Tuesday, December 26, 2023

DAB Español, Miércoles 27 de Diciembre

Día 361, DAB Español, Miércoles 27 de Diciembre


Zacarías 10:1-11:17; Apocalipsis 18:1-24; Salmos 146; Proverbios 30:33 (Nueva Versión Internacional (NVI))








Zacarías 10-11

Nueva Versión Internacional

El Señor cuidará de Judá


10 ¡Pídanle al Señor que llueva en primavera!

¡Él es quien hace los nubarrones

y envía los aguaceros!

¡Él es quien da a todos

la hierba del campo!

2

Los ídolos[a] con maldad hablan mentiras,

los adivinos tienen sueños falsos;

hablan de visiones falsas

y consuelan con discursos sin sentido.

El pueblo vaga como rebaño afligido

porque carece de pastor.


3

«Se enciende mi ira contra los pastores;

castigaré a esos líderes.

Ciertamente el Señor de los Ejércitos

cuida de Judá, que es su rebaño,

y lo convertirá en su corcel de honor

el día de la batalla.

4

De Judá saldrán la piedra angular

y la estaca de la tienda de campaña,

el arco de guerra y todo gobernante.

5

Juntos serán como guerreros

que combaten sobre el lodo de las calles,

que luchan contra jinetes y los derriban

porque el Señor está con ellos.


6

»Yo fortaleceré a Judá

y salvaré a las tribus de José.

Yo los restauraré

porque tengo compasión de ellos.

Será como si nunca los hubiera rechazado,

porque yo soy el Señor su Dios,

y les responderé.

7

Efraín se volverá como un guerrero

y su corazón se alegrará

como si tomara vino.

Sus hijos lo verán y se pondrán felices;

su corazón se alegrará en el Señor.

8

Les daré una señal y los reuniré.

Ciertamente los redimiré

y serán tan numerosos como antes.

9

Aunque los dispersé entre los pueblos,

en tierras remotas se acordarán de mí.

Aunque vivieron allí con sus hijos,

regresarán a su tierra.

10

Los traeré de Egipto,

los recogeré de Asiria.

Los llevaré a Galaad y al Líbano

y ni aún así tendrán espacio suficiente.

11

Cruzarán el mar de la angustia,

pero yo golpearé sus olas

y las profundidades del Nilo se secarán.

Abatiré el orgullo de Asiria

y pondré fin al dominio de Egipto.

12

Yo mismo los fortaleceré

y caminarán en mi nombre»,

afirma el Señor.


11 ¡Abre tus puertas, Líbano,

para que el fuego devore tus cedros!

2

¡Gime tú, ciprés, porque los cedros se han caído

y los majestuosos árboles se han derrumbado!

¡Giman, encinas de Basán!

¡Los tupidos bosques han sido derribados!

3

Escuchen el gemido de los pastores,

porque sus ricos pastizales han sido destruidos.

Escuchen el rugido de los leones,

porque la espesura del Jordán ha quedado devastada.

Los dos pastores


4 Así dice el Señor mi Dios: «Cuida de las ovejas destinadas al matadero. 5 Quienes las compran las matan impunemente y quienes las venden dicen: “¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecido!”. Ni sus propios pastores se compadecen de ellas. 6 Pero ya no tendré piedad de los que habitan este país —afirma el Señor—, sino que los entregaré en manos de su prójimo y de su rey. Aunque devasten el país, no los rescataré de sus manos».


7 Así que me dediqué a pastorear las ovejas que habían sido destinadas al matadero, las oprimidas del rebaño. Tomé dos varas de pastor: a una le puse por nombre Gracia y a la otra Unión. Luego me dediqué a cuidar del rebaño. 8 En un solo mes me deshice de tres pastores.


Pero las ovejas me detestaron y yo me cansé de ellas. 9 Así que les dije:[b] «Ya no voy a ser su pastor. Las que se vayan a morir, que se mueran; las que deban perecer, que perezcan; y las que queden con vida, que se devoren unas a otras».


10 Tomé entonces la vara a la que había llamado Gracia y la quebré. De ese modo anulé el pacto que había hecho con todas las naciones. 11 En aquel mismo día, el pacto quedó anulado. Las ovejas oprimidas que me observaban supieron que se trataba de la palabra del Señor.


12 Les dije: «Si les parece bien, páguenme mi salario; de lo contrario, quédense con él». Y me pagaron solo treinta piezas de plata.[c]


13 Entonces el Señor me dijo: «¡Vaya precio con el que me han valorado! Entrega eso al alfarero». Así que tomé las treinta piezas de plata y se las di al alfarero del Templo del Señor.


14 Quebré luego la segunda vara, a la que había llamado Unión, y anulé el vínculo fraternal entre Judá e Israel. 15 El Señor me dijo entonces: «Vístete ahora como uno de esos pastores insensatos, 16 porque voy a levantar sobre el país a un pastor que no se preocupará por las ovejas moribundas, ni buscará a las ovejas pequeñas, ni curará a las ovejas heridas, ni dará de comer a las ovejas sanas, sino que devorará a las más gordas y les arrancará las pezuñas».


17

¡Ay del pastor inútil

que abandona su rebaño!

¡Que la espada hiera su brazo

y le saque el ojo derecho!

¡Que el brazo quede tullido

y el ojo derecho, ciego!

Footnotes


10:2 ídolos. Lit. terafines.

11:8-9 me cansé … les dije. Alt. me cansé de los pastores, y ellos se hastiaron de mí. 9 Así que les dije a las ovejas.

11:12 treinta piezas de plata. Lit. treinta [siclos] de plata.


Apocalipsis 18

Nueva Versión Internacional

La caída de Babilonia


18 Después de esto vi a otro ángel que bajaba del cielo. Tenía mucho poder y la tierra se iluminó con su esplendor. 2 Gritó a gran voz:


«¡Ha caído! ¡Ha caído la gran Babilonia!

Se ha convertido en morada de demonios

y en guarida de todo espíritu maligno,

en nido de toda ave impura y de todo animal detestable.

3

Porque todas las naciones han bebido

el excitante vino de su adulterio;

los reyes de la tierra cometieron adulterio con ella

y los comerciantes de la tierra se enriquecieron

a costa de lo que ella despilfarraba en sus lujos».


4 Luego oí otra voz del cielo que decía:


«Salgan de ella, pueblo mío,

para que no sean cómplices de sus pecados

ni los alcance ninguna de sus plagas;

5

pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo

y de sus injusticias se ha acordado Dios.

6

Páguenle con la misma moneda;

denle el doble de lo que ha cometido,

y en la misma copa en que ella preparó bebida

mézclenle una doble porción.

7

En la medida en que ella se entregó a la vanagloria y al arrogante lujo

denle tormento y aflicción;

porque en su corazón se jacta:

“Estoy sentada como reina;

no soy viuda ni sufriré jamás”.

8

Por eso, en un solo día le sobrevendrán sus plagas:

pestilencia, aflicción y hambre.

Será consumida por el fuego,

porque poderoso es el Señor Dios que la juzga».


9 Cuando los reyes de la tierra que cometieron adulterio con ella y compartieron su lujo vean el humo del fuego que la consume, llorarán de dolor por ella. 10 Aterrorizados al ver semejante castigo, se mantendrán a distancia y gritarán:


«¡Ay! ¡Ay de ti, la gran ciudad,

Babilonia, ciudad poderosa,

porque en una sola hora ha llegado tu juicio!».


11 Los comerciantes de la tierra llorarán y harán duelo por ella, porque ya no habrá quien compre sus mercaderías: 12 artículos de oro, plata, piedras preciosas y perlas; tela de lino fino, color púrpura, telas de seda y color escarlata; toda clase de maderas aromáticas; los más variados objetos, hechos de marfil, de madera preciosa, de bronce, de hierro y de mármol; 13 cargamentos de canela y especias aromáticas; de incienso, mirra y perfumes; de vino y aceite; de harina refinada y trigo; de ganado vacuno y de ovejas; de caballos y carruajes; y hasta de seres humanos, vendidos como esclavos.


14 Y dirán: «Se ha apartado de ti el fruto que con toda el alma codiciabas. Has perdido todas tus cosas suntuosas y espléndidas, y nunca las recuperarás». 15 Los comerciantes que vendían estas mercaderías y se habían enriquecido a costa de ella se mantendrán a distancia, aterrorizados al ver semejante castigo. Llorarán y harán lamentación:


16

«¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad,

vestida de tela de lino fino, de color púrpura y escarlata,

adornada con oro, piedras preciosas y perlas,

17

porque en una sola hora ha quedado destruida toda su riqueza!».


Todos los capitanes de barco, los pasajeros, los marineros y todos los que viven del mar se detendrán a lo lejos. 18 Al ver el humo del fuego que la consume, exclamarán: «¿Qué otra ciudad podría compararse con esta gran ciudad?». 19 Se echaron polvo en la cabeza, llorando y lamentándose a gritos:


«¡Ay! ¡Ay de la gran ciudad

con cuya opulencia se enriquecieron

todos los dueños de flotas navieras!

¡En una sola hora ha quedado destruida!


20

»¡Alégrate, oh cielo, por lo que le ha sucedido!

¡Alégrense también ustedes, creyentes, apóstoles y profetas!,

porque Dios, al juzgarla,

les ha hecho justicia».


21 Entonces un ángel poderoso levantó una piedra del tamaño de una gran rueda de molino y la arrojó al mar diciendo:


«Así también tú, Babilonia, gran ciudad,

serás derribada con la misma violencia

y desaparecerás de la faz de la tierra.

22

Jamás volverá a oírse en ti

la música de los cantantes

y de arpas, flautas y trompetas.

Jamás volverá a hallarse en ti

ningún tipo de artesano.

Jamás volverá a oírse en ti

el ruido de la rueda de molino.

23

Jamás volverá a brillar en ti

la luz de ninguna lámpara.

Jamás volverá a sentirse en ti

la voz del novio y de la novia.

Porque tus comerciantes

eran los magnates del mundo,

porque con tus hechicerías

engañaste a todas las naciones,

24

porque en ti se halló sangre de profetas y de creyentes

y de todos los que han sido asesinados en la tierra».

Salmos 146

Nueva Versión Internacional


146 ¡Aleluya!


Alaba, alma mía, al Señor.


2

Alabaré al Señor toda mi vida;

mientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios.


3

No pongan su confianza en gente poderosa,

en simples mortales, que no pueden salvar.

4

Exhalan el espíritu y vuelven al polvo,

y ese mismo día se arruinan sus planes.

5

Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob,

cuya esperanza está en el Señor su Dios,

6

que hizo el cielo y la tierra,

el mar y todo lo que hay en ellos

y que siempre mantiene la verdad.

7

El Señor hace justicia a los oprimidos,

da de comer a los hambrientos

y pone en libertad a los cautivos.

8

El Señor da vista a los ciegos,

el Señor levanta a los agobiados,

el Señor ama a los justos.

9

El Señor protege al extranjero

y sostiene al huérfano y a la viuda,

pero frustra los planes de los malvados.


10

¡Oh Sión, que el Señor reine para siempre!

¡Que tu Dios reine por todas las generaciones!


¡Aleluya!

Proverbios 30:33

Nueva Versión Internacional


33

que batiendo la leche se obtiene mantequilla,

que sonándose fuerte sangra la nariz

y que provocando la ira se acaba peleando».

Nueva Versión Internacional (NVI)


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