Monday, August 28, 2023

DAB Español, Martes 29 de Agosto

Día 241, DAB Español, Martes 29 de Agosto


Job 31:1-33:33; 2 Corintios 3:1-18; Salmos 43; Proverbios 22:8-9 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Job 31-33

La Palabra (Hispanoamérica)

Declaración de inocencia


31 Yo hice un pacto con mis ojos

de no fijarme en doncella.

2

¿Qué suerte nos reserva Dios allá arriba,

qué herencia nos guarda

el Todopoderoso en lo alto?

3

¿No reserva el desastre al criminal

y no le espera el fracaso al malhechor?

4

¿No vigila mi conducta

y observa mis andanzas?

5

¿Caminé acompañado del embuste

y han corrido mis pies tras la mentira?

6

Que me pese en balanza sin trampa

y así comprobará Dios mi integridad.

7

Si aparté mis pasos del camino,

guiado por los caprichos de mis ojos;

si se pegó alguna mancha a mis manos,

8

¡que otro devore mi sembrado,

que me arranquen mis retoños!

9

Si cedí a la atracción de otra mujer,

acechando a la puerta del vecino,

10

¡que mi esposa muela para otro,

que un extraño se acueste con ella!

11

Pues sería un caso de infamia,

una ofensa que reclama justicia:

12

un fuego que consumiría hasta el Abismo,

que devoraría mi hacienda de raíz.

13

Si denegué su derecho al esclavo

o a la esclava, que pleiteaban conmigo,

14

¿qué haré cuando Dios se levante,

qué responderé cuando me interrogue?

15

¿No los hizo en el vientre como a mí

y no nos formó en el seno el mismo Dios?

16

Si me cerré al débil necesitado

o a la viuda consumida por el llanto;

17

si comí el pan en soledad

sin querer compartirlo con el huérfano

18

(yo que desde joven lo cuidé como un padre

y lo guié desde el día en que nació);

19

si vi a un transeúnte sin vestido

o a un pobre sin nada que ponerse

20

y no me lo agradecieron sus cuerpos,

calientes con la lana de mis ovejas;

21

si alcé la mano contra el huérfano

contando con el apoyo del tribunal,

22

¡que se me salga el hombro de la espalda,

que se me rompa el brazo por el codo!

23

Me aterra el castigo de Dios,

nada podría frente a su majestad.

24

No puse en el oro mi confianza

ni llamé “seguridad” al oro fino;

25

no me complacía en mi inmensa riqueza,

en la fortuna conseguida con mis manos.

26

No miré al sol en su esplendor

ni a la luna en su curso luminoso,

27

dejándome seducir en secreto

y enviándoles un beso con la mano.

28

También sería una ofensa criminal,

una traición al Dios Altísimo.

29

No disfruté con la ruina del enemigo,

ni gocé cuando la desgracia lo abatió;

30

tampoco permití que mi lengua pecara

pidiendo su muerte con maldiciones.

31

Cuando los de mi casa decían:

“¡Quién pudiera saciarse de su carne!”,

32

el forastero no durmió al sereno,

porque abrí mis puertas al viajero.

33

No oculté mi pecado como Adán,

ni escondí mi delito en mi interior;

34

no he guardado silencio

ni he dejado de salir a la calle

por miedo a la opinión de los demás,

por temor al desprecio de mi gente.

35

¡Ojalá hubiera quien me escuchara!

¡Aquí está mi firma!

¡Que responda el Todopoderoso!

¡Que mi rival redacte su alegato!

36

Juro que lo llevaré sobre el hombro

o ceñido como una diadema.

37

Le daría cuenta de mis pasos,

saldría a su encuentro como un príncipe.

38

Si mis campos me recriminan algo

y sus surcos lloran al unísono,

39

por comer sus frutos sin pagarlos

y dejar sin su jornal a los braceros,

40

¡que en vez de trigo produzcan espinas;

en vez de cebada, ortigas!


Fin de las palabras de Job.

III.— INTERVENCIÓN DE ELIHÚ (32—37)

Introducción


32 Aquellos tres hombres ya no respondieron a Job, convencidos de que se consideraba inocente. 2 Pero Elihú, hijo de Baraquel, del clan de Ram, natural de Buz, se indignó contra Job, porque pretendía tener razón frente a Dios. 3 También se indignó contra los tres compañeros, porque, al no encontrar respuesta, habían dejado a Dios por culpable. 4 Elihú había esperado en silencio mientras hablaban con Job, porque eran mayores que él; 5 pero, al ver que ninguno de los tres daba una respuesta convincente, 6 Elihú, hijo de Baraquel el buzita, intervino molesto en los siguientes términos:

Exordio


Yo soy joven, ustedes ya viejos;

por eso, intimidado, he evitado

exponerles todo lo que sé.

7

Yo pensaba: “Que hable la edad,

los muchos años enseñan sabiduría”.

8

Pero lo que hace perspicaz al ser humano,

es el espíritu que infunde el Todopoderoso;

9

pues los años no dan sabiduría,

ni la vejez procura discernimiento.

10

Por eso les pido que me escuchen,

pues quiero exponerles mi saber.

11

He esperado mientras hablaban,

escuchaba atento sus razones,

cómo afinaban los argumentos.

12

Me iba fijando con atención,

pero ninguno refutaba a Job,

ninguno desmentía sus cargos.

13

No digan: “¡Dimos con una sabiduría

que sólo Dios, no los humanos, puede refutar!”.

14

Como no ha argumentado contra mí,

no lo refutaré con las razones de ustedes.

15

Ahí están, perplejos, sin respuesta;

sus argumentos los han abandonado.

16

He esperado a que acabaran de hablar,

y ahí están, plantados, sin respuesta.

17

Pero quiero hacer mi aportación;

expondré mi saber, desde luego,

18

pues estoy repleto de palabras,

preñado de un aliento incontenible.

19

Mi vientre es un odre nuevo

que el vino sin escape revienta.

20

Hablaré y me quedaré tranquilo,

abriré mi boca y responderé.

21

Con nadie seré parcial,

a nadie voy a adular.

22

Primero porque no sé adular;

además mi Creador me destruiría.

Orgullo de Job


33 Escucha, Job, mis palabras;

presta oído a lo que digo:

2

Ya comienzo a abrir la boca;

mi lengua y mi paladar

empiezan a formar palabras.

3

Hablaré con corazón sincero,

mis labios dirán la pura verdad.

4

El soplo de Dios me formó,

el Todopoderoso me hizo vivir.

5

Contéstame, si eres capaz;

permanece firme frente a mí.

6

Para Dios, yo soy como tú;

modelado también con arcilla.

7

No te voy a llenar de terror,

ni pienso ensañarme contigo.

8

Tú declaraste ante mí

(yo mismo oí tus palabras):

9

“Soy puro, sin un delito;

soy inocente, sin culpa.

10

Es Dios quien busca excusas,

quien me tiene por enemigo

11

y pone cepos a mis pies

controlando todos mis pasos”.

12

Pues te digo que no tienes razón:

si es más grande Dios que el ser humano,

13

¿por qué te atreves a acusarlo

de no responder a tus razones?

14

Dios habla de muchas formas,

aunque no sepamos verlo:

15

en sueños o visiones nocturnas,

cuando cae el sopor sobre nosotros

y el sueño nos invade en la cama.

16

Abre entonces el oído a las personas

e inculca en ellas sus advertencias:

17

para impedir que cometan maldad

y protegerlas del orgullo humano;

18

para impedirles que caigan en la fosa,

que su vida atraviese el Canal.

19

Prueba al ser humano en el dolor

con la agonía incesante de sus miembros,

20

hasta que acaba detestando la comida

y le repugna su manjar favorito.

21

Puedes ver cómo su cuerpo se consume,

sus huesos, antes ocultos, aparecen;

22

su existencia se acerca a la tumba,

su vida al lugar de los muertos.

23

Pero si tiene un ángel junto a él,

un mediador entre mil,

que pueda defender su honradez,

24

suplicará piedad en su favor:

“Líbralo de bajar a la fosa,

he encontrado quien rescate su vida”.

25

Entonces su cuerpo retoñará,

volverá a sus años lozanos.

26

Dios escuchará sus plegarias,

podrá ver su rostro con alegría,

pues le ha devuelto su integridad.

27

Luego proclamará delante de todos:

“Me equivoqué y pervertí el derecho,

pero no me ha pagado como merecía.

28

Me ha librado de bajar a la fosa,

mi existencia está abierta a la luz”.

29

Dios suele hacer todo esto

una y mil veces al ser humano,

30

para librar su vida de la fosa

e inundarlo de la luz de la vida.

31

Escucha, Job, presta atención;

calla mientras estoy hablando.

32

Si tienes argumentos, contéstame;

habla, que deseo darte la razón.

33

Pero, si no los tienes, atiende;

calla y te enseñaré sabiduría.

2 Corintios 3

La Palabra (Hispanoamérica)


3 ¿Estamos ya otra vez haciéndonos la propaganda? ¿Es que necesitamos, como ciertos individuos, presentarnos a ustedes con cartas de recomendación o recibirlas de ustedes? 2 ¡Nuestra carta de recomendación son ustedes mismos! La llevamos escrita en el corazón y todo el mundo puede conocerla y leerla. 3 Y bien se les nota que son carta de Cristo redactada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en frías losas de piedra, sino en las páginas palpitantes del corazón.


4 Si hacemos gala de semejante confianza es porque la hemos alcanzado de Dios por medio de Cristo. 5 No presumimos, pues, de estar capacitados para hacer algo por cuenta propia; nuestra capacidad proviene de Dios. 6 Él fue quien nos capacitó para ser ministros de una alianza nueva, basada no en la letra de la ley, sino en la fuerza del Espíritu; y la letra de la ley es causa de muerte, mientras que el Espíritu lo es de vida.


7 Y si lo que era instrumento de muerte, grabado con letras sobre piedra, fue proclamado con tal gloria que los israelitas no podían fijar sus ojos en el rostro de Moisés a causa de su resplandor —que era perecedero—, 8 ¿no será mucho más glorioso lo que es instrumento del Espíritu? 9 Pues si lo que es instrumento de condenación estuvo rodeado de gloria, ¿no lo estará mucho más lo que es instrumento de salvación? 10 En efecto, lo que fue glorioso ha dejado de serlo al quedar eclipsado por una gloria más excelsa. 11 Porque si ya lo perecedero fue glorioso, mucho más glorioso será lo permanente.


12 Con una esperanza así, ¿no vamos a actuar con plena libertad? 13 Pues no es nuestro caso el de Moisés, que se cubría el rostro con un velo para evitar que los israelitas contemplaran el apagarse de un resplandor perecedero. 14 A pesar de todo, sus mentes siguen ofuscadas y el velo aquel, que sólo Cristo puede destruir, permanece sin descorrer hasta el día de hoy cuando leen las Escrituras de la antigua alianza. 15 Hasta hoy, efectivamente, un velo nubla su mente siempre que leen a Moisés; 16 sólo cuando se conviertan al Señor, desaparecerá el velo. 17 Y es que el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor hay libertad. 18 En cuanto a nosotros, llevando todos el rostro descubierto y reflejando la gloria del Señor, vamos incorporando su imagen cada vez más resplandeciente bajo el influjo del Espíritu del Señor.

Salmos 43

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 43 (42)

Hazme justicia, oh Dios


43 Hazme justicia, oh Dios,

defiende tú mi causa

contra este pueblo infiel;

líbrame del falso y del malvado.

2

Tú eres el Dios que me ampara,

¿por qué me has rechazado?

¿Por qué he de andar afligido

por el acoso del enemigo?

3

Envía tu luz y tu verdad,

que ellas me guíen

y me lleven a tu santo monte,

al lugar donde tú vives.

4

Y llegaré al altar de Dios,

al Dios de mi intenso gozo,

y te alabaré con la cítara,

oh Dios, Dios mío.

5

¿Por qué estoy abatido?

¿Por qué estoy tan turbado?

En Dios pondré mi esperanza,

no cesaré de alabarlo,

¡él es mi Dios salvador!

Proverbios 22:8-9

La Palabra (Hispanoamérica)


8

Quien siembra injusticia cosecha desgracias,

la vara de su arrogancia se quebrará.

9

El generoso será bendecido

por compartir su pan con el pobre.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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