Thursday, February 2, 2023

DAB Español, Viernes 03 de Febrero

Día 034, DAB Español, Viernes 03 de Febrero


Éxodo 17:8-19:15; Mateo 22:33-23:12; Salmos 27:8-14; Proverbios 6:27-35 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








Éxodo 17:8-19:15

Palabra de Dios para Todos

Victoria sobre los amalecitas


8 Los amalecitas vinieron y lucharon contra Israel en Refidín. 9 Entonces Moisés le dijo a Josué:


—Elige algunos de nuestros hombres y vayan a pelear contra Amalec. Yo me voy a parar mañana en la cima de la colina sosteniendo el bastón de Dios en mi mano.


10 Josué obedeció a Moisés y se fue a pelear contra Amalec. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima de la colina. 11 Cuando Moisés levantaba sus brazos, Israel ganaba la batalla; pero cuando bajaba sus brazos, Amalec comenzaba a ganar.


12 Cuando se le cansaron los brazos a Moisés, le colocaron una roca debajo. Él se sentó en la roca mientras Aarón y Jur, uno a cada lado, le sostenían los brazos. De esta manera sus brazos se mantuvieron arriba hasta que anocheció. 13 Así, a filo de espada, Josué derrotó a Amalec y a su ejército.


14 El SEÑOR le dijo a Moisés:


—Escribe este mensaje en un documento para que se le grabe en la mente a Josué: “Quedará sólo vaga memoria de los amalecitas. Los voy a destruir por completo”. Así el pueblo nunca olvidará lo que he dicho.


15 Luego Moisés construyó un altar y lo llamó «El SEÑOR es mi estandarte». 16 Y dijo: «Tomemos el estandarte del SEÑOR, él siempre va a estar en guerra contra el pueblo de Amalec».

Consejo del suegro de Moisés


18 Jetro, sacerdote de Madián y suegro de Moisés, se enteró de todo lo que Dios había hecho por Moisés y por su pueblo Israel y de cómo el SEÑOR los había sacado de Egipto. 2 Entonces Jetro fue a donde estaba Moisés y llevó con él a Séfora, la esposa de Moisés. Séfora no estaba con Moisés porque Jetro la había recibido después de que ella había sido enviada a casa. 3 Jetro también llevó con él a los dos hijos de Séfora. El nombre de uno de ellos era Guersón[a] porque Moisés dijo: «Yo era un inmigrante en tierra extranjera». 4 El otro hijo se llamaba Eliezer[b] porque Moisés dijo: «El Dios de mi papá me ayuda y me salvó de la espada del faraón». 5 Jetro, la esposa y los hijos de Moisés fueron al monte de Dios[c], en el desierto, donde estaba acampando Moisés.


6 Jetro le dijo a Moisés:


—Yo, Jetro, tu suegro, vengo a verte, junto con tu esposa y tus dos hijos.


7 Moisés salió a recibir a su suegro, se inclinó ante él y lo saludó de beso. Cuando los dos se habían saludado, entraron en la carpa. 8 Moisés le contó a su suegro todo lo que el SEÑOR les había hecho al faraón y a los egipcios con el fin de ayudar a Israel. También le contó sobre todas las dificultades que habían tenido en el camino y cómo el SEÑOR los había salvado. 9 Jetro se alegró mucho por todo el bien que el SEÑOR le había hecho a Israel al salvarlo del poder de Egipto 10 y dijo:


—Bendito sea el SEÑOR que los salvó del poder de Egipto y del faraón.


11 Ahora sé que el SEÑOR es más grande que todos los dioses, porque salvó al pueblo del poder de Egipto cuando los egipcios los estaban tratando muy mal.


12 Jetro, el suegro de Moisés, hizo ofrendas y sacrificios para honrar a Dios, y Aarón y todos los ancianos de Israel fueron a comer frente a Dios con el suegro de Moisés.

Moisés elige a los jefes

(Dt 1:9-18)


13 El día siguiente, Moisés se sentó a juzgar al pueblo. El pueblo se colocó alrededor de Moisés todo el día. 14 El suegro de Moisés vio todo lo que Moisés estaba haciendo por el pueblo y le preguntó:


—¿Qué es lo que estás haciendo con este pueblo? ¿Por qué eres el único juez? ¿Y por qué siempre viene a ti todo el pueblo para que se haga justicia?


15 Moisés le respondió a su suegro:


—Porque el pueblo viene a buscarme para consultar a Dios. 16 Cuando tienen algún problema entre ellos, vienen y yo decido quién tiene la razón. Yo doy a conocer las leyes y normas de Dios.


17 Pero el suegro de Moisés le dijo:


—Lo que estás haciendo no está bien. 18 Tú y el pueblo que está contigo se van a cansar. Este trabajo es muy difícil para ti, no puedes hacerlo solo. 19 Ahora escúchame, te voy a dar un consejo para que Dios esté contigo. Tú serás el representante de Dios ante el pueblo y llevarás los problemas de ellos ante él. 20 Enséñales las leyes y las normas y hazles saber de qué manera deben vivir y qué deben hacer. 21 Pero elige hombres buenos, dignos de confianza, que respeten a Dios, que no se dejen sobornar y haz que ellos manden sobre el pueblo. Coloca a unos de ellos a cargo de 1000 personas, a otros a cargo de 100, a otros a cargo de 50, e incluso otros a cargo de diez. 22 Ellos estarán encargados de juzgar al pueblo en todo momento. Los casos más graves te los llevarán a ti, pero los casos menores los juzgarán ellos. Facilítate las cosas, encargándoles parte del trabajo. 23 Si haces todo esto y lo ordena Dios, vas a poder sobrellevar tu trabajo y todo el pueblo se irá en paz a sus hogares.


24 Moisés siguió el consejo de su suegro e hizo todo lo que él le dijo. 25 Nombró hombres capaces de entre todo Israel e hizo que ellos gobernaran al pueblo. Nombró quienes estuvieran a cargo de grupos de 1000, de 100, de 50 e incluso de diez personas. 26 Ellos administraban justicia permanentemente entre los israelitas. Los casos difíciles se los llevaban a Moisés, pero los sencillos los resolvían ellos mismos.


27 Después Moisés se despidió de su suegro y Jetro regresó a su tierra.

Pacto de Dios con Israel


19 Los israelitas llegaron al desierto del Sinaí el mismo día que llegó la Luna Nueva. O sea, durante el tercer mes de su viaje. 2 Viajaron desde Refidín hasta el desierto de Sinaí y acamparon en el desierto, frente al monte. 3 Moisés subió al monte y el SEÑOR le dijo:


—Diles todo esto a los israelitas, los descendientes de Jacob: 4 “Ustedes ya vieron lo que le hice a Egipto y que a ustedes los levanté como sobre alas de águila y los traje aquí, frente a mí. 5 Ahora bien, si en verdad ustedes me escuchan y me obedecen, yo los trataré a ustedes como mi propiedad preferida. O sea, si de veras cumplen mi pacto, aunque todos los pueblos del mundo me pertenecen, de entre todos ellos a ustedes los trataré como mi pueblo. 6 Ustedes serán un reino de sacerdotes, una nación santa”. Eso es lo que les dirás a los israelitas.


7 Moisés fue, reunió a los ancianos líderes, y les dijo todo lo que el SEÑOR le había ordenado. 8 Todo el pueblo respondió al mismo tiempo:


—Vamos a hacer todo lo que el SEÑOR dijo.


Entonces Moisés regresó a la montaña y le contó al SEÑOR lo que el pueblo había dicho.


9 El SEÑOR le dijo a Moisés:


—Voy a ir en una nube densa a donde tú estás para que el pueblo me escuche hablar contigo y así siempre te crean lo que les digas.


Luego Moisés le contó al SEÑOR todo lo que el pueblo le había dicho.


10 El SEÑOR le dijo a Moisés:


—Ve a donde está el pueblo, haz que hoy y mañana sean días santos y diles que laven sus ropas. 11 Deben estar listos para el tercer día porque ese día, a la vista de todo el pueblo, el SEÑOR vendrá al monte Sinaí. 12 Diles que no se acerquen a la montaña. Establece un límite y no dejes que el pueblo lo cruce porque el que llegue a tocar el monte será ejecutado. 13 Nadie deberá tocar al que haga eso y lo matarán lanzándole piedras o disparándole una flecha. Tendrá que morir, sin importar si es un ser humano o un animal. El pueblo podrá subir al monte sólo cuando suene la trompeta.


14 Entonces Moisés bajó del monte y fue a donde estaba el pueblo, los santificó y ellos lavaron sus ropas. 15 Luego les dijo:


—Estén listos para pasado mañana y no tengan relaciones sexuales durante estos tres días.

Footnotes


18:3 Guersón En hebreo la palabra inmigrante se pronuncia guer.

18:4 Eliezer Este nombre significa Mi dios ayuda.

18:5 monte de Dios Se trata del monte Horeb, también llamado monte Sinaí.


Mateo 22:33-23:12

Palabra de Dios para Todos


33 Al oír la gente esto, quedó admirada de su enseñanza.

El mandamiento más importante

(Mr 12:28-34; Lc 10:25-28)


34 Cuando los fariseos oyeron que Jesús dejó callados a los saduceos, se reunieron. 35 Uno de ellos, que era experto en la ley, quería tenderle una trampa a Jesús y le preguntó:


36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?


37 Jesús le dijo:


—“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente”.[a] 38 Este es el primer mandamiento y el más importante. 39 Hay un segundo mandamiento parecido a este: “Ama a tu semejante como te amas a ti mismo”.[b] 40 Toda la ley y los escritos de los profetas dependen de estos dos mandamientos.

¿De quién es hijo el Mesías?

(Mr 12:35-37; Lc 20:41-44)


41 Estando todavía ahí los fariseos, Jesús les preguntó:


42 —¿Qué piensan ustedes sobre el Mesías? ¿De quién es hijo?


Ellos respondieron:


—De David.


43 Jesús les preguntó:


—Entonces, ¿cómo es que David, inspirado por el Espíritu Santo, le llamaba: “Señor”? Porque David dijo:


44

“El Señor Dios le dijo a mi Señor:

    Siéntate a mi derecha,

hasta que ponga a tus enemigos

    bajo tu poder[c]”.[d]


45 Entonces si David llama al Mesías “Señor”, ¿cómo puede él ser su hijo?


46 Pero nadie pudo contestarle y desde ese día nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Jesús critica a los líderes religiosos

(Mr 12:38-40; Lc 11:37-52; 20:45-47)


23 Después Jesús les dijo a la gente y a sus seguidores: 2 «Los maestros de la ley y los fariseos tienen la autoridad de explicar la ley de Moisés. 3 Así que hagan caso de todo lo que ellos les dicen, pero no sigan su ejemplo porque ellos no hacen lo que ellos mismos dicen. 4 Ellos cargan a la gente con reglas estrictas y difíciles de cumplir. Los obligan a cumplirlas, pero ellos ni siquiera quieren mover un dedo para ayudarles a obedecer las reglas.


5 »Ellos hacen cosas buenas sólo para figurar como más importantes que los demás. Llevan en la frente cajitas[e] de cuero con porciones de las Escrituras. Hacen esas cajitas cada vez más grandes y agrandan también los flecos[f] de sus mantos. 6 Les gustan los lugares más importantes en las fiestas y buscan los lugares de honor en las sinagogas. 7 También les gusta que la gente los salude con respeto en las plazas y que los llamen “maestro”[g].


8 »Pero ustedes no dejen que nadie los llame “maestro”. Ustedes solamente tienen un Maestro y todos ustedes son iguales como hermanos y hermanas. 9 Aquí en la tierra no le digan a nadie “padre”. Ustedes sólo tienen un Padre que está en el cielo. 10 Tampoco dejen que les llamen “líder”, pues ustedes solamente tienen un Líder, quien es el Mesías. 11 El más importante entre ustedes será el que les sirva, 12 porque el que se crea más que los demás será humillado, y el que se humille será hecho importante.

Footnotes


22:37 Cita de Dt 6:5.

22:39 Cita de Lv 19:18.

22:44 bajo tu poder Textualmente debajo de tus pies.

22:44 Cita de Sal 110:1.

23:5 cajitas Cajitas de cuero que contienen cuatro Escrituras importantes. Algunos judíos las ataban a la frente y al brazo izquierdo para mostrar que eran muy religiosos.

23:5 flecos Colgaban de las túnicas o de los chales que los judíos se ponían para orar. Se consideraba que eran recordatorios de los mandamientos de Dios (ver Nm 15:38-41).

23:7 “maestro” Textualmente rabí.


Salmos 27:8-14

Palabra de Dios para Todos


8

SEÑOR, de todo corazón quiero conversar contigo

    y aquí estoy para adorarte.

9

No te alejes de mí,

    no ignores a tu servidor.

    Dios mío, tú eres mi Salvador.

¡No me dejes solo,

    no me abandones!

10

Aunque mis padres me abandonen,

    el SEÑOR se encargará de mí.

11

SEÑOR, enséñame a vivir como tú quieres.

    Guíame por el camino seguro;

    ayúdame porque tengo muchos enemigos.

12

No permitas que mis enemigos me derroten,

    porque son muchos los que dicen mentiras de mí

    y tratan de hacerme daño.

13

Yo, en cambio, espero disfrutar

    de la bondad del SEÑOR mientras viva.

14

Mientras aguardan,

    confíen en el SEÑOR.

Sean fuertes y valientes,

    y esperen que el SEÑOR les ayudará.

Proverbios 6:27-35

Palabra de Dios para Todos


27

¿Puede alguien echarse fuego en el pecho

    sin quemarse la ropa?

28

¿Caminar sobre las brasas

    sin quemarse los pies?

29

Pues lo mismo sucede con quien se acuesta con la mujer de otro,

    no se librará de sufrir las consecuencias.


30

No se desprecia a un ladrón que roba

    para calmar el hambre,

31

pero si lo atrapan, lo harán pagar siete veces lo que se robó,

    aunque tenga que dar todo lo que tiene.

32

Pero el que se acuesta con la mujer de otro es un torpe,

    se destruye a sí mismo.

33

Tendrá que soportar golpes y vergüenza,

    y no podrá borrar su deshonor.

34

Es que el hombre celoso es como un fuego,

    y no perdonará en el momento de la venganza;

35

no aceptará ningún pago,

    ni se contentará con muchos regalos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


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