Día 276, DAB Español, Miércoles 3 de Octubre
Jeremías 1:1-2:30; Filipenses 4:1-23; Salmos 75; Proverbios 24:17-20 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Jeremías
1:1-2:30 Nueva Versión Internacional (NVI)
1 Estas son las palabras de Jeremías hijo de Jilquías.
Jeremías provenía de una familia sacerdotal de Anatot, ciudad del territorio de
Benjamín. 2 La palabra del Señor vino a Jeremías en el año trece del reinado de
Josías hijo de Amón, rey de Judá. 3 También vino a él durante el reinado de
Joacim hijo de Josías, rey de Judá, y hasta el fin del reinado de Sedequías
hijo de Josías, rey de Judá; es decir, hasta el quinto mes del año undécimo de
su reinado, cuando la población de Jerusalén fue deportada.
Llamamiento de Jeremías
4 La palabra del Señor vino a mí:
5 «Antes de formarte en el vientre,
ya te había
elegido;
antes de que nacieras,
ya te había
apartado;
te había
nombrado profeta para las naciones».
6 Yo le respondí:
«¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!»
7 Pero el Señor me dijo:
«No digas: “Soy muy joven”, porque vas a ir
adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. 8 No le
temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte». Lo afirma el Señor.
9 Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la
boca, me dijo:
«He puesto en tu boca mis palabras. 10 Mira, hoy te
doy autoridad sobre naciones y reinos,
»para arrancar y derribar,
para destruir y demoler,
para construir y plantar».
11 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
«¿Qué es lo que ves, Jeremías?»
«Veo una rama de almendro», respondí.
12 «Has visto bien —dijo el Señor—, porque yo estoy
alerta[a] para que se cumpla mi palabra».
13 La palabra del Señor vino a mí por segunda vez, y
me dijo:
«¿Qué es lo que ves?»
«Veo una olla que hierve y se derrama desde el norte»,
respondí.
14 Entonces el Señor me dijo:
«Desde el norte se derramará la calamidad sobre todos
los habitantes del país. 15 Yo estoy por convocar a todas las tribus de los
reinos del norte —afirma el Señor—.
»Vendrán, y cada uno pondrá su trono
a la entrada
misma de Jerusalén;
vendrán contra todos los muros que la rodean,
y contra
todas las ciudades de Judá.
16 Yo dictaré sentencia contra mi pueblo,
por toda su
maldad,
porque me
han abandonado;
han quemado incienso a otros dioses,
y han
adorado las obras de sus manos.
17 »Pero tú, ¡prepárate! Ve y diles todo lo que yo te
ordene. No temas ante ellos, pues de lo contrario yo haré que sí les temas. 18
Hoy te he puesto como ciudad fortificada, como columna de hierro y muro de
bronce, contra todo el país, contra los reyes de Judá, contra sus autoridades y
sus sacerdotes, y contra la gente del país. 19 Pelearán contra ti, pero no
podrán vencerte, porque yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.
Israel abandona a Dios
2 La palabra del Señor vino a mí: 2 «Ve y proclama a
oídos de Jerusalén que así dice el Señor:
»“Recuerdo el amor de tu juventud,
tu cariño de
novia,
cuando me seguías por el desierto,
por tierras
no cultivadas.
3 Israel estaba consagrada al Señor,
era las
primicias de su cosecha;
todo el que comía de ella sufría las consecuencias,
les
sobrevenía la calamidad”»,
afirma el Señor.
4 ¡Escuchen la palabra del Señor, descendientes de
Jacob,
tribus todas
del pueblo de Israel!
5 Así dice el Señor:
«¿Qué injusticia vieron en mí sus antepasados,
que se
alejaron tanto de mí?
Se fueron tras lo que nada vale,
y en nada se
convirtieron.
6 Nunca preguntaron:
“¿Dónde está el Señor
que nos hizo
subir de Egipto,
que nos guió por el desierto,
por tierra
árida y accidentada,
por tierra reseca y tenebrosa,
por tierra
que nadie transita
y en la que
nadie vive?”
7 Yo los traje a una tierra fértil,
para que
comieran de sus frutos
y de su
abundancia.
Pero ustedes vinieron y contaminaron mi tierra;
hicieron de
mi heredad algo abominable.
8 Nunca preguntaron los sacerdotes:
“¿Dónde está
el Señor?”
Los expertos en la ley jamás me conocieron;
los pastores
se rebelaron contra mí,
los profetas hablaron en nombre de Baal
y se fueron
tras dioses que para nada sirven.
9 Por eso, aún voy a entablar un litigio contra
ustedes,
y también
litigaré contra los hijos de sus hijos
—afirma el Señor—.
10 »Crucen a las costas de Chipre, y miren;
envíen
mensajeros a Cedar,[b] e infórmense bien;
fíjense si
ha sucedido algo semejante:
11 ¿Hay alguna nación que haya cambiado de dioses,
a pesar de
que no son dioses?
¡Pues mi pueblo ha cambiado al que es su gloria,
por lo que
no sirve para nada!
12 ¡Espántense, cielos, ante esto!
¡Tiemblen y
queden horrorizados!
—afirma el Señor—.
13 »Dos son los pecados
que ha
cometido mi pueblo:
Me han abandonado a mí,
fuente de
agua viva,
y han cavado sus propias cisternas,
cisternas rotas que no retienen agua.
14 ¿Acaso es Israel un esclavo?
¿Nació en la
esclavitud?
¿Por qué
entonces lo saquean?
15 Los leones rugieron contra él,
lanzaron
fuertes gruñidos.
Dejaron desolado su país,
sus ciudades
fueron incendiadas,
y ya nadie
las habita.
16 »Para colmo de males,
los de
Menfis[c] y los de Tafnes
te
raparon la cabeza.
17
¿No te ha pasado todo esto
por haber abandonado al Señor tu Dios,
mientras él te guiaba por el camino?
18 Y
ahora, ¿qué sacas con ir a Egipto
a beber agua del Nilo?
¿Qué
sacas con ir a Asiria
a beber agua del Éufrates?
19
Tu maldad te castigará,
tu infidelidad te recriminará.
Ponte
a pensar cuán malo y amargo
es abandonar al Señor tu Dios
y no
sentir temor de mí
—afirma el Señor, el Señor
Todopoderoso—.
20
»Desde hace mucho quebraste el yugo;
te quitaste las ataduras
y dijiste: “¡No quiero servirte!”
Sobre
toda colina alta,
y bajo todo árbol frondoso,
te entregaste a la prostitución.
21
Yo te planté, como vid selecta,
con semilla genuina.
¿Cómo
es que te has convertido
en una vid degenerada y extraña?
22
Aunque te laves con lejía,
y te frotes con mucho jabón,
ante
mí seguirá presente
la mancha de tu iniquidad
—afirma el Señor omnipotente—.
23
»¿Cómo puedes decir:
“No me he contaminado,
ni me he ido tras los baales”?
¡Considera
tu conducta en el valle!
¡Reconoce lo que has hecho!
¡Camella
ligera de cascos,
que no puedes quedarte quieta!
24
¡Asna salvaje que tiras al monte!
Cuando
ardes en deseos, olfateas el viento;
cuando estás en celo, no hay quien te
detenga.
Ningún
macho que te busque tiene que fatigarse:
cuando estás en celo, fácilmente te encuentra.
25
»No andes con pies descalzos, que te lastimas,
ni dejes que la garganta se te reseque.
Pero
tú insistes: “¡No tengo remedio!
Amo a dioses extraños, y tras ellos me
iré”.
26
»El pueblo de Israel se avergonzará,
junto con sus reyes y autoridades,
sacerdotes
y profetas,
como se avergüenza el ladrón cuando lo
descubren.
27 A
un trozo de madera le dicen:
“Tú eres mi padre”,
y a
una piedra le repiten:
“Tú me has dado a luz”.
Me
han vuelto la espalda;
no quieren darme la cara.
Pero
les llega la desgracia y me dicen:
“¡Levántate y sálvanos!”
28
¿Dónde están, Judá, los dioses que te fabricaste?
¡Tienes tantos dioses como ciudades!
¡Diles
que se levanten!
¡A ver si te salvan cuando caigas en
desgracia!
29
»¿Por qué litigan conmigo?
Todos ustedes se han rebelado contra mí
—afirma el Señor—.
30
»En vano castigo a mi pueblo,
pues rechaza mi corrección.
Cual
si fuera un león feroz,
la espada de ustedes devoró a sus profetas.
Footnotes:
1:11-12
En hebreo, las palabras que corresponden a almendro y yo estoy alerta tienen un
sonido parecido.
2:10 Cedar. Asentamiento de tribus beduinas en el
desierto siro-arábigo.
2:16 Menfis. Lit. Nof.
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Filipenses
4 Nueva Versión Internacional (NVI)
4
Por lo tanto, queridos hermanos míos, a quienes amo y extraño mucho, ustedes
que son mi alegría y mi corona, manténganse así firmes en el Señor.
Exhortaciones
2
Ruego a Evodia y también a Síntique que se pongan de acuerdo en el Señor. 3 Y a
ti, mi fiel compañero,[a] te pido que ayudes a estas mujeres que han luchado a
mi lado en la obra del evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores
míos, cuyos nombres están en el libro de la vida.
4
Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense! 5 Que su amabilidad sea
evidente a todos. El Señor está cerca. 6 No se inquieten por nada; más bien, en
toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
8
Por último, hermanos, consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin,
todo lo que sea excelente o merezca elogio. 9 Pongan en práctica lo que de mí
han aprendido, recibido y oído, y lo que han visto en mí, y el Dios de paz
estará con ustedes.
Gratitud
por la ayuda recibida
10
Me alegro muchísimo en el Señor de que al fin hayan vuelto a interesarse en mí.
Claro está que tenían interés, solo que no habían tenido la oportunidad de
demostrarlo. 11 No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar
satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. 12 Sé lo que es vivir en
la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y
cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a
tener de sobra como a sufrir escasez. 13 Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece.
14
Sin embargo, han hecho bien en participar conmigo en mi angustia. 15 Y ustedes
mismos, filipenses, saben que en el principio de la obra del evangelio, cuando
salí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en mis ingresos y gastos,
excepto ustedes. 16 Incluso a Tesalónica me enviaron ayuda una y otra vez para
suplir mis necesidades. 17 No digo esto porque esté tratando de conseguir más
ofrendas, sino que trato de aumentar el crédito a su cuenta. 18 Ya he recibido
todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de
Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios
acepta con agrado. 19 Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten,
conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
20 A
nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Saludos
finales
21
Saluden a todos los santos en Cristo Jesús. Los hermanos que están conmigo les
mandan saludos. 22 Saludos de parte de todos los santos, especialmente los de
la casa del emperador.
23
Que la gracia del Señor Jesucristo sea con su espíritu. Amén.[b]
Footnotes:
4:3
mi fiel compañero. Alt. fiel Sícigo.
4:23
Var. no incluye: Amén.
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Salmos 75 Nueva Versión Internacional
(NVI)
Al director musical. Sígase la tonada de «No
destruyas». Salmo de Asaf. Cántico.
75 Te damos gracias, oh Dios,
te damos
gracias e invocamos[a] tu nombre;
¡todos
hablan de tus obras portentosas!
2 Tú dices: «Cuando yo lo decida,
juzgaré
con justicia.
3
Cuando se estremece la tierra
con todos sus habitantes,
soy yo quien afirma sus columnas». Selah
4
«No sean altaneros», digo a los altivos;
«No sean soberbios», ordeno a los impíos;
5
«No hagan gala de soberbia contra el cielo,
ni hablen con aires de suficiencia».
6 La
exaltación no viene del oriente,
ni del occidente ni del sur,
7 sino que es Dios el que juzga:
a
unos humilla y a otros exalta.
8 En
la mano del Señor hay una copa
de espumante vino mezclado con especias;
cuando
él lo derrame, todos los impíos de la tierra
habrán de beberlo hasta las heces.
9 Yo
hablaré de esto siempre;
cantaré salmos al Dios de Jacob.
10
Aniquilaré la altivez de todos los impíos,
y exaltaré el poder de los justos.
Footnotes:
75:1 e invocamos (LXX y Siríaca); y cercano está (TM).
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Proverbios
24:17-20 Nueva Versión Internacional (NVI)
28
17 No te alegres cuando caiga tu enemigo,
ni se
regocije tu corazón ante su desgracia,
18 no sea que el Señor lo vea y no lo apruebe,
y aparte de
él su enojo.
29
19 No te alteres por causa de los malvados,
ni sientas
envidia de los impíos,
20 porque el malvado no tiene porvenir;
¡la lámpara
del impío se apagará!
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