Sunday, December 17, 2023

DAB Español, Lunes 18 de Diciembre

Día 352, DAB Español, Lunes 18 de Diciembre


Habacuc 1:1-3:19; Apocalipsis 9:1-21; Salmos 137; Proverbios 30:10 (Nueva Traducción Viviente (NTV))








Habacuc 1-3

Nueva Traducción Viviente


1 Este es el mensaje que el profeta Habacuc recibió en una visión.

Primera queja de Habacuc


2

¿Hasta cuándo debo pedir ayuda, oh Señor?

¡Pero tú no escuchas!

«¡Hay violencia por todas partes!», clamo,

pero tú no vienes a salvar.

3

¿Tendré siempre que ver estas maldades?

¿Por qué debo mirar tanta miseria?

Dondequiera que mire,

veo destrucción y violencia.

Estoy rodeado de gente

que le encanta discutir y pelear.

4

La ley se ha estancado

y no hay justicia en los tribunales.

Los perversos suman más que los justos,

de manera que la justicia se ha corrompido.

Respuesta del Señor


5 El Señor respondió:


«Observen las naciones;

¡mírenlas y asómbrense![a]

Pues estoy haciendo algo en sus propios días,

algo que no creerían

aun si alguien les dijera.

6

Estoy levantando a los babilonios,[b]

un pueblo cruel y violento.

Marcharán por todo el mundo

y conquistarán otras tierras.

7

Son reconocidos por su crueldad

y hacen lo que se les antoja.

8

Sus caballos son más veloces que guepardos[c]

y más feroces que lobos al anochecer.

Sus jinetes arremeten desde lejos.

Como águilas, se lanzan en picada para devorar a sus presas.


9

»Vienen sin tregua, decididos a la violencia.

Sus multitudes avanzan como el viento del desierto,

barriendo cautivos a su paso como si fueran arena.

10

Se burlan de reyes y príncipes

y menosprecian todas sus fortalezas.

¡Simplemente hacen rampas de tierra

contra las murallas y las toman por asalto!

11

Arrasan como el viento

y desaparecen.

Pero son profundamente culpables,

porque hicieron de su propia fuerza un dios».

Segunda queja de Habacuc


12

Oh Señor mi Dios, Santo mío, tú que eres eterno,

¡no puede ser que estés planeando acabar con nosotros!

Oh Señor, nuestra Roca, tú has enviado a los babilonios para corregirnos

y castigarnos por nuestros muchos pecados.

13

Pero tú eres puro y no soportas ver la maldad.

¿Serás indiferente ante la traición de ellos?

¿Guardarás silencio mientras los perversos

se tragan a gente más justa que ellos?


14

¿Somos tan solo peces para ser capturados y matados?

¿Somos simples criaturas del mar que no tienen quien las guíe?

15

¿Tenemos que terminar ensartados en sus ganchos

y atrapados en sus redes, mientras ellos se alegran y celebran?

16

Entonces adorarán a sus redes

y quemarán incienso frente a ellas.

«¡Estas redes son los dioses

que nos han hecho ricos!», exclamarán.

17

¿Permitirás que se salgan con la suya para siempre?

¿Tendrán siempre éxito en sus conquistas despiadadas?

2 Subiré a mi torre de vigilancia

y montaré guardia.

Allí esperaré hasta ver qué dice el Señor

y cómo responderá[d] a mi queja.

Respuesta del Señor


2 Entonces el Señor me dijo:


«Escribe mi respuesta con claridad en tablas,

para que un corredor pueda llevar a otros el mensaje sin error.

3

Esta visión es para un tiempo futuro.

Describe el fin, y este se cumplirá.

Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia,

porque sin lugar a dudas sucederá.

No se tardará.


4

»¡Mira a los orgullosos!

Confían en sí mismos y sus vidas están torcidas.

Pero el justo vivirá por su fidelidad a Dios.[e]

5

La riqueza es traicionera[f]

y los arrogantes nunca están tranquilos.

Abren la boca tan grande como una tumba,[g]

y como la muerte nunca están satisfechos.

En su avaricia juntaron a muchas naciones

y devoraron a muchos pueblos.


6

»Pronto sus cautivos se burlarán de ellos.

Se mofarán, diciendo:

“¡Qué aflicción les espera, ladrones!

¡Ahora tendrán su merecido!

Se hicieron ricos por medio de la extorsión,

pero ¿cuánto tiempo puede durar esto?”.

7

De repente tus deudores tomarán medidas.

Se volverán en tu contra y te quitarán todo lo que tienes,

mientras que tú te quedarás temblando e impotente.

8

Debido a que saqueaste a muchas naciones,

ahora todos los sobrevivientes te saquearán a ti.

Cometiste asesinatos por toda la tierra

y llenaste los pueblos de violencia.


9

»¡Qué aflicción te espera a ti que construyes mansiones

con dinero deshonesto!

Crees que tu riqueza comprará seguridad

y así pondrás el nido familiar fuera de peligro.

10

Sin embargo, por causa de los asesinatos que cometiste,

deshonraste tu nombre y te costó la vida.

11

Hasta las piedras de los muros gritan contra ti

y las vigas de los techos le hacen eco a la queja.


12

»¡Qué aflicción te espera a ti que construyes ciudades

con el dinero adquirido mediante el crimen y la corrupción!

13

¿No ha prometido el Señor de los Ejércitos Celestiales

que las riquezas de las naciones se convertirán en cenizas?

¡Se esfuerzan mucho,

pero todo es en vano!

14

Así como las aguas llenan el mar,

la tierra se llenará del conocimiento

de la gloria del Señor.


15

»¡Qué aflicción te espera a ti que emborrachas a tus vecinos!

Los obligas a beber

para regodearte de la vergüenza de su desnudez.

16

Sin embargo, pronto te llegará el turno de ser deshonrado.

¡Ven, bebe y demuestra tu desnudez[h]!

Bebe de la copa del juicio del Señor

y toda tu gloria se convertirá en vergüenza.

17

Derribaste los bosques del Líbano.

Ahora serás derribado.

Destruiste los animales salvajes;

¡ahora el terror de ellos será el tuyo!

Cometiste asesinatos por toda la tierra

y llenaste los pueblos de violencia.


18

»¿De qué sirve un ídolo tallado por hombres

o una imagen fundida que te engaña?

¡Qué necio es confiar en algo elaborado por tus propias manos,

un dios que ni siquiera puede hablar!

19

¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera:

“Despierten y sálvennos!”.

A imágenes de piedra, mudas, dices:

“¡Levántense y enséñennos!”.

¿Podrá un ídolo decirte qué hacer?

Aunque estén recubiertos de oro y plata,

por dentro no tienen vida.

20

Pero el Señor está en su santo templo.

Que toda la tierra guarde silencio delante de él».

Oración de Habacuc


3 Esta oración fue entonada por el profeta Habacuc:[i]


2

«He oído todo acerca de ti, Señor.

Estoy maravillado por tus hechos asombrosos.

En este momento de profunda necesidad,

ayúdanos otra vez como lo hiciste en el pasado.

Y en tu enojo,

recuerda tu misericordia.


3

»¡Veo a Dios cruzando el desierto de Edom;[j]

el Santo viene desde el monte Parán![k]

Su brillante esplendor llena los cielos,

y la tierra se llena de su alabanza.

4

Su llegada es tan radiante como la salida del sol.

Rayos de luz salen de sus manos,

donde se esconde su imponente poder.

5

La pestilencia marcha delante de él;

la plaga lo sigue de cerca.

6

Cuando él se detiene, la tierra se estremece.

Cuando mira, las naciones tiemblan.

Él derrumba las montañas perpetuas

y arrasa las antiguas colinas.

¡Él es el Eterno![l]

7

Veo al pueblo de Cusán en angustia

y a la nación de Madián temblando de terror.


8

»¿Estabas enojado, Señor, cuando golpeaste los ríos

y dividiste el mar?

¿Estabas disgustado con ellos?

¡No! ¡Enviabas tus carros de salvación!

9

Blandiste tu arco

y tu aljaba de flechas.

Partiste la tierra con caudalosos ríos.

10

Las montañas observaron y temblaron.

Avanzaron las tempestuosas aguas.

Las profundidades del mar rugieron

levantando sus manos en sumisión.

11

El sol y la luna se detuvieron en el cielo

cuando volaron tus radiantes flechas

y brilló tu deslumbrante lanza.


12

»Con enojo marchaste a través de la tierra

y con furor pisoteaste las naciones.

13

Saliste a rescatar a tu pueblo elegido,

a salvar a tus ungidos.

Aplastaste las cabezas de los perversos

y descarnaste sus huesos de pies a cabeza.

14

Con sus propias armas

destruiste al jefe de los que

se lanzaron como un torbellino,

pensando que Israel sería presa fácil.

15

Pisoteaste el mar con tus caballos

y las potentes aguas se amontonaron.


16

»Al oír esto, me estremecí por dentro;

mis labios temblaron de miedo.

Se me doblaron las piernas, caí[m]

y temblé de terror.

Esperaré en silencio el día venidero

cuando la catástrofe golpee al pueblo invasor.

17

Aunque las higueras no florezcan

y no haya uvas en las vides,

aunque se pierda la cosecha de oliva

y los campos queden vacíos y no den fruto,

aunque los rebaños mueran en los campos

y los establos estén vacíos,

18

¡aun así me alegraré en el Señor!

¡Me gozaré en el Dios de mi salvación!

19

¡El Señor Soberano es mi fuerza!

Él me da pie firme como al venado,[n]

capaz de pisar sobre las alturas».


(Para el director del coro: esta oración se acompaña con instrumentos de cuerda).

Footnotes


1:5 La versión griega dice Miren, ustedes burlones; / miren y asómbrense y mueran. Comparar Hch 13:41.

1:6 O caldeos.

1:8 O leopardos.

2:1 Igual que en la versión siríaca; en hebreo dice responderé.

2:3b-4 La versión griega dice Aunque la visión se demora, espera con paciencia, / porque sin lugar a dudas vendrá y no se demorará. / 4 No me complaceré con nadie que se aleje. / Pero el justo vivirá por mi fe. Comparar Rm 1:17; Ga 3:11; Hb 10:37-38.

2:5a Así aparece en los Rollos del mar Muerto: 1QpHab; otros manuscritos hebreos dicen El vino es traicionero.

2:5b En hebreo como el Seol.

2:16 Los Rollos del mar Muerto, la versión griega y la siríaca dicen y tambalea!

3:1 El texto hebreo incluye según sigionot; probablemente indica el arreglo musical para la oración.

3:3a En hebreo Temán.

3:3b El hebreo incluye selah; también en 3:9, 13. El significado de este término hebreo es incierto; probablemente es un término musical o literario.

3:6 O A él le pertenecen los caminos antiguos.

3:16 En hebreo La descomposición entró en mis huesos.

3:19 O Él me da la velocidad de un venado.


Apocalipsis 9

Nueva Traducción Viviente

La quinta trompeta trae el primer terror


9 Entonces el quinto ángel tocó su trompeta, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y a la estrella se le dio la llave del pozo del abismo sin fondo.[a] 2 Cuando lo abrió, salió humo como si fuera de un gran horno, y la luz del sol y el aire se oscurecieron debido al humo.


3 Entonces del humo salieron langostas y descendieron sobre la tierra, y se les dio poder para picar como escorpiones. 4 Se les ordenó que no dañaran la hierba ni las plantas ni los árboles, sino solamente a las personas que no tuvieran el sello de Dios en la frente. 5 Se les ordenó que no las mataran, sino que las torturaran durante cinco meses con un dolor similar al dolor que causa la picadura del escorpión. 6 Durante esos días, las personas buscarán la muerte, pero no la encontrarán; desearán morir, ¡pero la muerte escapará de ellas!


7 Las langostas parecían caballos preparados para la batalla. Llevaban lo que parecían coronas de oro sobre la cabeza, y las caras parecían humanas. 8 Su cabello era como el de una mujer, y tenían dientes como los del león. 9 Llevaban puestas armaduras de hierro, y sus alas rugían como un ejército de carros de guerra que se apresura a la batalla. 10 Tenían colas que picaban como escorpiones, y durante cinco meses tuvieron el poder para atormentar a la gente. 11 Su rey es el ángel del abismo sin fondo; su nombre—el Destructor—en hebreo es Abadón y en griego es Apolión.


12 El primer terror ya pasó, pero mira, ¡vienen dos terrores más!

La sexta trompeta trae el segundo terror


13 Entonces el sexto ángel tocó su trompeta, y oí una voz que hablaba desde los cuatro cuernos del altar de oro que está en la presencia de Dios. 14 Y la voz le dijo al sexto ángel, que tenía la trompeta: «Suelta a los cuatro ángeles que están atados en el gran río Éufrates». 15 Entonces los cuatro ángeles que habían sido preparados para esa hora, ese día, ese mes y ese año, fueron desatados para matar a la tercera parte de toda la gente de la tierra. 16 Oí que su ejército estaba formado por doscientos millones de tropas a caballo.


17 Así en mi visión, vi los caballos y a los jinetes montados sobre ellos. Los jinetes llevaban puesta una armadura de color rojo fuego, azul oscuro y amarillo. La cabeza de los caballos era como la de un león, y de la boca les salía fuego, humo y azufre ardiente. 18 La tercera parte de toda la gente de la tierra murió a causa de estas tres plagas: el fuego, el humo y el azufre ardiente que salían de la boca de los caballos. 19 El poder de estos caballos estaba en la boca y en la cola, pues sus colas tenían cabezas como de serpiente, con el poder para herir a la gente.


20 Sin embargo, los que no murieron en esas plagas aun así rehusaron arrepentirse de sus fechorías y volverse a Dios. Siguieron rindiendo culto a demonios y a ídolos hechos de oro, plata, bronce, piedra y madera, ¡ídolos que no pueden ni ver ni oír ni caminar! 21 Esa gente no se arrepintió de sus asesinatos ni de su brujería ni de su inmoralidad sexual ni de sus robos.

Footnotes


9:1 O del abismo, o del averno; también en 9:11.


Salmos 137

Nueva Traducción Viviente


137 Junto a los ríos de Babilonia, nos sentamos y lloramos

al pensar en Jerusalén.[a]

2

Guardamos las arpas,

las colgamos en las ramas de los álamos.

3

Pues nuestros captores nos exigían que cantáramos;

los que nos atormentaban insistían en un himno de alegría:

«¡Cántennos una de esas canciones acerca de Jerusalén!».

4

¿Pero cómo podemos entonar las canciones del Señor

mientras estamos en una tierra pagana?


5

Si me olvido de ti, oh Jerusalén,

que mi mano derecha se olvide de cómo tocar el arpa.

6

Que la lengua se me pegue al paladar

si dejo de recordarte,

si no hago de Jerusalén mi mayor alegría.


7

Oh Señor, recuerda lo que hicieron los edomitas

el día en que los ejércitos de Babilonia tomaron a Jerusalén.

«¡Destrúyanla!—gritaron—.

¡Allánenla hasta reducirla a escombros!».

8

Oh Babilonia, serás destruida;

feliz será el que te haga pagar

por lo que nos has hecho.

9

¡Feliz será el que tome a tus bebés

y los estrelle contra las rocas!

Footnotes


137:1 En hebreo Sion; también en 137:3.


Proverbios 30:10

Nueva Traducción Viviente


10

Nunca difames al empleado ante su patrón,

porque te maldecirá, y sufrirás las consecuencias.

Nueva Traducción Viviente (NTV)


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