Sunday, March 27, 2022

DAB Español, Lunes 28 de Marzo

Día 087, DAB Español, Lunes 28 de Marzo


Deuteronomio 9:1-10:22; Lucas 8:4-21; Salmos 69:19-36; Proverbios 12:2-3 (Nueva Traducción Viviente (NTV))









Deuteronomio 9-10

Nueva Traducción Viviente

Victoria por la gracia de Dios

9 »¡Escucha, Israel! Hoy estás a punto de cruzar el río Jordán para tomar posesión de la tierra que pertenece a naciones más grandes y más poderosas que tú. ¡Viven en ciudades con murallas que llegan hasta el cielo! 2 Los habitantes son altos y fuertes, son descendientes de los famosos gigantes anaceos. Has escuchado que se dice: “¿Quién puede hacer frente a los anaceos?”. 3 Pero reconoce hoy que el Señor tu Dios es el que cruzará delante de ti como un fuego devorador para destruirlos. Él los subyugará para que los conquistes rápidamente y los expulses enseguida, tal como el Señor te prometió.

4 »Después de que el Señor tu Dios haya hecho eso por ti, no digas en tu corazón: “¡El Señor nos ha dado esta tierra porque somos muy buena gente!”. No, no es así. Es por la perversión de las otras naciones que él las quita de tu camino. 5 No es porque seas tan bueno o porque tengas tanta integridad que estás a punto de poseer la tierra de ellas. El Señor tu Dios expulsará a esas naciones de tu paso a causa de la perversidad de ellas y para cumplir el juramento que les hizo a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 6 Debes reconocer que el Señor tu Dios no te da esa buena tierra porque tú seas bueno. No, porque no lo eres; eres un pueblo terco.

El becerro de oro

7 »Recuerda y no olvides jamás cómo hiciste enojar al Señor tu Dios en el desierto. Desde el día que saliste de Egipto hasta ahora, vienes rebelándote constantemente contra él. 8 Hasta en el monte Sinaí[a] le provocaste tanto enojo que estaba dispuesto a destruirte. 9 Eso sucedió cuando yo estaba en el monte recibiendo las tablas de piedra grabadas con las palabras del pacto que el Señor había hecho contigo. Estuve allí cuarenta días y cuarenta noches, y durante todo ese tiempo no probé alimento ni bebí agua. 10 El Señor me dio las dos tablas en las que Dios había escrito con su propio dedo todas las palabras que te había hablado desde en medio del fuego cuando estabas reunido al pie del monte.

11 »Pasados los cuarenta días y las cuarenta noches, el Señor me entregó las dos tablas de piedra grabadas con las palabras del pacto. 12 Luego el Señor me dijo: “¡Levántate! Baja enseguida, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. ¡Qué pronto se apartaron de la forma en que les ordené que vivieran! ¡Fundieron oro y se hicieron un ídolo!”.

13 »El Señor también me dijo: “He visto lo terco y lo rebelde que es este pueblo. 14 Quítate del medio, para que lo destruya y borre su nombre de la faz de la tierra. Luego haré una nación poderosa con tus descendientes, una nación más fuerte y numerosa que esta gente”.

15 »Así que, mientras el monte seguía ardiendo en llamas, di la vuelta y comencé a bajar; en las manos llevaba las dos tablas de piedra grabadas con las condiciones del pacto. 16 Abajo, ante mis ojos, pude ver que ustedes habían pecado contra el Señor su Dios. Habían fundido oro y se habían hecho un becerro. ¡Qué pronto se apartaron del camino que el Señor les había ordenado seguir! 17 Entonces tomé las tablas de piedra y las tiré al suelo, y se partieron en pedazos a la vista de todos.

18 »Luego me postré hasta el suelo delante del Señor y estuve allí otros cuarenta días y cuarenta noches. No comí pan ni bebí agua, debido al pecado tan grande que ustedes habían cometido al hacer lo que el Señor odiaba, con lo cual provocaron su enojo. 19 Tuve miedo de que ese enojo tan intenso del Señor, que lo volvió en contra de ustedes, lo llevara a destruirlos; pero una vez más, él me escuchó. 20 El Señor estaba tan enojado con Aarón que también quería destruirlo a él; pero oré por Aarón, y el Señor le perdonó la vida. 21 Así que tomé el pecado de ustedes—o sea, el becerro que habían hecho—, lo derretí en el fuego y luego lo molí hasta que quedó hecho polvo, y después lo arrojé en el arroyo que baja del monte.

22 »Ustedes también hicieron enojar al Señor en Taberá,[b] en Masá[c] y en Kibrot-hataava.[d] 23 Además, en Cades-barnea, el Señor les ordenó que salieran, diciendo: “Suban y tomen la tierra que les he dado”. Pero ustedes se rebelaron contra la orden del Señor su Dios y se negaron a confiar en él y a obedecerlo. 24 Así es, vienen rebelándose contra el Señor desde que los conozco.

25 »Por esa razón, me postré hasta el suelo delante del Señor y estuve allí durante cuarenta días y cuarenta noches, porque el Señor dijo que iba a destruirlos. 26 Oré al Señor y dije: “Oh Señor Soberano, no los destruyas; son tu propio pueblo. Son tu posesión más preciada, los que redimiste de Egipto con tu gran poder y tu mano fuerte. 27 Te ruego que no les tomes en cuenta su terquedad ni su terrible pecado, y que recuerdes, en cambio, a tus siervos Abraham, Isaac y Jacob. 28 Si tú destruyes a este pueblo, los egipcios van a decir: ‘Los israelitas murieron porque el Señor no pudo llevarlos a la tierra que había prometido darles’. O también podrían decir: ‘Los destruyó porque los odiaba; los llevó al desierto a propósito para aniquilarlos’. 29 Pero los israelitas son tu pueblo y tu posesión más preciada, los que sacaste de Egipto con tu gran fuerza y tu brazo poderoso”.

Nueva copia del pacto

10 »En aquel tiempo, el Señor me dijo: “Talla dos tablas de piedra como las primeras. Y haz también un arca de madera, un cofre sagrado para guardarlas. Sube al monte para encontrarte conmigo, 2 y yo escribiré en las tablas las mismas palabras que había en las que hiciste pedazos. Luego coloca las tablas dentro del arca”.

3 »Así que hice un arca con madera de acacia y tallé dos tablas de piedra como las primeras. Luego subí al monte con las tablas en mano. 4 Entonces, una vez más, el Señor escribió los diez mandamientos[e] en las tablas y me las dio. Eran las mismas palabras que el Señor les había dicho desde en medio del fuego el día que se reunieron al pie del monte. 5 Luego bajé del monte y coloqué las tablas dentro del arca del pacto que había hecho como el Señor me había ordenado. Y las tablas aún están allí, dentro del arca».

6 (El pueblo de Israel viajó desde los pozos de Jaacán[f] hasta Mosera, donde Aarón murió y fue enterrado. Su hijo Eleazar tomó su lugar en el servicio como sumo sacerdote. 7 Luego siguieron viaje a Gudgoda, y de allí a Jotbata, una tierra con muchos arroyos y corrientes de agua. 8 En aquel tiempo, el Señor designó a los de la tribu de Leví para que se encargaran de llevar el arca del pacto del Señor y estuvieran delante del Señor para servirlo y pronunciar bendiciones en su nombre. Esas son las responsabilidades de ellos hasta el día de hoy. 9 Es por eso que la tribu de Leví no posee ninguna parte ni porción de la tierra como las demás tribus israelitas. El propio Señor es su preciada posesión, tal como el Señor Dios de Israel les dijo a los levitas).

10 «En cuanto a mí, yo me quedé en el monte y en la presencia del Señor durante cuarenta días y cuarenta noches como lo había hecho la primera vez. Y nuevamente el Señor escuchó mis ruegos y accedió a no destruirlos a ustedes. 11 Luego el Señor me dijo: “Levántate, ponte en marcha de nuevo y guía al pueblo para que tome posesión de la tierra que juré dar a sus antepasados”.

Un llamado al amor y a la obediencia

12 »Y ahora, Israel, ¿qué requiere el Señor tu Dios de ti? Solo requiere que temas al Señor tu Dios, que vivas de la manera que le agrada y que lo ames y lo sirvas con todo tu corazón y con toda tu alma. 13 Debes obedecer siempre los mandatos y los decretos del Señor que te entrego hoy para tu propio bien.

14 »Mira, los cielos más altos, y la tierra y todo lo que hay en ella pertenecen al Señor tu Dios. 15 Sin embargo, el Señor eligió a tus antepasados para darles su amor. Y a ti, que eres su descendencia, te eligió de entre todas las naciones, como se ve hoy. 16 Así que cambia la actitud de tu corazón[g] y deja de ser terco.

17 »Pues el Señor tu Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Él es el gran Dios, poderoso e imponente, que no muestra parcialidad y no acepta sobornos. 18 Se asegura que los huérfanos y las viudas reciban justicia. Les demuestra amor a los extranjeros que viven en medio de ti y les da ropa y alimentos. 19 Así que tú también tienes que demostrar amor a los extranjeros porque tú mismo una vez fuiste extranjero en la tierra de Egipto. 20 Tienes que temer al Señor tu Dios, adorarlo y aferrarte a él. Cuando hagas juramentos, que sean solo en su nombre. 21 Solamente él es tu Dios, el único digno de tu alabanza, el que ha hecho los milagros poderosos que viste con tus propios ojos. 22 Cuando tus antepasados llegaron a Egipto, eran solamente setenta personas. ¡Pero ahora el Señor tu Dios te ha vuelto tan numeroso como las estrellas del cielo!

Footnotes

  1. 9:8 En hebreo Horeb, otro nombre para Sinaí.

  2. 9:22a Taberá significa «lugar del fuego que arde». Ver Nm 11:1-3.

  3. 9:22b Masá significa «lugar de la prueba». Ver Ex 17:1-7.

  4. 9:22c Kibrot-hataava significa «tumbas de glotonería». Ver Nm 11:31-34.

  5. 10:4 En hebreo las diez palabras.

  6. 10:6 O viajó desde Beerot, en Bene-jaacán.

  7. 10:16 En hebreo circuncida el prepucio de tu corazón.

Lucas 8:4-21

Nueva Traducción Viviente

Parábola del sembrador

4 Cierto día, Jesús contó una historia en forma de parábola a una gran multitud, proveniente de varias ciudades, que se había reunido para escucharlo: 5 «Un agricultor salió a sembrar. A medida que esparcía las semillas por el campo, algunas cayeron sobre el camino, donde las pisotearon y los pájaros se las comieron. 6 Otras cayeron entre las rocas. Comenzaron a crecer, pero la planta pronto se marchitó y murió por falta de humedad. 7 Otras semillas cayeron entre espinos, los cuales crecieron junto con ellas y ahogaron los brotes. 8 Pero otras semillas cayeron en tierra fértil. Estas semillas crecieron, ¡y produjeron una cosecha que fue cien veces más numerosa de lo que se había sembrado!». Después de haber dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda».

9 Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola. 10 Él respondió: «A ustedes se les permite entender los secretos[a] del reino de Dios, pero utilizo parábolas para enseñarles a los demás y para que se cumplan las Escrituras:

“Cuando miren, no verán realmente.

    Cuando oigan, no entenderán”[b] .

11 »Este es el significado de la parábola: la semilla es la palabra de Dios. 12 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje, pero viene el diablo, se lo quita del corazón e impide que crean y sean salvos. 13 Las semillas sobre la tierra rocosa representan a los que oyen el mensaje y lo reciben con alegría; pero como no tienen raíces profundas, creen por un tiempo y luego se apartan cuando enfrentan la tentación. 14 Las semillas que cayeron entre los espinos representan a los que oyen el mensaje, pero muy pronto el mensaje queda desplazado por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida. Así que nunca crecen hasta la madurez. 15 Y las semillas que cayeron en la buena tierra representan a las personas sinceras, de buen corazón, que oyen la palabra de Dios, se aferran a ella y con paciencia producen una cosecha enorme.

Parábola de la lámpara

16 »Nadie enciende una lámpara y luego la cubre con un tazón o la esconde debajo de la cama. Una lámpara se coloca en un lugar alto, donde todos los que entran a la casa puedan ver su luz. 17 Pues todo lo secreto tarde o temprano se descubrirá, y todo lo oculto saldrá a la luz y se dará a conocer a todos.

18 »Así que presten atención a cómo oyen. A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más entendimiento; pero a los que no escuchan, se les quitará aun lo que piensan que entienden».

La verdadera familia de Jesús

19 Entonces la madre y los hermanos de Jesús vinieron a verlo, pero no pudieron acercarse a él debido a la gran cantidad de gente. 20 Alguien le dijo a Jesús:

—Tu madre y tus hermanos están parados afuera y quieren verte.

21 Jesús respondió:

—Mi madre y mis hermanos son todos los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.

Footnotes

  1. 8:10a En griego misterios.

  2. 8:10b Is 6:9 (versión griega).

Salmos 69:19-36

Nueva Traducción Viviente

19 Tú conoces mi vergüenza, mi desprecio y mi deshonra;

    ves todo lo que hacen mis enemigos.

20 Sus insultos me han destrozado el corazón,

    y estoy desesperado.

Si al menos una persona me tuviera compasión;

    si tan solo alguien volviera y me consolara.

21 En cambio, de comida, me dan veneno[a]

    y me ofrecen vino agrio para la sed.

22 Que la abundante mesa servida ante ellos se convierta en una trampa,

    y que su prosperidad se vuelva un engaño.[b]

23 Que sus ojos queden ciegos para que no puedan ver,

    y haz que sus cuerpos tiemblen continuamente.[c]

24 Derrama tu furia sobre ellos;

    consúmelos en el ardor de tu enojo.

25 Que sus casas queden desoladas

    y sus carpas, desiertas.

26 A quien tú has castigado, agregan insultos;

    añaden dolor a quienes tú has herido.

27 Amontona sus pecados en una enorme pila,

    y no los dejes en libertad.

28 Borra sus nombres del libro de la vida;

    no dejes que sean incluidos entre los justos.

29 Estoy afligido y dolorido;

    rescátame, oh Dios, con tu poder salvador.

30 Entonces alabaré el nombre de Dios con cánticos,

    y lo honraré con acción de gracias.

31 Pues al Señor esto le agradará más que el sacrificio de ganado

    o que presentar un toro con cuernos y pezuñas.

32 Los humildes verán a su Dios en acción y se pondrán contentos;

    que todos los que buscan la ayuda de Dios reciban ánimo.

33 Pues el Señor oye el clamor de los necesitados;

    no desprecia a su pueblo encarcelado.

34 Alábenlo el cielo y la tierra,

    los mares y todo lo que en ellos se mueve.

35 Pues Dios salvará a Jerusalén[d]

    y reconstruirá las ciudades de Judá.

Su pueblo vivirá allí

    y se establecerá en su propia tierra.

36 Los descendientes de quienes lo obedecen heredarán la tierra,

    y los que lo aman vivirán allí seguros.

Footnotes

  1. 69:21 O hiel.

  2. 69:22 La versión griega dice Que la abundante mesa servida ante ellos se convierta en una trampa, / en un engaño que los lleve a pensar que todo está bien. / Que sus bendiciones los hagan tropezar, / y que reciban su merecido. Comparar Rm 11:9.

  3. 69:23 La versión griega dice y que la espalda se les encorve para siempre. Comparar Rm 11:10.

  4. 69:35 En hebreo Sion.

Proverbios 12:2-3

Nueva Traducción Viviente

2 El Señor aprueba a los que son buenos,

    pero condena a quienes traman el mal.

3 La perversidad nunca produce estabilidad,

    pero los justos tienen raíces profundas.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

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