preciosas, y en todo trabajo ingenioso en madera. 34 Además, a él y a Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, les ha dado la capacidad de enseñar; 35 ha llenado de sabiduría su corazón, para que hagan toda clase de obra artística y creativa en los telares, y de trabajos y diseños bordados en azul, púrpura, carmesí, y lino fino.


36 »Así que serán Besalel y Aholiab los que harán todo lo que el Señor nos ha ordenado hacer, junto con todos aquellos a quienes el Señor haya dado un corazón lleno de sabiduría e inteligencia para llevar a cabo toda la obra del servicio del santuario.»

Se suspende la ofrenda


2 Moisés llamó entonces a Besalel y a Aholiab, lo mismo que a todos aquellos a quienes el Señor había llenado su corazón de sabiduría, y a quienes se sintieron movidos a presentarse para trabajar en la obra. 3 Ellos recogieron toda la ofrenda que estaba delante de Moisés, y que los hijos de Israel habían llevado para la obra del servicio del santuario, y se dispusieron a hacerla. Mientras tanto, todos los días el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias. 4 Era tanto lo que llevaban, que todos los maestros de obra del santuario suspendieron sus trabajos 5 y fueron a decirle a Moisés:


«El pueblo está trayendo mucho más de lo necesario para la obra que el Señor ha ordenado hacer.»


6 Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento:


«Que ningún hombre ni mujer traiga ni haga nada más para la ofrenda del santuario.»


Y fue así como se le impidió al pueblo ofrecer más, 7 pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y aun sobraba.

Construcción del tabernáculo


8 De entre los que hacían la obra, todos los de corazón sabio hicieron el tabernáculo con diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí, con querubines bellamente trabajados. 9 Cada cortina medía doce y medio metros de largo por dos metros de ancho, y trece y medio metros de largo por un metro y ochenta centímetros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida.


10 Cinco cortinas las unieron una con la otra, y lo mismo hicieron con las otras cinco cortinas. 11 Hicieron lazos de azul en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y lo mismo hicieron en la orilla de la cortina final de la segunda serie. 12 Se hicieron cincuenta lazos en la primera cortina, y otros cincuenta lazos en la orilla de la cortina de la segunda serie. Los lazos de una correspondían con los de la otra. 13 También se hicieron cincuenta corchetes de oro, con los cuales se enlazaron las cortinas una con otra, y así se formó un tabernáculo.


14 Se hicieron también once cortinas de pelo de cabra para una tienda sobre el tabernáculo. 15 Una de las cortinas medía trece y medio metros de largo por un metro y ochenta centímetros de ancho, y las once cortinas eran de la misma medida. 16 Cinco de las cortinas se unieron aparte, y también aparte las otras seis cortinas. 17 Se hicieron también cincuenta lazos en la orilla de la cortina que estaba al extremo de la primera serie, y otros cincuenta lazos en la orilla de la cortina final de la segunda serie. 18 También se hicieron cincuenta corchetes de bronce para enlazar la tienda, de modo que fuese una sola, 19 y para la tienda se hizo una cubierta de piel de carnero teñida de rojo, y para la parte superior otra cubierta de piel de delfín.


20 Además se hicieron para el tabernáculo las tablas derechas de madera de acacia. 21 Cada tabla medía cuatro y medio metros de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho. 22 Cada tabla tenía dos espigas para que se unieran la una con la otra. Así se hicieron todas las tablas del tabernáculo. 23 Se hicieron las tablas para el tabernáculo: veinte tablas para el lado sur, 24 y cuarenta bases de plata que iban debajo de las veinte tablas, es decir, dos bases debajo de cada tabla, para sus dos espigas, y dos bases debajo de otra tabla para sus dos espigas. 25 Para el otro lado del tabernáculo, al lado norte, se hicieron otras veinte tablas, 26 con sus cuarenta bases de plata, es decir, dos bases debajo de una tabla, y dos bases debajo de otra tabla. 27 Para el lado occidental del tabernáculo se hicieron seis tablas, 28 y dos tablas para las esquinas del tabernáculo, en los dos costados. 29 Éstas se unían desde abajo, y por arriba se ajustaban con una bisagra; así hizo con una y con otra en las dos esquinas. 30 Así que eran ocho tablas y dieciséis bases de plata, dos bases debajo de cada tabla.


31 Se hicieron también los travesaños de madera de acacia; cinco para las tablas de un lado del tabernáculo, 32 cinco travesaños para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco más para las tablas del lado posterior del tabernáculo, es decir, hacia el occidente. 33 El travesaño de en medio se hizo pasar por en medio de las tablas, de un extremo al otro. 34 Se recubrieron de oro las tablas, y se hicieron de oro los anillos por donde pasaban los travesaños, y también los travesaños se recubrieron de oro.


35 Se hizo también el velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido. Se hizo con querubines bellamente trabajados. 36 Para el velo se hicieron cuatro columnas de madera de acacia, y se recubrieron de oro. Sus capiteles eran de oro, y se fundieron cuatro bases de plata. 37 El velo para la puerta del tabernáculo se hizo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, recamado artísticamente, 38 con sus cinco columnas y sus capiteles, y se recubrieron de oro los capiteles y las molduras. Sus cinco bases estaban hechas de bronce.

Mateo 27:35-66

Reina Valera Contemporánea


35 Después de que lo crucificaron, echaron suertes para repartirse sus vestidos, con lo que se cumplió lo dicho por el profeta: «Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.» 36 Luego se sentaron a custodiarlo. 37 Sobre su cabeza pusieron su causa escrita: «ÉSTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS». 38 Junto a él crucificaron también a dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda. 39 Los que pasaban lo insultaban, y mientras meneaban la cabeza 40 decían: «Tú, que derribas el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.» 41 Del mismo modo, también se burlaban de él los principales sacerdotes, los escribas, los fariseos y los ancianos. Decían: 42 «Salvó a otros, pero a sí mismo no puede salvarse. Si es el Rey de Israel, que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Ya que él confió en Dios, pues que Dios lo libre ahora, si lo quiere. Porque él ha dicho: “Soy Hijo de Dios.”» 44 Y también lo insultaban los ladrones que estaban crucificados con él.


45 Desde el mediodía y hasta las tres de la tarde hubo tinieblas sobre toda la tierra. 46 Cerca de las tres de la tarde, Jesús clamó a gran voz. Decía: «Elí, Elí, ¿lema sabactani?», es decir, «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» 47 Algunos de los que estaban allí, decían al oírlo: «Está llamando a Elías.» 48 Al instante, uno de ellos corrió y tomó una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en una caña, le dio a beber. 49 Los otros decían: «Deja, veamos si Elías viene a librarlo.» 50 Pero Jesús, después de clamar nuevamente a gran voz, entregó el espíritu.


51 En ese momento el velo del templo se rasgó en dos, de arriba hacia abajo; la tierra tembló, las rocas se partieron, 52 los sepulcros se abrieron, y muchos cuerpos de santos, que ya habían muerto, volvieron a vivir. 53 Después de la resurrección de Jesús, éstos salieron de sus sepulcros y fueron a la santa ciudad, donde se aparecieron a muchos. 54 Al ver el terremoto y las cosas que habían sucedido, el centurión y los que estaban con él custodiando a Jesús se llenaron de miedo, y dijeron: «¡En verdad, éste era Hijo de Dios!»


55 Muchas mujeres, que desde Galilea habían seguido a Jesús para servirlo, estaban allí mirando de lejos. 56 Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Jesús es sepultado


57 Cuando llegó la noche, un hombre rico de Arimatea que se llamaba José, y que también había sido discípulo de Jesús, 58 fue a hablar con Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato ordenó que se lo entregaran. 59 José tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, 60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que había sido cavado en una peña. Después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue. 61 María Magdalena y la otra María se quedaron sentadas delante del sepulcro.

La guardia ante la tumba


62 Al día siguiente, que es el día después de la preparación, los principales sacerdotes y los fariseos se reunieron ante Pilato 63 y le dijeron: «Señor, nos acordamos que, cuando aún vivía, aquel engañador dijo: “Después de tres días resucitaré.” 64 Por lo tanto, manda asegurar el sepulcro hasta el tercer día; no sea que sus discípulos vayan de noche y se lleven el cuerpo, y luego digan al pueblo: “¡Resucitó de entre los muertos!” Porque entonces el último engaño sería peor que el primero.» 65 Y Pilato les dijo: «Ahí tienen una guardia. Vayan y aseguren el sepulcro como sepan hacerlo.» 66 Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y poniendo la guardia.

Salmos 34:1-10

Reina Valera Contemporánea

La protección divina

Salmo de David. Cuando David fingió locura delante de Abimelec, éste lo echó de su presencia, y David se fue.


34 Bendeciré al Señor en todo tiempo;

su alabanza estará siempre en mi boca.

2

Alabaré al Señor con toda el alma.


¡Escuchen, gente humilde, y alégrense también!

3

¡Únanse a mí, y reconozcan su grandeza!

¡Exaltemos a una voz su nombre!


4

Busqué al Señor, y él me escuchó,

y me libró de todos mis temores.

5

Los que a él acuden irradian alegría;

no tienen por qué esconder su rostro.

6

Este pobre clamó, y el Señor lo oyó

y lo libró de todas sus angustias.

7

Para defender a los que temen al Señor,

su ángel acampa alrededor de ellos.

8

¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor!

¡Dichoso aquél que en él confía!

9

Ustedes, sus fieles, teman al Señor,

pues a quienes le temen nunca les falta nada.

10

Los cachorros del león chillan de hambre,

pero los que buscan al Señor lo tienen todo.

Proverbios 9:7-8

Reina Valera Contemporánea


7

»Corrige al blasfemo y recibirás afrentas;

reprende al impío y te ganarás insultos.

8

No reprendas al blasfemo, y no te aborrecerá;

corrige al sabio, y te amará.

Reina Valera Contemporánea (RVC)


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