Tuesday, January 31, 2023

DAB Español, Miércoles 01 de Febrero

Día 032, DAB Español, Miércoles 01 de Febrero


Éxodo 13:18-15:19; Mateo 21:23-46; Salmos 26; Proverbios 6:16-19 (Palabra de Dios para Todos (PDT))








Éxodo 13:18-15:19

Palabra de Dios para Todos


18 Dios llevó al pueblo hacia el mar Rojo. Los israelitas salieron de Egipto en formación militar. 19 Moisés se llevó con él los huesos de José porque José les había hecho prometer eso a los israelitas, diciéndoles: «Seguro que Dios va a venir a ayudarlos: cuando eso suceda, llévense mis huesos de aquí».


20 Viajaron desde Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. 21 El SEÑOR los guiaba de día en una columna de nube, y de noche les daba luz en forma de una columna de fuego. Así podían viajar de día y de noche. 22 Con ellos siempre iba, de día la columna de nube, y de noche la columna de fuego y nunca les faltó ni la una ni la otra.


14 El SEÑOR le dijo a Moisés: 2 «Diles a los israelitas que se devuelvan a Pi Ajirot y que acampen entre Migdol y el mar Rojo, frente a Baal Zefón. 3 El faraón va a pensar: “Los israelitas están confundidos, perdidos en el desierto”. 4 Voy a hacer que el faraón se atreva a perseguirlos a ustedes. Entonces apareceré con gloria y gran poder. Los derrotaré a él y a su ejército. Así van a saber ellos que yo soy el SEÑOR». Entonces los israelitas hicieron tal como él les dijo.

El faraón persigue a los israelitas


5 Cuando el rey de Egipto se enteró de que el pueblo de Israel se había escapado, él y sus servidores cambiaron de parecer en cuanto a los israelitas, y dijeron: «¿Cómo pudimos permitir que se fueran los israelitas y dejaran de trabajar para nosotros?» 6 Entonces el faraón dio la orden y prepararon su carro de combate y se llevó con él a su ejército. 7 Se llevó 600 de sus mejores carros de combate y también todos los demás carros de combate de Egipto, cada uno al mando de un oficial. 8 El SEÑOR hizo que el faraón, rey de Egipto, se atreviera a perseguir a los israelitas, que se habían ido con aire de triunfo.


9 Los egipcios los persiguieron y los alcanzaron mientras acampaban al lado del mar Rojo. Todos los caballos de los carros de combate, los jinetes y el ejército del faraón, alcanzaron a los israelitas en Pi Ajirot, frente a Baal Zefón.


10 A medida que el faraón se iba acercando, los israelitas se fueron dando cuenta de que los egipcios venían por ellos. Se asustaron mucho y oraron para que el SEÑOR los ayudara. 11 Le dijeron a Moisés:


—¿Acaso nos trajiste aquí al desierto a morir porque no había tumbas en Egipto? ¿Por qué nos hiciste esto? ¿Por qué nos sacaste de Egipto? 12 ¿Acaso no te dijimos en Egipto: “Déjanos trabajar en paz para los egipcios”? Es preferible ser esclavo en Egipto que morir en el desierto.


13 Moisés le dijo al pueblo:


—No se atemoricen. Sólo deténganse a ver cómo el SEÑOR los va a salvar hoy. ¡Nunca más volverán a ver a estos egipcios! 14 El SEÑOR peleará a favor de ustedes; así que manténganse en silencio.


15 El SEÑOR le preguntó a Moisés:


—¿Por qué me pides ayuda? Diles a los israelitas que continúen su marcha. 16 Ahora tú, levanta tu bastón, extiende el brazo sobre el mar y pártelo en dos para que los israelitas puedan cruzarlo sobre suelo seco. 17 Voy a hacer que los egipcios se atrevan a perseguirlos y entonces apareceré con gloria contra el faraón, sus carros de combate y su caballería. 18 Y así todos los egipcios van a saber que yo soy el SEÑOR cuando actúe gloriosamente contra el faraón, sus carros de batalla y su caballería.


19 Entonces el ángel de Dios y la columna de nube que estaban frente a los israelitas se pusieron tras ellos. 20 Así quedaron entre el campamento israelita. Había luz para los israelitas y oscuridad para los egipcios. Esa noche ningún campamento se acercó al otro.


21 Moisés extendió su brazo sobre el mar y el SEÑOR provocó un fuerte viento del oriente que sopló toda la noche e hizo que el mar retrocediera. Las aguas retrocedieron a cada lado, dejando en el medio la tierra seca. 22 Entonces los israelitas caminaron en medio del mar, sobre suelo firme. Se formaron dos murallas de agua, una a cada lado.


23 Pero los egipcios se fueron a perseguirlos. Todos los caballos del faraón, sus carros de combate y su caballería, fueron tras ellos en medio del mar. 24 Temprano, a la mañana siguiente, el SEÑOR miró hacia el campamento egipcio desde su columna de nube y de fuego e hizo que cundiera el pánico. 25 También les dañó las ruedas de sus carros de combate para que les costara trabajo avanzar. Entonces los egipcios dijeron:


—¡Vámonos de aquí! El SEÑOR está del lado de los israelitas y está peleando contra nosotros.


26 El SEÑOR le dijo a Moisés:


—Extiende tu brazo sobre el mar para que el agua caiga sobre los egipcios, sus carros de combate y su caballería.


27 Entonces, en la mañana, Moisés extendió su brazo sobre el mar y el agua regresó a su lugar cubriendo a todos los egipcios. El SEÑOR ahogó a todos los egipcios con el agua del mar. 28 El agua regresó cubriendo todos los carros de combate y a los jinetes del ejército del faraón, que habían entrado al mar para perseguirlos. Ninguno de ellos quedó vivo. 29 Sin embargo, los israelitas cruzaron el mar sobre suelo firme, entre dos murallas de agua, una a cada lado.


30 Ese día el SEÑOR salvó a Israel del poder de los egipcios. Los israelitas vieron a los egipcios muertos en la orilla del mar. 31 Al darse cuenta los israelitas del gran poder que el SEÑOR había usado contra los egipcios, sintieron temor del SEÑOR y confiaron en el SEÑOR y en su siervo Moisés.

La canción de Moisés


15 Luego Moisés y los israelitas le cantaron esta canción al SEÑOR:


«Cantaré al SEÑOR, pues ganó la victoria sobre sus enemigos.

    Lanzó al mar al caballo y al jinete.

2

El SEÑOR es mi fuerza y mi canción;[a]

    se ha convertido en mi salvación.

Él es mi Dios, lo alabaré.

    Es el Dios de mi padre, lo adoraré.

3

El SEÑOR es un guerrero.

    ¡Su nombre es YAVÉ!

4

Lanzó al mar los carros de combate

    del faraón y a todo su ejército.

Sus mejores oficiales

    se ahogaron en el mar Rojo.

5

Las olas los cubrieron,

    se hundieron como piedras en lo más profundo.


6

»¡Oh SEÑOR! Tu mano derecha

    es gloriosa y fuerte.

¡Oh SEÑOR! Tu mano derecha

    despedazó al enemigo.

7

Con tu gran poder aplastaste

    a los que se enfrentaron contigo.

Tú siempre le ganas a tus enemigos y los despedazas;

    tu furia los quema como el fuego a la paja.

8

Con el soplo de tu nariz,

    amontonaste el agua;

Las olas se levantaron como un muro;

    el centro del mar profundo se quedó inmóvil.


9

»El enemigo dijo:

“Los voy a perseguir,

    los voy a alcanzar.

Dividiré las riquezas, sacaré mi espada

    y usando mi poder haré que sufran”.

10

Pero tú soplaste, y el mar los cubrió.

    Se hundieron como plomo en las aguas turbulentas.


11

»Oh SEÑOR, ¿qué otro dios es como tú?

    ¿Quién es tan grande y santo como tú?

Eres muy poderoso,

    haces grandes milagros.

12

Extendiste tu brazo derecho

    y la tierra se los tragó.

13

Con tu bondad guiaste

    a este pueblo que salvaste.

Con tu poder los llevaste

    a tu santa casa.


14

»Los otros pueblos temblarán al oír esta historia.

    El pueblo filisteo temblará de angustia.

15

Los líderes de Edom se aterrorizarán.

    Los líderes de Moab temblarán de miedo.

El pueblo de Canaán ya no será tan valiente.

16

    Esos pueblos se llenarán de terror

    cuando oigan acerca de tu poder.

Se quedarán quietos como piedras

    hasta que pase tu pueblo, oh SEÑOR,

    hasta que pase el pueblo que hiciste tuyo.

17

Guiarás a tu pueblo hacia la montaña.

    SEÑOR, los dejarás vivir cerca del lugar

que elegiste para hacer tu trono, Señor;

    el santuario que armaste con tus manos.


18

»¡El SEÑOR reinará por toda la eternidad!»

Canto de Miriam


19 Cuando los caballos, los carros de combate y la caballería del faraón entraron al mar, el SEÑOR hizo que el agua se desplomara sobre ellos, mientras que los israelitas habían caminado sobre tierra firme en medio del mar.

Footnotes


15:2 El SEÑOR […] canción o El SEÑOR es un guerrero que nos protege.


Mateo 21:23-46

Palabra de Dios para Todos

Discusión sobre la autoridad de Jesús

(Mr 11:27-33; Lc 20:1-8)


23 Cuando Jesús entró al área del templo, los jefes de los sacerdotes y los ancianos líderes del pueblo se le acercaron mientras estaba enseñando, y le preguntaron:


—¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te la dio?


24 Jesús les contestó:


—Yo también les haré una pregunta y si me la responden les diré con qué autoridad hago estas cosas: 25 ¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿De Dios o de los hombres?


Ellos comenzaron a discutir entre sí y decían: «Si decimos que venía de Dios, él nos preguntará: “¿Por qué entonces no le creyeron?” 26 Pero no podemos decir que venía de los hombres. Tenemos miedo de la gente porque todos creen que Juan era un profeta». 27 Entonces le respondieron a Jesús:


—No sabemos.


Él les dijo:


—Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago estas cosas.

Jesús cuenta la historia de dos hijos


28 Jesús continuó:


—¿Qué piensan de esto? Un hombre tenía dos hijos. Le dijo al mayor: “Hijo, ve hoy y trabaja en el viñedo”. 29 Él le contestó: “No quiero ir”. Pero más tarde cambió de idea y fue. 30 Después, el papá le pidió lo mismo al hijo menor. Él le respondió: “Sí señor, iré”. Pero no lo hizo. 31 ¿Cuál de los dos hizo lo que el papá quería?


Ellos respondieron:


—El hijo mayor.


Jesús les dijo:


—Les digo la verdad: los cobradores de impuestos y las prostitutas van a entrar primero que ustedes al reino de Dios. 32 Juan el Bautista vino para mostrarles el camino de justicia y ustedes no le creyeron. En cambio, los cobradores de impuestos y las prostitutas sí le creyeron. Ustedes los vieron cambiar a ellos, pero aun así ustedes no creyeron ni cambiaron.

Historia de los labradores perversos

(Mr 12:1-12; Lc 20:9-19)


33 »Escuchen esta historia: El dueño de una finca plantó un viñedo y construyó un muro alrededor. Luego, cavó un lugar para hacer el vino y construyó una torre de vigilancia. Después alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje. 34 Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño mandó a sus siervos para que hablaran con los labradores y pidieran la parte que le correspondía al dueño. 35 Pero los labradores agarraron a los siervos. Golpearon a uno, mataron a otro y agarraron a pedradas a otro más. 36 El dueño mandó otra vez a otros siervos, y los labradores les hicieron lo mismo.


37 »Más tarde, el dueño les envió a su propio hijo. Se decía a sí mismo: “A mi hijo sí lo respetarán”. 38 Pero cuando los labradores vieron que era el hijo del dueño, dijeron entre ellos: “Este es el heredero, ¡vamos a matarlo para quedarnos con la herencia!” 39 Entonces, lo agarraron, lo echaron fuera del viñedo y lo mataron.


40 »¿Ustedes qué creen que hará el dueño del viñedo con esos labradores cuando llegue?


41 Le respondieron:


—Él matará de manera terrible a esos perversos y les alquilará el viñedo a otros labradores que sí le darán su parte de la cosecha.


42 Jesús les dijo:


—Seguramente habrán leído las Escrituras que dicen:


“La piedra que los constructores rechazaron

    se ha convertido en la piedra principal.

Esto fue lo que hizo el Señor

    y es maravilloso verlo”.[a]


43 »Por eso les digo: a ustedes se les quitará el reino de Dios y se le dará a otra nación que produzca lo que Dios quiere que su reino produzca. 44 El que caiga sobre esa piedra se hará en pedazos y si la piedra le cae encima a alguien, lo hará polvo.[b]


45 Cuando los jefes de los sacerdotes y los fariseos escucharon estas historias, se dieron cuenta de que Jesús estaba hablando de ellos. 46 Querían arrestarlo, pero tenían miedo del pueblo porque la gente consideraba que era un profeta.

Footnotes


21:42 Cita de Sal 118:22-23.

21:44 Algunos manuscritos no tienen el versículo 44.


Salmos 26

Palabra de Dios para Todos

Señor, soy inocente

Canción de David.


1

SEÑOR, júzgame

    y date cuenta de que he llevado una vida honesta

    y que siempre he confiado en el SEÑOR.

2

SEÑOR, examina mis sentimientos

    y pon a prueba mis pensamientos más profundos.

3

Nunca olvido el fiel amor que me tienes;

    tu fidelidad guía mis pasos.

4

Nunca me junto con los que buscan el mal;

    no me gusta la gente hipócrita.

5

Detesto y evito la compañía de los perversos;

    no me junto con delincuentes.


6

SEÑOR, lavo mis manos para mostrarte que soy inocente

    para poder ir a tu altar.

7

Alabo tu nombre

    y le cuento a la gente tus maravillas.

8

SEÑOR, me encanta estar en tu casa,

    en el lugar que está lleno de tu gloria.


9

No me castigues como a los pecadores;

    no te lleves mi vida como haces con los criminales.

10

Ellos siempre están planeando hacerles mal a otros

    y siempre engañan a los demás.

11

Pero yo llevo una vida honrada.

    Por eso te pido que tengas compasión de mí y me salves.

12

Estoy pisando tierra firme

    cuando alabo al SEÑOR en medio de toda su asamblea.

Proverbios 6:16-19

Palabra de Dios para Todos

Esto no le gusta al Señor


16

El SEÑOR odia seis cosas;

    mejor dicho, hay siete que él detesta:

17

    los ojos orgullosos,

    la lengua mentirosa,

    las manos que matan gente inocente,

18

    el corazón que planea hacer el mal,

    los pies que corren a hacer maldades,

19

    el falso testigo que dice mentiras

    y el que causa problemas entre hermanos.

Palabra de Dios para Todos (PDT)


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