Día 275, DAB Español, Martes 2 de Octubre
Isaías 66:1-24; Filipenses 3:5-21; Salmos 74; Proverbios 24:15-16 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Isaías
66 Nueva Versión Internacional (NVI)
Juicio y esperanza
66 Así dice el Señor:
«El cielo es mi trono,
y la tierra,
el estrado de mis pies.
¿Qué casa me pueden construir?
¿Qué morada
me pueden ofrecer?
2 Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;
fue así como
llegaron a existir
—afirma el Señor—.
»Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,
a los que
tiemblan ante mi palabra.
3 Pero los que sacrifican toros
son como los
que matan hombres;
los que ofrecen corderos
son como los
que desnucan perros;
los que presentan ofrendas de grano
son como los
que ofrecen sangre de cerdo,
y los que queman ofrendas de incienso
son como los
que adoran ídolos.
Ellos han escogido sus propios caminos,
y se
deleitan en sus abominaciones.
4 Pues yo también escogeré aflicciones para ellos
y enviaré
sobre ellos lo que tanto temen.
Porque nadie respondió cuando llamé;
cuando
hablé, nadie escuchó.
Más bien, hicieron lo que me ofende
y optaron
por lo que no me agrada».
5 ¡Escuchen la palabra del Señor,
ustedes que
tiemblan ante su palabra!:
«Así dicen sus hermanos que los odian
y los
excluyen por causa de mi nombre:
“¡Que el Señor sea glorificado,
para que
veamos la alegría de ustedes!”
Pero ellos
serán los avergonzados.
6 Una voz resuena desde la ciudad,
una voz
surge del templo:
Es la voz del Señor
que da a sus
enemigos su merecido.
7 »Antes de estar con dolores de parto,
Jerusalén
tuvo un hijo;
antes que le llegaran los dolores,
dio a luz un
varón.
8 ¿Quién ha oído cosa semejante?
¿Quién ha
visto jamás cosa igual?
¿Puede una nación nacer en un solo día?
¿Se da a luz
un pueblo en un momento?
Sin embargo, Sión dio a luz sus hijos
cuando
apenas comenzaban sus dolores.
9 ¿Podría yo abrir la matriz,
y no
provocar el parto?
—dice el Señor—.
¿O cerraría yo el seno materno,
siendo que
yo hago dar a luz?
—dice tu Dios—.
10 Mas alégrense con Jerusalén, y regocíjense por
ella,
todos los
que la aman;
salten con ella de alegría,
todos los
que por ella se conduelen.
11 Porque ustedes serán amamantados y saciados,
y hallarán
consuelo en sus pechos;
beberán hasta saciarse,
y se
deleitarán en sus henchidos senos».
12 Porque así dice el Señor:
«Hacia ella extenderé la paz como un torrente,
y la riqueza de las naciones como río
desbordado.
Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
mecidos en
sus rodillas.
13 Como madre que consuela a su hijo,
así yo los
consolaré a ustedes;
en Jerusalén
serán consolados».
14 Cuando ustedes vean esto,
se
regocijará su corazón,
y su cuerpo
florecerá como la hierba;
el Señor dará a conocer
su poder
entre sus siervos,
y su furor
entre sus enemigos.
15 ¡Ya viene el Señor con fuego!
¡Sus carros
de combate son como un torbellino!
Descargará su enojo con furor,
y su
reprensión con llamas de fuego.
16 Con fuego y con espada
juzgará el
Señor a todo mortal.
¡Muchos
morirán a manos del Señor!
17 «Juntos perecerán los que se santifican y se
purifican para entrar en los jardines, siguiendo a uno que va al frente,[a] y
los que comen carne de cerdo, ratas y otras cosas abominables —afirma el
Señor—.
18 »Yo, por causa de sus acciones y sus ideas, estoy a
punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.
19 »Les daré una señal, y a algunos de sus
sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Pul, Lidia (famosa por sus
arqueros), Tubal y Grecia, y a las costas lejanas que no han oído hablar de mi
fama ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria entre las naciones. 20
Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los traerán a mi
monte santo en Jerusalén, como una ofrenda al Señor; los traerán en caballos,
en carros de combate y en literas, y en mulas y camellos —dice el Señor—. Los
traerán como traen los israelitas, en recipientes limpios, sus ofrendas de
grano al templo del Señor. 21 Y de ellos escogeré también a algunos, para que
sean sacerdotes y levitas —dice el Señor—.
22 »Porque así como perdurarán en mi presencia el
cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré, así también perdurarán el nombre y
los descendientes de ustedes —afirma el Señor—. 23 Sucederá que de una luna
nueva a otra, y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante
mí —dice el Señor—. 24 Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que
se rebelaron contra mí.
»Porque no morirá el gusano que los devora,
ni se
apagará el fuego que los consume:
¡repulsivos
serán a toda la humanidad!»
Footnotes:
66:17 al frente. Lit. en medio.
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Filipenses 3:5-21 Nueva Versión
Internacional (NVI)
5 circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de
la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa; en cuanto a la interpretación de la
ley, fariseo; 6 en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la
justicia que la ley exige, intachable.
7 Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia,
ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. 8 Es más, todo lo considero
pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo 9
y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley,
sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de
Dios, basada en la fe. 10 Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo,
experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus
sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. 11 Así espero alcanzar
la resurrección de entre los muertos.
Ciudadanos del cielo
12 No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea
perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual
Cristo Jesús me alcanzó a mí. 13 Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya
logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y
esforzándome por alcanzar lo que está delante, 14 sigo avanzando hacia la meta
para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en
Cristo Jesús.
15 Así que, ¡escuchen los perfectos! Todos debemos[a]
tener este modo de pensar. Y, si en algo piensan de forma diferente, Dios les
hará ver esto también. 16 En todo caso, vivamos de acuerdo con lo que ya hemos
alcanzado.[b]
17 Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los
que se comportan conforme al modelo que les hemos dado. 18 Como les he dicho a
menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas, muchos se comportan como enemigos
de la cruz de Cristo. 19 Su destino es la destrucción, adoran al dios de sus
propios deseos[c] y se enorgullecen de lo que es su vergüenza. Solo piensan en
lo terrenal. 20 En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde
anhelamos recibir al Salvador, el Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro
cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con
que somete a sí mismo todas las cosas.
Footnotes:
3:15 Así … debemos. Alt. Así que los que somos
perfectos debemos.
3:16 alcanzado. Var. alcanzado, una misma regla, un
mismo modo de pensar.
3:19 adoran … deseos. Lit. su dios es el estómago.
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Salmos 74 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Masquilde Asaf.
74 ¿Por qué, oh Dios,
nos has
rechazado para siempre?
¿Por qué se ha encendido tu ira
contra las
ovejas de tu prado?
2 Acuérdate del pueblo que adquiriste
desde
tiempos antiguos,
de la tribu que redimiste
para que
fuera tu posesión.
Acuérdate de este monte Sión,
que es donde
tú habitas.
3 Dirige tus pasos hacia estas ruinas eternas;
¡todo en el
santuario lo ha destruido el enemigo!
4 Tus adversarios rugen en el lugar de tus asambleas
y plantan
sus banderas en señal de victoria.
5 Parecen leñadores en el bosque,
talando
árboles con sus hachas.
6 Con sus hachas y martillos
destrozaron
todos los adornos de madera.
7 Prendieron fuego a tu santuario;
profanaron
el lugar donde habitas.
8 En su corazón dijeron: «¡Los haremos polvo!»,
y quemaron
en el país todos tus santuarios.
9 Ya no vemos ondear nuestras banderas;
ya no hay
ningún profeta,
y ni siquiera sabemos
hasta cuándo
durará todo esto.
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, se burlará el adversario?
¿Por siempre
insultará tu nombre el enemigo?
11 ¿Por qué retraes tu mano, tu mano derecha?
¿Por qué te
quedas cruzado de brazos?
12 Tú, oh Dios, eres mi rey desde tiempos antiguos;
tú traes
salvación sobre la tierra.
13 Tú dividiste el mar con tu poder;
les rompiste
la cabeza a los monstruos marinos.
14 Tú aplastaste las cabezas de Leviatán
y lo diste
por comida a las jaurías del desierto.
15 Tú hiciste que brotaran fuentes y arroyos;
secaste ríos
de inagotables corrientes.
16 Tuyo es el día, tuya también la noche;
tú
estableciste la luna y el sol;
17 trazaste los límites de la tierra,
y creaste el
verano y el invierno.
18 Recuerda, Señor, que tu enemigo se burla,
y que un
pueblo insensato ofende tu nombre.
19 No entregues a las fieras
la vida de
tu tórtola;
no te olvides, ni ahora ni nunca,
de la vida
de tus pobres.
20 Toma en cuenta tu pacto,
pues en todos los rincones del país
abunda la
violencia.
21 Que no vuelva humillado el oprimido;
que alaben
tu nombre el pobre y el necesitado.
22 Levántate, oh Dios, y defiende tu causa;
recuerda que
a todas horas te ofenden los necios.
23 No pases por alto el griterío de tus adversarios,
el creciente
tumulto de tus enemigos.
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Proverbios 24:15-16 Nueva Versión
Internacional (NVI)
27
15 No aceches cual malvado la casa del justo,
ni arrases
el lugar donde habita;
16 porque siete veces podrá caer el justo,
pero otras
tantas se levantará;
los malvados, en cambio,
se hundirán
en la desgracia.
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