Monday, September 6, 2021

DAB Español, Martes 07 de Septiembre

Día 250, DAB Español, Martes 07 de Septiembre

Cantares 5:1-8:14; 2 Corintios 9:1-15; Salmos 51; Proverbios 22:24-25 (Nueva Versión Internacional (NVI))









Cantares 5-8

Nueva Versión Internacional

El amado

 

5 He entrado ya en mi jardín,

    hermana y novia mía,

y en él recojo mirra y bálsamo;

    allí me sacio del panal y de su miel;

    allí bebo mi vino y mi leche.

Los amigos

 

¡Coman y beban, amigos,

    y embriáguense de amor!

Cuarto Canto

La amada

 

2

Yo dormía, pero mi corazón velaba.

    ¡Y oí una voz!

    ¡Mi amado estaba a la puerta!

 

«Hermana, amada mía;

    preciosa paloma mía,

    ¡déjame entrar!

Mi cabeza está empapada de rocío;

    la humedad de la noche corre por mi pelo».

 

3

Ya me he quitado la ropa;

    ¡cómo volver a vestirme!

Ya me he lavado los pies;

    ¡cómo ensuciarlos de nuevo!

 

4

Mi amado pasó la mano

    por la abertura del cerrojo;

    ¡se estremecieron mis entrañas al sentirlo!

5

Me levanté y le abrí a mi amado;

    ¡gotas de mirra corrían por mis manos!

¡Se deslizaban entre mis dedos

    y caían sobre la aldaba!

 

6

Le abrí a mi amado,

    pero ya no estaba allí.

Se había marchado,

    y tras su voz se fue mi alma.

Lo busqué, y no lo hallé.

    Lo llamé, y no me respondió.

7

Me encontraron los centinelas

    mientras rondaban la ciudad;

los que vigilan las murallas

    me hirieron, me golpearon;

    ¡me despojaron de mi manto!

 

8

Yo les ruego, mujeres de Jerusalén,

    que, si encuentran a mi amado,

    ¡le digan que estoy enferma de amor!

El coro

 

9

Dinos, bella entre las bellas,

    ¿en qué aventaja tu amado a otros hombres?

¿En qué aventaja tu amado a otros hombres,

    que nos haces tales ruegos?

La amada

 

10

Mi amado es apuesto y trigueño,

    y entre diez mil hombres se le distingue.

11

Su cabeza es oro puro;

    su cabellera es ondulada

    y negra como un cuervo.

12

Sus ojos parecen palomas

    posadas junto a los arroyos,

bañadas en leche,

    montadas como joyas.

13

Sus mejillas son como lechos de bálsamo,

    como cultivos de aromáticas hierbas.

Sus labios son azucenas

    por las que fluye mirra.

14

Sus brazos son barras de oro

    montadas sobre topacios.

Su cuerpo es pulido marfil

    incrustado de zafiros.

15

Sus piernas son pilares de mármol

    que descansan sobre bases de oro puro.

Su porte es como el del Líbano,

    esbelto como sus cedros.

16

Su paladar es la dulzura misma;

    ¡él es todo un encanto!

 

¡Tal es mi amado, tal es mi amigo,

    mujeres de Jerusalén!

El coro

 

6 ¿A dónde se ha ido tu amado,

    tú, bella entre las bellas?

¿Hacia dónde se ha encaminado?

    ¡Iremos contigo a buscarlo!

La amada

 

2

Mi amado ha bajado a su jardín,

    a los lechos de bálsamo,

para retozar en los jardines

    y recoger azucenas.

3

Yo soy de mi amado, y mi amado es mío;

    él apacienta su rebaño entre azucenas.

Quinto Canto

El amado

 

4

Tú, amada mía, eres bella como Tirsá,

    encantadora como Jerusalén,

    majestuosa como las estrellas del cielo.

5

Aparta de mí la mirada,

    que tus ojos me tienen fascinado.

Tus cabellos son como los rebaños de cabras

    que retozan en Galaad.

6

Tus dientes son como rebaños de cabritas

    recién salidas del baño.

Cada una de ellas tiene su pareja,

    ninguna de ellas marcha sola.

7

Tus mejillas, tras el velo,

    parecen dos mitades de granadas.

8

Pueden ser sesenta las reinas,

    ochenta las concubinas

    e innumerables las vírgenes,

9

pero una sola es mi palomita preciosa,

    la hija consentida de su madre,

    la favorita de quien le dio la vida.

Las mujeres la ven y la bendicen;

    las reinas y las concubinas la alaban.

El coro

 

10

¿Quién es esta, admirable como la aurora?

    ¡Es bella como la luna,

    radiante como el sol,

    majestuosa como las estrellas del cielo!

El amado

 

11

Descendí al huerto de los nogales

    para admirar los nuevos brotes en el valle,

para admirar los retoños de las vides

    y los granados en flor.

12

Sin darme cuenta, mi pasión me puso

    entre las carrozas reales de mi pueblo.[a]

Los amigos

 

13

Vuelve, Sulamita, vuelve;

    vuélvete a nosotros,

    ¡queremos contemplarte!

El amado

 

¿Y por qué han de contemplar a la Sulamita,

    como en las danzas de los campamentos?

 

7 ¡Ah, princesa mía,

    cuán bellos son tus pies en las sandalias!

Las curvas de tus caderas son como alhajas

    labradas por hábil artesano.

2

Tu ombligo es una copa redonda,

    rebosante de buen vino.

Tu vientre es un monte de trigo

    rodeado de azucenas.

3

Tus pechos parecen dos cervatillos,

    dos crías mellizas de gacela.

4

Tu cuello parece torre de marfil.

Tus ojos son los manantiales de Hesbón,

    junto a la entrada de Bat Rabín.

Tu nariz se asemeja a la torre del Líbano,

    que mira hacia Damasco.

5

Tu cabeza se yergue como la cumbre del Carmelo.

    Hilos de púrpura son tus cabellos;

    ¡con tus rizos has cautivado al rey!

 

6

Cuán bella eres, amor mío,

    ¡cuán encantadora en tus delicias!

7

Tu talle se asemeja al talle de la palmera,

    y tus pechos a sus racimos.

8

Me dije: «Me treparé a la palmera;

    de sus racimos me adueñaré».

¡Sean tus pechos como racimos de uvas,

    tu aliento cual fragancia de manzanas,

9

    y como el buen vino tu boca!

La amada

 

¡Corra el vino hacia mi amado,

    y le resbale por labios y dientes![b]

 

10

Yo soy de mi amado,

    y él me busca con pasión.

11

Ven, amado mío;

    vayamos a los campos,

    pasemos la noche entre los azahares.

12

Vayamos temprano a los viñedos,

    para ver si han retoñado las vides,

si sus pimpollos se han abierto,

    y si ya florecen los granados.

    ¡Allí te brindaré mis caricias!

 

13

Las mandrágoras esparcen su fragancia,

    y hay a nuestras puertas

    toda clase de exquisitos frutos,

lo mismo nuevos que añejos,

    que he guardado para ti, amor mío.

 

8 ¡Ah, si fueras mi propio hermano,

    criado a los pechos de mi madre!

Al encontrarte en la calle podría besarte,

    y nadie me juzgaría mal.

2

Tomándote de la mano,

    te llevaría a la casa de mi madre,

    y me enseñarías el arte del amor.

Te daría a beber vino con especias,

    y el néctar de mis granadas.

 

3

¡Ojalá pudiera mi cabeza

    reposar sobre su izquierda!

    ¡Ojalá su derecha me abrazara!

El amado

 

4

Yo les ruego, mujeres de Jerusalén,

    que no desvelen ni molesten a mi amada,

    hasta que ella quiera despertar.

Sexto Canto

El coro

 

5

¿Quién es esta que sube por el desierto

    apoyada sobre el hombro de su amado?

El amado

 

Bajo el manzano te desperté;

    allí te concibió tu madre,

    allí mismo te dio a luz.

La amada

 

6

Grábame como un sello sobre tu corazón;

    llévame como una marca sobre tu brazo.

Fuerte es el amor, como la muerte,

    y tenaz la pasión, como el sepulcro.

Como llama divina

    es el fuego ardiente del amor.

7

Ni las muchas aguas pueden apagarlo,

    ni los ríos pueden extinguirlo.

Si alguien ofreciera todas sus riquezas

    a cambio del amor,

    solo conseguiría el desprecio.

El coro

 

8

Tan pequeña es nuestra hermana

    que no le han crecido los pechos.

¿Qué haremos por nuestra hermana

    cuando vengan a pedirla?

9

Si fuera una muralla,

    construiríamos sobre ella almenas de plata.

Si acaso fuera una puerta,

    la recubriríamos con paneles de cedro.

La amada

 

10

Una muralla soy yo,

    y mis pechos, sus dos torres.

Por eso a los ojos de mi amado

    soy como quien ha hallado la paz.

 

11

Salomón tenía una viña en Baal Jamón,

    que dejó al cuidado de aparceros.

Cada uno entregaba, por sus frutos,

    mil monedas[c] de plata.

12

¡Quédate, Salomón, con las mil monedas,

    y ustedes, aparceros, con doscientas,

    pero mi viña solo a mí me pertenece!

El amado

 

13

Tú, que reinas en los jardines,

    pendientes de tu voz están nuestros amigos;

    ¡déjanos escucharla!

La amada

 

14

¡Apresúrate, amado mío!

    ¡Corre como venado, como cervato,

    sobre los montes de bálsamo cubiertos!

Footnotes

 

    6:12 entre … mi pueblo. Alt. entre los carros de Aminadab.

    7:9 labios y dientes (LXX y Aquila; véanse Siríaca y Vulgata); labios de dormilones (TM).

    8:11 mil monedas de plata. Lit. mil [siclos] de plata.

 

2 Corintios 9

Nueva Versión Internacional

 

9 No hace falta que les escriba acerca de esta ayuda para los santos, 2 porque conozco la buena disposición que ustedes tienen. Esto lo he comentado con orgullo entre los macedonios, diciéndoles que desde el año pasado ustedes los de Acaya estaban preparados para dar. El entusiasmo de ustedes ha servido de estímulo a la mayoría de ellos. 3 Con todo, les envío a estos hermanos para que en este asunto no resulte vano nuestro orgullo por ustedes, sino que estén preparados, como ya he dicho que lo estarían, 4 no sea que algunos macedonios vayan conmigo y los encuentren desprevenidos. En ese caso nosotros —por no decir nada de ustedes— nos avergonzaríamos por haber estado tan seguros. 5 Así que me pareció necesario rogar a estos hermanos que se adelantaran a visitarlos y completaran los preparativos para esa generosa colecta que ustedes habían prometido. Entonces estará lista como una ofrenda generosa,[a] y no como una tacañería.

Sembrar con generosidad

 

6 Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.[b] 7 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. 9 Como está escrito:

 

«Repartió sus bienes entre los pobres;

    su justicia permanece para siempre».[c]

 

10 El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. 11 Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.

 

12 Esta ayuda que es un servicio sagrado no solo suple las necesidades de los santos, sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. 13 En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos. 14 Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

Footnotes

 

    9:5 una ofrenda generosa. Lit. una bendición.

    9:6 siembra … cosechará. Lit. siembra en bendición, en bendición cosechará.

    9:9 Sal 112:9

 

Salmos 51

Nueva Versión Internacional

Al director musical. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a verlo por haber cometido David adulterio con Betsabé.

 

51 Ten compasión de mí, oh Dios,

    conforme a tu gran amor;

conforme a tu inmensa bondad,

    borra mis transgresiones.

2

Lávame de toda mi maldad

    y límpiame de mi pecado.

 

3

Yo reconozco mis transgresiones;

    siempre tengo presente mi pecado.

4

Contra ti he pecado, solo contra ti,

    y he hecho lo que es malo ante tus ojos;

por eso, tu sentencia es justa,

    y tu juicio, irreprochable.

5

Yo sé que soy malo de nacimiento;

    pecador me concibió mi madre.

6

Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo;

    en lo secreto me has enseñado sabiduría.

 

7

Purifícame con hisopo, y quedaré limpio;

    lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

8

Anúnciame gozo y alegría;

    infunde gozo en estos huesos que has quebrantado.

9

Aparta tu rostro de mis pecados

    y borra toda mi maldad.

 

10

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,

    y renueva la firmeza de mi espíritu.

11

No me alejes de tu presencia

    ni me quites tu santo Espíritu.

12

Devuélveme la alegría de tu salvación;

    que un espíritu obediente me sostenga.

13

Así enseñaré a los transgresores tus caminos,

    y los pecadores se volverán a ti.

 

14

Dios mío, Dios de mi salvación,

    líbrame de derramar sangre,

    y mi lengua alabará tu justicia.

15

Abre, Señor, mis labios,

    y mi boca proclamará tu alabanza.

16

Tú no te deleitas en los sacrificios

    ni te complacen los holocaustos;

    de lo contrario, te los ofrecería.

17

El sacrificio que te agrada

    es un espíritu quebrantado;

tú, oh Dios, no desprecias

    al corazón quebrantado y arrepentido.

 

18

En tu buena voluntad, haz que prospere Sión;

    levanta los muros de Jerusalén.

19

Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,

    los holocaustos del todo quemados,

    y sobre tu altar se ofrecerán becerros.

Proverbios 22:24-25

Nueva Versión Internacional

2

 

24

No te hagas amigo de gente violenta,

    ni te juntes con los iracundos,

25

no sea que aprendas sus malas costumbres

    y tú mismo caigas en la trampa.

Nueva Versión Internacional (NVI)

 

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