Wednesday, October 10, 2018

DAB Español, Jueves 11 de Octubre

Día 284, DAB Español, Jueves 11 de Octubre

Jeremías 16:16-18:23; 1 Tesalonicenses 4:1-5:3; Salmos 81; Proverbios 25:6-7 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))






Jeremías 16:16-18:23 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Castigo de los culpables y conversión de los paganos
16 Voy a enviar a muchos pescadores —oráculo del Señor— a que los pesquen, y después enviaré a muchos cazadores a que los cacen por montes y colinas, y por las hendiduras de las rocas. 17 Vigilo su conducta, nada se me escapa; su maldad no puede esconderse a mis ojos. 18 Les haré pagar el doble por su culpa y su pecado, por haber profanado mi tierra con la carroña de sus ídolos y haber llenado mi heredad con sus abominaciones.

19 Señor, fuerza y fortaleza mías,
mi amparo cuando llega el peligro.
A ti acudirán los paganos
de todos los rincones de la tierra
diciendo: “Sólo mentira
es el legado de nuestros antepasados:
pura nadería, inutilidad completa”.
20 ¿Puede alguien fabricarse dioses?
¡Pero si esos no son dioses!
21 Por eso, voy a enseñarles,
esta vez voy a mostrarles
mi fuerza y mi poder,
y reconocerán que mi nombre es “el Señor”.

Pecado de Judá y fuego del Señor
17 El pecado de Judá está escrito
con un punzón de hierro,
grabado con punta de diamante
sobre la tabla de su corazón,
en los ángulos de los altares.
2 Lo que sus hijos recuerdan
son sus altares y Aseras
junto a todo árbol frondoso,
sobre elevadas colinas,
3 en los cabezos del campo.
Voy a entregar al pillaje
tu riqueza y tus tesoros
pues pecabas en tus cerros,
en todo tu territorio.
4 Haré que abandones tu tierra,
la heredad que te otorgué;
haré que sirvas a tus enemigos
en un país desconocido,
pues mi cólera arde como fuego
y ha prendido para siempre.

Serie de dichos proféticos
5 Así dice el Señor:
Maldito quien confía en el ser humano
y busca el apoyo de los seres creados,
apartando su corazón del Señor.
6 Será como un matojo del desierto
que no llegará a ver la lluvia;
vivirá en los sequedales de la estepa,
en tierra salobre, inhabitable.
7 Bendito quien confía en el Señor,
quien pone en el Señor su seguridad.
8 Será un árbol plantado junto al agua,
que alarga a la corriente sus raíces;
no temerá la llegada del estío,
mantendrá siempre verde su follaje.
No le inquietará un año de sequía,
ni dejará por eso de dar fruto.
9 Nada hay más engañoso que el corazón;
no tiene remedio, ¿quién lo conoce?
10 Yo, el Señor, examino el corazón,
sondeo el interior de las personas,
para pagar a cada cual su conducta,
conforme al fruto de sus acciones.
11 Perdiz que empolla huevos que no puso
el que hace fortuna de modo injusto:
en la flor de sus días lo abandona
y acabará su vida como un necio.
12 Trono glorioso, excelso desde el principio
es el lugar donde se alza nuestro santuario.
13 Señor, esperanza de Israel,
todo el que te abandona fracasa.
Los que se apartan de ti
serán inscritos en el polvo,
pues abandonaron al Señor,
la fuente de agua viva.

Tercera confesión
14 Cúrame, Señor, y quedaré curado;
ponme a salvo y a salvo quedaré,
pues tú eres el objeto de mi alabanza.
15 Fíjate en ellos, cómo me dicen:
“¿Dónde está la palabra del Señor?
¡A ver si se cumple!”.
16 Pero yo no te presioné
para pedirte desgracias;
tampoco estuve deseando
la llegada de un día infausto.
Tú conoces lo que han dicho mis labios,
pues lo han dicho en tu presencia.
17 No seas para mí causa de terror,
tú eres mi refugio en la desgracia.
18 ¡Fracasen mis perseguidores,
no sea yo el fracasado;
que sientan ellos terror,
no sea yo el aterrado!
¡Envíales el día funesto,
destrózalos con doble destrozo!

Sobre la observancia del sábado
19 Así me dijo el Señor:

- Ponte en la Puerta de Benjamín, por la que entran y salen los reyes de Judá, y en todas las puertas de Jerusalén. 20 Les dirás: “Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá, judaítas todos y habitantes de Jerusalén que entran por estas puertas. 21 Así dice el Señor: Anden con cuidado y no transporten cargas en sábado ni las metan por las puertas de Jerusalén. 22 No saquen carga alguna de sus casas en sábado ni lleven a cabo actividad alguna; santificarán el sábado como ordené a sus antepasados, 23 aunque no escucharon ni prestaron atención. Se hicieron más tercos, hasta el punto de no escuchar ni aprender la lección. 24 Pero si ustedes me escuchan de verdad —oráculo del Señor— y no meten cargas por las puertas de esta ciudad en sábado, y santifican este día no llevando a cabo actividad alguna, 25 entonces entrarán por las puertas de esta ciudad los reyes que se sientan en el trono de David, montados en carruajes y en caballos, junto con sus ministros, con gente de Judá y con habitantes de Jerusalén; y esta ciudad estará siempre habitada. 26 Vendrán de las ciudades de Judá, del distrito de Jerusalén, del territorio de Benjamín, de la Sefela, de la zona montañosa y del Négueb: unos traerán consigo lo necesario para ofrecer en el Templo del Señor holocaustos, sacrificios y ofrendas, así como incienso; otros traerán las víctimas de acción de gracias. 27 Pero si no me escuchan y no santifican el sábado, si siguen transportando y metiendo cargas por las puertas de Jerusalén en sábado, prenderé fuego a sus puertas, un fuego que consumirá los palacios de Jerusalén; y no se apagará”.

El trabajo del alfarero
18 Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor:

2 — Anda, baja a la casa del alfarero, que allí te transmitiré mis palabras.

3 Bajé a la casa del alfarero en el momento en que estaba trabajando en el torno. 4 Cuando le salía mal la vasija de barro que estaba torneando, se ponía a hacer otra, tal como a él le parecía. 5 Me llegó entonces la palabra del Señor en estos términos:

6 — ¿No puedo yo tratarlos igual que este alfarero, pueblo de Israel? Pues lo mismo que el barro en manos del alfarero, también ustedes están en mi mano, pueblo de Israel. 7 Si en algún momento yo hablo de arrancar, arrasar y destruir un pueblo y un reino, 8 pero resulta que ese pueblo se convierte de su maldad, entonces también yo me arrepentiré del mal que había decidido hacerle. 9 Y si en otro momento yo hablo de construir y plantar un pueblo y un reino, 10 pero resulta que ese pueblo hace lo que me parece mal, no escuchando mi voz, entonces me arrepentiré del bien que había prometido hacerles. 11 Y ahora habla así a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén: “Así dice el Señor: Yo soy el alfarero y estoy dando forma a una desgracia y meditando un plan contra ustedes. Que cada cual se convierta de su mala conducta y mejore su conducta y sus acciones”. 12 Seguro que te dicen: “Nada de eso, seguiremos nuestros planes, actuaremos según nuestro perverso y obstinado corazón”.

Reproches en tono sapiencial
13 Por eso, así dice el Señor:
Pregunten por tierras de paganos
si alguien oyó cosa igual:
algo horripilante ha cometido
la doncella, capital de Israel.
14 ¿Abandona los riscos escarpados
la nieve que cae sobre el Líbano?
¿Se corta el agua fresca
que fluye libremente?
15 Pues mi pueblo me ha olvidado
y ofrece incienso a una nada:
tropiezan por sus caminos,
por los senderos de siempre,
van caminando por sendas
y veredas escabrosas.
16 Dejan así su tierra desolada,
objeto de burla eterna;
todo el que pasa se espanta,
se burla moviendo la cabeza.
17 Los aventaré como viento del este,
cuando estén enfrente del enemigo;
les mostraré la espalda, no la cara,
el día que les llegue el descalabro.

Cuarta confesión
18 Algunos dijeron: “Tramemos un plan contra Jeremías, pues no faltará la instrucción del sacerdote, el consejo del sabio y la palabra del profeta. Así que vamos a calumniarlo y a hacer caso omiso de lo que dice”.

19 Hazme tú caso, Señor;
oye lo que dicen mis oponentes.
20 ¿Se paga el bien con el mal?
¡Pues me han cavado una fosa!
Recuerda que estuve ante ti
pidiendo clemencia para ellos,
apartando de ellos tu cólera.
21 Entrega, pues, sus hijos al hambre,
que queden a merced de la espada,
viudas y sin hijos sus mujeres,
sus hombres heridos de muerte,
sus jóvenes caídos en combate,
traspasados por la espada.
22 Se oirán gritos que salen de sus casas
cuando envíes salteadores contra ellos,
pues cavaron una fosa para atraparme,
pusieron trampas en mi camino.
23 Puesto que tú sabes, Señor,
que han tramado mi muerte,
no disimules su culpa
ni borres su pecado.
Haz que se tambaleen delante de ti;
actúa contra ellos cuando estalle tu ira.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

1 Tesalonicenses 4:1-5:3 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
II.— INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES DIVERSAS (4,1—5,22)
Una vida agradable a Dios
4 Por lo demás, hermanos, les pedimos y exhortamos a que, lo mismo que aprendieron de nosotros a comportarse como conviene, agradando a Dios, así sigan comportándose para que progresen lo más posible. 2 Conocen cuáles fueron las instrucciones que les dimos de parte de Jesús, el Señor. 3 Dios, en efecto, quiere que vivan como consagrados a él, que se abstengan de acciones deshonestas 4 y que cada uno de ustedes sepa vivir con su mujer santa y decorosamente, 5 sin que los arrastre la pasión, como arrastra a los paganos que no conocen a Dios. 6 Y que nadie en este asunto atropelle o conculque los derechos de su hermano porque, como ya les dijimos e insistimos en su día, el Señor hará justicia de todas estas cosas. 7 Pues no los ha llamado Dios a vivir en la impureza, sino como consagrados a él. 8 Por eso, quien rechaza esto, no rechaza una norma humana, sino a Dios que es quien les da su santo Espíritu.

9 En cuanto al amor fraterno, no hace falta que les diga nada por escrito, ya que el mismo Dios les ha enseñado a amarse los unos a los otros. 10 Y así lo practican con todos los hermanos de la entera Macedonia. Sólo les pedimos, hermanos, que progresen en ello más y más, 11 que procuren vivir tranquilos, que se ocupen de sus asuntos y que trabajen con sus propias manos, según las instrucciones que les dimos. 12 Así se ganarán el respeto de los no cristianos y no tendrán que importunar a nadie.

Sobre los difuntos
13 Hermanos, no queremos que ignoren la suerte de aquellos que ya han muerto. Así no estarán tristes como lo están los que carecen de esperanza. 14 Nosotros creemos que Jesús ha muerto y ha resucitado; pues, igualmente, Dios llevará consigo a quienes han muerto unidos a Jesús.

15 Apoyados en la palabra del Señor, les aseguramos que nosotros los que estemos vivos, los supervivientes en el día de la manifestación del Señor no tendremos preferencia sobre los que ya murieron. 16 Porque el Señor mismo bajará del cielo y, a la voz de mando, cuando se oiga la voz del arcángel y resuene la trompeta divina, resucitarán en primer lugar los que murieron unidos a Cristo. 17 Después nosotros, los que aún quedemos vivos, seremos arrebatados, junto con ellos, entre nubes, y saldremos por los aires al encuentro del Señor. De este modo viviremos siempre con el Señor. 18 Dense ánimos, pues, unos a otros con esta enseñanza.

La espera del día del Señor
5 En cuanto al momento y a las circunstancias de tales acontecimientos, no necesitan, hermanos, que les escriba. 2 Saben perfectamente que el día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche. 3 Cuando la gente ande diciendo: “Todo es paz y seguridad”, entonces justamente sobrevendrá la destrucción, como los dolores de parto a la mujer encinta, y no podrán librarse.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Salmos 81 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Salmo 81 (80)
Si Israel me hubiese escuchado
81 Al maestro del coro. Según la melodía de Gat. De Asaf.
2 ¡Canten a Dios, nuestro refugio,
aclamen al Dios de Jacob!
3 Entonen un canto, toquen el pandero,
la melodiosa cítara y el arpa;
4 toquen la trompeta en el novilunio,
en luna llena, el día de nuestra fiesta.
5 Porque esto es una ley para Israel,
es un mandato del Dios de Jacob,
6 una norma que impuso a José
cuando este salió de Egipto.
Oí un lenguaje que no conocía:
7 “Yo quité la carga de sus hombros,
sus manos se libraron de la espuerta.
8 En la angustia gritaste y te salvé,
te contesté oculto en la tormenta,
junto a las aguas de Meribá te probé”. [ Pausa]
9 Escucha, pueblo mío, voy a prevenirte:
¡Israel, ojalá quieras escucharme!
10 No tengas junto a ti a un dios extraño,
no rindas culto a un dios ajeno.
11 Yo soy Dios, tu Señor,
quien te sacó de la tierra de Egipto.
¡Abre tu boca y yo te saciaré!
12 Pero mi pueblo no me escuchó,
Israel no quiso nada conmigo.
13 Y yo los dejé a su antojo,
caminando según sus deseos.
14 Si mi pueblo me hubiera escuchado,
si siguiese Israel mis caminos,
15 vencería en un instante a sus rivales,
volvería mi mano contra sus enemigos.
16 Los que odian al Señor lo adularían,
sería este su destino para siempre;
17 a Israel le haría comer el mejor trigo,
lo saciaría con miel de las peñas.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

Proverbios 25:6-7 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
6 No presumas delante del rey,
ni te coloques entre los grandes;
7 es mejor que te inviten a subir,
que ser humillado ante los nobles.
Lo que han visto tus ojos

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España


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