Saturday, March 6, 2021

DAB Español, Domingo 07 de Marzo


Día 065, DAB Español, Domingo 07 de Marzo

Números 8:1-9:23; Marcos 13:14-37; Salmos 50; Proverbios 10:29-30 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Números 8-9

La Palabra (Hispanoamérica)

 

8 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

 

2 — Habla a Aarón y dile: Cuando enciendas las lámparas del candelabro, haz que sus siete lámparas alumbren hacia la parte delantera del mismo.

 

3 Aarón lo hizo así: encendió las lámparas hacia la parte delantera del candelabro, como el Señor había mandado a Moisés. 4 El candelabro estaba hecho de oro labrado a martillo; desde la peana hasta las flores que lo adornaban, todo se labró a martillo. Se hizo conforme al modelo que el Señor había mostrado a Moisés en una visión.

 

5 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

 

6 — Separa a los levitas de en medio de los israelitas y haz que se purifiquen. 7 El ritual de purificación será como sigue: rocía sobre ellos el agua de la purificación, haz que se afeiten todo el cuerpo y que laven sus vestidos, quedando así purificados. 8 Que tomen un novillo con la correspondiente ofrenda de cereal —flor de harina amasada con aceite—; por tu parte, tomarás otro novillo como ofrenda de purificación. 9 Harás que los levitas vengan ante la Tienda del encuentro, reunirás a toda la comunidad israelita 10 y, una vez que todos los levitas estén en presencia del Señor, haz que los israelitas pongan sus manos sobre ellos. 11 Entonces Aarón presentará los levitas al Señor mediante el rito de la elevación para que, como ofrenda de los israelitas, se dediquen al servicio del Señor. 12 Los levitas pondrán entonces sus manos sobre la cabeza de los novillos, de los cuales uno será ofrecido como ofrenda de purificación, y el otro como holocausto en honor del Señor, para hacer expiación por los levitas.

 

13 Pondrás a los levitas bajo la vigilancia de Aarón y de sus hijos, y los presentarás en ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación. 14 Separarás así a los levitas del resto de Israel y serán míos. 15 Así pues, una vez que los levitas hayan sido purificados y presentados como ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación, quedarán cualificados para oficiar en la Tienda del encuentro. 16 Porque ellos me han sido dados, verdaderamente dados separándolos de entre los israelitas; los he reservado para mí en sustitución de todo primer nacido, en lugar de todo primogénito israelita. 17 Porque mío es todo primogénito israelita, así de personas como de animales; yo los consagré para mí desde el día que herí a los primogénitos egipcios. 18 Ahora, pues, me reservo a los levitas en sustitución de todos los primogénitos de Israel; 19 asigno formalmente los levitas a Aarón y a sus descendientes para que oficien en la Tienda del encuentro de parte de los israelitas y para que hagan expiación por ellos. De este modo no tendrán los israelitas que entrar en el santuario y ningún castigo se abatirá sobre ellos.

 

20 Moisés, Aarón y toda la comunidad israelita cumplieron puntualmente todo lo que mandó el Señor a Moisés acerca de los levitas. 21 Los levitas se purificaron y lavaron sus vestidos; por su parte Aarón los presentó en ofrenda al Señor mediante el rito de la elevación, haciendo expiación por ellos para dejarlos así purificados. 22 Después de lo cual los levitas quedaron cualificados para ejercer su ministerio en la Tienda del encuentro bajo la vigilancia de Aarón y sus hijos. Se hizo, pues, con los levitas lo que, al respecto, el Señor había mandado a Moisés.

Límites de edad para el ministerio de los levitas

 

23 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

 

24 — Esta es la reglamentación para los levitas: los mayores de veinticinco años podrán ejercer su ministerio al servicio de la Tienda del encuentro; 25 pero a partir de los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio y nunca más lo ejercerán. 26 Podrán, sí, asistir a sus hermanos levitas en la Tienda del encuentro para montar guardia, pero no realizarán ningún otro servicio. Estas serán las normas que tendrás en cuenta en relación con el ministerio de los levitas.

Celebración de la Pascua y partida (9,1—10,10)

La Pascua

 

9 El Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año después de la salida de Egipto, en el mes primero del año, y le dijo:

 

2 — Que los israelitas celebren la Pascua a su tiempo. 3 La celebrarán ustedes a su debido tiempo el décimo cuarto día de este mes, al anochecer, ajustándose a todos sus ritos y costumbres.

 

4 Mandó, pues, Moisés a los israelitas que celebraran la Pascua; 5 y así lo hicieron ellos el día catorce del primer mes, al anochecer, en el desierto de Sinaí. Tal como el Señor había mandado a Moisés, así procedieron los israelitas. 6 Pero hubo algunos que estaban impuros por haber tocado un cadáver, y no pudieron celebrar la Pascua aquel día. Los afectados se presentaron aquel mismo día a Moisés y a Aarón 7 y les dijeron:

 

— Es verdad que nosotros estamos impuros por haber tocado un cadáver, pero ¿por qué se nos va a privar de presentar la ofrenda al Señor a su tiempo como los demás israelitas?

 

8 Moisés les respondió:

 

— Esperen y déjenme conocer lo que dispone el Señor acerca de ustedes.

 

9 Y el Señor dijo a Moisés:

 

10 — Dirígete a los israelitas y diles: Cuando alguno de ustedes o de sus descendientes esté impuro por haber tocado un cadáver o se encuentre lejos haciendo un viaje, si quiere celebrar la Pascua en honor del Señor, 11 la celebrará el día catorce del segundo mes, al anochecer. La comerán con panes sin levadura y hierbas amargas; 12 no dejarán nada del animal sacrificado para el día siguiente ni quebrarán uno solo de sus huesos. Se ajustarán estrictamente en todo al ritual de la Pascua. 13 Pero si alguien que está en estado de pureza y no se encuentra de viaje rehúsa celebrar la Pascua, tal persona será extirpada de su pueblo. Por no haber presentado a su debido tiempo la ofrenda en honor del Señor, cargará con las consecuencias de su pecado. 14 Y cuando el extranjero que reside entre ustedes, quiera celebrar la Pascua en honor del Señor, deberá hacerlo conforme a las normas rituales de la Pascua. Tendrán un mismo rito tanto para el extranjero como para el ciudadano del país.

La nube de fuego

 

15 El día que fue erigida la Morada, es decir, la Tienda del testimonio, la nube cubrió la Morada. Desde el anochecer hasta la mañana, la nube que cubría la Morada tenía una apariencia de fuego. 16 Así sucedía permanentemente: la nube cubría la Morada durante el día mientras que por la noche parecía como un fuego. 17 Cuando se alzaba la nube por encima de la Tienda, los israelitas partían; y en el lugar donde la nube se detenía, allí acampaban los israelitas. 18 A la señal del Señor los israelitas partían, y a la señal del Señor acampaban; permanecían acampados todo el tiempo que la nube permanecía sobre la Morada. 19 Cuando la nube permanecía sobre la Morada durante mucho tiempo, los israelitas obedecían el mandato del Señor y no partían. 20 Si sólo permanecía sobre la Morada unos pocos días, igualmente a la señal del Señor acampaban, y a la señal del Señor partían. 21 A veces la nube permanecía sólo desde el anochecer hasta la mañana; en tal caso los israelitas partían tan pronto como la nube se levantaba por la mañana. Fuera de día o de noche, cuando la nube se levantaba, ellos partían. 22 Daba lo mismo que fueran dos días, un mes o un año; mientras la nube permanecía sobre la Morada, los israelitas permanecían acampados y no se movían; solamente cuando la nube se levantaba, ellos partían. 23 A la señal del Señor acampaban y a la señal del Señor partían, obedeciendo así la señal del Señor, tal como el Señor lo había mandado por medio de Moisés.

Marcos 13:14-37

La Palabra (Hispanoamérica)

La gran tribulación (Mt 24,15-28; Lc 21,20-24)

 

14 Cuando vean que el ídolo abominable de la destrucción está en el lugar donde no debe estar (medite en esto el que lo lea), entonces los que estén en Judea huyan a las montañas; 15 el que esté en la azotea no baje ni entre en casa a recoger ninguna de sus cosas; 16 el que esté en el campo no regrese ni siquiera para recoger su manto. 17 ¡Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos días estén criando! 18 Oren para que todo esto no suceda en invierno, 19 porque aquellos días serán de un sufrimiento tal como no lo ha habido desde que el mundo existe, cuando Dios lo creó , hasta ahora, ni volverá a haberlo jamás. 20 Si el Señor no acortara ese tiempo, nadie podría salvarse. Pero él lo abreviará por causa de los que ha elegido. 21 Si alguien les dice entonces: “Mira, aquí está el Mesías” o “Mira, está allí”, no se lo crean. 22 Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán señales milagrosas y prodigios con objeto de engañar, si fuera posible, incluso a los que Dios ha elegido. 23 ¡Tengan cuidado! Se lo advierto todo de antemano.

La venida del Hijo del hombre (Mt 24,29-31; Lc 21,25-28)

 

24 Cuando hayan pasado los sufrimientos de aquellos días, el sol se oscurecerá y la luna perderá su brillo; 25 las estrellas caerán del cielo y las fuerzas celestes se estremecerán. 26 Entonces se verá llegar al Hijo del hombre en las nubes con gran poder y gloria. 27 Y él enviará a los ángeles para que convoquen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, del confín de la tierra hasta el confín del cielo.

El ejemplo de la higuera (Mt 24,32-35; Lc 21,29-33)

 

28 Fíjense en el ejemplo de la higuera: cuando ustedes ven que sus ramas se ponen tiernas y comienzan a brotarles las hojas, saben que el verano está cerca. 29 Pues de la misma manera, cuando vean esto que les anuncio, deben saber que el fin está cerca, a las puertas. 30 Les aseguro que no pasará la actual generación hasta que todo esto acontezca. 31 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Invitación a la vigilancia (Mt 24,36-44; 25,13)

 

32 En cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo ni el Hijo. Solamente el Padre lo sabe. 33 Por tanto, procuren estar despiertos, porque no saben cuándo llegará el momento. 34 Es como alguien que, al ausentarse de su casa, confía a sus criados la administración de ella; a cada uno lo hace responsable de su propia obligación, y al portero le encarga que vigile bien. 35 Estén, pues, vigilantes también ustedes, porque no saben cuándo va a llegar el señor de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o de madrugada. 36 ¡Que no los encuentre dormidos, aunque venga de improviso! 37 Y esto que les digo a ustedes, se lo digo a todos: ¡Estén vigilantes!

Salmos 50

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 50 (49)

Es Dios el que juzga

 

50 Salmo de Asaf.

El Señor, el Dios de dioses,

habló y convocó a la tierra

desde el levante al poniente.

2

Desde Sión, toda hermosa,

Dios se ha mostrado.

3

Ya viene nuestro Dios, no callará;

un fuego devorador lo precede,

a su alrededor estalla la tormenta.

4

Desde la altura convoca a cielos

y tierra para juzgar a su pueblo:

5

“Congréguenme ustedes a mis fieles

que con un sacrificio sellaron mi alianza”.

6

Los cielos proclaman su justicia

porque es Dios mismo el que juzga. [ Pausa]

7

Escucha, pueblo mío, y hablaré;

Israel, contra ti yo testifico:

“Yo soy Dios, tu Dios.

8

No te reprendo por tus sacrificios,

pues tus holocaustos están siempre ante mí.

9

No tomaré el becerro de tu casa

ni el macho cabrío de tus corrales,

10

pues mías son las fieras del bosque

y el ganado de los montes de pastoreo;

11

conozco cada ave de las montañas

y los animales del campo son míos.

12

Si tuviera hambre no te lo diría,

pues mía es la tierra y cuanto la llena.

13

¿Acaso como yo carne de toros

o bebo la sangre de machos cabríos?

14

Ofrece a Dios sacrificios de alabanza

y cumple tus promesas al Altísimo.

15

Invócame en tiempo de angustia,

yo te salvaré y tú me darás gloria”.

16

Pero al malvado Dios le dice:

“¿Por qué proclamas mis normas

y tienes en tu boca mi alianza,

17

tú que odias la instrucción,

tú que desprecias mis palabras?

18

Si ves un ladrón corres con él,

con los adúlteros te mezclas;

19

tu boca arroja maldad,

urde calumnias tu lengua.

20

Te sientas y hablas contra tu hermano,

a tu propio hermano deshonras.

21

Esto haces, ¿me quedaré callado?

¿Piensas que soy como tú?

Yo te acuso, ante ti lo declaro”.

22

Entiéndanlo bien los que olvidan a Dios,

no sea que los destruya y nadie los salve.

23

Quien ofrece un sacrificio de alabanza me da gloria:

al de conducta integra le haré ver la salvación de Dios.

Proverbios 10:29-30

La Palabra (Hispanoamérica)

 

29

El camino del Señor es refugio para el recto,

ruina para los malhechores.

30

El justo siempre se mantendrá firme,

los malvados no habitarán la tierra.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

 

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

 

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