Monday, February 19, 2024

DAB Español, Martes 20 de Febrero

Día 051, DAB Español, Martes 20 de Febrero


Levítico 9:7-10:20; Marcos 4:26-5:20; Salmos 37:29-40; Proverbios 10:6-7 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Levítico 9:7-10:20

Nueva Traducción Viviente


7 Luego Moisés le dijo a Aarón: «Acércate al altar y sacrifica tu ofrenda por el pecado y tu ofrenda quemada para purificarte a ti y al pueblo. Luego presenta las ofrendas del pueblo para purificarlos a ellos y hacerlos justos ante el Señor,[a] tal como él lo ha ordenado».


8 De manera que Aarón fue al altar y mató al ternero como ofrenda por el pecado por sí mismo. 9 Entonces sus hijos le llevaron la sangre, él mojó su dedo en ella y la puso en los cuernos del altar, y después derramó el resto de la sangre al pie del altar. 10 Luego quemó sobre el altar la grasa, los riñones y el lóbulo largo del hígado de la ofrenda por el pecado, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 11 Sin embargo, quemó la carne y la piel fuera del campamento.


12 A continuación, Aarón mató al animal para la ofrenda quemada, y sus hijos le llevaron la sangre, y él la salpicó por todos los lados del altar. 13 Luego ellos le entregaron cada uno de los pedazos de la ofrenda quemada, incluida la cabeza, y los quemó en el altar. 14 Después lavó las vísceras y las patas y las quemó en el altar junto con el resto de la ofrenda quemada.


15 Después Aarón presentó las ofrendas del pueblo. Mató al chivo del pueblo y lo presentó como una ofrenda por el pecado, tal como lo había hecho con la ofrenda por su propio pecado. 16 Luego presentó la ofrenda quemada y la sacrificó en la forma establecida. 17 También presentó la ofrenda de grano y quemó un puñado de la mezcla de harina en el altar, además de la ofrenda quemada habitual de la mañana.


18 Después Aarón mató al toro y al carnero como ofrenda de paz del pueblo, y sus hijos le llevaron la sangre, y él la salpicó por todos los lados del altar. 19 Luego tomó la grasa del toro y del carnero—la grasa de la cola gorda y la que rodea las vísceras—junto con los riñones y el lóbulo largo del hígado. 20 Puso estas porciones de grasa encima del pecho de estos animales y las quemó en el altar. 21 Luego Aarón levantó los pechos y los muslos derechos de los animales como una ofrenda especial al Señor, tal como Moisés lo había ordenado.


22 Entonces Aarón levantó las manos hacia el pueblo y lo bendijo. Después de presentar la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada y la ofrenda de paz, se bajó del altar. 23 Luego Moisés y Aarón entraron en el tabernáculo y, cuando salieron, volvieron a bendecir al pueblo, y la gloria del Señor se apareció a toda la comunidad. 24 Un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y consumió la ofrenda quemada y la grasa que estaba sobre el altar. Cuando los israelitas lo vieron, gritaron de alegría y se postraron rostro en tierra.

Pecado de Nadab y Abiú


10 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, pusieron carbones encendidos en sus incensarios y encima esparcieron incienso. De esta manera, desobedecieron al Señor al quemar ante él un fuego equivocado, diferente al que él había ordenado. 2 Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor.


3 Así que Moisés le dijo a Aarón: «Esto quiso decir el Señor cuando dijo:


“Demostraré mi santidad

por medio de los que se acercan a mí.

Demostraré mi gloria

ante todo el pueblo”».


Y Aarón guardó silencio.


4 Después Moisés llamó a Misael y a Elzafán, primos de Aarón e hijos de Uziel—que era tío de Aarón—y les dijo: «Vengan y llévense los cuerpos de sus parientes de delante del santuario a un lugar fuera del campamento». 5 Entonces se acercaron, los agarraron por la ropa y los llevaron fuera del campamento, tal como Moisés lo había mandado.


6 Luego Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: «No rasguen su ropa ni dejen de peinarse[b] en señal de dolor. Si lo hacen, morirán, y el enojo del Señor herirá a toda la comunidad de Israel. Sin embargo, el resto de los israelitas, sus parientes, podrán hacer duelo a causa de la destrucción por fuego de Nadab y Abiú que hizo el Señor. 7 Pero no salgan de la entrada del tabernáculo[c] o morirán, porque ustedes fueron ungidos con el aceite de unción del Señor». Entonces hicieron lo que Moisés les ordenó.

Instrucciones sobre la conducta de los sacerdotes


8 Después el Señor le dijo a Aarón: 9 «Tú y tus descendientes nunca deben beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica antes de entrar en el tabernáculo. Si lo hacen, morirán. Esta es una ley perpetua para ustedes, que se cumplirá de generación en generación. 10 Deben distinguir entre lo sagrado y lo común, entre lo que es ceremonialmente impuro y lo que es puro. 11 Y deben enseñarles a los israelitas todos los decretos que el Señor les ha dado por medio de Moisés».


12 Luego Moisés les dijo a Aarón y a los hijos que le quedaban, Eleazar e Itamar: «Tomen lo que queda de la ofrenda de grano, después de que se haya presentado una porción como ofrenda especial al Señor, y cómanla junto al altar. Es sumamente santa, por lo tanto, asegúrense de que no contenga levadura. 13 Deberán comerla en un lugar sagrado, porque se les dio a ustedes y a sus descendientes como su porción de las ofrendas especiales que se presentan al Señor. Estos son los mandatos que me fueron dados. 14 Sin embargo, el pecho y el muslo que fueron levantados como ofrenda especial podrán comérselos en cualquier lugar que sea ceremonialmente puro. Estas partes se te han dado a ti y a tus descendientes como su porción de las ofrendas de paz presentadas por el pueblo de Israel. 15 Deberán levantar el muslo y el pecho como ofrenda especial al Señor, junto con la grasa de las ofrendas especiales. Estas partes te pertenecerán a ti y a tus descendientes, tal como el Señor ha ordenado».


16 Luego Moisés les preguntó qué había sucedido con el chivo de la ofrenda por el pecado. Cuando descubrió que había sido quemado, se enojó mucho con Eleazar e Itamar, los hijos que le quedaban a Aarón.


17 —¿Por qué no comieron la ofrenda por el pecado en el lugar sagrado?—les preguntó—. ¡Es una ofrenda santa! El Señor se la dio a ustedes para quitar la culpa de la comunidad y purificar al pueblo, y hacerlo justo ante el Señor.[d] 18 Puesto que la sangre del animal no fue llevada al Lugar Santo, ustedes debieron haberse comido la carne en el lugar sagrado, como lo ordené.


19 Aarón le contestó a Moisés:


—Hoy, mis hijos presentaron al Señor tanto su ofrenda por el pecado como su ofrenda quemada. No obstante, me ocurrió esta tragedia. ¿Le habría agradado al Señor si yo hubiera comido la ofrenda por el pecado del pueblo en un día tan trágico como este?


20 Cuando Moisés escuchó esto, quedó satisfecho.

Footnotes


9:7 O para hacer expiación por ellos.

10:6 O ni se descubran la cabeza.

10:7 En hebreo de la carpa de reunión; similar en 10:9.

10:17 O y hacer expiación por el pueblo delante del Señor.



Marcos 4:26-5:20

Nueva Traducción Viviente

Parábola de la semilla que crece


26 Jesús también dijo: «El reino de Dios es como un agricultor que esparce semilla en la tierra. 27 Día y noche, sea que él esté dormido o despierto, la semilla brota y crece, pero él no entiende cómo sucede. 28 La tierra produce las cosechas por sí sola. Primero aparece una hoja, luego se forma la espiga y finalmente el grano madura. 29 Tan pronto como el grano está listo, el agricultor lo corta con la hoz porque ha llegado el tiempo de la cosecha».

Parábola de la semilla de mostaza


30 Jesús dijo: «¿Cómo puedo describir el reino de Dios? ¿Qué relato emplearé para ilustrarlo? 31 Es como una semilla de mostaza sembrada en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas, 32 pero se convierte en la planta más grande del huerto; sus ramas llegan a ser tan grandes que los pájaros hacen nidos bajo su sombra».


33 Jesús empleó muchas historias e ilustraciones similares para enseñar a la gente, tanto como pudieran entender. 34 De hecho, durante su ministerio público nunca enseñó sin usar parábolas; pero después, cuando estaba a solas con sus discípulos, les explicaba todo a ellos.

Jesús calma la tormenta


35 Al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos al otro lado del lago». 36 Así que dejaron a las multitudes y salieron con Jesús en la barca (aunque otras barcas los siguieron). 37 Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua.


38 Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron.


39 Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. 40 Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?».


41 Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre?—se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!».

Jesús sana a un hombre endemoniado


5 Entonces llegaron al otro lado del lago, a la región de los gerasenos.[a] 2 Cuando Jesús bajó de la barca, un hombre poseído por un espíritu maligno[b] salió de entre las tumbas a su encuentro. 3 Este hombre vivía en las cuevas de entierro y ya nadie podía sujetarlo, ni siquiera con cadenas. 4 Siempre que lo ataban con cadenas y grilletes—lo cual le hacían a menudo—, él rompía las cadenas de sus muñecas y destrozaba los grilletes. No había nadie con suficiente fuerza para someterlo. 5 Día y noche vagaba entre las cuevas donde enterraban a los muertos y por las colinas, aullando y cortándose con piedras afiladas.


6 Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio, corrió a su encuentro y se inclinó delante de él. 7 Dando un alarido, gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡En el nombre de Dios, te suplico que no me tortures!». 8 Pues Jesús ya le había dicho al espíritu: «Sal de este hombre, espíritu maligno».


9 Entonces Jesús le preguntó:


—¿Cómo te llamas?


Y él contestó:


—Me llamo Legión, porque somos muchos los que estamos dentro de este hombre.


10 Entonces los espíritus malignos le suplicaron una y otra vez que no los enviara a un lugar lejano.


11 Sucedió que había una gran manada de cerdos alimentándose en una ladera cercana. 12 «Envíanos a esos cerdos—suplicaron los espíritus—. Déjanos entrar en ellos».


13 Entonces Jesús les dio permiso. Los espíritus malignos salieron del hombre y entraron en los cerdos, y toda la manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó en el agua.


14 Los hombres que cuidaban los cerdos huyeron a la ciudad cercana y sus alrededores, difundiendo la noticia mientras corrían. La gente salió corriendo para ver lo que había pasado. 15 Pronto una multitud se juntó alrededor de Jesús, y todos vieron al hombre que había estado poseído por la legión de demonios. Se encontraba sentado allí, completamente vestido y en su sano juicio, y todos tuvieron miedo. 16 Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos; 17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz.


18 Mientras Jesús entraba en la barca, el hombre que había estado poseído por los demonios le suplicaba que le permitiera acompañarlo. 19 Pero Jesús le dijo: «No. Ve a tu casa y a tu familia y diles todo lo que el Señor ha hecho por ti y lo misericordioso que ha sido contigo». 20 Así que el hombre salió a visitar las Diez Ciudades[c] de esa región y comenzó a proclamar las grandes cosas que Jesús había hecho por él; y todos quedaban asombrados de lo que les decía.

Footnotes


5:1 Otros manuscritos dicen gadarenos; incluso otros dicen gergesenos. Ver Mt 8:28; Lc 8:26.

5:2 En griego impuro; también en 5:8, 13.

5:20 En griego Decápolis.



Salmos 37:29-40

Nueva Traducción Viviente


29

Los justos poseerán la tierra

y vivirán allí para siempre.


30

Los justos ofrecen buenos consejos;

enseñan a diferenciar entre lo bueno y lo malo.

31

Han hecho suya la ley de Dios,

por eso, nunca resbalarán de su camino.


32

Los malvados esperan en emboscada a los justos,

en busca de una excusa para matarlos.

33

Pero el Señor no permitirá que los perversos tengan éxito

ni que los justos sean condenados cuando los lleven a juicio.


34

Pon tu esperanza en el Señor

y marcha con paso firme por su camino.

Él te honrará al darte la tierra

y verás destruidos a los perversos.


35

He visto a gente malvada y despiadada

florecer como árboles en tierra fértil.

36

Pero cuando volví a mirar, ¡habían desaparecido!

¡Aunque los busqué, no pude encontrarlos!


37

Miren a los que son buenos y honestos,

porque a los que aman la paz les espera un futuro maravilloso.

38

Pero los rebeldes serán destruidos;

para ellos no hay futuro.


39

El Señor rescata a los justos;

él es su fortaleza en tiempos de dificultad.

40

El Señor los ayuda;

los rescata de los malvados.

Él salva a los justos,

y ellos encuentran refugio en él.


Proverbios 10:6-7

Nueva Traducción Viviente


6

Los justos se llenan de bendiciones;

las palabras de los perversos encubren intenciones violentas.


7

Tenemos buenos recuerdos de los justos,

pero el nombre del perverso se pudre.

Nueva Traducción Viviente (NTV)


La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Sábado 11 de Mayo

Día 132, DAB Español, Sábado 11 de Mayo 1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Reina Valera Contemporánea (RVC)) ...