Día 301, DAB Español, Domingo 28 de Octubre
Jeremías 51:54-52:34; Tito 3:1-15; Salmos 100; Proverbios 26:18-19 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Jeremías
51:54-52:34 Reina Valera Contemporánea (RVC)
54 ¡Se oye el clamor de Babilonia, y la gran
destrucción de la tierra de los caldeos! 55 El Señor destruirá a Babilonia, y
le quitará su mucha jactancia. El bramido de sus olas se oirá como el sonido de
aguas tumultuosas, 56 porque ha llegado la destrucción contra Babilonia, y sus
valientes han sido apresados; su arco fue hecho pedazos, porque el Señor es el
Dios de la venganza, y le dará su merecido.
57 «Yo embriagaré a sus príncipes y a sus sabios, a
sus capitanes y nobles, y a sus hombres fuertes. Y caerán en un sueño eterno,
del que no despertarán.»
—Palabra del Rey, cuyo nombre es el Señor de los
ejércitos.
58 Así ha dicho el Señor de los ejércitos:
«La ancha muralla de Babilonia será derribada por
completo, y sus altas puertas serán consumidas por el fuego. En vano se
fatigaron los pueblos y las naciones, pues su trabajo acabó siendo consumido
por el fuego.»
59 En el cuarto año del reinado de Sedequías en Judá,
el profeta Jeremías envió un mensaje a Seraías hijo de Nerías, hijo de Maseías,
cuando éste iba acompañando a Sedequías al destierro de Babilonia, pues era su
principal camarero. 60 Jeremías escribió en un rollo de cuero todo el mal que
estaba por sobrevenirle a Babilonia. Todas las palabras contra Babilonia
quedaron escritas. 61 Jeremías le dijo a Seraías:
«Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todo esto,
62 dirás: “Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que para
siempre será asolado, hasta que no quede en él un solo hombre ni un solo animal
con vida.” 63 Y cuando acabes de leer este rollo, le atarás una piedra y lo
arrojarás al río Éufrates. 64 Luego dirás: “Así se hundirá Babilonia, y no
volverá a levantarse del mal que yo voy a traer sobre ella.”»
Hasta aquí, las palabras de Jeremías.
Reinado de Sedequías
52 Sedequías tenía veintiún años de edad cuando
comenzó a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamutal,
hija de Jeremías de Libna. 2 Pero Sedequías hizo lo malo a los ojos del Señor,
a la manera de Joacín. 3 Y fue tal la ira del Señor contra Jerusalén y Judá,
que los echó de su presencia.
Caída de Jerusalén
Y Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4
Por eso, a los diez días del mes décimo del noveno año de su reinado vino el
rey Nabucodonosor de Babilonia con todo su ejército, y atacó a Jerusalén.
Acamparon contra ella, y por todas partes levantaron baluartes para atacarla. 5
La ciudad estuvo sitiada hasta el undécimo año del rey Sedequías. 6 A los nueve
días del mes cuarto, cuando el hambre arreciaba en la ciudad y la gente no
tenía ya pan para comer, 7 fue abierta una brecha en la muralla de la ciudad, y
todos los soldados se dieron a la fuga. Salieron de la ciudad durante la noche,
por la puerta que había entre los dos muros, cerca del jardín del rey. Tomaron
el camino del Arabá, mientras los caldeos aún estaban rodeando la ciudad. 8
Entonces el ejército caldeo siguió al rey Sedequías, y lo alcanzó en los llanos
de Jericó, pues todo su ejército lo había abandonado. 9 Lo aprehendieron, y lo
llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en tierra de Jamat.
Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra él. 10 Allí en Ribla el rey de
Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, lo
mismo que a todos los príncipes de Judá. 11 A Sedequías, el rey de Babilonia
sólo mandó que le sacaran los ojos y que lo sujetaran con grilletes, después de
lo cual hizo que lo llevaran a Babilonia, y lo puso en la cárcel hasta el día
en que murió.
Cautiverio de Judá
12 A los diez días del mes quinto del año diecinueve
del reinado de Nabucodonosor de Babilonia, vino a Jerusalén el capitán de la
guardia, que se llamaba Nabuzaradán y solía estar delante del rey de Babilonia.
13 Nabuzaradán quemó la casa del Señor y el palacio del rey, y todas las casas
de Jerusalén; y le prendió fuego a todo edificio grande. 14 Todo el ejército de
los caldeos, que venía con Nabuzaradán, el capitán de la guardia, destruyó
todos los muros que rodeaban a Jerusalén. 15 Además, Nabuzaradán hizo que se
llevaran cautivos a los pobres del pueblo, a todos los del pueblo que habían
quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al bando del rey de
Babilonia, y a todo el resto del pueblo. 16 A los pobres del país Nabuzaradán
los dejó para que sirvieran como viñadores y labradores.
17 Los caldeos hicieron pedazos las columnas de bronce
que estaban en la casa del Señor, lo mismo que las basas y el mar de bronce que
estaban allí, y todo el bronce se lo llevaron a Babilonia. 18 Se llevaron
también los calderos, las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas,
todos los utensilios de bronce con que se ministraba, 19 y los incensarios,
tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas. El capitán de la guardia
puso aparte lo que era de oro, y lo que era de plata, y se lo llevó. 20 Se
llevó también las dos columnas, el mar y los doce bueyes de bronce que estaban
debajo de las basas, y que había hecho el rey Salomón para la casa del Señor.
El peso de todo este bronce era incalculable. 21 En cuanto a las columnas, cada
una de ellas tenía una altura de dieciocho codos, y estaba rodeada por un
cordón de doce codos; eran huecas, y tenían cuatro dedos de espesor. 22 El
capitel de bronce que había sobre ellas tenía una altura de cinco codos, con
una red y granadas alrededor del capitel, todo de bronce. La segunda columna
con sus granadas era igual. 23 En cada hilera había noventa y seis granadas,
aunque todas las que estaban alrededor, sobre la red, eran cien.
24 El capitán de la guardia se llevó también a
Seraías, que era el sacerdote principal, a Sofonías, que era el segundo
sacerdote, y a tres guardas del atrio. 25 De la ciudad se llevó a un oficial
que era capitán de los soldados, a siete de los consejeros íntimos del rey, que
estaban en la ciudad, al principal secretario de la milicia, que pasaba revista
a los del pueblo que iban a la guerra, y a sesenta hombres del pueblo que se
hallaban dentro de la ciudad. 26 Nabuzaradán los tomó y se los llevó al rey de
Babilonia, que estaba en Ribla. 27 Allí en Ribla, en tierra de Jamat, el rey de
Babilonia los hirió de muerte. Así la gente de Judá fue llevada lejos de su
tierra.
28 El pueblo que Nabucodonosor se llevó cautivo es el
siguiente:
En el año séptimo de su reinado, se llevó a tres mil
veintitrés hombres de Judá.
29 En el año dieciocho de su reinado, se llevó de
Jerusalén a ochocientos treinta y dos cautivos. 30 En el año veintitrés de su
reinado, Nabuzaradán, el capitán de la guardia, se llevó cautivos a setecientos
cuarenta y cinco hombres de Judá.
En total, todos los cautivos fueron cuatro mil
seiscientos.
Joaquín es liberado y recibe honores en Babilonia
31 A los veinticinco días del mes duodécimo del año
treinta y siete del cautiverio de Joaquín, rey de Judá, es decir, en el primer
año del reinado de Evil Merodac de Babilonia, éste reivindicó al rey Joaquín de
Judá y lo sacó de la cárcel. 32 Solía conversar con él amigablemente, y hasta
ordenó que pusieran su trono sobre los tronos de los otros reyes que estaban
con él en Babilonia. 33 También ordenó que le cambiaran la ropa de prisionero,
y durante todo el resto de su vida Joaquín comía siempre en la mesa del rey. 34
Todos los días de su vida, y hasta el día de su muerte, Joaquín recibía sin
falta una ración de parte del rey de Babilonia.
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Tito
3 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Justificados por gracia
3 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las
autoridades; que obedezcan y que estén dispuestos a toda buena obra. 2 Que no
difamen a nadie ni sean pendencieros, sino amables; que muestren toda
mansedumbre para con todos los hombres. 3 Porque en otro tiempo nosotros
también éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos
y de diversos deleites; vivíamos en malicia y envidia, nos aborrecían y nos
aborrecíamos unos a otros. 4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios,
nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 nos salvó, y no por obras
de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el
lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, 6 el
cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, 7
para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme
a la esperanza de la vida eterna.
8 Ésta es palabra fiel, y en esto quiero que insistas
con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en las buenas
obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. 9 Pero evita las
cuestiones necias, las genealogías, las contenciones y las discusiones acerca
de la ley, porque son vanas y no son de provecho. 10 Al que cause divisiones,
deséchalo después de una y otra amonestación, 11 pues sabrás que tal persona se
ha pervertido, y peca y su propio juicio lo condena.
Instrucciones personales
12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, apresúrate a
reunirte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno. 13
Apresúrate también a poner en camino a Zenas, el intérprete de la ley, y a
Apolos, y ayúdalos para que nada les falte. 14 Y que aprendan también los
nuestros a ocuparse en las buenas obras para los casos de necesidad, para que
no se queden sin dar fruto.
Salutaciones y bendición final
15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a
los que nos aman en la fe.
Que la gracia sea con todos ustedes. Amén.
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Salmos
100 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Invitación a la gratitud
Salmo de alabanza.
100 ¡Canten alegres al Señor,
habitantes de toda la tierra!
2 ¡Sirvan al Señor con alegría!
¡Vengan a su presencia con regocijo!
3 Reconozcan que el Señor es Dios;
él nos hizo, y de él somos.[a]
Somos su pueblo. ¡Somos las ovejas de su prado!
4 Entremos por sus puertas y por sus atrios
con alabanzas y con acción de gracias;
¡Alabémosle, bendigamos su nombre!
5 ¡El Señor es bueno!
¡Su misericordia es eterna!
¡Su verdad permanece para siempre!
Footnotes:
Salmos 100:3 «y de él somos.» Según Qumrán. Heb. «y no
nosotros.»
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Proverbios
26:18-19 Reina Valera Contemporánea (RVC)
18 Un loco que, en su locura,
lanza mortíferas flechas encendidas:
19 ¡eso es el hombre que engaña a su amigo,
y luego alega que lo hizo de broma!
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