Friday, December 8, 2023

DAB Español, Sábado 09 de Diciembre

Día 343, DAB Español, Sábado 09 de Diciembre


Joel 1:1-3:21; Apocalipsis 1:1-20; Salmos 128; Proverbios 29:18 (Nueva Biblia de las Américas (NBLA))








Joel 1-3

Nueva Biblia de las Américas

La plaga de langostas


1 Palabra del Señor que vino a Joel, hijo de Petuel.


2

Oigan esto, ancianos,

Y presten oído, habitantes todos de la tierra.

¿Ha acontecido cosa semejante en sus días,

O en los días de sus padres?

3

Cuéntenselo a los hijos de ustedes,

Y sus hijos a los suyos,

Y sus hijos a la siguiente generación.


4

Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;

Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;

Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.

5

Despierten, borrachos, y lloren,

Y giman todos los que beben vino,

A causa del vino dulce

Que les quitan de la boca.

6

Porque una nación ha subido contra mi tierra,

Poderosa e innumerable;

Sus dientes son dientes de león,

Y tiene colmillos de leona.

7

Ha hecho de mi vid una desolación,

Y astillas de mi higuera.

Del todo las ha descortezado y derribado;

Sus ramas se han vuelto blancas.


8

Laméntate como virgen ceñida de cilicio

Por el esposo de su juventud.

9

Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación

De la casa del Señor.

Están de duelo los sacerdotes,

Los ministros del Señor.

10

El campo está asolado,

La tierra está de duelo,

Porque el grano está arruinado,

El vino nuevo se seca,

Y el aceite virgen se pierde.

11

Avergüéncense, labradores,

Giman, viñadores,

Por el trigo y la cebada,

Porque la cosecha del campo se ha perdido.

12

La vid se seca,

Y se marchita la higuera;

También el granado, la palmera y el manzano,

Todos los árboles del campo se secan.

Ciertamente se seca la alegría

De los hijos de los hombres.


13

Cíñanse de cilicio,

Y laméntense, sacerdotes;

Giman, ministros del altar.

Vengan, pasen la noche ceñidos de cilicio,

Ministros de mi Dios,

Porque sin ofrenda de cereal y sin libación

Ha quedado la casa de su Dios.

14

Promulguen ayuno,

Convoquen asamblea;

Congreguen a los ancianos

Y a todos los habitantes de la tierra

En la casa del Señor su Dios,

Y clamen al Señor.

15

¡Ay de ese día!

Porque está cerca el día del Señor,

Y vendrá como destrucción del Todopoderoso[a].

16

¿No ha sido suprimido el alimento de delante de nuestros ojos,

Y la alegría y el regocijo de la casa de nuestro Dios?

17

Las semillas se han secado bajo los terrones;

Los almacenes han sido asolados,

Los graneros derribados

Porque se secó el grano.

18

¡Cómo muge el ganado!

Andan vagando las manadas de vacas

Porque no hay pasto para ellas;

Hasta los rebaños de ovejas sufren.

19

A Ti clamo, oh Señor,

Porque el fuego ha devorado los pastos del desierto,

Y la llama ha consumido todos los árboles del campo.

20

Aun las bestias del campo braman por Ti,

Porque se han secado los arroyos de agua,

Y el fuego ha devorado los pastos del desierto.

El día terrible del Señor


2 Toquen trompeta en Sión,

Y suenen alarma en Mi santo monte.

Tiemblen todos los habitantes de la tierra,

Porque viene el día del Señor;

Ciertamente está cercano,

2

Día de tinieblas y densas sombras,

Día nublado y de densa oscuridad.

Como la aurora sobre los montes, se extiende

Un pueblo grande y poderoso;

Nunca ha habido nada semejante a él,

Ni tampoco lo habrá después

Por años de muchas generaciones.

3

Delante de él consume el fuego,

Y detrás de él abrasa la llama.

Como el huerto del Edén es la tierra delante de él;

Y detrás de él, un desierto desolado,

Y de él nada escapa.

4

Como aspecto de caballos es su aspecto,

Y como corceles de guerra, así corren.

5

Como estrépito de carros

Saltan sobre las cumbres de los montes,

Como el crepitar de llama de fuego que consume la hojarasca,

Como pueblo poderoso dispuesto para la batalla.

6

Ante él tiemblan los pueblos,

Palidecen todos los rostros.

7

Como valientes corren,

Como soldados escalan la muralla;

Cada uno marcha por su camino,

Y no se desvían de sus sendas.

8

No se aprietan uno contra otro,

Cada cual marcha por su calzada;

Y cuando irrumpen por las defensas,

No rompen las filas.

9

Se lanzan sobre la ciudad,

Corren por la muralla,

Suben a las casas,

Entran por las ventanas como ladrones.

10

Ante ellos tiembla la tierra,

Se estremecen los cielos,

El sol y la luna se oscurecen,

Y las estrellas pierden su resplandor.

11

El Señor da Su voz delante de Su ejército,

Porque es inmenso Su campamento,

Porque poderoso es el que ejecuta Su palabra.

Grande y terrible es en verdad el día del Señor,

¿Y quién podrá soportarlo?

Invitación al arrepentimiento


12

«Aun ahora», declara el Señor,

«Vuelvan a Mí de todo corazón,

Con ayuno, llanto y lamento.

13

Rasguen su corazón y no sus vestidos».

Vuelvan ahora al Señor su Dios,

Porque Él es compasivo y clemente,

Lento para la ira, abundante en misericordia,

Y se arrepiente de infligir el mal.

14

¿Quién sabe si reconsidere y se apiade,

Y deje tras sí bendición,

Es decir, ofrenda de cereal y libación

Para el Señor su Dios?

15

Toquen trompeta en Sión,

Promulguen ayuno, convoquen asamblea.

16

Reúnan al pueblo, santifiquen la asamblea,

Congreguen a los ancianos,

Reúnan a los pequeños y a los niños de pecho.

Salga el novio de su aposento

Y la novia de su alcoba.

17

Entre el pórtico y el altar,

Lloren los sacerdotes, ministros del Señor,

Y digan: «Perdona, oh Señor, a Tu pueblo,

Y no entregues Tu heredad al oprobio,

A la burla entre las naciones.

¿Por qué han de decir entre los pueblos:

“Dónde está su Dios?”».

Misericordia del Señor


18

Entonces el Señor se llenará de celo por Su tierra,

Y tendrá piedad de Su pueblo.

19

El Señor responderá a Su pueblo:

«Yo les enviaré grano, vino nuevo y aceite,

Y se saciarán de ello,

Y nunca más los entregaré al oprobio entre las naciones.

20

Al ejército del norte lo alejaré de ustedes

Y lo echaré a una tierra árida y desolada,

Su vanguardia hacia el mar oriental,

Y su retaguardia hacia el mar occidental.

Y ascenderá su hedor y subirá su fetidez,

Porque ha hecho cosas terribles».


21

No temas, oh tierra, regocíjate y alégrate,

Porque el Señor ha hecho grandes cosas.

22

No teman, bestias del campo,

Porque los pastos del desierto han reverdecido,

Porque el árbol ha dado su fruto,

La higuera y la vid han producido en abundancia.

23

Hijos de Sión, regocíjense

Y alégrense en el Señor su Dios;

Porque Él les ha dado la lluvia temprana[b] para su vindicación,

Y les ha hecho descender la lluvia,

La lluvia temprana y la tardía[c] como en el principio.

24

Y las eras se llenarán de grano,

Y las tinajas rebosarán de vino nuevo y de aceite virgen.

25

«Entonces los compensaré por los años

En que devoraban la langosta,

El pulgón, el saltón y la oruga,

Mi gran ejército, que envié contra ustedes.

26

Tendrán mucho que comer y se saciarán,

Y alabarán el nombre del Señor su Dios,

Que ha obrado maravillosamente con ustedes;

Y nunca jamás será avergonzado Mi pueblo.

27

Y sabrán que en medio de Israel estoy Yo,

Y que Yo soy el Señor su Dios

Y no hay otro.

Nunca jamás será avergonzado Mi pueblo.

Derramamiento del espíritu de Dios


28

»[d]Y sucederá que después de esto,

Derramaré Mi Espíritu sobre toda carne;

Y sus hijos y sus hijas profetizarán,

Sus ancianos soñarán sueños,

Sus jóvenes verán visiones.

29

Y aun sobre los siervos y las siervas

Derramaré Mi Espíritu en esos días.

30

Haré prodigios en el cielo y en la tierra:

Sangre, fuego y columnas de humo.

31

El sol se convertirá en tinieblas,

Y la luna en sangre,

Antes que venga el día del Señor, grande y terrible.

32

Y todo aquel que invoque el nombre del Señor

Será salvo;

Porque en el monte Sión y en Jerusalén

Habrá salvación,

Como ha dicho el Señor,

Y entre los sobrevivientes estarán los que el Señor llame.

Juicio de las naciones


3 [e]»Porque en aquellos días y en aquel tiempo,

Cuando Yo restaure el bienestar[f] de Judá y Jerusalén,

2

Reuniré a todas las naciones,

Y las haré bajar al valle de Josafat.

Y allí entraré en juicio con ellas

A favor de Mi pueblo y Mi heredad, Israel,

A quien ellas esparcieron entre las naciones,

Y repartieron Mi tierra.

3

También echaron suertes sobre Mi pueblo,

Cambiaron un niño por una ramera,

Y vendieron una niña por vino para poder beber.


4 »Además, Tiro, Sidón y todas las regiones de Filistea ¿qué tienen ustedes que ver conmigo? ¿Acaso se quieren vengar de Mí? Si de esta manera se vengan de Mí, bien pronto haré volver su venganza sobre su cabeza. 5 Por cuanto han tomado Mi plata y Mi oro, y se han llevado Mis valiosos tesoros a sus templos, 6 y han vendido los hijos de Judá y Jerusalén a los griegos para alejarlos de su territorio, 7 Yo los levantaré del lugar donde los vendieron, y devolveré su venganza sobre su cabeza. 8 También venderé sus hijos y sus hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a los sabeos, a una nación lejana», porque el Señor lo ha dicho.


9

Proclamen esto entre las naciones:

Prepárense para la guerra, despierten a los valientes;

Acérquense, suban todos los soldados.

10

Forjen espadas de sus rejas de arado

Y lanzas de sus podaderas;

Diga el débil: «Fuerte soy».

11

Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor,

Y reúnanse allí.

Haz descender, oh Señor, a Tus valientes.

12

Despiértense y suban las naciones

Al valle de Josafat,

Porque allí me sentaré a juzgar

A todas las naciones de alrededor.

13

Metan la hoz, porque la cosecha está madura;

Vengan, pisen, que el lagar está lleno;

Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad.

14

Multitudes de multitudes en el valle de la decisión.

Porque cerca está el día del Señor en el valle de la decisión.

15

El sol y la luna se oscurecen,

Y las estrellas pierden su resplandor.

16

El Señor ruge desde Sión

Y desde Jerusalén da Su voz,

Y tiemblan los cielos y la tierra.

Pero el Señor es refugio para Su pueblo

Y fortaleza para los israelitas.

17

Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios,

Que habito en Sión, Mi santo monte.

Y Jerusalén será santa,

Y los extranjeros no pasarán más por ella.

Restauración de Judá


18

Y sucederá que en aquel día

Los montes destilarán vino dulce,

Las colinas fluirán leche,

Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas;

Brotará un manantial de la casa del Señor

Y regará el valle de Sitim.

19

Egipto será una desolación,

Y Edom será un desierto desolado,

Por la violencia hecha a los hijos de Judá,

En cuya tierra han derramado sangre inocente.

20

Pero Judá será habitada para siempre,

Y Jerusalén por todas las generaciones.

21

Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado,

Pues el Señor habita en Sión.

Footnotes


Joel 1:15 Heb. Shaddai.

Joel 2:23 I.e. de otoño.

Joel 2:23 I.e. de primavera.

Joel 2:28 En el texto heb. cap. 3:1.

Joel 3:1 En el texto heb. cap. 4:1.

Joel 3:1 O haga volver a los cautivos.


Apocalipsis 1

Nueva Biblia de las Américas

La revelación de Jesucristo


1 La Revelación[a] de Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Él la dio a conocer[b] enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan, 2 quien dio testimonio de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo, y de todo lo que vio. 3 Bienaventurado[c] el que lee y los que oyen las palabras de la profecía y guardan las cosas que están escritas en ella, porque el tiempo está cerca.

Saludo a las siete iglesias


4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia[d]: Gracia y paz a ustedes, de parte de Aquel que es y que era y que ha de venir, y de parte de los siete Espíritus que están delante de Su trono, 5 y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libertó[e] de nuestros pecados con[f] Su sangre, 6 e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para Dios, Su Padre[g], a Él sea la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén. 7 Él viene con las nubes, y todo ojo lo verá, aun los que lo traspasaron; y todas las tribus[h] de la tierra harán lamentación por Él. Sí. Amén.


8 «Yo soy el Alfa y la Omega[i]», dice el Señor Dios, «el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso».

Visión de Cristo


9 Yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús. 10 Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, 11 que decía[j]: «Escribe en un libro[k] lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».


12 Entonces me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo, y al volverme, vi siete candelabros de oro. 13 En medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre[l], vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. 14 Su cabeza y Sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve. Sus ojos eran como una llama de fuego. 15 Sus pies se parecían al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y Su voz como el ruido de muchas aguas. 16 En Su mano derecha tenía siete estrellas, y de Su boca salía una espada aguda de dos filos. Su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza.


17 Cuando lo vi, caí como muerto a Sus pies. Y Él puso Su mano derecha sobre mí, diciendo: «No temas, Yo soy el Primero y el Último, 18 y el que vive, y estuve muerto. Pero ahora estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades[m]. 19 Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de estas. 20 En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en Mi mano derecha y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles[n] de las siete iglesias, y los siete candelabros son las siete iglesias.

Footnotes


Apocalipsis 1:1 Gr. Apocalipsis.

Apocalipsis 1:1 O la manifestó.

Apocalipsis 1:3 O Feliz.

Apocalipsis 1:4 I.e. provincia occidental romana de Asia Menor.

Apocalipsis 1:5 Algunos mss. dicen: lavó.

Apocalipsis 1:5 O en.

Apocalipsis 1:6 O Dios y su Padre.

Apocalipsis 1:7 I.e. linajes, razas.

Apocalipsis 1:8 Algunos mss. agregan: el principio y el fin.

Apocalipsis 1:11 Algunos mss. agregan: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.

Apocalipsis 1:11 O rollo.

Apocalipsis 1:13 O a un hijo de hombre.

Apocalipsis 1:18 I.e. región de los muertos.

Apocalipsis 1:20 O mensajeros.


Salmos 128

Nueva Biblia de las Américas

Bienaventuranza del que teme a Dios

Cántico de ascenso gradual.


128 Bienaventurado todo aquel que teme al Señor,

Que anda en Sus caminos.

2

Cuando comas del trabajo de tus manos,

Dichoso serás y te irá bien.

3

Tu mujer será como fecunda vid

En el interior de tu casa;

Tus hijos como plantas de olivo

Alrededor de tu mesa.

4

Así será bendecido el hombre

Que teme al Señor.


5

El Señor te bendiga desde Sión,

Veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,

6

Y veas a los hijos de tus hijos.

¡Paz sea sobre Israel!

Proverbios 29:18

Nueva Biblia de las Américas


18

Donde no hay visión[a], el pueblo se desenfrena,

Pero bienaventurado es el que guarda la ley.

Footnotes


Proverbios 29:18 O revelación.


Nueva Biblia de las Américas (NBLA)


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