Tuesday, July 1, 2025

DAB Español, Miércoles 02 de Julio

Día 184, DAB Español, Miércoles 02 de Julio


2 Reyes  20:1-22:3; Hechos 21:18-36; Salmos 150; Proverbios 18:9-10 (Reina Valera Contemporánea (RVC))










    

2 Reyes 20:1-22:3

Reina Valera Contemporánea

Enfermedad de Ezequías


20 Por esos días Ezequías cayó gravemente enfermo. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a visitarlo, y le dijo:


«Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque no vas a sanar, sino que morirás.”»


2 Ezequías volvió su rostro a la pared, y oró al Señor. Le dijo:


3 «Señor, te ruego que hagas memoria de que en verdad me he conducido delante de ti con integridad de corazón, y que he hecho todo lo que te agrada.»


Y Ezequías prorrumpió en llanto. 4 Pero antes de que Isaías llegara a la mitad del patio, la palabra del Señor vino a Isaías, y le dijo:


5 «Regresa y dile a Ezequías, príncipe de mi pueblo, que yo, el Señor, Dios de su antepasado David, he dicho: “He escuchado tu oración, y he visto tus lágrimas. Te voy a devolver la salud, y dentro de tres días vas a ir a mi templo. 6 Voy a darte quince años más de vida, y a ti y a esta ciudad los voy a librar del poder del rey de Asiria. Por mí mismo, y por mi siervo David, voy a proteger a esta ciudad.”»


7 Dicho esto, Isaías ordenó que se hiciera una masa de higos, y en cuanto la hicieron se la pusieron sobre la llaga, y Ezequías sanó.


8 Antes de eso, Ezequías le había preguntado a Isaías:


«¿Qué señal voy a tener de que el Señor me sanará, y de que dentro de tres días iré al templo del Señor?»


9 Isaías le respondió:


«¿Qué señal quieres recibir de que el Señor hará lo que te ha dicho? ¿Quieres que la sombra avance diez grados, o que los retroceda?»


10 Y Ezequías dijo:


«Que la sombra avance diez grados es fácil; lo difícil es que la sombra retroceda.»


11 Entonces el profeta Isaías oró al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera los diez grados que había avanzado en el reloj de Ajaz.

Ezequías y los emisarios de Babilonia


12 Por esos días Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías por conducto de unos mensajeros, pues se había enterado de que Ezequías había caído enfermo. 13 Cuando Ezequías lo supo, les mostró todo su palacio y sus tesoros, con la plata y el oro, y las especias y ungüentos preciosos. También les mostró su depósito de armas y todo lo que había en sus tesoros. No hubo nada que Ezequías no les mostrara, tanto de su palacio como de todos sus dominios. 14 Pero el profeta Isaías vino y le dijo al rey Ezequías:


«¿Qué te han dicho esos hombres? ¿De dónde vienen?»


Y Ezequías le respondió:


«Vienen de Babilonia, un país muy lejano.»


15 Isaías volvió a decir:


«¿Y qué es lo que vieron en tu palacio?»


Ezequías respondió:


«Vieron todo lo que tengo allí. No quedó nada de mis tesoros que yo no les haya mostrado.»


16 Entonces Isaías le dijo a Ezequías:


«Oye ahora la palabra del Señor: 17 “Vienen días en que todo lo que está en tu palacio, y todas las riquezas que tus antepasados acumularon hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia, sin dejar nada.” El Señor lo ha dicho. 18 A tus hijos, a los que vas a engendrar, se los llevarán y los harán eunucos, para que sirvan en el palacio del rey de Babilonia.»


19 Entonces Ezequías le dijo a Isaías:


«Es buena la palabra del Señor que me has comunicado.»


Después añadió:


«Al menos habrá paz y seguridad mientras yo viva.»

Muerte de Ezequías


20 Los demás hechos de Ezequías, y todo su poder, y sus obras en el estanque y el acueducto para llevar agua a la ciudad, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 21 Y Ezequías fue a reunirse con sus padres, y en su lugar reinó su hijo Manasés.

Reinado de Manasés


21 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. Su madre se llamaba Hepsibá. 2 Pero Manasés hizo lo malo a los ojos del Señor, pues siguió las prácticas repugnantes de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de los israelitas; 3 además, reconstruyó los altares en los montes que Ezequías su padre había derribado, y erigió altares a Baal; hizo una imagen de Asera, como lo había hecho el rey Ajab de Israel, y adoró y rindió culto a todo el ejército de los cielos. 4 De igual manera, construyó altares en el templo del Señor, del cual el Señor había dicho: «Yo pondré mi nombre en Jerusalén», 5 y en los dos atrios del templo del Señor construyó altares para todo el ejército de los cielos. 6 Además, a su hijo lo lanzó al fuego como sacrificio, y se entregó al estudio de los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, con lo que multiplicó la maldad a los ojos del Señor, para provocarlo a ira. 7 Él mismo hizo una imagen de Asera, y la puso en el templo del Señor, del cual había dicho a David y a su hijo Salomón:


«Yo pondré mi nombre para siempre en este templo, y en Jerusalén, ciudad que yo escogí de entre todas las tribus de Israel. 8 Jamás volveré a permitir que Israel sea llevado lejos de la tierra que di a sus padres, siempre y cuando cumplan todo lo que yo les he mandado, y sigan todo lo que está en la ley que mi siervo Moisés les dio.»


9 Pero los israelitas no obedecieron, y Manasés los indujo a que hicieran lo malo, más que las naciones que el Señor destruyó delante de ellos.


10 El Señor habló por medio de sus siervos, los profetas, y dijo:


11 «Puesto que Manasés, rey de Judá, ha incurrido en estas cosas tan repugnantes y sus actos han sido peores que todo lo que hicieron los amorreos antes de él, y puesto que con sus ídolos ha hecho pecar a Judá, 12 yo, el Señor y Dios de Israel, declaro: “Voy a traer sobre Jerusalén y sobre Judá tal calamidad, que a quien lo oiga le zumbarán los oídos. 13 Voy a medir a Jerusalén con el mismo cordel y la misma plomada con que medí a Samaria y a la dinastía de Ajab. Voy a limpiar a Jerusalén como se limpia un plato: voy a fregarla y a ponerla boca abajo. 14 Voy a desamparar al resto de mi pueblo. Voy a entregarlos en manos de sus enemigos, para que sean presa y botín de guerra de todos sus adversarios, 15 pues desde el día que sus padres salieron de Egipto y hasta el día de hoy han hecho lo malo delante de mis ojos, y me han provocado a ira.”»


16 Por si fuera poco, y además de haber hecho pecar a Judá induciéndolos a hacer lo malo a los ojos del Señor, Manasés derramó tanta sangre inocente que llenó a Jerusalén de cadáveres de un extremo al otro.


17 Los demás hechos de Manasés, y todas sus obras y los pecado que cometió, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 18 Cuando Manasés fue a reunirse con sus antepasados, fue sepultado en el huerto de su casa, es decir, en el huerto de Uzá, y en su lugar reinó su hijo Amón.

Reinado de Amón


19 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dos años. Su madre se llamaba Mesulemet hija de Jarús, y era de Jotbá. 20 Pero Amón hizo lo malo a los ojos del Señor, como lo había hecho Manasés, su padre, 21 pues siguió su mal ejemplo y rindió culto a los ídolos que su padre había adorado, 22 y se apartó del Señor, el Dios de sus padres, y no siguió por el camino del Señor. 23 Un día, los siervos del rey Amón conspiraron contra él, y lo mataron dentro de su mismo palacio. 24 Entonces la gente del pueblo mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y en su lugar proclamaron rey a su hijo Josías.


25 Los demás hechos de Amón se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 26 Amón fue sepultado en su sepulcro en el huerto de Uzá, y en su lugar reinó su hijo Josías.

Reinado de Josías


22 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó treinta y un años en Jerusalén. Su madre se llamaba Yedidá hija de Adaías, y era de Boscat. 2 Josías hizo lo recto a los ojos del Señor y se condujo en todo como su antepasado David, sin apartarse un ápice.

Hallazgo del libro de la ley


3 En el año dieciocho de su reinado, Josías envió al escriba Safán, que era hijo de Azalía y nieto de Mesulán, al templo del Señor, con estas instrucciones:



Hechos 21:18-36

Reina Valera Contemporánea


18 Al día siguiente entramos con Pablo en casa de Jacobo. Allí estaban reunidos todos los ancianos. 19 Después de saludarlos, Pablo les habló de su ministerio, y con mucho detalle les contó lo que Dios había hecho entre los no judíos. 20 Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios y le dijeron: «Hermano Pablo, ya hemos visto cuántos miles de judíos han creído, todos ellos celosos de la ley. 21 Lo que aquí se ha sabido es que a los judíos que están entre los no judíos los enseñas a renegar de las enseñanzas de Moisés, y que les dices que no circunciden a sus hijos ni observen nuestras costumbres. 22 ¿Qué dices a esto? Seguramente ya se sabe que has venido, 23 así que te recomendamos hacer lo siguiente: Hay entre nosotros cuatro hombres que están obligados a cumplir un voto. 24 Ve y purifícate con ellos, y paga para que les rasuren la cabeza. Así todos comprenderán que no es cierto lo que supieron acerca de ti, y que también tú obedeces la ley. 25 En cuanto a los creyentes no judíos, nosotros ya les hemos escrito y les recomendamos que no observen nada de esto, sino que se abstengan solamente de comer lo que se sacrifica a los ídolos, que no coman sangre ni animales ahogados, ni incurran en libertinaje sexual.» 26 Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente se purificó con ellos y entró en el templo para dar a conocer los días cuando se cumpliría la purificación y se presentaría la ofrenda por cada uno de ellos.


27 Cuando estaban por cumplirse los siete días, unos judíos de la provincia de Asia lo vieron en el templo, así que alborotaron a toda la multitud y lo aprehendieron, 28 al tiempo que gritaban: «¡Varones israelitas, vengan a ayudarnos! Éste es el hombre que por todas partes anda esparciendo sus enseñanzas en contra del pueblo, de la ley y de este lugar. Y no sólo eso, sino que ha metido a unos griegos en el templo, con lo que ha profanado este santo lugar.» 29 Y es que en la ciudad ya habían visto a Pablo con Trófimo, el de Éfeso, y pensaban que Pablo lo había metido en el templo. 30 Así que había mucha inquietud en toda la ciudad; la gente se agolpó y se apoderó de Pablo, y entre todos lo sacaron del templo a rastras, y enseguida cerraron las puertas, 31 pues querían matarlo. Pero se dio aviso al tribuno de la compañía, de que había mucho alboroto en la ciudad de Jerusalén, 32 y éste tomó soldados y centuriones, y se fue tras ellos. Cuando la gente vio al tribuno y a los soldados, dejó de golpear a Pablo. 33 Entonces llegó el tribuno y lo aprehendió, y ordenó que lo encadenaran; luego le preguntó quién era y qué había hecho. 34 Entre la multitud, unos gritaban una cosa, y otros, otra; y como a causa del alboroto el tribuno no podía entender nada con claridad, mandó que lo llevaran a la fortaleza. 35 Al llegar a las gradas, los soldados tuvieron que llevarlo en vilo, pues la multitud estaba muy violenta, 36 y todo el pueblo que venía detrás gritaba: «¡Mátenlo!»



Salmos 150

Reina Valera Contemporánea

Exhortación a alabar a Dios con instrumentos de música

Aleluya.


150 ¡Alabado sea Dios en su templo!

¡Alabado sea en la majestad del firmamento!

2

¡Alabado sea por sus proezas!

¡Alabado sea por su imponente grandeza!


3

¡Alabado sea el Señor al son de trompetas!

¡Alabado sea el Señor con salterio y arpa!

4

¡Alabado sea al ritmo del pandero!

¡Alabado sea con flautas e instrumentos de cuerda!

5

¡Alabado sea con campanillas sonoras!

¡Alabado sea con campanillas jubilosas!


6

¡Que todo lo que respira alabe al Señor!


¡Aleluya!



Proverbios 18:9-10

Reina Valera Contemporánea


9

El que es negligente en su trabajo

es también íntimo amigo de gente nociva.

10

El nombre del Señor es una fortaleza

a la que el justo acude en busca de ayuda.

Reina Valera Contemporánea (RVC)


Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Viernes 04 de Julio

Día 186, DAB Español, Viernes 04 de Julio 2 Reyes  23:31-25:30; Hechos 22:17-23:10; Salmos 2; Proverbios 18:13 (Reina Valera Contemporánea (...