Monday, September 20, 2021

DAB Español, Martes 21 de Septiembre

Día 264, DAB Español, Martes 21 de Septiembre

Isaías 37:1-38:22; Gálatas 6:1-18; Salmos 65; Proverbios 23:24 (Dios Habla Hoy (DHH))









Isaías 37:1-38:20

Dios Habla Hoy

El Señor libra a Judá del invasor

 

37 Cuando el rey Ezequías oyó esto, se rasgó sus vestiduras, se puso ropas ásperas en señal de dolor y se fue al templo del Señor. 2 Y envió a Eliaquim, mayordomo de palacio, al cronista Sebná y a los sacerdotes más ancianos, con ropas ásperas en señal de dolor, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, 3 y a decirle de parte del rey: «Hoy estamos en una situación de angustia, castigo y humillación; como una mujer que, a punto de dar a luz, se quedara sin fuerzas. 4 Ojalá el Señor tu Dios haya oído las palabras del oficial enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios viviente, y ojalá lo castigue por las cosas que el Señor mismo, tu Dios, habrá oído. Ofrece, pues, una oración por los que aún quedan.»

 

5 Los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 e Isaías les encargó que respondieran a su amo: «El Señor dice: “No tengas miedo de esas palabras ofensivas que dijeron contra mí los criados del rey de Asiria. 7 Mira, yo voy a hacer que llegue a él un rumor que lo obligue a volver a su país, y allí lo haré morir asesinado.”»

 

8 El oficial asirio se enteró de que el rey de Asiria se había ido de la ciudad de Laquis. Entonces se fue de Jerusalén, y encontró al rey de Asiria atacando a Libná. 9 Allí el rey de Asiria oyó decir que el rey Tirhaca de Etiopía había emprendido una campaña militar contra él. Una vez más, el rey de Asiria envió embajadores al rey Ezequías de Judá, a decirle: 10 «Tu Dios, en el que tú confías, te asegura que Jerusalén no caerá en mi poder; pero no te dejes engañar por él. 11 Tú has oído lo que han hecho los reyes de Asiria con todos los países que han querido destruir. ¿Y te vas a salvar tú? 12 ¿Acaso los dioses salvaron a los otros pueblos que mis antepasados destruyeron: a Gozán, a Harán, a Résef, y a la gente de Bet-edén que vivía en Telasar? 13 ¿Dónde están los reyes de Hamat, de Arpad, de Sefarvaim, de Hená y de Ivá?»

 

14 Ezequías tomó la carta que le entregaron los embajadores, y la leyó. Luego se fue al templo y, extendiendo la carta delante del Señor, 15 oró así: 16 «Señor todopoderoso, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines, tú solo eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú creaste el cielo y la tierra. 17 Pon atención, Señor, y escucha. Abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib mandó decirme, palabras todas ellas ofensivas contra ti, el Dios viviente. 18 Es cierto, Señor, que los reyes de Asiria han destruido todas las naciones y sus tierras, 19 y que han echado al fuego sus dioses, porque en realidad no eran dioses, sino objetos de madera o de piedra hechos por el hombre. Por eso los destruyeron. 20 Ahora pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todas las naciones de la tierra sepan que tú, Señor, eres el único Dios.»

 

21 Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto dice el Señor, Dios de Israel: “Yo he escuchado la oración que me hiciste acerca de Senaquerib, rey de Asiria.”»

 

22 Éstas son las palabras que dijo el Señor acerca del rey de Asiria:

 

«La ciudad de Sión, como una muchacha,

se ríe de ti, Senaquerib.

Jerusalén mueve burlonamente la cabeza

cuando tú te retiras.

23

¿A quién has ofendido e insultado?

¿Contra quién alzaste la voz

y levantaste los ojos altaneramente?

¡Contra el Dios Santo de Israel!

24

Por medio de tus funcionarios insultaste al Señor.

Dijiste:

“Con mis innumerables carros de guerra

subí a las cumbres de los montes,

a lo más empinado del Líbano.

Corté sus cedros más altos,

sus pinos más bellos.

Alcancé sus cumbres más altas,

y sus bosques, que parecen jardines.

25

En tierras extrañas

cavé pozos y bebí de esa agua,

y con las plantas de mis pies

sequé todos los ríos de Egipto.”

26

¿Pero no sabías que soy yo, el Señor,

quien ha dispuesto todas estas cosas?

Desde tiempos antiguos lo había planeado,

y ahora lo he realizado;

por eso tú destruyes ciudades fortificadas

y las conviertes en montones de ruinas.

27

Sus habitantes, impotentes,

llenos de miedo y vergüenza,

han sido como hierba del campo,

como pasto verde,

como hierba que crece en los tejados

y que es quemada por el viento del este.

28

Yo conozco todos tus movimientos

y todas tus acciones;

yo sé que te has enfurecido contra mí.

29

Y como conozco tu furia y tu arrogancia,

voy a ponerte una argolla en la nariz,

un freno en la boca,

y te haré volver por el camino

por donde viniste.»

 

30

Isaías dijo entonces a Ezequías:

«Ésta será una señal de lo que va a suceder:

este año y el siguiente comerán ustedes

el trigo que nace por sí solo,

pero al tercer año podrán sembrar y cosechar,

plantar viñedos y comer de sus frutos.

31

Los sobrevivientes de Judá serán como plantas:

echarán raíces y producirán fruto,

32

porque un resto quedará en Jerusalén;

en el monte Sión habrá sobrevivientes.

Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.

 

33

»Acerca del rey de Asiria dice el Señor:

“No entrará en Jerusalén,

no le disparará ni una flecha,

no la atacará con escudos

ni construirá una rampa a su alrededor.

34

Por el mismo camino por donde vino, se volverá;

no entrará en esta ciudad.

Yo, el Señor, doy mi palabra.

35

Yo protegeré esta ciudad

y la salvaré,

por consideración a mi siervo David

y a mí mismo.”»

 

36 Y el ángel del Señor fue y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio; al día siguiente, todos amanecieron muertos. 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y regresó a Nínive. 38 Y un día, cuando estaba adorando en el templo de Nisroc, su dios, sus hijos Adramélec y Sarézer fueron y lo asesinaron, y huyeron a la región de Ararat. Después reinó en su lugar su hijo Esarhadón.

Enfermedad y curación de Ezequías

 

38 Por aquel tiempo Ezequías cayó gravemente enfermo, y el profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo:

 

—El Señor dice: “Da tus últimas instrucciones a tu familia, porque vas a morir. No te curarás.”

 

2 Ezequías volvió la cara hacia la pared y oró así al Señor:

 

3 «Yo te suplico, Señor, que te acuerdes de cómo te he servido fiel y sinceramente, haciendo lo que te agrada.» Y lloró amargamente.

 

4 El Señor ordenó a Isaías 5 que fuera y le dijera a Ezequías: «El Señor, Dios de tu antepasado David, dice: “Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a darte quince años más de vida. 6 A ti y a Jerusalén los libraré del rey de Asiria. Yo protegeré esta ciudad.”»

 

21 Isaías mandó hacer una pasta de higos para que se la aplicaran al rey en la parte enferma, y el rey se curó. 22 Entonces Ezequías preguntó a Isaías:

 

—¿Por medio de qué señal voy a darme cuenta de que puedo ir al templo del Señor?

 

7 Isaías respondió:

 

—Ésta es la señal que el Señor te dará en prueba de que te cumplirá su promesa: 8 En el reloj de sol de Ahaz voy a hacer que la sombra del sol retroceda las diez gradas que ya ha bajado.

 

Y la sombra del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado.

 

9 Cuando el rey Ezequías de Judá sanó de su enfermedad, compuso este salmo:

 

10

Yo había pensado:

En lo mejor de mi vida tendré que irme;

se me ordena ir al reino de la muerte

por el resto de mis días.

11

Yo pensé: Ya no veré más al Señor en esta tierra,

no volveré a mirar a nadie

de los que viven en el mundo.

12

Deshacen mi habitación, me la quitan,

como tienda de pastores.

Mi vida era cual la tela de un tejedor,

que es cortada del telar.

De día y de noche me haces sufrir.

13

Grito de dolor toda la noche,

como si un león estuviera quebrándome los huesos.

De día y de noche me haces sufrir.

14

Me quejo suavemente como las golondrinas,

gimo como las palomas.

Mis ojos se cansan de mirar al cielo.

¡Señor, estoy oprimido, responde tú por mí!

15

¿Pero qué podré yo decirle,

si él fue quien lo hizo?

El sueño se me ha ido

por la amargura de mi alma.

16

Aquellos a quienes el Señor protege, vivirán,

y con todos ellos viviré yo.

 

Tú me has dado la salud, me has devuelto la vida.

17

Mira, en vez de amargura, ahora tengo paz.

Tú has preservado mi vida

de la fosa destructora,

porque has perdonado todos mis pecados.

18

Quienes están en el sepulcro no pueden alabarte,

los muertos no pueden darte gloria,

los que bajan a la fosa

no pueden esperar tu fidelidad.

19

Sólo los que viven pueden alabarte,

como hoy lo hago yo.

Los padres hablan a sus hijos

de tu fidelidad.

20

El Señor está aquí para salvarme.

Toquemos nuestras arpas y cantemos

todos los días de nuestra vida

en el templo del Señor.

Gálatas 6

Dios Habla Hoy

Aplicaciones particulares

 

6 Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente; y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba. 2 Ayúdense entre sí a soportar las cargas, y de esa manera cumplirán la ley de Cristo.

 

3 Si alguien se cree ser algo, cuando no es nada, a sí mismo se engaña. 4 Cada uno debe juzgar su propia conducta, y si ha de sentirse orgulloso, que lo sea respecto de sí mismo y no respecto de los demás. 5 Pues cada uno tiene que llevar su propia carga.

 

6 El que recibe instrucción en el mensaje del evangelio, debe compartir con su maestro toda clase de bienes.

 

7 No se engañen ustedes: nadie puede burlarse de Dios. Lo que se siembra, se cosecha. 8 El que siembra en los malos deseos, de sus malos deseos recogerá una cosecha de muerte. El que siembra en el Espíritu, del Espíritu recogerá una cosecha de vida eterna. 9 Así que no debemos cansarnos de hacer el bien; porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. 10 Por eso, siempre que podamos, hagamos bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe.

Advertencias y despedida

 

11 ¡Miren ustedes con qué letras tan grandes les estoy escribiendo ahora con mi propia mano! 12 Esos que quieren obligarlos a circuncidarse, lo hacen solamente para quedar bien con la gente y no ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo. 13 Pero ni siquiera los que se circuncidan cumplen todo lo que la ley dice. En cambio quieren que ustedes se circunciden, para gloriarse de haberlos obligado a ustedes a llevar esa marca en el cuerpo. 14 En cuanto a mí, de nada quiero gloriarme sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues por medio de la cruz de Cristo, el mundo ha muerto para mí y yo he muerto para el mundo. 15 De nada vale estar o no estar circuncidados; lo que sí vale es el haber sido creados de nuevo. 16 Reciban paz y misericordia todos los que viven según esta regla, y todos los del Israel de Dios.

 

17 De ahora en adelante no quiero que nadie me cause más dificultades; pues llevo marcadas en mi cuerpo las señales de lo que he sufrido en unión con Jesús.

 

18 Hermanos, que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre todos ustedes. Amén.

Salmos 65

Dios Habla Hoy

Dios es digno de alabanza

(1) Del maestro de coro. Salmo y cántico de David.

 

65 (2) Oh Dios de Sión,

¡tú eres digno de alabanza!,

¡tú mereces que te cumplan lo prometido,

2

(3) pues escuchas la oración!

 

Todo el mundo viene a ti.

3

(4) Nuestras maldades nos dominan,

pero tú perdonas nuestros pecados.

4

(5) Feliz el hombre a quien escoges

y lo llevas a vivir cerca de ti,

en las habitaciones de tu templo.

¡Que seamos colmados con lo mejor de tu casa,

con la santidad de tu templo!

 

5

(6) Dios y Salvador nuestro,

tú nos respondes

con maravillosos actos de justicia;

la tierra entera confía en ti,

y también el mar lejano;

6

(7) tú mantienes firmes las montañas

con tu poder y tu fuerza.

7

(8) Tú calmas el estruendo de las olas

y el alboroto de los pueblos;

8

(9) aun los que habitan en lejanas tierras

tiemblan ante tus maravillas;

por ti hay gritos de alegría

del oriente al occidente.

9

(10) Tú tienes cuidado de la tierra;

le envías lluvia y la haces producir;

tú, con arroyos caudalosos,

haces crecer los trigales.

¡Así preparas el campo!

10

(11) Tú empapas los surcos de la tierra

y nivelas sus terrones;

ablandas la tierra con lluvias abundantes

y bendices sus productos.

11

(12) Tú colmas el año de bendiciones,

tus nubes derraman abundancia;

12

(13) los pastos del desierto están verdes

y los montes se visten de gala;

13

(14) los llanos se cubren de rebaños,

los valles se revisten de trigales;

¡todos cantan y gritan de alegría!

Proverbios 23:24

Dios Habla Hoy

 

24

El padre del hijo bueno y sabio

tiene razón para estar feliz y orgulloso;

Dios Habla Hoy (DHH)

 

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

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