Friday, July 21, 2023

DAB Español, Sábado 22 de Julio

Día 203, DAB Español, Sábado 22 de Julio


2 Crónicas 6:13b-8:10; Romanos 7:15-8:8; Salmos 18:1-15; Proverbios 19:24-25 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








2 Crónicas 6:13-8:10

Palabra de Dios para Todos


13 Salomón había hecho una plataforma de bronce y la había ubicado en medio del patio. Medía 2.25 metros[a] de largo, 2.25 metros de ancho y 1.35 metros de alto. Se paró ahí para pronunciar la bendición ante toda la congregación de Israel, levantó los brazos al cielo 14 y dijo:


«SEÑOR, Dios de Israel, no hay ningún otro Dios como tú en los cielos ni en la tierra. Tú hiciste el pacto con tu pueblo porque lo amas. Tú mantienes tu pacto y tu fiel amor con la gente que te sirve de todo corazón. 15 Tú has cumplido lo que prometiste a tu siervo David, mi papá, demostrando así con hechos lo que dijiste en palabras. 16 Ahora, SEÑOR, Dios de Israel, cumple las demás promesas que le hiciste a mi papá David. Dijiste: “David, si tus hijos obedecen con cuidado mi ley, como lo hiciste tú, siempre habrá un descendiente tuyo que gobierne en Israel”. 17 Ahora, SEÑOR, Dios de Israel, te pido que cumplas la promesa que le hiciste a tu siervo David.


18 »Pero ¿en realidad puede vivir Dios con la humanidad en la tierra? Si ni los cielos más profundos te dan abasto, entonces ¿cómo será adecuado para ti este templo que he hecho construir? 19 Sin embargo, te ruego que prestes atención a la petición y la súplica de tu siervo. SEÑOR mi Dios, escucha el grito de petición que hago ante ti como tu siervo. 20 Así que fíjate en este templo día y noche, porque tú has prometido que en este lugar se dará honor a tu nombre. Escucha a tu siervo cuando ore mirando hacia este lugar. 21 Escucha cuando tu pueblo Israel pida tu favor y tu siervo ore a favor de tu pueblo hacia este lugar. ¡Por favor, escúchanos! Aunque vives en los cielos, escucha y perdónanos.


22 »Por ejemplo, puede darse el caso de que alguien peque contra su semejante y sea colocado bajo juramento. Cuando el caso llegue ante el altar de este templo, 23 escucha desde el cielo. Haz justicia a tus siervos, condenando al culpable por el mal que hizo y reivindicando al inocente por hacer el bien. 24 Cuando tu pueblo peque y por eso sea derrotado en batalla por el enemigo, si vuelve a ti para darte honor, ora y te suplica desde este templo, 25 escucha desde el cielo y perdona el pecado de tu pueblo Israel. Hazlos regresar a la tierra que les diste a ellos y a sus antepasados.


26 »Cuando haya sequía y falte la lluvia porque pecaron contra ti, si ellos hacen oración hacia este lugar, alabando tu nombre y abandonando su pecado cuando los castigues, 27 escucha desde el cielo y perdona el pecado de tus siervos, tu pueblo Israel. Enséñales el buen camino para que lo sigan y dales la lluvia que necesita la tierra que tú les diste como herencia.


28 »Puede suceder que haya hambre, epidemias o que se arruinen las cosechas por cualquier tipo de plaga, sea por moho, por langostas o por gusanos; o que el enemigo tenga sitiada alguna ciudad o, en fin, que sobrevenga cualquier plaga o enfermedad. 29 Si alguien de tu pueblo Israel ora o te suplica, consciente de su dolor y su aflicción, levantando los brazos hacia este lugar, 30 escúchalo desde el cielo donde vives, y perdónalo. Responde a su petición y dale a cada uno conforme a lo que tú sabes de su vida y actitud. Porque sólo tú conoces el corazón de cada ser humano. 31 De esta manera ellos te respetarán y andarán en tus caminos todos los días que vivan en la tierra que diste a nuestros antepasados.


32 »Que suceda lo mismo cuando un extranjero que no es de tu pueblo Israel venga de un país lejano por causa de tu gran nombre, tu mano fuerte y tu brazo exaltado. Cuando se acerque y ore hacia este templo, 33 escúchalo desde el cielo donde vives y concédele todo lo que pida, para que todas las naciones del mundo conozcan tu nombre y te respeten como lo hace tu pueblo Israel. Así ellos sabrán que tu nombre se invoca en este templo que he construido.


34 »Cuando obedeciendo tus órdenes salga tu pueblo para la guerra contra el enemigo y te pidan en oración hacia esta ciudad que tú elegiste y hacia el templo que construí para que se dé honra a tu nombre, 35 escucha en el cielo su petición y defiende su causa.


36 »No hay ser humano que no peque, así que es posible que ellos pequen contra ti. Claro que te enojarás con ellos y tal vez el enemigo se los lleve como prisioneros a su país, cerca o lejos. 37 Cuando eso ocurra y en la tierra donde estén cautivos comiencen a reflexionar, se vuelvan a ti y supliquen tu ayuda diciendo: “Hemos pecado y somos culpables de la maldad que hicimos”, 38 si se vuelven a ti de todo corazón y con todo el ser en la tierra de sus enemigos donde estén cautivos, y si oran a ti hacia la tierra que les diste a sus antepasados, hacia la ciudad que elegiste y hacia el templo que he construido para que se dé honra a tu nombre, 39 escucha su oración desde el cielo, el lugar donde vives, defiende su causa y perdona a tu pueblo que pecó contra ti. 40 Ahora, Dios mío, que tus ojos estén abiertos y tus oídos atentos a la oración que se haga en este lugar.


41

»¡Ahora, levántate, SEÑOR Dios,

ven al lugar de tu descanso,

tú y el cofre de tu poder!

Que tus sacerdotes, SEÑOR Dios, se revistan de salvación

y tus seguidores se alegren en el bien.

42

SEÑOR Dios, no les des la espalda a tus ungidos;

recuerda el fiel amor de tu siervo David».

Dedicación del templo


7 Cuando Salomón terminó su oración, un fuego del cielo bajó y consumió el sacrificio que debe quemarse completamente y los otros sacrificios, y la gloria del SEÑOR llenó el templo. 2 Los sacerdotes no pudieron entrar al templo del SEÑOR porque la gloria del SEÑOR llenó el templo. 3 Al ver los israelitas bajar el fuego y la gloria del SEÑOR al templo, se arrodillaron y se postraron rostro en tierra, adorando y dándole gracias al SEÑOR diciendo:


«Porque él es bueno

y su fiel amor es para siempre».


4 Entonces el rey y todo el pueblo ofrecieron sacrificios ante el SEÑOR. 5 El rey ofreció en sacrificio 22 000 toros y 120 000 ovejas. Así fue como el rey y todo el pueblo dedicaron el templo de Dios.


6 Los sacerdotes estaban en sus puestos al igual que los levitas con los instrumentos musicales del SEÑOR que David había hecho para dar gracias y alabar al SEÑOR con el canto que dice: «Porque él es bueno y su fiel amor es para siempre». Los sacerdotes tocaban las trompetas frente a los levitas, mientras todo Israel se mantenía de pie.


7 Salomón consagró el área central del patio que está frente al templo del SEÑOR porque ahí había ofrecido los sacrificios que deben quemarse completamente y la grasa de los sacrificios para festejar. Es que en el gran altar de bronce que Salomón hizo no cabían los sacrificios que deben quemarse completamente, las ofrendas de cereal y la grasa.


8 En esa ocasión Salomón celebró la fiesta por siete días, y con él una asamblea muy grande de todo Israel, desde el paso de Jamat que quedaba en el norte, hasta el riachuelo de Egipto al sur. 9 Al día siguiente de los siete días, convocaron una asamblea solemne porque la dedicación del altar duró siete días y la fiesta duró siete días. 10 El día 23 del séptimo mes, Salomón envió al pueblo a sus casas, y volvieron a casa contentos por todo lo bueno que el SEÑOR había hecho a David, a Salomón y a su pueblo Israel.

El Señor se le aparece a Salomón

(1 R 9:1-9)


11 Salomón completó el templo del SEÑOR y el palacio real y todo le salió bien en hacer todo lo que se propuso en cuanto al templo del SEÑOR y su palacio. 12 Entonces el SEÑOR se le apareció a Salomón durante la noche y le dijo:


«He escuchado tu oración y he elegido este lugar como templo para que se hagan sacrificios en mi honor. 13 Cuando yo no permita que llueva, o mande a las langostas para que devoren los campos, o envíe epidemias sobre mi pueblo, 14 y si mi pueblo que se identifica usando mi nombre se humilla, ora, me busca y abandona su mala conducta, entonces yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré el bienestar del país. 15 Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a la oración que se haga en este lugar, 16 pues ahora he elegido y consagrado este templo para que viva mi nombre para siempre. Mi atención y mis pensamientos estarán siempre ahí. 17 En cuando a ti, si me sirves como David, tu papá, me obedeces en todo lo que te he ordenado y cumples mis leyes y mis decretos, 18 entonces yo confirmaré para siempre tu dinastía en Israel, de acuerdo al pacto que hice con David tu papá, cuando le aseguré que siempre gobernaría un descendiente de él en Israel.


19 »Pero si ustedes se apartan de mí para servir y adorar a otros dioses y ya no cumplen los mandamientos y leyes que les di, 20 yo arrancaré a Israel de la tierra que les he dado y también arrojaré de mi vista el templo que yo consagré para que se dé honra a mi nombre. Haré que Israel se convierta en objeto de burla y escarnio entre todas las naciones. 21 Y entonces todo el que pase por este templo, que ahora se ve tan grandioso, quedará impresionado y dirá: “¿Por qué le hizo el SEÑOR esto tan horrible a este país y a este templo?” 22 Se le contestará: “Sucedió así porque ellos abandonaron al SEÑOR el Dios de sus antepasados que los sacó de Egipto y se aferraron a otros dioses, los adoraron y sirvieron. Por eso él hizo que les ocurriera este desastre”».

Ciudades que construyó Salomón

(1 R 9:10-28)


8 Le llevó 20 años a Salomón construir el templo del SEÑOR y su propio palacio. 2 Luego reconstruyó las ciudades que Hiram le dio y las pobló con israelitas. 3 Después Salomón fue contra la ciudad de Jamat de Sobá y la conquistó. 4 Reconstruyó entonces la ciudad de Tadmor en el desierto y todas las ciudades de almacenaje que construyó en Jamat. 5 Reconstruyó también Bet Jorón la de arriba y Bet Jorón la de abajo, ciudades fortificadas con murallas, puertas y barras. 6 Construyó Balat, las ciudades de almacenaje, cuarteles para sus carros, cuarteles para alojar la caballería y todo lo que Salomón quiso construir tanto en Jerusalén como en el Líbano y en todo el territorio que gobernaba.


7 A la gente que quedaba de los amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos, los cuales no eran israelitas, 8 o sea a los descendientes de ellos que aun quedaban en el país y que los israelitas no habían destruido, Salomón los obligó a trabajos forzados como esclavos y así siguen hasta el día de hoy. 9 Pero Salomón no obligó a ningún israelita a ser su esclavo, sino que los empleaba como soldados, comandantes y oficiales de los carros de combate y de la caballería. 10 Había 250 de ellos que le servían como supervisores de los capataces que dirigían al personal.

Footnotes


6:13 2.25 metros Textualmente cinco codos. Ver tabla de pesas y medidas.


Romanos 7:15-8:8

Palabra de Dios para Todos


15 No sé qué está pasando conmigo: lo que quisiera hacer no lo hago y resulto haciendo lo que odio. 16 Como no me gusta hacer el mal que hago, eso significa que reconozco que la ley es buena. 17 Pero en realidad no soy yo el que hace esas maldades, sino el pecado que vive en mí. 18 Yo sé que en mí el bien no tiene vida, es decir, no reside en mi naturaleza humana. Hay en mí el deseo de hacer el bien, pero no puedo llevarlo a cabo. 19 En efecto, no hago el bien que quiero hacer, sino que hago el mal que no quiero hacer. 20 Entonces si hago lo que no quiero hacer, no soy en realidad yo el que hace el mal, sino el pecado que vive en mí.


21 Así que he aprendido esta regla: aunque quiero hacer el bien, el mal está ahí conmigo. 22 En mi interior yo estoy de acuerdo con la ley de Dios. 23 Pero veo que aunque mi mente la acepta, en mi cuerpo hay otra ley que lucha contra la ley de Dios. Esa otra ley es la ley que impone el pecado. Esa ley vive en mi cuerpo y me hace prisionero del pecado. 24 ¡Eso es terrible! ¿Quién me salvará de este cuerpo que me causa muerte? 25 ¡Dios me salvará! Le doy gracias a él por medio de nuestro Señor Jesucristo.


Así que mi intención es servir a la ley establecida por Dios, pero con mi cuerpo actúo como esclavo de una ley establecida por el pecado.

La vida conforme al Espíritu Santo


8 Así pues, ahora Dios no condena a los que están unidos a Jesucristo 2 porque por medio de él, la ley del Espíritu que da vida te liberó[a] de la ley que trae pecado y muerte. 3 Lo que la ley no podía hacer porque no pudo contra la naturaleza humana, Dios lo hizo al enviar a su Hijo, quien vivió con la misma vida con la que todo ser humano peca. Lo envió como una ofrenda para pagar por el pecado y así Dios se valió de esa vida humana para condenar el pecado. 4 Todo esto lo hizo Dios para que pudiéramos vivir aprobados tal como exige la ley. Ya no vivimos de acuerdo a la naturaleza humana, sino que vivimos de acuerdo al Espíritu.


5 Los que siguen la mentalidad humana, sólo piensan en satisfacerla, pero los que viven según el Espíritu sólo piensan en satisfacer al Espíritu. 6 El que se deja controlar por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz. 7 Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad humana, está en contra de Dios y se niega a obedecer la ley de Dios. De hecho, no es capaz de obedecerla; 8 los que tienen la mentalidad humana no pueden agradar a Dios.

Footnotes


8:2 te liberó Algunos manuscritos dicen me liberó.


Salmos 18:1-15

Palabra de Dios para Todos

El Señor es mi fortaleza

(2 S 22:1-51)

Al director. Canción de David, siervo del SEÑOR. David compuso[a] esta canción al SEÑOR cuando el SEÑOR lo salvó de Saúl y de todos sus enemigos.


1

SEÑOR, te amo.

¡Tú eres mi fortaleza!


2

El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador.

Dios es mi refugio, él me protege.

Es mi escudo, me salva con su poder;

él es mi escondite más alto.

3

Alabado sea el SEÑOR;

cuando le pedí ayuda, me salvó.


4

La muerte me enredó en sus cuerdas

y me sentí perdido ante la corriente temible.

5

El lugar de los muertos me enredó en sus cuerdas,

tendía ante mí trampas mortales.

6

En mi angustia clamé al SEÑOR

y pedí ayuda a mi Dios.

Desde su templo, él escuchó mis lamentos,

y oyó mis gritos pidiendo auxilio.


7

Entonces la tierra tembló y se tambaleó;

las bases de las montañas se estremecieron.

La tierra tembló y retumbó

porque Dios estaba furioso.

8

Salía humo de su nariz[b]

y llamas de su boca;

lanzaba carbones encendidos.


9

Dios abrió el cielo

y bajó sobre una nube negra.

10

Bajó cabalgando sobre los querubines del cielo;

se deslizaba con el viento.

11

Estaba oculto en nubes densas y oscuras

que lo cubrían totalmente.

12

Entonces la gloria resplandeciente de Dios brilló en las nubes,

arrojando granizo y emitiendo fuertes rayos.

13

La voz del SEÑOR retumbó en el cielo,

el Altísimo se hizo oír y hubo rayos y granizo.

14

Dios lanzó sus flechas[c] y dispersó al enemigo.

Lanzó muchos rayos y todos salieron espantados.

15

Enviaste, SEÑOR, tu reprensión

con un soplo de tu nariz,

un viento fuerte que dejó el fondo del mar a la vista.

Las bases de la tierra quedaron al descubierto.

Footnotes


Salmo 18 compuso o cantó.

18:8 Salía humo de su nariz o En su furia, salía humo de él.

18:14 flechas Es decir, rayos.


Proverbios 19:24-25

Palabra de Dios para Todos


24

El perezoso mete la mano en el plato,

pero le da pereza hasta llevarse un bocado a la boca.

25

Castiga al que falta al respeto y servirá de ejemplo para los demás;

pero una pequeña reprimenda es suficiente para que el sabio aprenda.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International

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