Día 313, DAB Español, Viernes 9 de Noviembre
Ezequiel 20:1-49; Hebreos 9:11-28; Salmos 107; Proverbios 27:11 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Ezequiel
20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Rebelión de Israel
20 El 14 de agosto,[a] durante el séptimo año de
cautividad del rey Joaquín, algunos de los líderes de Israel vinieron a pedir
un mensaje del Señor. Se sentaron frente a mí en espera de su respuesta. 2
Entonces recibí el siguiente mensaje del Señor: 3 «Hijo de hombre, diles a los
líderes de Israel: “Esto dice el Señor Soberano: ‘¿Cómo se atreven a venir a
pedirme un mensaje? ¡Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, que
no les diré nada!’”.
4 »Hijo de hombre, levanta cargos en contra de los
líderes y condénalos. Hazles ver que los pecados de sus antepasados fueron
realmente detestables. 5 Dales el siguiente mensaje de parte del Señor
Soberano: “Cuando elegí a Israel —cuando me di a conocer a los descendientes de
Jacob en Egipto—, hice un juramento solemne de que yo, el Señor, sería su Dios.
6 Ese día juré solemnemente que los sacaría de Egipto y los llevaría a una
tierra que yo había explorado para ellos: una buena tierra donde fluyen la
leche y la miel, la mejor tierra de todas. 7 Entonces les dije: ‘Cada uno de
ustedes deshágase de las imágenes repugnantes con las que están tan
obsesionados. No se contaminen con los ídolos[b] de Egipto, porque yo soy el
Señor su Dios’.
8 »”Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí y no me
hicieron caso. No se deshicieron de las imágenes repugnantes con las que
estaban obsesionados ni abandonaron los ídolos de Egipto. Entonces, mientras
seguían en Egipto, amenacé con derramar mi furia sobre ellos para satisfacer mi
enojo; 9 pero no lo hice porque actué para proteger el honor de mi nombre. Yo
no permitiría que mi nombre fuera avergonzado ante las naciones vecinas, a las
cuales me di a conocer cuando saqué a los israelitas de Egipto. 10 Después de
sacarlos de Egipto, los llevé al desierto. 11 Allí les di mis decretos y
ordenanzas para que al ponerlos en práctica encontraran vida. 12 Además, les di
mis días de descanso como una señal entre ellos y yo. El propósito era
recordarles que soy el Señor, quien los apartó para que fueran santos.
13 »”Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra
mí y se negaron a obedecer mis decretos en el desierto. Desobedecieron mis
ordenanzas, a pesar de que la obediencia les hubiera dado vida. Además
profanaron mis días de descanso. Por lo tanto, amenacé con derramar mi furia
sobre ellos e hice planes para consumirlos por completo en el desierto; 14 pero
otra vez me contuve para proteger el honor de mi nombre ante las naciones que
habían visto mi poder cuando saqué a Israel de Egipto. 15 Sin embargo, hice un
juramento solemne contra ellos en el desierto. Juré que no los dejaría entrar
en la tierra que les había dado, tierra donde fluyen la leche y la miel, el
lugar más hermoso del mundo. 16 Pues rechazaron mis ordenanzas, se negaron a
obedecer mis decretos y profanaron mis días de descanso, ya que habían
entregado su corazón a ídolos. 17 Sin embargo, les tuve compasión y en el
desierto me contuve y no los destruí.
18 »”Después les advertí a sus hijos que no siguieran
el ejemplo de sus padres, quienes se contaminaron con sus ídolos. 19 ‘Yo soy el
Señor su Dios —les dije—. Sigan mis decretos, presten atención a mis ordenanzas
20 y mantengan santos mis días de descanso, porque son una señal para
recordarles que yo soy el Señor su Dios’.
21 »”Sin embargo, sus hijos también se rebelaron
contra mí. Se negaron a cumplir mis decretos y a seguir mis ordenanzas, a pesar
de que la obediencia les hubiera dado vida. Además profanaron mis días de
descanso. Así que amenacé nuevamente con derramar mi furia sobre ellos en el
desierto. 22 No obstante, quité mi juicio contra ellos a fin de proteger el
honor de mi nombre ante las naciones que habían visto mi poder cuando los saqué
de Egipto; 23 pero hice un juramento solemne contra ellos en el desierto: juré
esparcirlos por todas las naciones 24 porque no obedecieron mis ordenanzas. Se
burlaron de mis decretos al profanar mis días de descanso y anhelar los ídolos
de sus antepasados. 25 Los entregué a decretos y ordenanzas inútiles, que no
los conducirían a la vida. 26 Dejé que se contaminaran[c] con los mismos
regalos que yo les había dado y permití que sacrificaran a su hijo mayor como
ofrenda a sus dioses, para devastarlos y recordarles que solo yo soy el Señor”.
Juicio y restauración
27 »Por lo tanto, hijo de hombre, dale este mensaje al
pueblo de Israel de parte del Señor Soberano: “Tus antepasados siguieron
blasfemando y traicionándome, 28 pues cuando los hice entrar en la tierra que
les había prometido, ¡ofrecieron sacrificios en cada colina alta y debajo de
cada árbol frondoso que encontraron! Provocaron mi furia al ofrecer sacrificios
a sus dioses. ¡Les llevaron perfumes e incienso y derramaron ofrendas líquidas
ante ellos! 29 Les dije: ‘¿Qué es ese lugar alto adonde van?’”. (Desde entonces,
esa clase de santuario pagano se llama Bama, que significa “lugar alto”).
30 »Por lo tanto, dale este mensaje al pueblo de
Israel de parte del Señor Soberano: “¿Piensas contaminarte como lo hicieron tus
antepasados? ¿Seguirás prostituyéndote al adorar imágenes repugnantes? 31 Pues,
cuando les presentas ofrendas y les sacrificas a tus niños en el fuego,[d] te
contaminas con ídolos hasta el día de hoy. ¿Y yo debería permitirte, pueblo de
Israel, que me pidas un mensaje? Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor
Soberano, que no te diré nada.
32 »”Tú dices: ‘Queremos ser como las naciones que nos
rodean, que sirven a ídolos de madera y de piedra’; pero eso que piensas nunca
sucederá. 33 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, te gobernaré
con puño de hierro, con gran enojo y con imponente poder. 34 También con enojo,
extenderé mi mano fuerte y mi brazo poderoso, y te traeré de regreso[e] desde
los territorios por donde fuiste esparcido. 35 Te llevaré al desierto de las
naciones y allí te juzgaré cara a cara. 36 Te juzgaré tal como hice con tus
antepasados en el desierto después de sacarlos de Egipto, dice el Señor
Soberano. 37 Te examinaré cuidadosamente y te obligaré a cumplir las
condiciones del pacto. 38 Te limpiaré de todos los que se rebelen y se subleven
contra mí. A ellos los sacaré de los países adonde fueron desterrados, pero
nunca entrarán en la tierra de Israel. Entonces sabrás que yo soy el Señor.
39 »”En cuanto a ti, pueblo de Israel, esto dice el
Señor Soberano: adelante, rinde culto a tus ídolos, pero tarde o temprano me
obedecerás y dejarás de deshonrar mi santo nombre al rendir culto a ídolos. 40
Pues algún día, dice el Señor Soberano, los israelitas me adorarán en mi monte
santo, el gran monte de Israel, y yo los aceptaré. Allí les exigiré que me
presenten todas sus ofrendas y los mejores regalos y sacrificios. 41 Cuando los
traiga de regreso a casa desde el destierro, ustedes serán para mí como un
sacrificio agradable. Desplegaré mi santidad por medio de ustedes a la vista de
todas las naciones. 42 Entonces, cuando yo los regrese a la tierra que mediante
un juramento solemne prometí darles a sus antepasados, ustedes sabrán que yo
soy el Señor. 43 Recordarán todas las formas en que se contaminaron y se
odiarán a sí mismos por el mal que hicieron. 44 Y sabrás, pueblo de Israel, que
yo soy el Señor, cuando haya honrado mi nombre al tratarte con compasión, a
pesar de tu perversidad. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!”».
Juicio contra el Neguev
45 [f]Después recibí este mensaje del Señor: 46 «Hijo
de hombre, ponte de cara al sur[g] y denuncia a esa región; profetiza contra
los matorrales del Neguev. 47 Dile al desierto del sur: “Esto dice el Señor Soberano:
‘¡Oye la palabra del Señor! Te prenderé fuego y se quemará todo árbol, esté
verde o seco. Las horrendas llamas no se extinguirán y arrasarán con todo,
desde el sur hasta el norte. 48 Entonces el mundo entero verá que yo, el Señor,
prendí este fuego, que no se apagará’”».
49 Entonces dije: «Oh Señor Soberano, ¡la gente anda
diciendo de mí: “Él solo habla en enigmas!”».
Footnotes:
20:1 En hebreo En el quinto mes, el décimo día, del
antiguo calendario lunar hebreo. Ese día fue el 14 de agosto del 591 a. C.; ver
también la nota en 1:1.
20:7 El término hebreo (literalmente cosas redondas)
probablemente se refiere al estiércol; también en 20:8, 16, 18, 24, 31, 39.
20:25-26 O Les entregué decretos y ordenanzas inútiles
[…] Los contaminé.
20:31 O y haces que tus niños pasen por el fuego.
20:34 La versión griega dice y yo te recibiré.
Comparar con 2 Co 6:17.
20:45 Los versículos del 20:45-49 corresponden al
21:1-5 en el texto hebreo.
20:46 En hebreo hacia Temán.
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Hebreos
9:11-28 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cristo es el sacrificio perfecto
11 Entonces Cristo ahora ha llegado a ser el Sumo
Sacerdote por sobre todas las cosas buenas que han venido.[a] Él entró en ese
tabernáculo superior y más perfecto que está en el cielo, el cual no fue hecho
por manos humanas ni forma parte del mundo creado. 12 Con su propia sangre —no
con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola
vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.
13 Bajo el sistema antiguo, la sangre de cabras y
toros y las cenizas de una novilla podían limpiar el cuerpo de las personas que
estaban ceremonialmente impuras. 14 Imagínense cuánto más la sangre de Cristo
nos purificará la conciencia de acciones pecaminosas[b] para que adoremos al
Dios viviente. Pues por el poder del Espíritu eterno, Cristo se ofreció a sí
mismo a Dios como sacrificio perfecto por nuestros pecados. 15 Por eso él es el
mediador de un nuevo pacto entre Dios y la gente, para que todos los que son
llamados puedan recibir la herencia eterna que Dios les ha prometido. Pues
Cristo murió para librarlos del castigo por los pecados que habían cometido
bajo ese primer pacto.
16 Ahora bien, cuando alguien deja un testamento,[c]
es necesario comprobar que la persona que lo hizo ha muerto.[d] 17 El
testamento solo entra en vigencia después de la muerte de la persona. Mientras
viva el que lo hizo, el testamento no puede entrar en vigencia.
18 Por eso, aun el primer pacto fue puesto en vigencia
con la sangre de un animal. 19 Pues después de que Moisés había leído cada uno
de los mandamientos de Dios a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y
las cabras[e] junto con agua, y roció tanto el libro de la ley de Dios como a
todo el pueblo con ramas de hisopo y lana de color escarlata. 20 Entonces dijo:
«Esta sangre confirma el pacto que Dios ha hecho con ustedes»[f]. 21 De la
misma manera roció con la sangre el tabernáculo y todo lo que se usaba para
adorar a Dios. 22 De hecho, según la ley de Moisés, casi todo se purificaba con
sangre porque sin derramamiento de sangre no hay perdón.
23 Por esa razón, el tabernáculo y todo lo que en él
había —que eran copias de las cosas del cielo— debían ser purificados mediante
la sangre de animales; pero las cosas verdaderas del cielo debían ser
purificadas mediante sacrificios superiores a la sangre de animales.
24 Pues Cristo no entró en un lugar santo hecho por
manos humanas, que era solo una copia del verdadero, que está en el cielo. Él
entró en el cielo mismo para presentarse ahora delante de Dios a favor de
nosotros; 25 y no entró en el cielo para ofrecerse a sí mismo una y otra vez,
como lo hace el sumo sacerdote aquí en la tierra, que entra en el Lugar
Santísimo año tras año con la sangre de un animal. 26 Si eso hubiera sido
necesario, Cristo tendría que haber sufrido la muerte una y otra vez, desde el
principio del mundo; pero ahora, en el fin de los tiempos,[g] Cristo se
presentó una sola vez y para siempre para quitar el pecado mediante su propia
muerte en sacrificio.
27 Y así como cada persona está destinada a morir una
sola vez y después vendrá el juicio, 28 así también Cristo fue ofrecido una
sola vez y para siempre, a fin de quitar los pecados de muchas personas. Cristo
vendrá otra vez, no para ocuparse de nuestros pecados, sino para traer
salvación a todos los que esperan con anhelo su venida.
Footnotes:
9:11 Algunos manuscritos dicen que están por venir.
9:14 En griego de obras muertas.
9:16a O pacto; también en 9:17.
9:16b O Ahora bien, cuando alguien hace un pacto, es
necesario ratificarlo con la muerte de un sacrificio.
9:19 Algunos manuscritos no incluyen y las cabras.
9:20 Ex 24:8.
9:26 En griego los siglos.
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Salmos
107 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Libro quinto (Salmos 107–150)
Salmo 107
1 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
Su fiel amor
perdura para siempre.
2 ¿Los ha rescatado el Señor? ¡Entonces, hablen con
libertad!
Cuenten a
otros que él los ha rescatado de sus enemigos.
3 Pues ha reunido a los desterrados de muchos países,
del oriente
y del occidente,
del norte y
del sur.[a]
4 Algunos vagaban por el desierto,
perdidos y
sin hogar.
5 Con hambre y con sed
estaban a
punto de morir.
6 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su
dificultad,
y él los
rescató de su aflicción.
7 Los llevó directo a un lugar seguro,
a una ciudad
donde pudieran vivir.
8 Que alaben al Señor por su gran amor
y por las
obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
9 Pues él satisface al sediento
y al
hambriento lo llena de cosas buenas.
10 Algunos estaban en oscuridad y en una profunda
penumbra,
presos del
sufrimiento con cadenas de hierro.
11 Se rebelaron contra las palabras de Dios,
se burlaron del consejo del Altísimo.
12 Por eso los doblegó con trabajo forzado;
cayeron, y
no hubo quien los ayudara.
13 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su
dificultad,
y él los
salvó de su aflicción.
14 Los sacó de la oscuridad y de la profunda penumbra;
les rompió
las cadenas.
15 Que alaben al Señor por su gran amor
y por las
obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
16 Pues rompió las puertas de bronce de su prisión;
partió en
dos los barrotes de hierro.
17 Algunos fueron necios; se rebelaron
y sufrieron
por sus pecados.
18 No podían ni pensar en comer,
y estaban a
las puertas de la muerte.
19 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su
dificultad,
y él los
salvó de su aflicción.
20 Envió su palabra y los sanó;
los arrebató
de las puertas de la muerte.
21 Que alaben al Señor por su gran amor
y por las
obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
22 Que ofrezcan sacrificios de agradecimiento
y canten con
alegría por sus gloriosos actos.
23 Algunos se hicieron a la mar en barcos
y surcaron
las rutas comerciales del mundo.
24 También observaron el poder del Señor en acción,
sus
impresionantes obras en los mares más profundos.
25 Él habló, y se desataron los vientos
que agitaron
las olas.
26 Los barcos fueron lanzados hacia los cielos
y cayeron
nuevamente a las profundidades;
los
marineros se acobardaron de terror.
27 Se tambaleaban y daban tumbos como borrachos,
no sabían
qué más hacer.
28 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su
dificultad,
y él los
salvó de su aflicción.
29 Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
y aquietó
las olas.
30 ¡Qué bendición fue esa quietud
cuando los
llevaba al puerto sanos y salvos!
31 Que alaben al Señor por su gran amor
y por las
obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
32 Que lo exalten públicamente delante de la
congregación
y ante los
líderes del pueblo.
33 Él transforma ríos en desiertos
y
manantiales de agua en tierra árida y sedienta.
34 Convierte la tierra fructífera en tierras saladas y
baldías,
a causa de
la maldad de sus habitantes.
35 Pero también convierte desiertos en lagunas
y la tierra
seca en fuentes de agua.
36 Lleva a los hambrientos para que se establezcan
allí
y construyan
sus ciudades.
37 Siembran los campos, plantan viñedos,
y recogen
cosechas abundantes.
38 ¡Cuánto los bendice!
Allí crían
familias numerosas
y sus
manadas de animales aumentan.
39 Cuando disminuye la cantidad de ellos y se
empobrecen
por la
opresión, las dificultades y el dolor,
40 el Señor derrama desprecio sobre sus príncipes
y los hace
vagar por tierras baldías y sin sendero.
41 Pero rescata de la dificultad a los pobres
y hace
crecer a sus familias como rebaños de ovejas.
42 Los justos verán estas cosas y se alegrarán
mientras los
perversos son bruscamente silenciados.
43 Los sabios tomarán todo muy en serio;
verán en
nuestra historia el fiel amor del Señor.
Footnotes:
107:3 En hebreo y del mar.
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Proverbios
27:11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
11 Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón.
Entonces
podré responder a los que me critican.
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