Saturday, December 4, 2021

DAB Español, Domingo 05 de Diciembre

Día 339, DAB Español, Domingo 05 de Diciembre

Oseas 1:1-3:5; 1 Juan 5:1-21; Salmos 124; Proverbios 29:5-8 (Nueva Biblia Viva (NBV))









Oseas 1-3

Nueva Biblia Viva

 

1 Estos son los mensajes que el Señor le comunicó a Oseas, hijo de Beerí, durante los reinados de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, quienes fueron reyes de Judá; y durante el reinado de Jeroboán, hijo de Joás, que fue rey de Israel.

La esposa y los hijos de Oseas

 

2 Aquí está el primer mensaje: El Señor le dijo a Oseas: «Ve y cásate con una prostituta, y ten hijos con ella. Esto ilustrará la forma en que mi pueblo me ha sido infiel, cometiendo abiertamente adulterio contra mí al rendir homenaje a otros dioses».

 

3 Así que Oseas se casó con Gómer, hija de Diblayin, la cual quedó embarazada y le dio un hijo.

 

4-5 Y el Señor le dijo a Oseas: «Llámalo Jezrel, pues en el valle de Jezrel estoy por castigar a la dinastía del rey Jehú. Porque pronto le haré pagar por los asesinatos que cometió en el valle de Jezrel. Así pondré fin al tiempo de Israel como reino independiente, pues acabaré con el poder que tiene como nación».

 

6 Pronto Gómer concibió otra vez, y tuvo una hija. Y el Señor le dijo a Oseas: «Llámala Lorrujama (No más compasión), pues no tendré más compasión con Israel para perdonarlo de nuevo. 7 Pero tendré compasión de la tribu de Judá. Personalmente la libraré de sus enemigos, sin ayuda alguna de sus ejércitos ni de sus armas».

 

8 Después de que Gómer había destetado a Lorrujama, concibió de nuevo, y esta vez dio a luz un hijo varón. 9 Y el Señor le dijo a Oseas: «Llámalo Loamí (No pueblo mío), pues Israel ya no es mi pueblo, y yo no soy ya su Dios.

 

10 »Sin embargo, el tiempo vendrá cuando Israel prosperará y llegará a ser una nación grande; en ese día su población será demasiado numerosa, de modo que será imposible contarla, pues será tanta como los granos de la arena del mar. Cuando eso ocurra, en vez de decirles: “Ustedes no son mi pueblo”, se les dirá: “Ustedes son hijos del Dios viviente”. 11 Luego, los pueblos de Judá e Israel se unirán y tendrán un solo jefe; retornarán del exilio juntos. ¡Qué grandioso será ese día de Jezrel!

Castigo y restauración de Israel

 

2 »Ese día llamarán a sus hermanos: “Pueblo mío”, y a sus hermanas las llamarán: “Compadecidas”.

 

2 »Acusen a su madre, ¡sí, acúsenla!, pues ella se ha convertido en la mujer de otro hombre, ya no soy más su marido. Pídanle que deje su prostitución, que no se entregue más a otros hombres. 3 Si no lo hace, para avergonzarla la dejaré tan desnuda como el día en que nació, y haré que se vaya consumiendo y muera de sed, como si fuera una tierra llena de hambre y sequía. 4 Y no tendré consideración especial para sus hijos, pues ya no son mis hijos, sino los hijos de sus amantes.

 

5 »Pues su madre se ha convertido en una prostituta. Ella hizo algo vergonzoso cuando dijo: “Correré detrás de otros hombres y me venderé a ellos para conseguir comida, bebida y ropa”. 6 Pero yo la cercaré con zarzas y espinales, le cerraré el paso para hacerle extraviar el camino. 7 Se empeñará en correr tras sus amantes, pero no los alcanzará. Los buscará, pero no los encontrará. Entonces pensará: “Quizás sea mejor que vuelva a mi marido, pues me iba mejor con él que con mis amantes”.

 

8 »Ella no se da cuenta que todo lo que tiene ha sido provisto por mí. ¡Fui yo quien le dio todo el oro y la plata que ella usó para adorar a Baal, su dios!

 

9 »Pero ahora le quitaré todo el vino y el trigo con que continuamente la he provisto. También le quitaré la ropa que le di para que cubriera su desnudez. Ya no le daré más ricas cosechas de trigo en su estación, ni vino en el tiempo de las uvas. 10 Ahora expondré su desnudez en público para avergonzarla, para que la vean todos sus amantes, y nadie podrá rescatarla de mi mano.

 

11 »Pondré fin a todos sus goces, sus fiestas, peregrinaciones y todas sus demás festividades. 12 Destruiré sus viñas y sus huertos, regalos que, según ella, le fueron dados por sus amantes, y dejaré que se conviertan en matorrales, y los animales salvajes serán quienes comerán sus frutos.

 

13 »La voy a castigar por todo el perfume agradable que ella ofreció a Baal, su ídolo, y por todas las veces que ella se puso sus aretes y joyas, y me abandonó a mí, por irse tras sus amantes. Lo digo yo, el Señor.

 

14 »Pero yo la conquistaré de nuevo, la llevaré al desierto y allí le hablaré con ternura. 15 Allí le devolveré sus viñas y transformaré su valle de Penas en entrada hacia la Esperanza. Ella me responderá allí, cantando con gozo, tal como en los días de su juventud, como en el día cuando la saqué de Egipto.

 

16 »En aquel día ella me llamará “mi esposo” en vez de “mi señor”. Lo digo yo, el Señor. 17 Israel, yo haré que olvides tus ídolos y que nunca más siquiera menciones sus nombres. 18 En aquel tiempo yo haré un trato entre ti y los animales salvajes, las aves y las víboras, para que no sientan temor los unos de los otros. Y también destruiré todas las armas y todas las guerras terminarán. Entonces todos podrán vivir tranquilos.

 

19 »Te convertiré en mi esposa para siempre y te daré como regalos la rectitud, la justicia, el amor y la misericordia. 20 Me comprometeré contigo en fidelidad y amor, y me conocerás verdaderamente como tu Señor.

 

21-22 »En aquel tiempo yo responderé a las peticiones que la tierra le hace al cielo para que le envíe lluvias. Entonces la tierra podrá responder al clamor del trigo, de las uvas y de los olivos, de modo que el valle de Jezrel gozará de abundancia. Yo haré que todo marche en armonía para que siempre haya abundancia. Lo digo yo, el Señor.

 

23 »¡En aquel tiempo yo plantaré y cuidaré a Israel en la tierra sólo para mí! Me compadeceré de “la no compadecida” y le diré a Loamí: “Tú eres mi pueblo”, y él me responderá: “¡Tú eres mi Dios!”».

Oseas se reconcilia con su esposa

 

3 Entonces el Señor me habló por segunda vez, y me dijo: «Ve y busca a tu esposa de nuevo, y tráela de vuelta contigo y ámala, aunque ella ame a otro hombre. ¡Porque así es como el Señor ama a los israelitas, aunque ellos han preferido rendir homenaje a otros dioses y participan de las comidas especiales que les ofrecen!».

 

2 Así que la compré por ciento ochenta gramos de plata y trescientos sesenta litros de cebada, 3 y le dije: «Serás mi esposa por mucho tiempo. No te portarás más como una prostituta durmiendo con muchos hombres, sino que me serás fiel. También yo te seré fiel».

 

4 Esta situación ilustra el hecho de que Israel estará por mucho tiempo sin rey ni príncipe, y sin altar ni templo ni sacerdotes. ¡Ni siquiera tendrá ídolos! 5 Pero después ellos retornarán al Señor su Dios, y se acordarán de David, su rey. Sí, al final de los tiempos ellos buscarán con reverencia y humildad al Señor y sus bendiciones.

1 Juan 5

Nueva Biblia Viva

Vivamos en la fe

 

5 Si creen ustedes que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y el Salvador, ustedes son hijos de Dios. Y el que ama al padre ama también a los hijos. 2 Así que podemos medir el amor que sentimos hacia los hijos de Dios, hermanos nuestros en la fe, por el amor que sentimos hacia Dios y la obediencia que le rendimos. 3 Amar a Dios es obedecer sus mandamientos; y esto no es difícil, 4 porque el que es hijo de Dios puede vencer el pecado y las inclinaciones al mal, confiando en la ayuda que Cristo puede ofrecerle. 5 ¡Nadie podrá jamás vencer en esta lucha sin creer que Jesús es el Hijo de Dios!

 

6-7 Nosotros sabemos que Jesús es el Hijo de Dios porque Dios lo proclamó con gran voz desde el cielo en el momento en que lo bautizaban y también cuando moría. ¡No sólo en su bautismo sino también a la hora de su muerte! Y el Espíritu Santo, siempre veraz, lo afirma también.

 

8 Así que tenemos tres testimonios: la voz del Espíritu Santo en nuestros corazones, la voz que habló desde el cielo cuando bautizaban a Jesús, y la voz que habló poco antes de su muerte. Y todos afirman lo mismo: que Jesucristo es el Hijo de Dios. 9 Y si aceptamos el testimonio de los hombres que comparecen ante los tribunales, cuánto más no hemos de creer la gran afirmación de Dios: ¡que Jesús es su Hijo! 10 Creer esto es aceptar este testimonio en lo más íntimo del corazón; no creerlo equivale a llamar mentiroso a Dios, pues es no creer lo que él ha dicho acerca de su Hijo. 11 ¿Y qué es lo que ha dicho? Que nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. 12 Así que el que tiene al Hijo de Dios tiene la vida; el que no tiene al Hijo, no tiene la vida.

Observaciones finales

 

13 A ustedes, que creen en el Hijo de Dios, les he escrito sobre estas cosas para que sepan que tienen la vida eterna. 14 Y estamos seguros de que él nos escuchará cuando le pidamos algo que esté de acuerdo con su voluntad. 15 Y si sabemos que él nos oye cuando le hablamos y cuando le presentamos nuestras peticiones, podemos estar seguros de que nos contestará.

 

16 Si ven que un hermano comete un pecado que no es mortal, pidan a Dios que lo perdone, y Dios le dará vida, si es cierto que su pecado no es mortal. Pero hay un pecado que sí es mortal, por el cual no digo que se pida. 17 Cualquier maldad es pecado, pero no me refiero a los pecados ordinarios. Me refiero al pecado mortal. 18 Nadie que forme parte de la familia de Dios peca de manera habitual, porque Cristo, el Hijo de Dios, lo tiene bien agarrado y el diablo no puede echarle mano.

 

19 Sabemos que somos hijos de Dios. El mundo que nos rodea está bajo el dominio de Satanás, 20 pero sabemos que Cristo, el Hijo de Dios, vino a ayudarnos a hallar y entender al Dios verdadero. Ahora estamos en Dios, porque estamos en su Hijo Jesucristo, que es también Dios verdadero y la vida eterna.

 

21 Hijitos, apártense de cualquier cosa que pueda desplazar a Dios de sus corazones. Amén.

 

Sinceramente, Juan.

Salmos 124

Nueva Biblia Viva

Cántico de los peregrinos. De David.

 

124 Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, 2 si el Señor no hubiera estado de nuestra parte; cuando todo el mundo se levantó contra nosotros, 3 nos habrían tragado vivos al encenderse su enojo contra nosotros. 4 Nos habrían tragado las aguas, nos habría arrastrado el torrente. 5 Sí, ¡nos habrían arrastrado las aguas de su enojo!

 

6 Bendito sea el Señor, que no dejó que nos despedazaran con sus dientes. 7 Hemos escapado, como el pájaro, de la trampa del cazador; ¡la trampa se rompió y nosotros estamos libres! 8 Nuestra ayuda viene del Señor que hizo el cielo y la tierra.

Proverbios 29:5-8

Nueva Biblia Viva

 

5 El que alaba a su prójimo le está poniendo una trampa. 6 El malvado está atrapado en sus propios pecados, pero el justo está cantando de gozo.

 

7 El justo conoce los derechos del pobre; al malvado no le importa conocerlos.

 

8 Los alborotadores agitan toda la ciudad mientras que los sabios calman la ira.

Nueva Biblia Viva (NBV)

 

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