Día 261, DAB Español, Miércoles 18 de Septiembre
Isaías 28:14-30:11; Gálatas 3:23-4:31; Salmos 62; Proverbios 23:19-21 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Isaías
28:14-30:11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Amonestación a Jerusalén
14 Por lo tanto, escuchen la palabra del Señor,
ustedes que se burlan de este pueblo y dicen gobernarlo. 15 Ustedes dicen:
«Hemos hecho un pacto con la muerte. Tenemos un
convenio con el sepulcro. Cuando venga la tormenta y nos azote, no nos
afectará, porque nuestro refugio es la mentira; nos esconderemos en la
falsedad.»
16 Por eso Dios el Señor dice así:
«Miren esto: yo he puesto en Sión, por fundamento, una
hermosa piedra angular, probada y de cimiento firme; quien se apoye en ella, no
se tambaleará. 17 La justicia será mi plomada, y el derecho será mi nivel. Con
granizo barreré el refugio de la mentira, y con aguas arrollaré su escondrijo.
18 Su pacto con la muerte quedará anulado, y su convenio con el sepulcro no se
mantendrá; cuando llegue el golpe del turbión, pasará sobre ustedes; 19 cuando
comience a pasar, los arrebatará; pues vendrá mañana tras mañana, y de día y de
noche; y bastará el espanto para entender lo revelado. 20 La cama será muy
corta para estirarse, y la manta demasiado estrecha para envolverse.»
21 El Señor se levantará como en el monte Perasín; se
enojará como en el valle de Gabaón, y la obra que realizará les parecerá
extraña e inaudita. 22 Así que no se burlen, para que no se aprieten más sus
ataduras; porque he sabido que Dios, el Señor de los ejércitos, ha decidido
traer destrucción sobre toda la tierra.
23 Presten atención, y escuchen mi voz; atiéndanme, y
escuchen mis palabras. 24 ¿Acaso el que ara para sembrar se pasa todo el día
abriendo surcos y rompiendo terrones? 25 Más bien, en cuanto ha igualado la
superficie derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, la
cebada en su lugar y la avena en el surco apropiado. 26 Y es que su Dios lo
instruye y le enseña lo correcto, 27 pues al eneldo no se le pasa el trillo, ni
al comino se le pasa la rueda de carreta; más bien, el eneldo se sacude con un
palo, y el comino con una vara. 28 El grano sí se trilla, pero no siempre; ni
tampoco se le pasa la rueda de la carreta ni se quiebra con los dientes del
trillo. 29 Estos conocimientos provienen también del Señor de los ejércitos.
Sus consejos son maravillosos, y grande es su sabiduría.
Ariel y sus enemigos
29 ¡Ay de Ariel, Ariel! ¡Ay de la ciudad donde habitó
David! Añadan un año a otro, y que las fiestas sigan su curso; 2 pero yo pondré
a Ariel bajo asedio, y quedará desconsolada y triste; será para mí como Ariel.
3 Porque yo acamparé contra ti y te sitiaré; te rodearé con campamentos, y
levantaré baluartes para atacarte. 4 Entonces serás humillada. Hablarás, y tus
palabras brotarán desde el polvo de la tierra; tu voz, desde allí, resonará
como la de un fantasma; tus palabras serán un susurro desde el polvo. 5 La
multitud de tus enemigos parecerá un polvo menudo; la multitud de los fuertes
se parecerá al tamo que pasa; y todo esto sucederá en un momento, de repente. 6
El Señor de los ejércitos te visitará con truenos y terremotos, con el
estruendo de un torbellino y de una tempestad; con la llama de un fuego
consumidor. 7 La multitud de todas las naciones que pelean contra Ariel será
como el sueño de una visión nocturna; así serán todos los que pelean contra
ella y contra su fortaleza, y los que la ponen bajo asedio. 8 Les pasará lo
mismo que al que tiene hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando
despierta su estómago está vacío; o como al que tiene sed y sueña, y le parece
que bebe, pero cuando despierta se encuentra cansado y sediento. ¡Así será la
multitud de todas las naciones que pelearán contra el monte de Sión!
Ceguera e hipocresía de Israel
9 Deténganse y asómbrense; ofúsquense y queden ciegos;
embriáguense, pero no con vino; tambaléense, pero no por causa de la sidra. 10
Porque el Señor ha derramado sobre ustedes un espíritu que los hace dormir; ha
cerrado los ojos de sus profetas, y ha echado un velo sobre la cabeza de sus
videntes. 11 Toda visión será para ustedes como las palabras de un libro
sellado, que si se le diera a quien sabe leer y se le pidiera leerlo, aquél
diría «No puedo leerlo, porque está sellado.» 12 Y si se le diera el libro al
que no sabe leer, y se le pidiera leerlo, aquél diría «No sé leer.»
13 El Señor dice:
«A decir verdad, este pueblo se acerca a mí con la
boca, y me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí; el temor que
de mí tiene no es más que un mandamiento humano, que le ha sido enseñado. 14
Por eso, volveré a despertar la admiración de este pueblo con un prodigio
impresionante y maravilloso. Quedará deshecha la sabiduría de sus sabios, y se
desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.»
15 ¡Ay de los que se esconden del Señor, y encubren el
consejo y todo lo hacen en tinieblas! Y todavía dicen: «¡Nadie nos ve! ¡Nadie
nos conoce!» 16 La perversidad de ustedes será reputada como el barro del
alfarero. ¿Acaso la obra dirá que quien la hizo realmente no la hizo? ¿Acaso la
vasija dirá que quien la modeló no sabía lo que estaba haciendo?
Redención de Israel
17 Dentro de muy poco tiempo el Líbano se convertirá
en un campo fructífero, y el campo fértil será considerado bosque. 18 Cuando
llegue ese día, los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los
ciegos verán en medio de la más densa oscuridad. 19 Aumentará en el Señor la
alegría de los humildes, y aun la gente más pobre se alegrará por el Santo de
Israel. 20 Porque el violento será aniquilado, y el cínico será consumido;
todos los que no duermen por cometer iniquidades serán eliminados; 21 todos los
que hacen pecar de palabra a la gente; todos los que tienden trampas a los que
defienden una causa ante el tribunal de la ciudad, los que con falsedades
pervierten la causa del hombre justo.
22 Por eso el Señor, el que rescató a Abrahán, dice
así a la casa de Jacob:
«Jacob ya no será avergonzado, ni su rostro volverá a
palidecer 23 cuando vea lo que yo voy a hacer en medio de ellos: sus hijos
santificarán mi nombre; santificarán al Santo de Jacob, ¡temerán al Dios de
Israel! 24 Entonces los de ánimo extraviado aprenderán a ser inteligentes, y
los que hablaban mal de mí recibirán mi enseñanza.»
De Egipto nada puede esperarse
30 ¡Ay de los hijos rebeldes, que hacen planes sin
tomarme en cuenta; que buscan cobijarse pero no bajo mi espíritu, con lo que
añaden pecado tras pecado!
—Palabra del Señor.
2 Sin consultarme antes se dirigen a Egipto para
buscar apoyo en el poder del faraón, y poner su esperanza en la protección de
los egipcios. 3 Pero ese poder del faraón se les cambiará en vergüenza; el
amparo y protección de Egipto se les volverá confusión. 4 Cuando sus príncipes
estén en Soán, y sus embajadores lleguen a Janés, 5 todos se avergonzarán de
ese pueblo, que ni les sirve ni los socorre, ni les trae ningún provecho; más
bien, les será motivo de vergüenza y de oprobio.
6 Profecía contra la bestia del Néguev:
Por tierra de tribulación y de angustia, de donde
salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que vuela, a lomo de asno y
sobre las jorobas de sus camellos llevan sus riquezas y sus tesoros a un pueblo
que no les será de ningún provecho. 7 La ayuda de Egipto será inútil y endeble.
Por eso, a gritos les hice ver que su fuerza consistía en mantenerse quietos.
8 Así que ve ahora y escribe esto en una tablilla,
para que lo lean; regístrala en un libro, para que permanezca hasta el día
final, a través de todos los tiempos. 9 Porque éste es un pueblo rebelde; es
gente mentirosa, que no quiere obedecer las enseñanzas del Señor; 10 a los
videntes les dicen: «Ustedes no vean», y a los profetas les piden: «No nos anuncien
lo que debemos hacer; mejor digan cosas halagüeñas, anuncien cosas ilusorias;
11 háganse a un lado, apártense de nuestro camino, ¡alejen de nuestra vista al
Santo de Israel!»
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Gálatas
3:23-4:31 Reina Valera Contemporánea (RVC)
23 Pero antes de que viniera la fe, estábamos
confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24
De manera que la ley ha sido nuestro tutor, para llevarnos a Cristo, a fin de
que fuéramos justificados por la fe. 25 Pero al venir la fe, no estamos ya al
cuidado de un tutor, 26 pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en
Cristo Jesús. 27 Porque todos ustedes, los que han sido bautizados en Cristo,
están revestidos de Cristo. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni
libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús.
29 Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abrahán y, según la
promesa, herederos.
4 Pero digo también: Mientras el heredero es niño, en
nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo, 2 sólo que está bajo tutores
y guardianes hasta el tiempo señalado por el padre. 3 Así también nosotros,
cuando éramos niños, vivíamos en esclavitud y sujetos a los principios básicos
del mundo. 4 Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo,
que nació de una mujer y sujeto a la ley, 5 para que redimiera a los que
estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. 6 Y
por cuanto ustedes son hijos, Dios envió a sus corazones el Espíritu de su
Hijo, el cual clama: «¡Abba, Padre!» 7 Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y
si eres hijo, también eres heredero de Dios por medio de Cristo.
Exhortación contra el volver a la esclavitud
8 Ciertamente, en otro tiempo, cuando ustedes no
conocían a Dios, servían a los que por naturaleza no son dioses; 9 pero ahora
que conocen a Dios, o más bien, que Dios los conoce a ustedes, ¿cómo es que han
vuelto de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales quieren volver
a esclavizarse? 10 Ustedes guardan los días, los meses, los tiempos y los años.
11 ¡Me temo que, con ustedes, yo he trabajado en vano!
12 Les ruego, hermanos, que se hagan como yo, porque
yo también me he hecho como ustedes. Ningún agravio me han hecho. 13 Bien saben
ustedes que, debido a una enfermedad del cuerpo, les anuncié el evangelio al
principio, 14 y ustedes no me despreciaron ni desecharon por la prueba que
tenía en el cuerpo, sino que me recibieron como a un ángel de Dios, como a
Cristo Jesús. 15 ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentaban? Yo doy
testimonio de que, de haber podido, ustedes se habrían sacado sus propios ojos,
para dármelos. 16 ¿Acaso me he vuelto enemigo de ustedes, por decirles la
verdad? 17 Algunos muestran mucho interés por ustedes, pero no para bien, sino
que quieren apartarlos de nosotros para que ustedes muestren interés por ellos.
18 Qué bien que muestren interés en lo bueno siempre, y no sólo cuando estoy
presente con ustedes. 19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de
parto, hasta que Cristo sea formado en ustedes, 20 quisiera estar con ustedes
ahora mismo y cambiar de tono, pues ustedes me tienen perplejo.
Alegoría de Sara y Agar
21 Díganme, ustedes que quieren estar sujetos a la
ley: ¿no han oído lo que dice la ley? 22 Porque está escrito que Abrahán tuvo
dos hijos; uno de la esclava, y el otro de la libre. 23 El hijo de la esclava
nació conforme a una decisión humana; pero el hijo de la libre nació conforme a
la promesa. 24 Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos;
el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es
Agar. 25 Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén
actual, y ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26 Pero la Jerusalén
de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. 27 Porque está
escrito:
«Regocíjate, oh estéril,
tú que no das a luz;
prorrumpe en júbilo y clama,
tú que no tienes dolores de parto;
porque más son los hijos de la desolada
que los de la que tiene marido.»
28 Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos
hijos de la promesa. 29 Pero como entonces el que había nacido según la carne
perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también sucede ahora. 30
Pero ¿qué dice la Escritura? «Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el
hijo de la esclava no heredará con el hijo de la libre.» 31 De modo, hermanos,
que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.
Reina Valera Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009, 2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Salmos
62 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios, el único refugio
Al músico principal. A Jedutún. Salmo de David.
62 Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma;
sólo de él viene mi salvación.
2 Sólo Dios es mi salvación y mi roca;
porque él es mi refugio, jamás resbalaré.
3 ¿Hasta cuándo harán planes todos ustedes
con la intención de derrotar a un solo hombre?
¡Lo ven como pared desplomada!
¡Lo ven como una cerca en el suelo!
4 Conspiran para despojarlo de su grandeza;
les agrada decir mentiras;
¡bendicen con los labios, pero maldicen con el
corazón!
5 Sólo en Dios halla tranquilidad mi alma;
sólo en él he puesto mi esperanza.
6 Sólo Dios es mi salvación y mi roca;
porque él es mi refugio, no resbalaré.
7 Sólo Dios es mi salvación y mi gloria;
¡Dios es mi roca fuerte y mi refugio!
8 Pueblos todos, ¡confíen siempre en Dios!
¡Vacíen delante de él su corazón!
¡Dios es nuestro refugio!
9 Los hombres, sean ricos o sean pobres,
no son más que un vapor engañoso.
Puestos todos ellos en la balanza,
podrá verse que no son nada.
10 No confíen en la violencia,
ni pongan vanas esperanzas en la rapiña;
si acaso llegan a acumular riquezas,
no les entreguen su corazón.
11 Dios habló una vez,
y yo lo escuché dos veces:
Tuyo, Dios mío, es el poder;
12 tuya, Señor, es la misericordia;
tú das a cada uno lo que merecen sus obras.
Reina Valera Contemporánea (RVC)
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Proverbios
23:19-21 Reina Valera Contemporánea (RVC)
19 Hijo mío, escúchame y adquiere sabiduría.
Deja que tu corazón enderece el rumbo.
20 No te juntes con los que se hartan de vino
ni con los que se atiborran de carne,
21 porque unos y otros se quedarán pobres,
y por indolentes acabarán cubiertos de harapos.
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