Sunday, December 26, 2021

DAB Español, Lunes 27 de Diciembre

Día 361, DAB Español, Lunes 27 de Diciembre

Zacarías 10:1-11:17; Apocalipsis 18:1-24; Salmos 146; Proverbios 30:33 (Palabra de Dios para Todos (PDT))









Zacarías 10-11

Palabra de Dios para Todos

Las promesas del Señor

 

10 Pídanle lluvia al SEÑOR cuando la necesiten.

    El SEÑOR es el creador de los rayos y la lluvia.

Los proveerá para hacer crecer

    los cultivos de la gente.

2

Hay quienes dicen que las imágenes a las que adoran les dan mensajes.

    ¡Eso es absurdo!

Las visiones de las que hablan los adivinos

    son una mentira.

Los que interpretan los sueños dicen tonterías;

    el consuelo que dan es un engaño.

Por eso los habitantes de Judá son como ovejas que vagan lejos de su hogar

    y que sufren porque no tienen pastor.

 

3

«Estoy muy enojado con los pastores de mi pueblo

    y por eso los castigaré».

El SEÑOR Todopoderoso cuida su rebaño,

    el pueblo de Judá.

Lo cuida como si fuera

    su caballo de guerra más valioso.

4

De Judá saldrá la piedra principal,

    la estaca de la tienda,

    el arco de guerra y todos los soldados.

5

Juntos serán como guerreros

    que pisotean al enemigo en el barro durante la guerra.

Ellos lucharán porque el SEÑOR está con ellos

    y humillarán incluso a sus enemigos que van montados a caballo.

 

6

«Yo fortaleceré al pueblo de Judá

    y salvaré al pueblo de José.

Los traeré de vuelta

    porque tendré piedad de ellos.

Será como si nunca los hubiera abandonado.

    Lo haré porque yo soy el SEÑOR su Dios

    y responderé a su llamado.

7

El pueblo de Efraín se sentirá tan feliz

    como los soldados que se sientan a beber.

Sus hijos verán lo sucedido y celebrarán.

    Sentirán una alegría inmensa por lo que el SEÑOR ha hecho por ellos.

8

Los salvaré y los llamaré

    para que se reúnan.

Serán un país lleno de habitantes

    como lo fueron en el pasado.

9

Yo los envié a tierras desconocidas,

    pero aun en esos lugares distantes me recordarán.

Sobrevivirán junto con sus hijos

    y regresarán.

10

Los traeré de vuelta de Egipto

    y los recogeré de Asiria.

Los llevaré a la tierra de Galaad y Líbano

    y no habrá suficiente espacio para todos ellos.

11

Cruzará[a] el mar revuelto

    y golpeará las olas.

    Él secará las profundidades del río Nilo,

destruirá la arrogancia de Asiria

    y hará perder a Egipto su poder.

12

El SEÑOR los fortalecerá,

    y con su poder irán a donde quieran ir».

    Es lo que dice el SEÑOR.

Dios castigará a las otras naciones

 

11 Líbano, abre tus puertas para que el fuego

    consuma tus árboles de cedro[b].

2

Árbol de ciprés, llora porque los cedros han caído.

    Esos magníficos árboles han sido destruidos.

Los robles de Basán llorarán

    porque el bosque ha sido destruido.

3

Escucha el llanto de pena de los pastores;

    lloran porque han perdido toda su gloria.

Escucha el rugido de los leones;

    rugen porque la selva cerca del río Jordán ha sido arruinada.

 

4 Entonces el SEÑOR mi Dios me dijo: «Cuida el rebaño que va a ser sacrificado. 5 Los dueños de las ovejas las matan y no reciben castigo. Los que venden las ovejas dicen: “¡Gloria al SEÑOR, voy a ser rico!” Los pastores no sienten compasión por sus ovejas. 6 Por eso no tendré compasión de los habitantes de Judá». El SEÑOR dice: «Voy a hacer que cada uno de ellos quede bajo el control de su vecino y de su rey. Dejaré que les destruyan su tierra y no salvaré a ninguno de ellos».

 

7 Así que me dediqué a cuidar las ovejas que iban a ser sacrificadas, especialmente a los pobres del rebaño. Tomé dos varas de pastor, a una la llamé Gracia, a la otra la llamé Unión, y con esas varas de pastor guié a las ovejas. 8 En sólo un mes me deshice de tres pastores, pero me enojé con las ovejas, y a su vez ellas me despreciaron. 9 Entonces dije: «¡Ya no las cuidaré más! Dejaré que se muera la que se iba a morir, que maten a la que iban a matar y las demás que se acaben entre ellas».

 

10 Entonces tomé la vara llamada Gracia y la partí para mostrar que el pacto de Dios con su pueblo estaba roto. 11 En ese momento el pacto terminó. Los comerciantes de ovejas que me estaban observando se dieron cuenta de que este era un mensaje del SEÑOR. 12 Luego les dije: «Si les parece bien, páguenme mi salario, si no les parece bien, entonces no lo hagan». Me pagaron 30 piezas de plata. 13 Entonces el SEÑOR me dijo: «¡Eso es lo mucho que valgo para ellos! Ve y echa ese dinero en la tesorería del templo». Entonces tomé las 30 piezas de plata y las eché[c] en la tesorería del templo del SEÑOR. 14 Luego rompí la segunda vara, la llamada «Unión», para demostrar que se había roto la hermandad entre Judá e Israel.

 

15 Luego el SEÑOR me dijo: «Vuelve a tomar el empleo de pastor, pero ahora actúa como un pastor irresponsable. 16 Esto mostrará que voy a elegir para esta tierra un pastor al que no le importarán las ovejas perdidas. Un pastor que no buscará las ovejas pequeñitas, que no sanará a las que estén heridas, que no alimentará a las sanas y que se comerá la carne de las ovejas gordas dejando sólo las pezuñas».

 

17

¡Que le vaya mal al pastor descuidado

    que abandonó mi rebaño!

¡Que una espada atraviese su brazo,

    y un puñal, su ojo derecho!

¡Que su brazo quede paralizado,

    y su ojo derecho pierda por completo la visión!

Footnotes

 

    10:11 Cruzará LXX: cruzarán, en ese caso se referiría a los israelitas.

    11:1 árboles de cedro En este poema, los árboles, arbustos y animales son símbolos de los líderes de las naciones que limitan con Judá.

    11:13 echa, eché o deposita, deposité.

 

Apocalipsis 18

Palabra de Dios para Todos

La destrucción de Babilonia

 

18 Después de esto, vi a otro ángel que bajaba del cielo con gran poder y la tierra se iluminó con su esplendor. 2 El ángel gritó muy fuerte:

 

«¡Ha sido destruida!

    ¡La gran ciudad de Babilonia ha sido destruida!

Ahora es un lugar para los demonios,

    un lugar para toda clase de espíritus malignos.

Una ciudad llena de aves impuras

    y de toda clase de animales sucios y abominables.

3

Pues ella hizo que todas las naciones bebieran

    del vino de su pecado sexual y de la ira de Dios.

Los reyes de la tierra se acostaron con ella.

    Los comerciantes se hicieron ricos con la extravagancia de sus lujos».

 

4 Después oí otra voz del cielo que decía:

 

«Pueblo mío, sal de esa ciudad

    para que no compartas sus pecados.

    Así no sufrirás ninguno de los desastres que llegarán a ella.

5

Los pecados de esa ciudad han llegado hasta el cielo.

    Dios no ha olvidado todo lo malo que ella hizo.

6

Trátenla como ella trató a los demás,

    y páguenle con el doble de lo que hizo.

Prepárenle un vino dos veces más fuerte

    que el que ella preparó para los demás.

7

Denle tanto tormento y sufrimiento

    como la gloria y el lujo que ella se dio a sí misma.

Pues se la pasa diciéndose:

    “Soy una reina sentada en su trono.

    No soy una viuda y nunca estaré de luto”.

8

Así que tan sólo en un día le caerán todas las plagas:

    enfermedades, luto y hambre.

Ella será destruida con fuego

    porque el Señor Dios que la juzgó es fuerte».

 

9 Los reyes de la tierra que cometieron pecado sexual con ella y que compartieron sus lujos, llorarán y se lamentarán cuando vean el humo de su cuerpo quemado. 10 Se quedarán lejos de ella por miedo a recibir su mismo sufrimiento, y le dirán:

 

«¡Qué terrible, muy terrible para ti, gran ciudad.

    Poderosa ciudad de Babilonia,

tu castigo llegó tan solo en una hora!»

 

11 Los comerciantes del mundo también llorarán y se lamentarán por ella, porque ya nadie comprará sus mercancías. 12 Vendían oro, plata, piedras preciosas, perlas, ropa de lino y de seda, y tela púrpura y roja; toda clase de maderas fragantes, y objetos hechos de marfil, de madera fina, de bronce, de hierro y de mármol; 13 canela, especias aromáticas, incienso, mirra y perfumes; vino y aceite de oliva, harina fina y trigo, ganado y ovejas, caballos, carruajes, esclavos y almas de seres humanos. Y ellos dirán:

 

14

«¡Pobre de ti, Babilonia!

    Ya no tienes todas las cosas buenas que tanto deseaste.

Toda tu riqueza y tus lujos han desaparecido.

    Nunca más los recuperarás».

 

15 Los comerciantes que se habían vuelto ricos gracias a lo que le vendían a ella, se alejarán, pues tendrán miedo de recibir su mismo sufrimiento. Ellos llorarán y se lamentarán:

 

16

«¡Qué terrible!

    ¡Esto es muy terrible para la gran ciudad!

Se vestía con ropa de lino fino, de púrpura y de rojo.

    Llevaba oro, piedras preciosas y perlas.

17

Todas sus riquezas fueron destruidas en tan sólo una hora».

 

Todos los capitanes de barco y todos los que viajaban por mar, los marineros y todos los que traficaban en el mar, se alejaron de Babilonia. 18 Cuando vieron que salía humo de ella, decían: «¡Nunca hubo una ciudad como esta gran ciudad!» 19 Luego, se echaron polvo sobre la cabeza, llorando y lamentándose:

 

«¡Qué terrible!

    ¡Esto es muy terrible para la gran ciudad!

Todos los que tenían barcos en el mar se enriquecieron gracias a ella,

    ¡pero fue destruida en tan sólo una hora!

20

¡Oh, cielo, alégrate!

    ¡Alégrense el pueblo de Dios[a],

    junto con los apóstoles y profetas

porque Dios castigó a la ciudad de Babilonia

    por todo lo que les hizo a ustedes!»

 

21 Entonces, un ángel muy fuerte vino y tomó una piedra tan grande como una piedra de molino. La arrojó al mar y dijo:

 

«Así será derribada la gran ciudad de Babilonia.

    Nunca más se le volverá a ver.

22

Nunca más se oirá en ti la música

    de arpas, flautas, trompetas, ni cantantes.

Nunca más se encontrará en ti un artesano.

    Nunca más se oirá el sonido de la piedra de molino.

23

En ti nunca más brillará

    la luz de una lámpara.

Nunca más se escuchará

    la voz de un novio o de una novia.

Tus comerciantes eran los más importantes de la tierra.

    Todas las naciones fueron engañadas por tu magia.

24

Babilonia fue la culpable de la muerte de los profetas y del pueblo de Dios,

    y de todos los que fueron asesinados en la tierra».

Footnotes

 

    18:20 pueblo de Dios Textualmente santos. Ver vocabulario. Igual en 20:9.

 

Salmos 146

Palabra de Dios para Todos

Alabaré al Señor toda mi vida

 

1

¡Aleluya!

    ¡Con todo mi corazón alabo al SEÑOR!

2

Alabaré al SEÑOR toda mi vida.

    Mientras yo esté vivo, entonaré canciones en honor al SEÑOR.

3

No pongan su confianza en los poderosos;

    ellos no son más que simples seres humanos

    que no tienen poder para salvar.

4

Ellos también morirán, volverán al polvo,

    y ese mismo día todos sus planes acabarán.

 

5

Afortunado el que recibe ayuda del Dios de Jacob;

    el que confía en el SEÑOR su Dios.

6

Él creó el cielo, la tierra y los mares

    y todo lo que habita en ellos;

    él sigue fiel para siempre.

7

El SEÑOR hace justicia a los oprimidos,

    alimenta a los que tienen hambre

    y libera a los prisioneros.

8

El SEÑOR da la vista a los ciegos;

    el SEÑOR ayuda a los que están en dificultades;

    el SEÑOR ama a los justos.

9

El SEÑOR protege a los inmigrantes,

    cuida a los huérfanos y a las viudas

    y les amarga la vida a los perversos.

10

El SEÑOR reinará eternamente.

    Sion, tu Dios reinará de generación en generación.

 

¡Aleluya!

Proverbios 30:33

Palabra de Dios para Todos

 

33

que el que bate la leche,

    hace mantequilla;

el que se suena fuerte,

    hace sangrar la nariz,

y el que provoca a otro,

    se mete en un lío».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

 

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