Thursday, July 3, 2025

DAB Español, Viernes 04 de Julio

Día 186, DAB Español, Viernes 04 de Julio


2 Reyes  23:31-25:30; Hechos 22:17-23:10; Salmos 2; Proverbios 18:13 (Reina Valera Contemporánea (RVC))











2 Reyes 23:31-25:30

Reina Valera Contemporánea

Reinado y derrocamiento de Joacaz


31 Joacaz tenía veintitrés años cuando comenzó a reinar, y reinó tres meses en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal hija de Jeremías, y era de Libna. 32 Pero Joacaz hizo lo malo a los ojos del Señor, tal y como lo habían hecho sus antepasados. 33 Para que Joacaz no reinara en Jerusalén, el faraón Necao lo encarceló en Ribla, en la provincia de Jamat, y al país le impuso un tributo de tres mil trescientos kilos de plata y treinta y tres kilos de oro. 34 Además, el faraón Necao puso por rey a Eliaquín hijo de Josías en lugar de su padre, y le cambió el nombre por el de Joacín; luego tomó a Joacaz y lo llevó a Egipto, donde murió. 35 Joacín pagó al faraón el tributo de plata y oro, pero para cumplir con este tributo tuvo que imponer al pueblo un impuesto sobre el valor de la tierra que cada uno poseía, y ese dinero se lo dio al faraón Necao.

Reinado de Joacín


36 Joacín tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Zebuda hija de Pedaías, y era de Ruma. 37 Pero hizo lo malo a los ojos del Señor, tal y como lo habían hecho sus antepasados.


24 Durante el reinado de Joacín el rey Nabucodonosor de Babilonia invadió Judá, y Joacín se convirtió en su súbdito durante tres años, aunque luego decidió rebelarse contra él. 2 Pero el Señor envió contra Joacín tropas de caldeos, sirios, moabitas y amonitas, para que destruyeran a Judá, en cumplimiento de la palabra del Señor anunciada por medio de sus siervos los profetas. 3 Esto le sucedió a Judá por mandato del Señor, para borrarla de su presencia por causa de los pecados de Manasés y por todo lo que él hizo, 4 y por la sangre inocente que derramó. Como, en efecto, llenó a Jerusalén de sangre inocente, el Señor no quiso perdonar.


5 Los demás hechos de Joacín, y todas sus obras, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 6 Cuando Joacín fue a reunirse con sus antepasados, reinó en su lugar su hijo Joaquín. 7 Nunca más el faraón volvió a salir de Egipto, porque el rey de Babilonia conquistó todo su territorio, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates.

Joaquín y sus nobles, llevados cautivos a Babilonia


8 Joaquín tenía dieciocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén tres meses. Su madre se llamaba Nejustá hija de Elnatán, y era de Jerusalén. 9 Pero Joaquín hizo lo malo a los ojos del Señor, tal y como lo había hecho su padre.


10 Por esos días los oficiales del rey Nabucodonosor de Babilonia atacaron y sitiaron la ciudad de Jerusalén. 11 Mientras sus oficiales mantenían sitiada la ciudad, llegó también Nabucodonosor mismo. 12 Entonces el rey Joaquín de Judá se entregó al rey de Babilonia, junto con su madre, sus siervos, sus jefes y sus oficiales, y el rey de Babilonia lo capturó. Era el año octavo de su reinado. 13 Nabucodonosor sacó de la ciudad todos los tesoros del templo del Señor y los tesoros del palacio real y, tal y como el Señor lo había dicho, hizo pedazos todos los utensilios de oro que el rey Salomón de Israel había hecho para el templo del Señor.


14 Nabucodonosor se llevó cautivos a diez mil habitantes de Jerusalén. Todos los príncipes y todos los mejores soldados, y todos los artesanos y herreros, fueron hechos cautivos. En el país sólo se quedó la gente más pobre. 15 De Jerusalén a Babilonia se llevó cautivos al rey Joaquín y a su madre, a sus mujeres y a sus oficiales, y a los poderosos de la tierra. 16 El rey de Babilonia también se llevó cautivos a siete mil hombres de guerra, a mil artesanos y herreros, y a todos los hombres capaces de entrar en combate. 17 En lugar de Joaquín, el rey de Babilonia puso por rey a su tío Matanías, y le cambió el nombre por el de Sedequías.

Reinado de Sedequías


18 Sedequías tenía veintiún años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamutal hija de Jeremías, y era de Libna. 19 Pero Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor, tal y como lo había hecho Joacín. 20 Por eso la ira del Señor se desató contra Jerusalén y Judá, hasta que los arrojó de su presencia. Pero Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia.

Caída de Jerusalén


25 Sedequías se rebeló contra el rey Nabucodonosor de Babilonia, y Nabucodonosor vino con todo su ejército y atacó a Jerusalén y la sitió, y levantó torres de asalto a su alrededor. Era el día diez del mes décimo del noveno año del reinado de Sedequías, 2 y la ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo de su reinado. 3 A los nueve días del cuarto mes el hambre en la ciudad se agravó, al grado de que la gente del país no tenía nada que comer. 4 Como ya se había abierto una brecha en la muralla de la ciudad, todos los hombres de guerra huyeron durante la noche; salieron por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, a pesar de que los caldeos rodeaban la ciudad; el rey se fue por el camino del Arabá. 5 Pero el ejército caldeo siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, después de que todo su ejército había sido dispersado. 6 Apresado el rey, lo llevaron ante el rey de Babilonia en Ribla, y dictaron sentencia contra él. 7 A los hijos de Sedequías los degollaron en presencia de Sedequías, y a éste le sacaron los ojos, y encadenado lo llevaron a Babilonia.

Cautiverio de Judá


8 El día siete del mes quinto del año diecinueve del rey Nabucodonosor de Babilonia, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, que era capitán de la guardia y oficial del rey de Babilonia. 9 Y Nabuzaradán les prendió fuego al templo del Señor y al palacio real, y a todas las casas de Jerusalén y a todos los palacios de los príncipes. 10 Todo el ejército de los caldeos, que estaba con el capitán de la guardia, se dedicó a derribar las murallas que rodeaban a Jerusalén. 11 Luego, Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivos a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al bando del rey de Babilonia, y a los que se habían quedado de la gente común. 12 A los pobres del país los dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que labraran las viñas y el campo.


13 Los caldeos derribaron las columnas de bronce y las bases, y el mar de bronce, que estaban en el templo del Señor, y se llevaron el bronce a Babilonia. 14 Se llevaron también las paletas, las despabiladeras, los cucharones, y todos los utensilios de bronce con que ministraban: 15 incensarios, cuencos, en fin, todo lo que era de oro y todo lo que era de plata. Todo eso se lo llevó el capitán de la guardia. 16 Se llevó las dos columnas, un mar, y las bases que Salomón había hecho para el templo del Señor. No fue posible pesar todo esto. 17 La altura de una columna era de dieciocho codos, y tenía encima un capitel de bronce; la altura del capitel era de tres codos, y sobre el capitel había una red y granadas alrededor. Todo era de bronce, y la otra columna con su red estaba hecha de la misma manera.


18 El capitán de la guardia capturó luego al primer sacerdote Seraías, al segundo sacerdote Sofonías, y a tres guardas de la vajilla. 19 De la ciudad capturó a un oficial que estaba al mando de los hombres de guerra, y a cinco de los consejeros del rey, que estaban en la ciudad; al principal escriba del ejército, que llevaba el registro de la gente del país, y a sesenta varones del pueblo que se encontraban en la ciudad. 20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los capturó y los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Ribla. 21 Allí en Ribla, en tierra de Jamat, el rey de Babilonia los hirió de muerte y les quitó la vida. Así es como Judá fue desterrado y llevado cautivo.

Los sobrevivientes huyen a Egipto


22 Al pueblo que el rey Nabucodonosor de Babilonia dejó en la tierra de Judá, lo puso bajo el gobierno de Gedalías, el hijo de Ajicán y nieto de Safán. 23 Y cuando todos los príncipes del ejército y su gente supieron que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, fueron a verlo en Mispá. Eran Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Careaj, Seraías hijo de Tanjumet, el netofatita, y Jazanías, el hijo de un macatita, más su gente. 24 Entonces Gedalías les hizo un juramento a todos ellos, y les dijo: «No tengan ningún temor de servir a los caldeos. Habiten el país, y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien».


25 Pero en el mes séptimo Ismael, que era hijo de Netanías y nieto de Elisama, de la estirpe real, y otros diez hombres, fueron e hirieron de muerte a Gedalías, y con él a los de Judá y a los caldeos que estaban con él en Mispá. 26 Entonces todos los del pueblo, desde el menor hasta el mayor, se levantaron y se fueron a Egipto, junto con los capitanes del ejército, por temor a los caldeos.

Joaquín es liberado y homenajeado en Babilonia


27 El día veintisiete del mes duodécimo del año treinta y siete del cautiverio del rey Joaquín de Judá, el rey Evil Merodac de Babilonia, puso en libertad al rey Joaquín de Judá y lo sacó de la cárcel. Era el primer año de su reinado. 28 Le habló a Joaquín con mucha bondad, y puso su trono por encima de los tronos de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29 Le cambió sus harapos de prisionero, y lo sentó a su mesa por el resto de sus días. 30 Además, todos los días Joaquín recibía de parte del rey una pensión, y esto se hizo así todos los días de su vida.



Hechos 22:17-23:10

Reina Valera Contemporánea

Pablo es enviado a los no judíos


17 »Cuando volví a Jerusalén, mientras oraba yo en el templo, entré en éxtasis. 18 Vi entonces al Señor, y escuché que me decía: “Date prisa, y sal pronto de Jerusalén, porque no van a creer lo que les digas de mí.” 19 Yo le respondí: “Señor, ellos saben que yo andaba por todas las sinagogas encarcelando y azotando a los que creían en ti. 20 Cuando corría la sangre de Esteban, tu testigo, yo estaba allí, aprobando su muerte con mi presencia y cuidando la ropa de quienes lo mataron.” 21 Pero el Señor me dijo: “Anda, que voy a enviarte lejos, a los que no son judíos.”»

Pablo en manos del tribuno


22 Hasta aquí lo escucharon. Entonces alzaron la voz y gritaron: «¡Mátalo! ¡Bórralo de este mundo! ¡Gente así no merece vivir!» 23 Y se rasgaban la ropa y lanzaban polvo al aire, y no dejaban de gritar. 24 Entonces el tribuno mandó que llevaran a Pablo a la fortaleza, con órdenes de que lo interrogaran y lo azotaran para saber por qué protestaban contra él. 25 Cuando lo estaban atando con correas, Pablo le preguntó al centurión allí presente: «¿Acaso está permitido azotar a un ciudadano romano sin que antes se le juzgue?» 26 Cuando el centurión oyó esto, fue con el tribuno y le dijo: «¿Y ahora qué vas a hacer? ¡Este hombre es ciudadano romano!» 27 Fue entonces el tribuno y le preguntó: «Dime, ¿en verdad eres ciudadano romano?» Y como Pablo respondió que sí, 28 el tribuno se jactó: «¡A mí me costó mucho dinero adquirir la ciudadanía!» Pero Pablo le respondió: «Yo soy romano de nacimiento.» 29 Al saber que Pablo era ciudadano romano, los que iban a interrogarlo se apartaron de él, y el tribuno hizo lo mismo, pues tuvo miedo de haber ordenado que lo interrogaran.

Pablo ante el concilio


30 Al día siguiente, el tribuno quiso saber por qué realmente lo acusaban los judíos, así que ordenó que le quitaran las cadenas, y también que se presentaran los principales sacerdotes y el concilio. Luego sacó a Pablo, y lo hizo comparecer ante ellos.


23 Pablo fijó la mirada en el concilio, y dijo: «Hermanos, toda mi vida he vivido delante de Dios sin tener nada de qué avergonzarme.» 2 Entonces Ananías, que era el sumo sacerdote, ordenó a los que estaban junto a él que lo golpearan en la boca; 3 pero Pablo le dijo: «¡Así te golpeará Dios a ti, muro blanqueado! Tú estás sentado allí para juzgarme conforme a la ley; ¿por qué violas la ley al mandar que me golpeen?» 4 Los que estaban allí le dijeron: ¡Estás insultando al sumo sacerdote de Dios! 5 Entonces Pablo respondió: «Hermanos, yo no sabía que era el sumo sacerdote. Pero sé que está escrito: “No maldecirás a un príncipe de tu pueblo.”»


6 Cuando Pablo se dio cuenta de que una parte del concilio era de saduceos y otra de fariseos, alzó la voz y dijo: «Hermanos, yo soy fariseo, y soy hijo de un fariseo. Se me está juzgando porque espero la resurrección de los muertos.» 7 En cuanto dijo esto, se suscitó una discusión entre los fariseos y los saduceos, y la asamblea se dividió. 8 Y es que los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus; pero los fariseos sí creen en todo esto. 9 Se levantó entonces una gritería, y los escribas que apoyaban a los fariseos se levantaron a protestar: «No vemos que este hombre haya cometido ningún crimen. ¡Puede haberle hablado un espíritu o un ángel! 10 Y como la discusión iba en aumento, el tribuno temía que fueran a despedazar a Pablo, así que mandó que los soldados bajaran y lo quitaran de en medio, y se lo llevaran a la fortaleza.



Salmos 2

Reina Valera Contemporánea

El reino del ungido del Señor


2 ¿Por qué se rebelan los pueblos?

¿Por qué conspiran las naciones?

2

Los reyes de la tierra hacen alianzas;

los caudillos se declaran en contra

del Señor y de su Mesías. Y dicen:

3

«¡Vamos a quitarnos sus cadenas!

¡Vamos a librarnos de sus ataduras!»


4

El que reina en los cielos se ríe;

el Señor se burla de ellos.

5

Pero ya enfurecido, les habla,

y con su enojo los deja turbados.

6

«Ya he establecido a mi rey

sobre el monte Sión, mi lugar santo.»


7

Yo daré a conocer el decreto

que el Señor me ha comunicado:

«Tú eres mi hijo.

En este día te he engendrado.

8

Pídeme que te dé las naciones como herencia,

y tuyos serán los confines de la tierra.

9

Someterás a las naciones con cetro de hierro,

y las destrozarás como a vasijas de barro.»


10

Ustedes, los reyes: ¡sean prudentes!

Y ustedes, los jueces: ¡admitan la corrección!

11

Sirvan al Señor con reverencia

y ríndanle culto con temor reverente.

12

Ríndanse a los pies de su Hijo,

no sea que él se enoje y ustedes perezcan,

pues su enojo se enciende de repente.

¡Bienaventurados son los que en él confían!



Proverbios 18:13

Reina Valera Contemporánea


13

¡Cuán presuntuoso y ridículo se muestra

el que responde antes de oír!

Reina Valera Contemporánea (RVC)


Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

DAB Español, Jueves 03 de Julio, Colosenses 02

En esta lección, seguimos en Colosenses 1, viendo las declaraciones de Pablo de que somos libres de este mundo y traslados al reino de Jesús. Vimos como Jesús es la imagen de Dios, el primogénito de toda creación (nueva), el creador de todo, y que todo lo creado es PARA Él. En Él todas las cosas subsisten. Él es la cabeza de la iglesia. En Él habita la plenitud (de Dios), y por medio de Él, se reconcilian todas las cosas por medio de su sangre en la cruz.







Lección 2                               Colosenses                

 

Repaso

 A. La gente de Asia menor tenían tendencias hacia la astrología y Pablo

    trata con estas creencias

 B. Pablo trata con algunas herejías como el Gnosticismo

 C. La iglesia de los Colosenses:

  1. Se formaba principalmente de gentiles

  2. Tenía fama como iglesia sólida, pero, siempre atacada por las herejías

 D. Un vistazo al libro

  1. Capítulo 1: La preeminencia de Cristo declarada

  2. Capítulo 2: La preeminencia de Cristo defendida

  3. Capítulos 3 y 4: La preeminencia de Cristo demostrada

Colosenses 1

v.1-2 – Pablo, un apóstol con su aprendiz Timoteo

v.3-8 - aparecen “fe, esperanza, y amor” – ellos demuestran todos

 La fe – tenemos por oír la Palabra de Dios – y confiar en Dios sin

    ver con los ojos físicos

 La esperanza – del futuro en el cielo

 El amor – algo activo que se demuestra en esta vida

 

Colosenses 1 (a continuación)

v.9-14

 1. Una declaración de Pablo

  a) Librados de los poderes de las tinieblas

  b) Trasladados al reino de Jesús

  c) Teniendo la redención por Su Sangre, que es el perdón del pecado

 2. Una oración (como las que se ven en Efesios 1, y Efesios 3.

   a) Que sean llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría

     e inteligencia espiritual

   b) Que anden como es digno:

    1) Agradándole a Dios en todo

    2) Llevando fruto en toda buena obra

    3) Creciendo en el conocimiento de Dios

    4) Fortalecidos con todo poder – para toda paciencia y longanimidad

   c) Con gozo, dándole gracias al Padre, quien nos hizo aptos para

     participar en nuestra herencia

v.15-29 – Terminando la oración, habla de la preeminencia de Cristo

    – tocando algunas de las herejías


v.15-20

 Puntos principales – hablando de Jesucristo – destruyendo las herejías

   de los  Gnósticos y otros

  1. Es la imagen de Dios

  2. Es el primogénito de toda creación (nueva)

  3. Es el creador de todo – visibles e invisibles – en el cielo y en la Tierra

         Incluso los espíritus (ángeles)

  4. Todo lo creado es PARA Él

  5. En Él todas las cosas subsisten

  6. Es la cabeza de la iglesia

  7. En Él habita la plenitud (de Dios)

  8. Por medio de Él, se reconcilian todas las cosas – por medio de su sangre en la cruz

 Hebreos 1:1-4

  1. “Sustenta todas las cosas”

  2. 2 Pedro 3:6-8 – Lo que pasa cuando Él suelta lo que mantiene todo

 

 


Wednesday, July 2, 2025

DAB Español, Jueves 03 de Julio

Día 185, DAB Español, Jueves 03 de Julio


2 Reyes  22:4-23:30; Hechos 21:37-22:16; Salmos 1; Proverbios 18:11-12 (Reina Valera Contemporánea (RVC))










    

2 Reyes 22:4-23:30

Reina Valera Contemporánea


4 «Ve a ver al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que el pueblo ha traído al templo del Señor, y que han recibido los guardianes de la puerta. 5 Dile que entreguen ese dinero a los que tienen a su cargo las obras de reparación del templo del Señor, y a los que están reparando las grietas del templo; 6 es decir, a los carpinteros, maestros y albañiles, y a los que compran la madera y la piedra de cantería para reparar el templo. 7 Dile que no les pidan cuentas del dinero que se les confíe, porque ellos proceden con honradez.»


8 El sumo sacerdote Hilcías dijo entonces al escriba Safán:


«He hallado en el templo del Señor el libro de la ley.»


Y no sólo le dio el libro a Safán, sino que se lo leyó. 9 Y cuando el escriba Safán se presentó ante el rey, le dijo:


«Tus siervos han recogido el dinero que había en el templo, y se lo han entregado a los que hacen las obras y tienen a su cargo los arreglos del templo del Señor.»


10 Además, el escriba Safán le informó al rey:


«El sacerdote Hilcías me ha dado un libro.»


Enseguida, Safán se lo leyó al rey. 11 Y en cuanto el rey escuchó las palabras del libro de la ley, se rasgó las vestiduras 12 y ordenó al sacerdote Hilcías, a Ajicán hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a su siervo Asaías, lo siguiente:


13 «Vayan y consulten al Señor por mí y por el pueblo, y por todo Judá, en cuanto a las palabras de este libro que se ha hallado. Con toda seguridad la ira del Señor se ha encendido contra nosotros en gran manera, pues nuestros padres no atendieron a las palabras de este libro, para conducirse en conformidad con todo lo que nos fue escrito.»


14 Entonces el sacerdote Hilcías, y Ajicán, Acbor, Safán y Asaías, fueron a ver a la profetisa Julda, que era la mujer de Salún, que cuidaba las vestiduras y era hijo de Ticva y nieto de Jarjás. Julda vivía en la segunda parte de la ciudad de Jerusalén. Hablaron con ella, 15 y ella les dijo:


«Así ha dicho el Señor, el Dios de Israel: “Digan al varón que los envió a consultarme, 16 que yo, el Señor, voy a traer sobre este lugar, y sobre sus habitantes, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá. 17 Lo haré porque me abandonaron, quemaron incienso a dioses extraños, y provocaron mi enojo con todo lo que han hecho. Mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará. 18 Pero al rey de Judá que los ha enviado a consultarme le dirán que yo, el Señor y Dios de Israel, he dicho: Puesto que tú has prestado atención a las palabras del libro, 19 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de mí cuando oíste mi sentencia contra este lugar y contra sus habitantes, los cuales van a ser asolados y malditos, y puesto que te rasgaste las vestiduras y lloraste en mi presencia, también yo te he prestado atención.


—Palabra del Señor.


20 ”Por lo tanto, yo te reuniré con tus antepasados, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y ya no verás todo el mal que voy a traer sobre este lugar.”»


Ellos llevaron al rey la respuesta.


23 Entonces el rey ordenó que todos los ancianos de Judá y de Jerusalén se reunieran con él, 2 y el rey subió al templo del Señor en compañía de todos los varones de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén. Lo acompañaban los sacerdotes y profetas y todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande. Allí leyó, de modo que todos oyeran, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en el templo del Señor. 3 Luego, el rey se puso de pie junto a la columna e hizo un pacto en presencia del Señor, de que siempre lo seguirían y cumplirían sus mandamientos, testimonios y estatutos, y que con todo el corazón y con toda el alma cumplirían las palabras del pacto escritas en ese libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.

Reformas de Josías


4 Entonces el rey ordenó al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacaran del templo del Señor todos los utensilios que habían sido hechos para Baal y para Asera y para todo el ejército de los cielos, y que los quemaran en el campo del Cedrón, fuera de Jerusalén, y que las cenizas fueran llevadas a Betel. 5 Quitó de sus puestos a los sacerdotes idólatras designados por los reyes de Judá para quemar incienso en los altares de los montes en las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, y también a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos. 6 Hizo también que la imagen de Asera la sacaran del templo del Señor y de Jerusalén, y que la llevaran al valle del Cedrón para que allí mismo la quemaran y la redujeran a cenizas; y el polvo lo echaron sobre los sepulcros de la gente común. 7 Mandó derribar también los aposentos en el templo del Señor donde se practicaba la prostitución idolátrica y donde las mujeres tejían mantos para Asera.


8 Josías ordenó que todos los sacerdotes de las ciudades de Judá fueran a Jerusalén, y desde Geba hasta Berseba profanó los altares de los montes, donde los sacerdotes quemaban incienso; además, derribó los altares que estaban a la entrada de la ciudad, del lado izquierdo de la puerta de Josué, el gobernador. 9 Los sacerdotes de los altares en los montes no podían acercarse al altar del Señor en Jerusalén, sino que comían panes sin levadura entre sus hermanos.


10 Josías profanó también a Tofet, que está en el valle de Ben Jinón, para que ninguno ofreciera a su hijo o su hija en el fuego para rendir culto a Moloc. 11 Quitó también los caballos que estaban a la entrada del templo del Señor, junto a la cámara del eunuco Natán Mélec, el cual tenía a su cargo los ejidos. Esos caballos habían sido dedicados al sol por los reyes de Judá, pero Josías ordenó que los quemaran. 12 Además, el rey Josías derribó los altares que los reyes de Judá habían mandado hacer, y que estaban sobre la azotea de la sala de Ajaz, lo mismo que los altares que Manasés había mandado construir en los dos atrios del templo del Señor, y enseguida arrojó el polvo al arroyo del Cedrón. 13 Profanó los altares de los montes delante de Jerusalén, a la derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón, rey de Israel, había mandado construir para Astoret y Quemos, los repugnantes ídolos de los sidonios y de los moabitas, y para Milcón, el repugnante ídolo de los amonitas. 14 Hizo pedazos las estatuas e imágenes de Asera, y rellenó el lugar con huesos humanos.


15 Josías destruyó también el altar que estaba en Betel, y el altar del monte que había construido Jeroboán hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel; destruyó aquel altar y le prendió fuego hasta reducirlo a cenizas, y le prendió fuego también a la imagen de Asera.


16 Ya volvía Josías cuando vio los sepulcros que estaban allí en el monte. Entonces mandó sacar los huesos de los sepulcros, y para profanarlo ordenó que los quemaran sobre el altar. Así se cumplió la palabra del Señor, que el varón de Dios había anunciado en su profecía. 17 Después de eso, preguntó:


«Aquí veo un monumento. ¿De quién es?»


Los habitantes de la ciudad le respondieron:


«Es el sepulcro del varón de Dios que vino de Judá, el cual predijo contra el altar de Betel todo lo que tú has hecho.»


18 Entonces Josías dijo:


«Que nadie lo toque ni mueva sus huesos.»


Fue así como se preservaron sus huesos y los del profeta que había llegado de Samaria. 19 Pero Josías ordenó que se quitaran todos los santuarios de los altares que había en los montes de Samaria, con los cuales los reyes de Israel habían provocado la ira del Señor, e hizo con ellos lo mismo que había hecho en Betel. 20 Además, sobre esos altares sacrificó a todos los sacerdotes de los santuarios que había en esos montes, y quemó sobre ellos huesos humanos. Después de eso, volvió a Jerusalén.

Josías celebra la pascua


21 El rey dio a todo el pueblo la siguiente orden:


«Celebren la pascua del Señor su Dios, tal y como está escrito en el libro de este pacto.»


22 La pascua no se había celebrado desde los días en que los jueces gobernaban a Israel, ni tampoco en los días de los reyes de Israel y de Judá. 23 Pero se celebró en Jerusalén en el año dieciocho del reinado de Josías, en honor del Señor.

La ira del Señor contra Judá


24 En cumplimiento de las palabras de la ley, escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en el templo del Señor, Josías acabó también con los encantadores, adivinos y terafines, y con todas las prácticas repugnantes que solían verse en Judá y en Jerusalén. 25 Ni antes ni después de Josías hubo otro rey que se volviera al Señor con todo su corazón, y con toda su alma y con todas sus fuerzas, y que cumpliera toda la ley de Moisés. 26 Sin embargo, era tal la ira del Señor contra Judá por todas las provocaciones de Manasés, que el Señor seguía muy enojado. 27 Por eso dijo:


«También quitaré de mi presencia a Judá, como quité a Israel, y desecharé a Jerusalén, ciudad a la cual había escogido, y al templo del cual yo había dicho: “Allí estará mi nombre.”»

Muerte de Josías


28 Los demás hechos de Josías, y todas sus obras, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.


29 Por esos días, el faraón Necao, rey de Egipto, se dirigió al río Éufrates para luchar contra el rey de Asiria, y el rey Josías salió a enfrentarse con él en Meguido, pero en cuanto Necao lo vio, lo mató. 30 Sus oficiales lo pusieron entonces en un carro, y llevaron su cadáver de Meguido a Jerusalén, para ponerlo en su sepulcro. La gente del país tomó entonces a Joacaz hijo de Josías, y lo ungieron y lo proclamaron rey en lugar de su padre.



Hechos 21:37-22:16

Reina Valera Contemporánea

Defensa de Pablo ante el pueblo


37 Cuando estaban por meter a Pablo en la fortaleza, éste le dijo al tribuno: «¿Me permites decirte algo?» Y el tribuno respondió: «¿Sabes griego? 38 ¿Acaso no eres tú aquel egipcio sedicioso, que hace poco se sublevó y llevó al desierto a cuatro mil sicarios?» 39 Pablo le dijo: «No. Soy judío, y nací en Tarso de Cilicia, que no es una ciudad insignificante. Te ruego que me permitas hablar al pueblo.» 40 El tribuno se lo permitió. Entonces Pablo, de pie en las gradas, hizo una señal con la mano al pueblo, para que se callaran. En cuanto hubo silencio, les dijo en arameo:


22 «Padres y hermanos míos, escuchen ahora lo que tengo que decir en mi defensa.»


2 Al oír que les hablaba en lengua aramea, todos guardaron silencio. Pablo siguió diciendo:


3 «Yo soy judío. Nací en Tarso de Cilicia, pero me criaron en esta ciudad, donde Gamaliel me instruyó con total apego a la ley de nuestros antepasados. El celo por Dios que ustedes sienten hoy, también lo sentí yo, 4 pues perseguí a muerte a los de este Camino. Yo aprehendía y llevaba a las cárceles a hombres y mujeres; 5 el sumo sacerdote y todos los ancianos me dieron cartas para apresar a los hermanos; ellos son testigos de que fui a Damasco para aprehender a los creyentes que estuvieran allí, y llevarlos a Jerusalén para castigarlos.

Pablo relata su conversión


6 »Pero sucedió que en el camino, ya cerca de Damasco y como a mediodía, de repente me rodeó una intensa luz del cielo, 7 Caí al suelo, y entonces oí una voz que me decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” 8 Yo respondí: “¿Quién eres, Señor?” Y la voz me contestó: “Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues.” 9 Los que me acompañaban vieron la luz, y se espantaron; pero no escucharon la voz del que me hablaba. 10 Entonces dije: “Señor, ¿qué debo hacer?” Y el Señor me dijo: “Levántate, y ve a Damasco; allí se te dirá todo lo que se ha determinado que hagas.” 11 Como yo no podía ver por causa de esa luz tan potente, los que me acompañaban me llevaron de la mano, y así llegué a Damasco.


12 »Allí vivía Ananías, un hombre piadoso y apegado a la ley, de quien todos los judíos que allí vivían hablaban bien. 13 Ananías vino, se me acercó y me dijo: “Hermano Saulo, ¡recibe la vista!” Y en ese mismo instante recobré la vista y pude verlo. 14 Y él me dijo: “El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo y escuches de sus propios labios su palabra, 15 pues tú serás su testigo ante todo el mundo de esto que has visto y oído. 16 ¿Qué esperas, entonces? ¡Levántate y bautízate, e invoca su nombre, para que quedes limpio de tus pecados!”


Salmos 1

Reina Valera Contemporánea

LIBRO I

El justo y los pecadores


1 Bienaventurado el hombre

que no anda en compañía de malvados,

ni se detiene a hablar con pecadores,

ni se sienta a conversar con blasfemos.

2

Que, por el contrario,

se deleita en la ley del Señor,

y día y noche medita en ella.

3

Ese hombre es como un árbol

plantado junto a los arroyos:

llegado el momento da su fruto,

y sus hojas no se marchitan.

¡En todo lo que hace, prospera.

4

Con los malvados no pasa lo mismo;

¡son como el tamo que se lleva el viento!

5

Por eso los malvados y pecadores

no tienen arte ni parte en el juicio

ni en las reuniones de los justos.

6

El Señor conoce el camino de los justos,

pero la senda de los malos termina mal.



Proverbios 18:11-12

Reina Valera Contemporánea


11

El rico piensa que sus riquezas

son una fortaleza de altas murallas.

12

El orgullo humano es presagio del fracaso;

la humildad es preludio de la gloria.

Reina Valera Contemporánea (RVC)


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DAB Español, Viernes 04 de Julio

Día 186, DAB Español, Viernes 04 de Julio 2 Reyes  23:31-25:30; Hechos 22:17-23:10; Salmos 2; Proverbios 18:13 (Reina Valera Contemporánea (...