Tuesday, January 17, 2023

DAB Español, Miércoles 18 de Enero


Día 018, DAB Español, Miércoles 18 de Enero


Génesis 37:1-38:30; Mateo 12:22-45; Salmos 16; Proverbios 3:27-32 (Nueva Traducción Viviente (NTV))







Génesis 37-38

Nueva Traducción Viviente

Los sueños de José


37 Entonces Jacob volvió a establecerse en la tierra de Canaán, donde su padre había vivido como extranjero.


2 Este es el relato de Jacob y su familia. Cuando José tenía diecisiete años de edad, a menudo cuidaba los rebaños de su padre. Trabajaba para sus medios hermanos, los hijos de Bilha y Zilpa, dos de las esposas de su padre, así que le contaba a su padre acerca de las fechorías que hacían sus hermanos.


3 Jacob[a] amaba a José más que a sus otros hijos porque le había nacido en su vejez. Por eso, un día, Jacob mandó a hacer un regalo especial para José: una hermosa túnica.[b] 4 Pero sus hermanos lo odiaban porque su padre lo amaba más que a ellos. No dirigían ni una sola palabra amable hacia José.


5 Una noche José tuvo un sueño, y cuando se lo contó a sus hermanos, lo odiaron más que nunca.


6 —Escuchen este sueño—les dijo—. 7 Resulta que estábamos en el campo atando gavillas de grano. De repente, mi gavilla se levantó, y las gavillas de ustedes se juntaron alrededor de la mía, ¡y se inclinaron ante ella!


8 Sus hermanos respondieron:


—Así que crees que serás nuestro rey, ¿no es verdad? ¿De veras piensas que reinarás sobre nosotros?


Así que lo odiaron aún más debido a sus sueños y a la forma en que los contaba.


9 Al poco tiempo José tuvo otro sueño y de nuevo se lo contó a sus hermanos.


—Escuchen, tuve otro sueño—les dijo—. ¡El sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí!


10 Esta vez le contó el sueño a su padre además de a sus hermanos, pero su padre lo reprendió.


—¿Qué clase de sueño es ese?—le preguntó—. ¿Acaso tu madre, tus hermanos y yo llegaremos a postrarnos delante de ti?


11 Sin embargo, mientras los hermanos de José tenían celos de él, su padre estaba intrigado por el significado de los sueños.


12 Poco tiempo después, los hermanos de José fueron hasta Siquem para apacentar los rebaños de su padre. 13 Cuando ya llevaban un buen tiempo allí, Jacob le dijo a José:


—Tus hermanos están en Siquem apacentando las ovejas. Prepárate, porque te enviaré a verlos.


—Estoy listo para ir—respondió José.


14 —Ve a ver cómo están tus hermanos y los rebaños—dijo Jacob—. Luego vuelve aquí y tráeme noticias de ellos.


Así que Jacob despidió a José, y él viajó hasta Siquem desde su casa, en el valle de Hebrón.


15 Cuando José llegó a Siquem, un hombre de esa zona lo encontró dando vueltas por el campo.


—¿Qué buscas?—le preguntó.


16 —Busco a mis hermanos—contestó José—. ¿Sabe usted dónde están apacentando sus rebaños?


17 —Sí—le dijo el hombre—. Se han ido de aquí, pero les oí decir: “Vayamos a Dotán”.


Entonces José siguió a sus hermanos hasta Dotán y allí los encontró.

José es vendido como esclavo


18 Cuando los hermanos de José lo vieron acercarse, lo reconocieron desde lejos. Mientras llegaba, tramaron un plan para matarlo.


19 —¡Aquí viene el soñador!—dijeron—. 20 Vamos, matémoslo y tirémoslo en una de esas cisternas. Podemos decirle a nuestro padre: “Un animal salvaje se lo comió”. ¡Entonces veremos en qué quedan sus sueños!


21 Pero cuando Rubén oyó el plan, trató de salvar a José.


—No lo matemos—dijo—. 22 ¿Para qué derramar sangre? Solo tirémoslo en esta cisterna vacía, aquí en el desierto. Entonces morirá sin que le pongamos una mano encima.


Rubén tenía pensado rescatar a José y devolverlo a su padre.


23 Entonces, cuando llegó José, sus hermanos le quitaron la hermosa túnica que llevaba puesta. 24 Después lo agarraron y lo tiraron en la cisterna. Resulta que la cisterna estaba vacía; no tenía nada de agua adentro. 25 Luego, justo cuando se sentaron a comer, levantaron la vista y vieron a la distancia una caravana de camellos que venía acercándose. Era un grupo de mercaderes ismaelitas que transportaban goma de resina, bálsamo y resinas aromáticas desde Galaad hasta Egipto.


26 Judá dijo a sus hermanos: «¿Qué ganaremos con matar a nuestro hermano? Tendríamos que encubrir el crimen.[c] 27 En lugar de hacerle daño, vendámoslo a esos mercaderes ismaelitas. Después de todo, es nuestro hermano, ¡de nuestra misma sangre!». Así que sus hermanos estuvieron de acuerdo. 28 Entonces, cuando se acercaron los ismaelitas, que eran mercaderes madianitas, los hermanos de José lo sacaron de la cisterna y se lo vendieron por veinte monedas[d] de plata. Y los mercaderes lo llevaron a Egipto.


29 Tiempo después, Rubén regresó para sacar a José de la cisterna. Cuando descubrió que José no estaba allí, se rasgó la ropa en señal de lamento. 30 Luego regresó a donde estaban sus hermanos y dijo lamentándose: «¡El muchacho desapareció! ¿Qué voy a hacer ahora?».


31 Entonces los hermanos mataron un cabrito y mojaron la túnica de José con la sangre. 32 Luego enviaron la hermosa túnica a su padre con el siguiente mensaje: «Mira lo que encontramos. Esta túnica, ¿no es la de tu hijo?».


33 Su padre la reconoció de inmediato. «Sí—dijo él—, es la túnica de mi hijo. Seguro que algún animal salvaje se lo comió. ¡Sin duda despedazó a José!». 34 Entonces Jacob rasgó su ropa y se vistió de tela áspera, e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. 35 Toda su familia intentó consolarlo, pero él no quiso ser consolado. A menudo decía: «Me iré a la tumba[e] llorando a mi hijo», y entonces sollozaba.


36 Mientras tanto, los mercaderes madianitas[f] llegaron a Egipto, y allí le vendieron a José a Potifar, quien era un oficial del faraón, rey de Egipto. Potifar era capitán de la guardia del palacio.

Judá y Tamar


38 En esos días, Judá dejó su casa y se fue a Adulam, donde se quedó con un hombre llamado Hira. 2 Allí vio a una mujer cananea, la hija de Súa, y se casó con ella. Cuando se acostaron, 3 ella quedó embarazada y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Er. 4 Después volvió a quedar embarazada y dio a luz otro hijo, y le puso por nombre Onán. 5 Además, dio a luz un tercer hijo y lo llamó Sela. Cuando nació Sela, ellos vivían en Quezib.


6 Con el transcurso del tiempo, Judá arregló que Er, su hijo mayor, se casara con una joven llamada Tamar. 7 Pero Er era un hombre perverso ante los ojos del Señor, y el Señor le quitó la vida. 8 Entonces Judá dijo a Onán, hermano de Er: «Cásate con Tamar, como nuestra ley exige al hermano de un hombre que haya muerto. Tú debes darle un heredero a tu hermano».


9 Pero Onán no estaba dispuesto a tener un hijo que no fuera su propio heredero. Por eso, cada vez que tenía relaciones sexuales con la mujer de su hermano, derramaba el semen en el suelo. Esto evitaba que ella tuviera un hijo de su hermano. 10 Así que el Señor consideró una maldad que Onán negara un hijo a su hermano muerto, y el Señor también le quitó la vida a Onán.


11 Entonces Judá le dijo a Tamar, su nuera: «Vuelve a la casa de tus padres y permanece viuda hasta que mi hijo Sela tenga edad suficiente para casarse contigo». (Pero en realidad, Judá no pensaba hacerlo porque temía que Sela también muriera, igual que sus dos hermanos). Entonces Tamar regresó a vivir a la casa de sus padres.


12 Unos años después, murió la esposa de Judá. Cumplido el período de luto, Judá y su amigo Hira el adulamita subieron a Timna para supervisar la esquila de sus ovejas. 13 Alguien le dijo a Tamar: «Mira, tu suegro sube a Timna para esquilar sus ovejas».


14 Tamar ya sabía que Sela había crecido, pero aún no se había arreglado nada para que ella se casara con él. Así que se quitó la ropa de viuda y se cubrió con un velo para disfrazarse. Luego se sentó junto al camino, a la entrada de la aldea de Enaim, la cual está rumbo a Timna. 15 Judá la vio y creyó que era una prostituta, porque ella tenía el rostro cubierto. 16 Entonces se detuvo y le hizo una propuesta indecente:


—Déjame tener sexo contigo—le dijo, sin darse cuenta de que era su propia nuera.


—¿Cuánto me pagarás por tener sexo contigo?—preguntó Tamar.


17 —Te enviaré un cabrito de mi rebaño—prometió Judá.


—¿Pero qué me darás como garantía de que enviarás el cabrito?—preguntó ella.


18 —¿Qué clase de garantía quieres?—respondió él.


Ella contestó:


—Déjame tu sello de identidad junto con su cordón, y el bastón que llevas.


Entonces Judá se los entregó. Después tuvo relaciones sexuales con ella, y Tamar quedó embarazada. 19 Luego ella regresó a su casa, se quitó el velo y se puso la ropa de viuda como de costumbre.


20 Más tarde Judá le pidió a su amigo Hira el adulamita que llevara el cabrito a la mujer y recogiera las cosas que le había dejado como garantía, pero Hira no pudo encontrarla. 21 Entonces preguntó a los hombres de ese lugar:


—¿Dónde puedo encontrar a la prostituta del templo local que se sentaba junto al camino, a la entrada de Enaim?


—Nunca hemos tenido una prostituta del templo aquí—contestaron ellos.


22 Entonces Hira regresó a donde estaba Judá y le dijo:


—No pude encontrarla por ninguna parte, y los hombres de la aldea afirman que nunca ha habido una prostituta del templo pagano en ese lugar.


23 —Entonces deja que se quede con las cosas que le di—dijo Judá—. Envié el cabrito, tal como acordamos, pero tú no pudiste encontrarla. Si regresamos a buscarla, seremos el hazmerreír del pueblo.


24 Unos tres meses después, le dijeron a Judá:


—Tu nuera Tamar se ha comportado como una prostituta y ahora, como consecuencia, está embarazada.


—¡Sáquenla y quémenla!—ordenó Judá.


25 Pero cuando la sacaban para matarla, ella envió el siguiente mensaje a su suegro: «El dueño de estas cosas fue quien me dejó embarazada. Fíjese bien. ¿De quién son este sello, este cordón y este bastón?».


26 Judá los reconoció enseguida y dijo:


—Ella es más justa que yo, porque no arreglé que ella se casara con mi hijo Sela.


Y Judá nunca más volvió a acostarse con Tamar.


27 Cuando llegó el tiempo de que Tamar diera a luz, se descubrió que esperaba gemelos. 28 Durante el parto, uno de los niños sacó la mano, entonces la partera le ató un hilo rojo en la muñeca y anunció: «Este salió primero». 29 Pero luego el niño metió la mano de vuelta, ¡y salió primero su hermano! Entonces la partera exclamó: «¡Vaya! ¿Cómo hiciste para abrirte brecha y salir primero?». Y lo llamaron Fares.[g] 30 Luego nació el niño que llevaba el hilo rojo en la muñeca, y lo llamaron Zera.[h]

Footnotes


37:3a En hebreo Israel; también en 37:13. Ver nota en 35:21.

37:3b Tradicionalmente se traduce un manto de muchos colores. El significado del hebreo es incierto.

37:26 En hebreo que cubrir su sangre.

37:28 En hebreo 20 [siclos], aproximadamente 228 gramos u 8 onzas.

37:35 En hebreo Descenderé al Seol.

37:36 En hebreo los medanitas. La relación entre los madianitas y los medanitas no es clara; comparar 37:28. Ver también 25:2.

38:29 Fares significa «abriendo brecha».

38:30 Zera significa «rojo» o «brillo».


Mateo 12:22-45

Nueva Traducción Viviente

Jesús y el príncipe de los demonios


22 Luego le llevaron a Jesús a un hombre ciego y mudo que estaba poseído por un demonio. Jesús sanó al hombre para que pudiera hablar y ver. 23 La multitud quedó llena de asombro, y preguntaba: «¿Será posible que Jesús sea el Hijo de David, el Mesías?».


24 Pero cuando los fariseos oyeron del milagro, dijeron: «Con razón puede expulsar demonios. Él recibe su poder de Satanás,[a] el príncipe de los demonios».


25 Jesús conocía sus pensamientos y les contestó: «Todo reino dividido por una guerra civil está condenado al fracaso. Una ciudad o una familia dividida por peleas se desintegrará. 26 Si Satanás expulsa a Satanás, está dividido y pelea contra sí mismo; su propio reino no sobrevivirá. 27 Entonces, si mi poder proviene de Satanás, ¿qué me dicen de sus propios exorcistas, quienes también expulsan demonios? Así que ellos los condenarán a ustedes por lo que acaban de decir. 28 Sin embargo, si yo expulso a los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado y está entre ustedes. 29 Pues, ¿quién tiene suficiente poder para entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes? Solo alguien aún más fuerte, alguien que pudiera atarlo y después saquear su casa.


30 »El que no está conmigo, a mí se opone, y el que no trabaja conmigo, en realidad, trabaja en mi contra.


31 »Por eso les digo, cualquier pecado y blasfemia pueden ser perdonados, excepto la blasfemia contra el Espíritu Santo, que jamás será perdonada. 32 El que hable en contra del Hijo del Hombre puede ser perdonado, pero el que hable contra el Espíritu Santo jamás será perdonado, ya sea en este mundo o en el que vendrá.


33 »A un árbol se le identifica por su fruto. Si el árbol es bueno, su fruto será bueno. Si el árbol es malo, su fruto será malo. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podrían hombres malvados como ustedes hablar de lo que es bueno y correcto? Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice. 35 Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. 36 Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. 37 Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».

La señal de Jonás


38 Un día, algunos maestros de la ley religiosa y algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron:


—Maestro, queremos que nos muestres alguna señal milagrosa para probar tu autoridad.


39 Jesús les respondió:


—Solo una generación maligna y adúltera exigiría una señal milagrosa; pero la única que les daré será la señal del profeta Jonás. 40 Así como Jonás estuvo en el vientre del gran pez durante tres días y tres noches, el Hijo del Hombre estará en el corazón de la tierra durante tres días y tres noches.


41 »El día del juicio los habitantes de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron de sus pecados al escuchar la predicación de Jonás. Ahora alguien superior a Jonás está aquí, pero ustedes se niegan a arrepentirse. 42 La reina de Saba[b] también se levantará contra esta generación el día del juicio y la condenará, porque vino de una tierra lejana para oír la sabiduría de Salomón. Ahora alguien superior a Salomón está aquí, pero ustedes se niegan a escuchar.


43 »Cuando un espíritu maligno[c] sale de una persona, va al desierto en busca de descanso, pero no lo encuentra. 44 Entonces dice: “Volveré a la persona de la cual salí”. De modo que regresa y encuentra su antigua casa vacía, barrida y en orden. 45 Entonces el espíritu busca a otros siete espíritus más malignos que él, y todos entran en la persona y viven allí. Y entonces esa persona queda peor que antes. Eso es lo que le ocurrirá a esta generación maligna.

Footnotes


12:24 En griego Beelzeboul; también en 12:27. Otros manuscritos dicen Beezeboul; la versión latina dice Beelzebú.

12:42 En griego La reina del sur.

12:43 En griego impuro.


Salmos 16

Nueva Traducción Viviente

Salmo[a] de David.


16 Mantenme a salvo, oh Dios,

    porque a ti he acudido en busca de refugio.


2

Le dije al Señor: «¡Tú eres mi dueño!

    Todo lo bueno que tengo proviene de ti».

3

¡Los justos de la tierra

    son mis verdaderos héroes!

    ¡Ellos son mi deleite!

4

A quienes andan detrás de otros dioses se les multiplican los problemas.

    No participaré en sus sacrificios de sangre;

    ni siquiera mencionaré los nombres de sus dioses.


5

Señor, solo tú eres mi herencia, mi copa de bendición;

    tú proteges todo lo que me pertenece.

6

La tierra que me has dado es agradable;

    ¡qué maravillosa herencia!


7

Bendeciré al Señor, quien me guía;

    aun de noche mi corazón me enseña.

8

Sé que el Señor siempre está conmigo.

    No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.


9

Con razón mi corazón está contento y yo me alegro;[b]

    mi cuerpo descansa seguro.

10

Pues tú no dejarás mi alma entre los muertos[c]

    ni permitirás que tu santo[d] se pudra en la tumba.

11

Me mostrarás el camino de la vida;

    me concederás la alegría de tu presencia

    y el placer de vivir contigo para siempre.[e]

Footnotes


16:TÍTULO En hebreo Mictam. Puede ser un término literario o musical.

16:9 La versión griega dice y mi lengua grita sus alabanzas. Comparar Hch 2:26.

16:10a En hebreo en el Seol.

16:10b O tu Santo.

16:11 La versión griega dice Me has mostrado el camino de la vida / y me llenarás con la alegría de tu presencia. Comparar Hch 2:28.


Proverbios 3:27-32

Nueva Traducción Viviente


27

No dejes de hacer el bien a todo el que lo merece,

    cuando esté a tu alcance ayudarlos.

28

Si puedes ayudar a tu prójimo hoy, no le digas:

    «Vuelve mañana y entonces te ayudaré».


29

No trames hacerle daño a tu vecino,

    porque los que viven cerca confían en ti.

30

No busques pelea sin motivo,

    cuando nadie te ha hecho daño.


31

No envidies a las personas violentas

    ni imites su conducta.

32

El Señor detesta a esa gente perversa;

    en cambio, ofrece su amistad a los justos.

Nueva Traducción Viviente (NTV)


La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.


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