Monday, March 8, 2021

DAB Español, Martes 09 de Marzo

Día 067, DAB Español, Martes 09 de Marzo

Números 11:24-13:33; Marcos 14:22-52; Salmos 52; Proverbios 11:1-3 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









Números 11:24-13:33

La Palabra (Hispanoamérica)

 

24 Moisés salió y comunicó al pueblo las palabras del Señor. Luego reunió a setenta hombres de los ancianos del pueblo y los hizo situarse alrededor de la Tienda. 25 Acto seguido el Señor descendió en la nube y le habló; tomó luego parte del espíritu que poseía Moisés y se lo infundió a los setenta ancianos. Y cuando el espíritu entró en ellos, se pusieron a hablar como profetas, cosa que no volvió a repetirse.

 

26 Dos hombres, uno llamado Eldad y el otro Medad, que habían permanecido en el campamento, se vieron también invadidos por el espíritu; estaban entre los elegidos, pero no habían acudido a la Tienda, a pesar de lo cual comenzaron a hablar como profetas en el campamento. 27 Un joven corrió y dio aviso a Moisés, diciendo:

 

— Eldad y Medad están actuando como profetas en el campamento.

 

28 Entonces Josué, hijo de Nun y ayudante de Moisés desde su juventud, intervino diciendo:

 

— Señor mío Moisés, ¡detenlos!

 

29 Pero Moisés le respondió:

 

— ¿Estás celoso por mí? Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta y el Señor les infundiera su espíritu.

 

30 Dicho esto, Moisés regresó al campamento junto con los ancianos de Israel.

Las codornices

 

31 El Señor levantó un viento que trajo bandadas de codornices desde la región marítima, y las arrojó junto al campamento, aleteando a un metro del suelo en un radio de una jornada de camino. 32 El pueblo se dedicó a recoger codornices todo aquel día, toda la noche y todo el día siguiente. El que menos codornices recogió, lo hizo en una gran cantidad y las tendieron alrededor del campamento. 33 Aún tenían la carne entre los dientes, sin acabar de masticarla, cuando la cólera del Señor estalló contra el pueblo y lo hirió el Señor con una terrible plaga. 34 El lugar se llamó Kibrot-Hatavá, por cuanto allí fueron sepultados los culpables de glotonería.

 

35 Luego el pueblo partió de Kibrot-Hatavá hacia Jaserot.

Críticas de María y Aarón

 

12 Entonces María y Aarón criticaron a Moisés porque se había casado con una mujer cusita. Decían:

 

2 — ¿Ha hablado el Señor solamente a través de Moisés? ¿No ha hablado también por medio de nosotros? Y el Señor lo oyó. 3 Moisés era un hombre muy humilde; no había sobre la tierra otro más humilde que él. 4 Así que de pronto llamó el Señor a Moisés, a Aarón y a María y les dijo:

 

— ¡Acudan ustedes tres a la Tienda del encuentro!

 

Y así lo hicieron. 5 Entonces el Señor descendió en una columna de nube, se detuvo a la entrada de la Tienda y llamó a Aarón y a María. Se acercaron ambos 6 y el Señor les dijo:

 

— Oigan mis palabras. Cuando un profeta surja entre ustedes, yo, el Señor, me revelaré a él en visiones y hablaré con él por medio de sueños; 7 no así con mi siervo Moisés a quien he confiado toda mi casa. 8 Con él hablo cara a cara, claramente y sin enigmas, mientras él contempla mi semblante. ¿Cómo, pues, se han atrevido a criticar a Moisés, mi siervo?

 

9 Estalló entonces contra ellos la cólera del Señor; y se fue. 10 Al apartarse la nube de la Tienda, María se encontró cubierta de lepra, toda ella blanca como la nieve. Aarón la miró y vio que estaba toda cubierta de lepra. 11 Y dijo Aarón a Moisés:

 

— ¡Ah! señor mío, no nos tengas en cuenta este pecado que neciamente hemos cometido. 12 Te ruego no quede ella como el aborto que, al salir del vientre de su madre, nace ya medio consumido.

 

13 Entonces Moisés suplicó al Señor, diciéndole:

 

— ¡Te ruego, oh Dios, que la sanes!

 

14 Pero el Señor respondió a Moisés:

 

— Si su padre la hubiera escupido en el rostro, ¿no cargaría con su vergüenza durante siete días? Pues que permanezca durante siete días fuera del campamento; después se reintegrará a la comunidad.

 

15 Permaneció María esos siete días fuera del campamento; y el pueblo no prosiguió su marcha hasta que María volvió con ellos. 16 Seguidamente el pueblo partió de Jaserot y fue a acampar en el desierto de Parán.

En Cadés y su entorno (13,1—20,13)

Exploración de la tierra de Canaán

 

13 Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

 

2 — Envía hombres, uno por cada tribu paterna y que tenga la condición de jefe, para que exploren la tierra de Canaán que yo voy a dar al pueblo de Israel.

 

3 Así lo hizo Moisés: conforme al mandato del Señor, envió desde el desierto de Parán a exploradores, todos ellos jefes entre los israelitas, 4 y cuyos nombres eran:

 

De la tribu de Rubén: Samúa, hijo de Zacur. 5 De la tribu de Simeón: Safat, hijo de Jorí. 6 De la tribu de Judá: Caleb, hijo de Jefuné. 7 De la tribu de Isacar: Igal, hijo de José. 8 De la tribu de Efraín: Oseas, hijo de Nun. 9 De la tribu de Benjamín: Paltí, hijo de Rafú. 10 De la tribu de Zabulón: Gadiel, hijo de Sodí. 11 De la tribu de Manasés —por la tribu de José—: Gadí, hijo de Susí. 12 De la tribu de Dan: Amiel, hijo de Guemalí. 13 De la tribu de Aser: Setur, hijo de Micael. 14 De la tribu de Neftalí, Najbi, hijo de Vapsí. 15 De la tribu de Gad: Gueuel, hijo de Maquí.

 

16 Estos son los nombres de los que Moisés envió a explorar la tierra. A Oseas, hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso por nombre Josué. 17 Al enviarlos a explorar la tierra de Canaán, les dijo Moisés:

 

— Suban por el Négueb, lleguen a la zona montañosa, 18 y observen qué tipo de tierra es; vean si el pueblo que la habita es fuerte o débil, si son pocos o muchos, 19 si la tierra que habitan es buena o mala; comprueben si sus ciudades están o no están amuralladas, 20 si su terreno es fértil o baldío, si tiene o no tiene árboles. Pórtense valerosamente y traigan algún fruto del país.

 

Era el tiempo de las primeras uvas. 21 Subieron los exploradores y recorrieron la tierra desde el desierto de Sin hasta Rejob, en Lebó-Jamat. 22 Remontaron el Négueb y llegaron hasta Hebrón, donde vivían Ajimán, Sesay y Talmay, del clan de los anaquitas. (Hebrón había sido fundada siete años antes que lo fuera Soán en Egipto). 23 Llegaron hasta el valle de Escol y allí cortaron un sarmiento con un racimo de uvas que, valiéndose de un palo, tenían que llevar entre dos; recogieron también algunas granadas e higos. 24 Y se llamó aquel lugar valle de Escol, por el racimo que allí cortaron los israelitas.

El informe de los exploradores

 

25 Al término de los cuarenta días concluyeron la exploración de la tierra. 26 Se dirigieron directamente a Moisés y a Aarón, y a toda la comunidad israelita que acampaba en Cadés —en el desierto de Parán—, les dieron cuenta de la misión realizada y les mostraron los frutos de la tierra. 27 Esto es lo que les dijeron:

 

— Hemos recorrido la tierra a la que nos enviaste, una tierra que ciertamente mana leche y miel; y estos son sus frutos. 28 Sin embargo, el pueblo que habita esa tierra es fuerte, y sus ciudades son grandes y fortificadas; además hemos visto allí a descendientes de Anac. 29 Los amalecitas habitan en el Négueb; los hititas, los jebuseos y los amorreos habitan en la montaña; los cananeos, por su parte, ocupan la franja costera y la ribera del Jordán.

 

30 Entonces Caleb impuso silencio al pueblo en presencia de Moisés y dijo:

 

— Subamos con decisión y apoderémonos de esa tierra, pues somos más poderosos que ellos.

 

31 Pero los hombres que habían subido con Caleb le replicaron:

 

— No podremos vencer a ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros.

 

32 Y difundieron entre los israelitas falsos informes acerca de la tierra que habían explorado, diciéndoles:

 

— La tierra que hemos recorrido y explorado es una tierra que devora a sus habitantes. Todo la gente que vimos en ella es de gran estatura; 33 también vimos allí nefilitas, (los descendientes de Anac provienen de los nefilitas). Nosotros, a su lado, teníamos la impresión de ser como saltamontes, y eso mismo les parecíamos a ellos.

Marcos 14:22-52

La Palabra (Hispanoamérica)

La cena del Señor (Mt 26,26-30; Lc 22,14-23; 1 Co 11,23-25)

 

22 Durante la cena, Jesús tomó pan, bendijo a Dios, lo partió y se lo dio diciendo:

 

— Tomen, esto es mi cuerpo.

 

23 Tomó luego en sus manos una copa, dio gracias a Dios y la pasó a sus discípulos. Y bebieron todos de ella. 24 Él les dijo:

 

— Esto es mi sangre, la sangre de la alianza, que va a ser derramada en favor de todos. 25 Les aseguro que no volveré a beber de este fruto de la vid hasta el día aquel en que beba un vino nuevo en el reino de Dios.

 

26 Cantaron después el himno y salieron hacia el monte de los Olivos.

Jesús predice la negación de Pedro (Mt 26,31-35; Lc 22,31-34; Jn 13,36-38)

 

27 Jesús les dijo:

 

— Todos me van a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. 28 Pero después de mi resurrección iré delante de ustedes a Galilea.

 

29 Pedro le dijo:

 

— ¡Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré!

 

30 Jesús le contestó:

 

— Te aseguro que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces.

 

31 Pedro insistió, asegurando:

 

— ¡Yo no te negaré, aunque tenga que morir contigo!

 

Y lo mismo decían todos los demás.

Oración de Jesús en Getsemaní (Mt 26,36-46; Lc 22,39-46)

 

32 Llegados al lugar llamado Getsemaní, Jesús dijo a sus discípulos:

 

— Quédense aquí sentados mientras yo voy a orar.

 

33 Se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y comenzó a sentirse atemorizado y angustiado. 34 Les dijo:

 

— Me está invadiendo una tristeza de muerte. Quédense aquí y manténganse vigilantes.

 

35 Se adelantó unos pasos más y, postrándose en tierra, oró pidiéndole a Dios que, si era posible, pasara de él aquel trance. 36 Decía:

 

— ¡Abba, Padre, todo es posible para ti! Líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.

 

37 Volvió entonces y, al encontrar dormidos a los discípulos, dijo a Pedro:

 

— Simón, ¿duermes? ¿Ni siquiera has podido velar una hora? 38 Manténganse vigilantes y oren para que no desfallezcan en la prueba. Es cierto que tienen buena voluntad, pero les faltan las fuerzas.

 

39 Otra vez se alejó de ellos y oró diciendo lo mismo. 40 Regresó de nuevo a donde estaban los discípulos y volvió a encontrarlos dormidos, pues tenían los ojos cargados de sueño. Y no supieron qué contestarle. 41 Cuando volvió por tercera vez, les dijo:

 

— ¿Aún siguen durmiendo y descansando? ¡Ya basta! Ha llegado la hora: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores. 42 Levántense, vámonos. Ya está aquí el que me va a entregar.

Jesús es arrestado (Mt 26,47-56; Lc 22,47-53; Jn 18,1-12)

 

43 Todavía estaba Jesús hablando cuando se presentó Judas, uno de los Doce. Venía acompañado de un tropel de gente armada con espadas y garrotes, que habían sido enviados por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos. 44 Judas, el traidor, les había dado esta contraseña:

 

— Aquel a quien yo bese, ese es. Aprésenlo y llévenselo bien sujeto.

 

45 Al llegar, se acercó en seguida a Jesús y le dijo:

 

— ¡Maestro!

 

Y lo besó. 46 Los otros, por su parte, echando mano a Jesús, lo apresaron. 47 Uno de los que estaban con él sacó la espada y, de un golpe, le cortó una oreja al criado del sumo sacerdote. 48 Jesús, entonces, tomó la palabra y les dijo:

 

— ¿Por qué han venido a arrestarme con espadas y garrotes como si fuera un ladrón? 49 Todos los días he estado entre ustedes enseñando en el Templo, y no me han arrestado. Pero así debe ser para que se cumplan las Escrituras.

 

50 Y todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. 51 Un muchacho, cubierto sólo con una sábana, iba siguiendo a Jesús. También quisieron echarle mano; 52 pero él, desprendiéndose de la sábana, huyó desnudo.

Salmos 52

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 52 (51)

¿Cómo te jactas del mal?

 

52 Al maestro del coro. Poema de David. 2 Cuando vino Doeg el edomita a decirle a Saúl: “David ha ido a casa de Ajimélec”.

 

3

¿Por qué, engreído, te jactas del mal

si el amor de Dios es constante?

4

Tú maquinas maldades,

tu lengua, afilada navaja,

difunde calumnias.

5

Prefieres el mal al bien,

la mentira a la sinceridad.

6

Amas la palabra que destruye

y es engañosa tu lengua.

7

Dios te aniquilará para siempre,

te expulsará, te sacará de tu tienda,

te arrancará de la tierra de los vivos. [ Pausa]

8

Y los justos lo verán asustados

y empezarán a reírse de él:

9

“Mira, esta es la persona

que no hizo de Dios su fortaleza,

que confió en su inmensa riqueza,

que se refugió en su maldad.”

10

Pero yo soy frondoso olivo

en la morada de Dios

y por siempre jamás

confío en su amor.

11

Yo siempre te alabaré

por lo que has hecho

y proclamaré tu buen nombre

ante los que te son fieles.

Proverbios 11:1-3

La Palabra (Hispanoamérica)

 

11 El Señor detesta las balanzas trucadas

y aprueba el peso exacto.

2

La arrogancia acarrea deshonra,

la humildad trae sabiduría.

3

La rectitud guía a los honrados,

la perversión arruina a los desleales.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

 

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

 

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Sábado 11 de Mayo

Día 132, DAB Español, Sábado 11 de Mayo 1 Samuel 10:1-11:15; Juan 6:43-71; Salmos 107; Proverbios 15:1-3 (Reina Valera Contemporánea (RVC)) ...