Friday, November 11, 2022

DAB Español, Sábado 12 de Noviembre

Día 316, DAB Español, Sábado 12 de Noviembre


Ezequiel 24:1-26:21; Hebreos 11:1-16; Salmos 110; Proverbios 27:14 (Dios Habla Hoy (DHH))









Ezequiel 24-26

Dios Habla Hoy

Imagen de la olla

24 El día diez del mes décimo del año noveno, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Anota esta fecha, la fecha de hoy, porque hoy el rey de Babilonia ha atacado Jerusalén. 3 Y recítale a este pueblo rebelde un poema que le sirva de ejemplo. Dile de mi parte:

»“Pon una olla al fuego y échale agua;

4 pon en ella pedazos de carne,

buenos pedazos de pierna y de lomo,

y también lo mejor de los huesos.

5 Toma luego una de las mejores ovejas,

y amontona leña debajo

para que hierva bien,

hasta que queden cocidos los huesos.

6 »”Porque el Señor dice:

¡Ay de la ciudad asesina!

Es como una olla enmohecida,

a la que el moho no se le quita.

Saca tú, uno a uno, los pedazos de carne,

hasta dejar la olla vacía.

7 La ciudad está llena de la sangre derramada;

y derramada, no sobre la tierra

para que el polvo la cubriera,

sino sobre la roca desnuda.

8 Pues yo voy a dejar la sangre allí,

sobre la roca desnuda,

de manera que no se pueda cubrir,

para que mi ira se encienda

y se haga justicia.

9 »”Porque el Señor dice:

¡Ay de la ciudad asesina!

Yo mismo voy a hacer una hoguera.

10 Y tú trae mucha leña, enciende el fuego

y cuece bien la carne,

hasta que se acabe el caldo y se quemen los huesos;

11 pon luego la olla vacía sobre el fuego,

hasta que el cobre se ponga al rojo vivo

y quede limpio de sus impurezas;

¡hasta que el moho desaparezca!

12 Sin embargo, tan enmohecido está

que no se limpia ni con fuego.

13 »”Jerusalén, yo he querido limpiarte de la impureza de tu libertinaje, pero no has quedado limpia. Sólo quedarás limpia cuando descargue mi ira sobre ti. 14 Yo, el Señor, lo he dicho, y así será. Yo mismo voy a hacerlo, y no dejaré de cumplirlo; no tendré compasión ni me arrepentiré. Te castigaré por tu conducta y tus acciones. Yo, el Señor, lo afirmo.”»

Muerte de la esposa de Ezequiel

15 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 16 «Voy a quitarte de un solo golpe a la persona que tú más quieres. Pero no te lamentes ni llores; no derrames lágrimas. 17 Sufre en silencio y no guardes luto como se hace por los muertos. No andes con la cabeza descubierta ni vayas descalzo; no te cubras la cara en señal de dolor ni comas el pan que se come en tales casos.»

18 Por la mañana estuve hablando con la gente, y por la tarde murió mi esposa; a la mañana siguiente hice lo que el Señor me había ordenado. 19 Entonces la gente del pueblo me dijo: «Explícanos qué quiere decir para nosotros eso que estás haciendo.»

20 Yo les dije: «El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 21 “Dile al pueblo de Israel: Esto dice el Señor: Voy a profanar mi templo, que a ustedes tanto les gusta mirar y tanto quieren, y que es su orgullo y su fuerza; los hijos e hijas que ustedes dejaron en Jerusalén morirán asesinados. 22 Y diles: Ustedes harán lo mismo que yo he hecho: no podrán cubrirse la cara en señal de dolor, ni comer el pan que se come en tales casos. 23 No podrán llevar la cabeza descubierta ni los pies descalzos. No se lamentarán ni llorarán. Quedarán sin fuerzas por culpa de sus maldades, y se pondrán a lamentarse unos con otros. 24 Ezequiel será para ustedes un ejemplo, y todo lo que él hizo lo harán ustedes. Cuando esto suceda, reconocerán que yo soy el Señor.

25 »”Y ahora voy a quitarles a los israelitas su fortaleza, que es el templo, con cuya belleza se alegran tanto, y que tanto les gusta mirar y tanto quieren. También les quitaré a sus hijos e hijas. 26 Y en ese día, el que pueda escapar vendrá a darte la noticia. 27 Ese día dejarás de estar mudo, y podrás hablar con el que haya escapado. Servirás así de ejemplo al pueblo, y ellos reconocerán que yo soy el Señor.”»

Contra los amonitas

25 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Tú, hombre, vuélvete hacia los amonitas y habla en mi nombre contra ellos. 3 Diles que escuchen la palabra que el Señor les dirige: “Ustedes dieron gritos de alegría al ver que mi templo era profanado, el país de Israel destruido y los habitantes de Judá llevados al destierro. 4 Pues bien, por eso los voy a entregar a ustedes al poder de los pueblos del oriente, para que ellos se apoderen de su tierra, y levanten campamentos, y establezcan ahí su habitación. Ellos se comerán las cosechas de ustedes y se beberán su leche. 5 Convertiré a Rabá en pastizal de camellos, y a Amón en campo de ovejas. Entonces reconocerán ustedes que yo soy el Señor.

6 »”Yo, el Señor, digo: Ustedes los amonitas han aplaudido y saltado de alegría, y han despreciado a Israel. 7 Por eso voy a levantar mi mano para castigarlos y entregarlos a las naciones, para que les quiten todo lo que tengan. Los voy a arrancar de entre los pueblos, los voy a hacer desaparecer de entre las naciones, los voy a destruir por completo. Entonces reconocerán que yo soy el Señor.”

Contra Moab

8 »Yo, el Señor, digo: Moab y Seír dicen que Judá es igual a todas las naciones. 9 Por eso voy a abrir una brecha en el costado de Moab, y voy a dejarlo de un extremo al otro sin ciudades, esas ciudades que son las joyas del país: Bet-jesimot, Baal-meón y Quiriataim. 10 Haré que los pueblos del oriente tomen posesión de su territorio, además del de los amonitas, de manera que entre las naciones nadie se acuerde más de los amonitas. 11 Ejecutaré la sentencia contra Moab, y entonces reconocerán que yo soy el Señor.

Contra Edom

12 »Yo, el Señor, digo: Edom se ha vengado de Judá, y con ello se ha hecho gravemente culpable. 13 Por eso yo, el Señor, digo: Voy a levantar mi mano para castigar a Edom y destruir a sus hombres y sus animales. Lo voy a dejar en ruinas. Desde Temán hasta Dedán, la gente morirá a filo de espada. 14 Me vengaré de Edom por medio de mi pueblo Israel; él tratará a Edom de acuerdo con mi ira y mi furor. Así sabrán lo que es mi venganza. Yo, el Señor, lo afirmo.

Contra los filisteos

15 »Yo, el Señor, digo: Los filisteos han tomado venganza, se han desquitado con corazón lleno de desprecio; como eternos enemigos de Israel, se han entregado a la destrucción. 16 Por eso yo, el Señor, digo: Voy a levantar la mano para castigar a los filisteos; voy a exterminar a los quereteos y voy a destruir a los que aún quedan en la costa. 17 Me vengaré de ellos terriblemente; los castigaré con ira. Y cuando haga esto, reconocerán que yo soy el Señor.»

Profecía contra la ciudad de Tiro

26 El día primero del mes, en el año once, el Señor se dirigió a mí, y me dijo: 2 «Tiro ha dicho, a propósito de Jerusalén:

»“¡Ah, la puerta del comercio entre las naciones

está hecha pedazos!

¡Ahora ha llegado mi turno!

Yo me lleno de riquezas

mientras ella queda en ruinas.”

3 »Por eso yo, el Señor, digo:

Tiro, yo me declaro tu enemigo.

Haré que muchas naciones se levanten contra ti,

como levanta el mar sus olas,

4 y que destruyan tus murallas

y echen abajo tus torres.

Hasta el polvo barreré de su lugar,

y sólo dejaré una roca pelada.

5 En medio del mar quedará,

como un lugar para poner las redes a secar.

Yo, el Señor, lo afirmo.

Tiro será saqueada por las naciones,

6 y sus colonias en tierra firme

caerán a filo de espada.

Entonces reconocerán que yo soy el Señor.

7 »Yo, el Señor, digo:

Voy a hacer venir del norte

a Nabucodonosor, rey de Babilonia,

el rey más poderoso,

para que ataque a Tiro.

Vendrá con caballos, y carros, y jinetes,

y con muchas tropas reunidas.

8 A filo de espada destruirá

tus colonias en tierra firme;

construirá un muro alrededor de ti,

levantará rampas para atacarte

y lanzará contra ti soldados armados con escudos.

9 Atacará con arietes tus murallas

y a golpe de barra destrozará tus torres.

10 Cuando el rey de Babilonia entre por tus puertas

como se entra en una ciudad tomada por asalto,

serán tantos los caballos,

que te cubrirán con el polvo que levanten;

tus murallas temblarán

al estruendo de sus carros y caballería;

11 los cascos de sus caballos

pisotearán todas tus calles.

Matará a tu pueblo a filo de espada,

y echará por tierra tus fuertes columnas.

12 Te dejarán sin riquezas,

te robarán tus mercancías,

derribarán tus murallas

y echarán abajo tus lujosos palacios;

arrojarán al mar las piedras,

las vigas y hasta los escombros.

13 Así pondré fin al ruido de tus canciones,

y no se volverá a oír el sonido de tus arpas.

14 Te convertiré en una roca pelada,

en un lugar para poner las redes a secar,

y nunca más serás reconstruida.

Yo, el Señor, he hablado;

yo, el Señor, lo afirmo.

15 »Yo, el Señor, digo a Tiro: Los países del mar temblarán al oír el ruido de tu caída, entre los gemidos de los heridos y la matanza de tus habitantes. 16 Todos los reyes del mar bajarán de sus tronos, y se quitarán sus capas y sus vestidos bordados; llenos de terror se sentarán en el suelo, temblando a todas horas y espantados al verte. 17 Entonces te dedicarán este canto fúnebre:

»“¡Cómo fuiste destruida,

cómo desapareciste del mar, ciudad famosa!

¡Tú, con tu gente, fuiste poderosa en el mar

y sembraste el terror en todo el continente!

18 Ahora que has caído,

los países del mar tiemblan de miedo.

Ahora que has desaparecido,

las islas del mar se llenan de espanto.”

19 »Porque esto digo yo, el Señor: Te voy a dejar en ruinas, como las ciudades donde no vive nadie. Voy a hacer que te cubran las aguas profundas del mar, 20 y que te hundas hasta donde están los muertos, la gente que vivió en el pasado. Te arrojaré a lo más profundo de la tierra, al país de eternas ruinas, y vivirás entre los que ya han muerto. No volverás a tener habitantes, ni serás reconstruida en esta tierra de los que viven. 21 Te convertiré en algo terrible, y dejarás de existir. Te buscarán, y jamás volverán a encontrarte. Yo, el Señor, lo afirmo.»

Hebreos 11:1-16

Dios Habla Hoy

La fe de los antiguos

11 Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. 2 Nuestros antepasados fueron aprobados porque tuvieron fe.

3 Por fe sabemos que Dios formó los mundos mediante su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse.

4 Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el que ofreció Caín, y por eso Dios lo declaró justo y le aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe.

5 Por su fe, Henoc fue llevado en vida para que no muriera, y ya no lo encontraron, porque Dios se lo había llevado. Y la Escritura dice que, antes de ser llevado, Henoc había agradado a Dios. 6 Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.

7 Por fe, Noé, cuando Dios le advirtió que habían de pasar cosas que todavía no podían verse, obedeció y construyó la barca para salvar a su familia. Y por esa misma fe, Noé condenó a la gente del mundo y fue heredero de la justicia que se obtiene por la fe.

8 Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba, 9 y por la fe que tenía vivió como extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa promesa. 10 Porque Abraham esperaba aquella ciudad que tiene bases firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor.

11 Por fe también, aunque Sara no podía tener hijos y Abraham era demasiado viejo, éste recibió fuerzas para ser padre, porque creyó que Dios cumpliría sin falta su promesa. 12 Así que Abraham, aunque ya próximo al fin de sus días, llegó a tener descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar, que no se puede contar.

13 Todas esas personas murieron sin haber recibido las cosas que Dios había prometido; pero como tenían fe, las vieron de lejos, y las saludaron reconociéndose a sí mismos como extranjeros de paso por este mundo. 14 Y los que dicen tal cosa, claramente dan a entender que todavía andan en busca de una patria. 15 Si hubieran estado pensando en la tierra de donde salieron, bien podrían haber regresado allá; 16 pero ellos deseaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les tiene preparada una ciudad.

Salmos 110

Dios Habla Hoy

El Señor da poder al rey

(1a) Salmo de David.

110 (1b) El Señor dijo a mi señor:

«Siéntate a mi derecha,

hasta que yo haga de tus enemigos

el estrado de tus pies.»

2 Desde Sión, el Señor te entrega

el cetro, símbolo de tu poder.

¡Domina, pues, a tus enemigos!

3 Tu pueblo se te entrega

en el día de tu victoria.

Sobre los montes santos,

y como el rocío que nace de la aurora,

tu juventud se renueva de día en día.

4 El Señor ha hecho un juramento,

y no va a desdecirse:

«Tú eres sacerdote para siempre,

de la misma clase que Melquisedec.»

5 El Señor está a tu mano derecha;

en el día de su furor, destruirá reyes;

6 dictará sentencia contra las naciones;

amontonará cadáveres;

¡estrellará cabezas en toda la tierra!

7 En el camino, beberá agua de un arroyo,

y el agua le dará nuevas fuerzas.

Proverbios 27:14

Dios Habla Hoy

14 Saludar al amigo a gritos y de madrugada,

es para él lo mismo que insultarlo.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

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