Día 248, DAB Español, Jueves 5 de Septiembre
Eclesiastés 10:1-12:14; 2 Corintios 8:1-15; Salmos 49; Proverbios 22:20-21 (Nueva Versión Internacional (NVI))
Eclesiastés
10-12 Nueva Versión Internacional (NVI)
Dichos de sabiduría
10 Las moscas muertas apestan
y echan a
perder el perfume.
Así mismo pesa más una pequeña necedad
que la
sabiduría y la honra juntas.
2 El corazón del sabio busca el bien,
pero el del
necio busca el mal.
3 Y aun en el camino por el que va, el necio revela su
falta de inteligencia y a todos va diciendo lo necio que es.
4 Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no
abandones tu puesto. La paciencia es el remedio para los grandes errores.
5 Hay un mal que he visto en esta vida, semejante al
error que cometen los gobernantes: 6 al necio se le dan muchos puestos
elevados, pero a los capaces se les dan los puestos más bajos. 7 He visto
esclavos montar a caballo, y príncipes andar a pie como esclavos.
8 El que cava la fosa,
en ella se
cae.
Al que abre brecha en el muro,
la serpiente
lo muerde.
9 El que pica piedra,
con las
piedras se hiere.
El que corta leña,
con los
leños se lastima.
10 Si el hacha pierde su filo,
y no se
vuelve a afilar,
hay que
golpear con más fuerza.
El éxito radica en la acción
sabia y bien
ejecutada.
11 Si la serpiente muerde antes de ser encantada,
no hay
ganancia para el encantador.
12 Las palabras del sabio son placenteras,
pero los
labios del necio son su ruina;
13 sus primeras palabras son necedades,
y las
últimas son terribles sandeces.
14 ¡Pero no
le faltan las palabras!
Nadie sabe lo que ha de suceder,
y lo que
será aun después,
¿quién
podría decirlo?
15 El trabajo del necio tanto lo fatiga
que ni el
camino a la ciudad conoce.
16 ¡Ay del país cuyo rey es un inmaduro,
y cuyos
príncipes banquetean desde temprano!
17 ¡Dichoso el país cuyo rey es un noble,
y cuyos
príncipes comen cuando es debido,
para
reponerse y no para embriagarse!
18 Por causa del ocio se viene abajo el techo,
y por la
pereza se desploma la casa.
19 Para alegrarse, el pan;
para gozar,
el vino;
para
disfrutarlo, el dinero.
20 No maldigas al rey ni con el pensamiento,
ni en
privado maldigas al rico,
pues las aves del cielo pueden correr la voz.
Tienen alas
y pueden divulgarlo.
11 Lanza tu pan sobre el agua;
después de
algún tiempo volverás a encontrarlo.
2 Comparte lo que tienes entre siete,
y aun entre
ocho,
pues no sabes qué calamidad
pueda venir
sobre la tierra.
3 Cuando las nubes están cargadas,
derraman su
lluvia sobre la tierra.
Si el árbol cae hacia el sur,
o cae hacia
el norte,
donde cae
allí se queda.
4 Quien vigila al viento no siembra;
quien
contempla las nubes no cosecha.
5 Así como no sabes por dónde va el viento ni cómo se
forma el niño en el vientre de la madre, tampoco entiendes la obra de Dios,
creador de todas las cosas.
6 Siembra tu semilla en la mañana, y no te des reposo por
la tarde, pues nunca sabes cuál siembra saldrá mejor, si esta o aquella, o si
ambas serán igual de buenas.
7 Grata es la luz, y qué bueno que los ojos disfruten
del sol. 8 Mas si el hombre vive muchos años, y todos ellos los disfruta, debe
recordar que los días tenebrosos serán muchos y que lo venidero será un
absurdo.
Acuérdate de tu creador
9 Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón
disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al
estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. 10
Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar
en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo.
12 Acuérdate de tu creador
en los días
de tu juventud,
antes que lleguen los días malos
y vengan los
años en que digas:
«No
encuentro en ellos placer alguno»;
2 antes que dejen de brillar
el sol y la
luz,
la luna y las estrellas,
y vuelvan
las nubes después de la lluvia.
3 Un día temblarán los guardianes de la casa,
y se
encorvarán los hombres de batalla;
se detendrán las molenderas por ser tan pocas,
y se
apagarán los que miran a través de las ventanas.
4 Se irán cerrando las puertas de la calle,
irá
disminuyendo el ruido del molino,
las aves elevarán su canto,
pero
apagados se oirán sus trinos.
5 Sobrevendrá el temor por las alturas
y por los
peligros del camino.
Florecerá el almendro,
la langosta
resultará onerosa,
y no servirá
de nada la alcaparra,
pues el hombre se encamina al hogar eterno
y rondan ya
en la calle los que lloran su muerte.
6 Acuérdate de tu creador
antes que se
rompa el cordón de plata
y se quiebre
la vasija de oro,
y se estrelle el cántaro contra la fuente
y se haga
pedazos la polea del pozo.
7 Volverá entonces el polvo a la tierra,
como antes
fue,
y el espíritu volverá a Dios,
que es quien
lo dio.
8 Lo más absurdo de lo absurdo,
¡todo es un
absurdo!
—ha
dicho el Maestro.
Epílogo
9 Además de ser sabio, el Maestro impartió
conocimientos a la gente. Ponderó, investigó y ordenó muchísimos proverbios. 10
Procuró también hallar las palabras más adecuadas y escribirlas con honradez y
veracidad.
11 Las palabras de los sabios son como aguijones. Como
clavos bien puestos son sus colecciones de dichos, dados por un solo pastor. 12
Además de ellas, hijo mío, ten presente que el hacer muchos libros es algo
interminable y que el mucho leer causa fatiga. 13 El fin de este asunto es que
ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque
esto es todo para el hombre. 14 Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun
la realizada en secreto.
Nueva Versión Internacional (NVI)
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2 Corintios 8:1-15 Nueva
Versión Internacional (NVI)
Estímulo a la generosidad
8 Ahora, hermanos, queremos que se enteren de la
gracia que Dios les ha dado a las iglesias de Macedonia. 2 En medio de las
pruebas más difíciles, su desbordante alegría y su extrema pobreza abundaron en
rica generosidad. 3 Soy testigo de que dieron espontáneamente tanto como
podían, y aún más de lo que podían, 4 rogándonos con insistencia que les
concediéramos el privilegio de tomar parte en esta ayuda para los santos. 5
Incluso hicieron más de lo que esperábamos, ya que se entregaron a sí mismos,
primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios. 6
De modo que rogamos a Tito que llevara a feliz término esta obra de gracia
entre ustedes, puesto que ya la había comenzado. 7 Pero ustedes, así como
sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su
amor hacia nosotros[a]—, procuren también sobresalir en esta gracia de dar.
8 No es que esté dándoles órdenes, sino que quiero
probar la sinceridad de su amor en comparación con la dedicación de los demás.
9 Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que, aunque era rico, por
causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a
ser ricos.
10 Aquí va mi consejo sobre lo que les conviene en
este asunto: El año pasado ustedes fueron los primeros no solo en dar, sino
también en querer hacerlo. 11 Lleven ahora a feliz término la obra, para que,
según sus posibilidades, cumplan con lo que de buena gana propusieron. 12
Porque, si uno lo hace de buena voluntad, lo que da es bien recibido según lo
que tiene, y no según lo que no tiene.
13 No se trata de que otros encuentren alivio mientras
que ustedes sufren escasez; es más bien cuestión de igualdad. 14 En las
circunstancias actuales la abundancia de ustedes suplirá lo que ellos
necesitan, para que a su vez la abundancia de ellos supla lo que ustedes
necesitan. Así habrá igualdad, 15 como está escrito: «Ni al que recogió mucho
le sobraba, ni al que recogió poco le faltaba».[b]
Footnotes:
8:7 su amor hacia nosotros. Var. nuestro amor hacia
ustedes.
8:15 Éx 16:18
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Salmos 49 Nueva Versión
Internacional (NVI)
Al director musical. Salmo de los hijos de Coré.
49 Oigan esto, pueblos todos;
escuchen,
habitantes todos del mundo,
2 tanto débiles como poderosos,
lo mismo los
ricos que los pobres.
3 Mi boca hablará con sabiduría;
mi corazón
se expresará con inteligencia.
4 Inclinaré mi oído a los proverbios;
propondré mi
enigma al son del arpa.
5 ¿Por qué he de temer en tiempos de desgracia,
cuando me
rodeen inicuos detractores?
6 ¿Temeré a los que confían en sus riquezas
y se jactan
de sus muchas posesiones?
7 Nadie puede salvar a nadie,
ni pagarle a
Dios rescate por la vida.
8 Tal rescate es muy costoso;
ningún pago
es suficiente.
9 Nadie vive para siempre
sin llegar a
ver la fosa.
10 Nadie puede negar que todos mueren,
que sabios e
insensatos perecen por igual,
y que sus
riquezas se quedan para otros.
11 Aunque tuvieron tierras a su nombre,
sus tumbas
serán[a] su hogar eterno,
su morada
por todas las generaciones.
12 A pesar de sus riquezas, no perduran los mortales;
al igual que
las bestias, perecen.
13 Tal es el destino de los que confían en sí mismos;
el final
de[b] los que se envanecen. Selah
14 Como ovejas, están destinados al sepulcro;
hacia allá
los conduce la muerte.
Sus cuerpos se pudrirán en el sepulcro,
lejos de sus
mansiones suntuosas.
Por la
mañana los justos prevalecerán sobre ellos.
15 Pero Dios me rescatará de las garras del sepulcro
y con él me
llevará. Selah
16 No te asombre ver que alguien se enriquezca
y aumente el
esplendor de su casa,
17 porque al morir no se llevará nada,
ni con él
descenderá su esplendor.
18 Aunque en vida se considere dichoso,
y la gente
lo elogie por sus logros,
19 irá a reunirse con sus ancestros,
sin que
vuelva jamás a ver la luz.
20 A pesar de sus riquezas, no perduran[c] los
mortales;
al igual que
las bestias, perecen.
Footnotes:
49:11 sus tumbas serán (LXX y Siríaca); su interior
será (TM).
49:13 el final de (Targum); tras ellos (TM).
49:20 no perduran (algunos mss.; véase v. 12); no
entienden (TM).
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Proverbios 22:20-21 Nueva
Versión Internacional (NVI)
20 ¿Acaso no te he escrito treinta[a] dichos
que
contienen sabios consejos?
21 Son para enseñarte palabras ciertas y confiables,
para que
sepas responder bien a quien te pregunte.[b]
Footnotes:
22:20 escrito treinta. Alt. escrito antes o escrito
excelentes.
22:21 a quien te pregunte (LXX); al que te envíe (TM).
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