Éxodo 17:8-19:15; Mateo 22:33-23:12; Salmos 27:8-14; Proverbios 6:27-35 (Reina Valera 1977 (RVR1977))
Éxodo
17:8-19:15 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Batalla contra Amalec
8 Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en
Refidim.
9 Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a
pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara
de Dios en mi mano.
10 E hizo Josué como le dijo Moisés, peleando contra
Amalec; y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado.
11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel
prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que
tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón
y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus
manos firmeza hasta que se puso el sol.
13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de
espada.
14 Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria
en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del
cielo.
15 Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre
Jehová-nissí;
16 y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó
contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en
generación.
Visita de Jetró a Moisés
18 Oyó Jetró sacerdote de Madián, suegro de Moisés,
todas las cosas que Dios había hecho con Moisés, y con Israel su pueblo, y cómo
Jehová había sacado a Israel de Egipto.
2 Y tomó Jetró suegro de Moisés a Siporá la mujer de
Moisés, después que él la despidió,
3 y a sus dos hijos; el uno se llamaba Gersón, porque
dijo: Forastero he sido en tierra ajena;
4 y el otro se llamaba Eliezer, porque dijo: El Dios
de mi padre me ayudó, y me libró de la espada de Faraón.
5 Y Jetró el suegro de Moisés, con los hijos y la
mujer de éste, vino a Moisés en el desierto, donde estaba acampado junto al
monte de Dios;
6 y mandó a decir a Moisés: Yo tu suegro Jetró vengo a
ti, con tu mujer, y sus dos hijos con ella.
7 Y Moisés salió a recibir a su suegro, y se inclinó,
y lo besó; y se preguntaron el uno al otro cómo estaban, y vinieron a la
tienda.
8 Y Moisés contó a su suegro todas las cosas que
Jehová había hecho a Faraón y a los egipcios por amor de Israel, y todo el
trabajo que habían pasado en el camino, y cómo los había librado Jehová.
9 Y se alegró Jetró de todo el bien que Jehová había
hecho a Israel, al haberlo librado de mano de los egipcios.
10 Y Jetró dijo: Bendito sea Jehová, que os libró de
mano de los egipcios, y de la mano de Faraón, y que libró al pueblo de la mano
de los egipcios.
11 Ahora conozco que Jehová es más grande que todos
los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.
12 Y tomó Jetró, suegro de Moisés, holocaustos y
sacrificios para Dios; y vino Aarón y todos los ancianos de Israel para comer
con el suegro de Moisés delante de Dios.
Nombramiento de jueces
13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a
juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la
noche.
14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con
el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú
solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta el anochecer?
15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo
viene a mí para consultar a Dios.
16 Cuando tienen asuntos, vienen a mí; y yo juzgo
entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.
17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien
lo que haces.
18 Acabarás agotándote del todo, tú, y también este
pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no
podrás hacerlo tú solo.
19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará
contigo. Está tú a favor del pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a
Dios.
20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y
muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
21 Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de
virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y
ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de
diez.
22 Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo
asunto grave lo traerán a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así
aliviarás la carga de sobre ti, y la llevarán ellos contigo.
23 Si esto haces, y Dios te lo ordena, tú podrás
sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz a su lugar.
24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo
que dijo.
25 Escogió Moisés varones de virtud de entre todo
Israel, y los puso por jefes sobre el pueblo, sobre mil, sobre ciento, sobre
cincuenta, y sobre diez.
26 Y juzgaban al pueblo en todo tiempo; el asunto
difícil lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo asunto pequeño.
27 Y despidió Moisés a su suegro, y éste se fue a su
tierra.
Llegada al Sinay
19 En el mes tercero de la salida de los hijos de
Israel de la tierra de Egipto, en el mismo día llegaron al desierto de Sinay.
2 Habían salido de Refidim, y llegaron al desierto de
Sinay, y acamparon en el desierto; y acampó allí Israel delante del monte.
3 Y Moisés subió a Dios; y Jehová lo llamó desde el
monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de
Israel:
4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo
os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
5 Ahora, pues, si dais oído a mi voz, y guardáis mi
pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía
es toda la tierra.
6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente
santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
7 Entonces vino Moisés, y llamó a los ancianos del
pueblo, y expuso en presencia de ellos todas estas palabras que Jehová le había
mandado.
8 Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Todo lo
que Jehová ha dicho, haremos. Y Moisés refirió a Jehová las palabras del
pueblo.
Preparación de la Alianza
9 Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a
ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y
también para que te crean para siempre. Y Moisés refirió las palabras del
pueblo a Jehová.
10 Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y
santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,
11 y estén preparados para el día tercero, porque al
tercer día Jehová descenderá a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinay.
12 Y señalarás término al pueblo en derredor,
diciendo: Guardaos, no subáis al monte, ni toquéis sus límites; cualquiera que
toque el monte, de seguro morirá.
13 No lo tocará mano, porque será apedreado o
asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente el
cuerno, subirán al monte.
14 Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó
al pueblo; y lavaron sus vestidos.
15 Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer
día; no toquéis mujer.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en
traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la
Versión Reina - Valera.
Mateo
22:33-23:12 Reina Valera 1977 (RVR1977)
33 Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina.
El principal mandamiento
34 Entonces los fariseos, oyendo que había hecho
callar a los saduceos, se reunieron de común acuerdo.
35 Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por
tentarlo, diciendo:
36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente.
38 Éste es el primero y gran mandamiento.
39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como
a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la ley y
los profetas.
¿De quién es hijo el Cristo?
41 Y estando reunidos los fariseos, les preguntó
Jesús,
42 diciendo: ¿Qué opináis del Cristo? ¿De quién es
hijo? Le dijeron: De David.
43 Él les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le
llama Señor, diciendo:
44 Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus
pies?
45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?
46 Y nadie le podía responder palabra; y nadie se
atrevió desde aquel día a preguntarle más.
Jesucristo acusa a escribas y fariseos
23 Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos,
diciendo:
2 En la cátedra de Moisés están sentados los escribas
y los fariseos.
3 Así que, todo lo que os digan que guardéis,
guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no
hacen.
4 Pues atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y
las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren
moverlas;
5 sino que hacen todas sus obras para ser vistos por
los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y alargan los flecos de sus
mantos;
6 y les gusta ocupar el primer puesto en los banquetes
y los primeros asientos en las sinagogas,
7 ser saludados efusivamente en las plazas, y que los
hombres los llamen: Rabí, Rabí.
8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque
uno solo es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
9 Y no llaméis padre vuestro en la tierra a nadie;
porque uno solo es vuestro Padre, el que está en los cielos.
10 Ni seáis llamados maestros; porque uno solo es
vuestro Maestro, el Cristo.
11 El mayor de vosotros, será vuestro servidor.
12 Mas cualquiera que se ensalce a sí mismo, será
humillado; y cualquiera que se humille a sí mismo, será ensalzado.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
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Salmos
27:8-14 Reina Valera 1977 (RVR1977)
8 Cuando tú dices: Buscad mi rostro, mi corazón
responde:
Tu rostro buscaré, oh Jehová;
9 No escondas tu rostro de mí.
No rechaces con ira a tu siervo;
Mi ayuda has sido.
No me dejes ni me desampares,
Dios de mi salvación.
10 Aunque mi padre y mi madre me abandonasen,
Con todo, Jehová me recogerá.
11 Enséñame, oh Jehová, tu camino,
Y guíame por senda de rectitud
A causa de mis enemigos.
12 No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y
los que respiran crueldad.
13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que he de ver
la bondad de Jehová
En la tierra de los vivientes.
14 Espera en Jehová;
Ten valor y afianza tu corazón;
Sí, espera en Jehová.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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Proverbios
6:27-35 Reina Valera 1977 (RVR1977)
27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la toque.
30 ¿No tienen en poco al ladrón si hurta
Para saciar su apetito cuando tiene hambre?
31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces;
Entregará todo el haber de su casa.
32 Mas el que comete adulterio es falto de
entendimiento;
Arruina su alma el que tal hace.
33 Heridas y vergüenza hallará,
Y su afrenta nunca será borrada.
34 Porque los celos enfurecen al marido,
Y no perdonará en el día de la venganza.
35 No aceptará ninguna indemnización,
Ni querrá perdonar, aunque multipliques los regalos.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
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