Monday, March 21, 2022

DAB Español, Martes 22 de Marzo

Día 081, DAB Español, Martes 22 de Marzo


Números 33:40-35:34; Lucas 5:12-28; Salmos 65; Proverbios 11:23 (Reina Valera Contemporánea (RVC))









Números 33:40-35:34

Reina Valera Contemporánea

40 El rey cananeo de Arad, que habitaba en el desierto de Canaán, supo que los hijos de Israel habían llegado.

41 Los israelitas partieron del monte Hor y acamparon en Salmoná. 42 Partieron de Salmoná y acamparon en Punón. 43 Partieron de Punón y acamparon en Obot. 44 Partieron de Obot y acamparon en Iyé Abarín, en la frontera de Moab. 45 Partieron de Iyé Abarín y acamparon en Dibón Gad. 46 Partieron de Dibón Gad y acamparon en Almón Diblatayin. 47 Partieron de Almón Diblatayin y acamparon en los montes de Abarín, frente a Nebo. 48 Partieron de los montes de Abarín y acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. 49 Finalmente, acamparon en los campos de Moab, junto al Jordán, desde Bet Yesimot hasta Abel Sitín.

Condiciones para ocupar Canaán

50 El Señor habló con Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán y frente a Jericó. Le dijo:

51 «Habla con los hijos de Israel, y diles: “Cuando ustedes hayan cruzado el Jordán y entren en la tierra de Canaán, 52 deben desalojar de su presencia a todos los habitantes del país. Destruirán todos sus ídolos de piedra, todas sus imágenes fundidas, y todos sus lugares altos; 53 expulsarán a los que habitan la tierra, y habitarán en ella, porque yo se la he dado a ustedes en propiedad. 54 Y ustedes tomarán posesión de la tierra mediante un sorteo por familias. A los muchos se les dará en posesión mucho terreno, y a los pocos se les dará menos terreno. Dependiendo del terreno que les toque en suerte, allí se quedará cada uno. Tomarán posesión según las tribus de sus padres. 55 Si ustedes no echan fuera de su presencia a los habitantes del país, va a suceder que los que ustedes dejen les serán aguijones en los ojos y espinas en los costados, y los afligirán en la tierra donde ustedes habiten. 56 Además, yo los trataré a ustedes como pensaba tratarlos a ellos.”»

34 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

2 «Dales estas instrucciones a los hijos de Israel: “Cuando ustedes hayan entrado en la tierra de Canaán, es decir, en la tierra que les voy a dar en posesión, sus límites serán, 3 por el sur, desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom, al este, siendo su límite el extremo sur del Mar Salado. 4 Esta frontera dará un rodeo desde el sur hasta la cuesta de Acrabín, pasará por Zin, y del sur se extenderá hasta Cadés Barnea, llegando hasta Jazar Adar, y seguirá hasta Asmón; 5 de Asmón seguirá hasta el torrente de Egipto, y terminará en el oeste.

6 »”La frontera occidental será el Mar Grande.

7 »”La frontera norte partirá del Mar Grande en línea recta hasta el monte Hor. 8 Del monte Hor trazarán una línea hasta la entrada de Jamat, y la frontera seguirá hasta Zedad, 9 continuando hasta Zifrón, y terminará en Jasar Enán. Ésta será la frontera norte.

10 »”Para la frontera este trazarán una línea desde Jasar Enán hasta Sefán, 11 bajando de Sefán a Ribla, al este de Ayin; y siguiendo hasta llegar a la costa oriental del mar de Cineret. 12 De allí la frontera bajará al Jordán, y terminará en el Mar Salado. Ésta será su tierra y sus fronteras alrededor.”»

13 Moisés les dio estas instrucciones a los hijos de Israel, y les dijo:

«Ésta es la tierra que se repartirá entre ustedes por sorteo. El Señor ha ordenado que se reparta entre las nueve tribus y media, 14 pues ya han tomado posesión de sus terrenos la tribu de los hijos de Rubén, según las familias de sus antepasados, y la tribu de los hijos de Gad, según las familias de sus antepasados, y la media tribu de Manasés. 15 Dos tribus y media tomaron su heredad en esta ribera oriental del Jordán, frente a Jericó, por donde sale el sol.»

16 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

17 «Aquí están los nombres de quienes se encargarán de repartir la tierra:

»El sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun.

18 »Tomarán además un príncipe de cada tribu, para que les dé posesión de la tierra. 19 Éstos son sus nombres:

»De la tribu de Judá, Caleb hijo de Yefune.

20 »De la tribu de los hijos de Simeón, Semuel hijo de Amiud.

21 »De la tribu de Benjamín, Elidad hijo de Quislón.

22 »De la tribu de los hijos de Dan, el príncipe Buqui hijo de Yoglí.

23 »De los hijos de José: de la tribu de los hijos de Manasés, el príncipe Janiel hijo de Efod, 24 y de la tribu de los hijos de Efraín, el príncipe Kemuel hijo de Siftán.

25 »De la tribu de los hijos de Zabulón, el príncipe Elisafán hijo de Parnac.

26 »De la tribu de los hijos de Isacar, el príncipe Paltiel hijo de Azán.

27 »De la tribu de los hijos de Aser, el príncipe Ajiud hijo de Selomi.

28 »De la tribu de los hijos de Neftalí, el príncipe Pedael hijo de Amiud.»

29 A éstos el Señor les ordenó hacer la repartición de tierras para los hijos de Israel en la tierra de Canaán.

Ciudades de los levitas

35 El Señor habló con Moisés en los campos de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, y le dijo:

2 «Ordena a los hijos de Israel que, de los terrenos que reciban en posesión, deben dar a los levitas ciudades donde ellos puedan vivir, y darles también los ejidos alrededor de esas ciudades. 3 Así los levitas tendrán ciudades donde vivir, y los ejidos de esas ciudades serán para sus animales y ganados, y para todas sus bestias. 4 Los ejidos de las ciudades que den a los levitas deben tener un perímetro de mil codos de la muralla de la ciudad hacia afuera. 5 Fuera de las ciudades, los ejidos a su alrededor deben medir dos mil codos por el este, dos mil codos por el sur, dos mil codos por el oeste, y dos mil codos por el norte, y la ciudad quedará en el centro. 6 Seis de las ciudades que darán a los levitas serán de refugio, para que los homicidas puedan refugiarse en ellas. Además de estas seis ciudades, les darán otras cuarenta y dos, 7 de modo que lo que darán a los levitas será un total de cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 8 Estas ciudades las tomarán de lo que los hijos de Israel reciban en propiedad. Del que tenga mucho, tomarán mucho; del que tenga poco, tomarán poco. Cada uno dará a los levitas una parte de sus ciudades, según lo que haya recibido en propiedad.»

Ciudades de refugio

9 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

10 «Habla con los hijos de Israel, y diles: “Cuando ustedes hayan pasado a la tierra de Canaán, al otro lado del Jordán, 11 designarán algunas ciudades como ciudades de refugio, a las que pueda huir aquel homicida que, sin proponérselo, hiera de muerte a alguien. 12 Esas ciudades servirán para refugiarse del que quiera tomar venganza, pues el homicida no será condenado a muerte hasta que sea juzgado en presencia de la congregación.

13 »”De las ciudades que den a los levitas, seis serán ciudades de refugio. 14 Tres de estas ciudades de refugio estarán en la ribera este del Jordán, y las otras tres ciudades estarán en la tierra de Canaán. 15 Estas seis ciudades brindarán refugio a los hijos de Israel y a los extranjeros que habiten entre ellos. Cualquiera que, sin proponérselo, hiera de muerte a otro, podrá huir a ellas.

16 »”Si la agresión se hizo con algún instrumento de hierro, y la víctima muere, se trata de un homicidio, y el homicida será condenado a muerte.

17 »”Si la agresión se hizo con una piedra en la mano, capaz de causar la muerte, y la víctima muere, se trata de un homicidio, y el homicida será condenado a muerte.

18 »”Si la agresión se hizo con un objeto de madera, capaz de causar la muerte, y la víctima muere, se trata de un homicidio, y el homicida será condenado a muerte.

19 »”El que quiera vengar esa muerte, podrá matar al homicida, y matarlo si lo encuentra.

20 »”Si el homicida empuja a su víctima por odio, o le arroja algo porque ya lo acechaba, y la víctima muere; 21 o si por enemistad lo hiere con su propia mano, y la víctima muere, se trata de un homicidio, y el agresor será condenado a muerte. El que quiera vengar la muerte de la víctima podrá matar al homicida cuando lo encuentre.

22 »”Pero si el agresor lo empuja, o arroja contra la víctima algún objeto, sin proponérselo y sin mediar ninguna enemistad ni asechanza, 23 o sin fijarse deja caer sobre la víctima alguna piedra capaz de matarlo, y la víctima muere sin que el agresor fuera su enemigo o procurara su mal, 24 entonces la congregación juzgará entre el homicida y el que quiera vengar la muerte, en conformidad con estas leyes:

25 »”La congregación librará al homicida de las manos del vengador, y lo hará volver a la ciudad en la que se haya refugiado, y el homicida se quedará a vivir allá hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo.

26 »”Si el homicida sale más allá de los límites de la ciudad en la que se refugió, 27 y el vengador de la víctima lo halla fuera de los límites de esa ciudad de refugio, y lo mata, el vengador no será culpable de su muerte, 28 pues el homicida debe quedarse en su ciudad de refugio hasta que muera el sumo sacerdote, y volverá a la tierra de su propiedad sólo después de que haya muerto el sumo sacerdote.

Ley para los testigos y el rescate

29 »”Dondequiera que ustedes vivan, esta ley estará vigente para los juicios entre sus descendientes:

30 »”Todo el que dé muerte a alguien es un homicida, y será condenado a muerte por el testimonio de varios testigos. Un solo testigo no basta para condenar a muerte a una persona.

31 »”No podrán recibir dinero a cambio de la vida de un homicida, pues está condenado a muerte, y sin falta morirá.

32 »”No podrán recibir dinero a cambio del que haya huido a una ciudad de refugio, para que vuelva a vivir en su tierra, antes de la muerte del sumo sacerdote.

33 »”No contaminen la tierra donde vivan, porque la sangre derramada hará impura la tierra, y sólo se purificará de la sangre derramada en ella con la sangre del que la derramó.

34 »”No contaminen la tierra que habitan, porque yo habito en medio de ustedes. Yo, el Señor, habito en medio de los hijos de Israel.”»

Lucas 5:12-28

Reina Valera Contemporánea

Jesús sana a un leproso

12 En otra ocasión, mientras Jesús estaba en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, quien al ver a Jesús se arrodilló y, rostro en tierra, le rogaba: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» 13 Entonces Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante se le quitó la lepra. 14 Jesús le ordenó: «No se lo cuentes a nadie. Sólo ve y preséntate ante el sacerdote, y ofrece por tu purificación lo que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio.» 15 Pero su fama seguía extendiéndose, y mucha gente se reunía para escucharlo y para que los sanara de sus enfermedades; 16 pero Jesús se retiraba a lugares apartados para orar.

Jesús sana a un paralítico

17 Un día, mientras Jesús enseñaba, estaban sentados los fariseos y doctores de la ley que habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén. El poder del Señor estaba con Jesús para sanar. 18 En ese momento llegaron unos hombres que traían en una camilla a un paralítico. Querían llevarlo adentro y ponerlo delante de Jesús, 19 pero como a causa de la multitud no hallaron la manera de hacerlo, se subieron a la azotea y, por el tejado, bajaron al paralítico en la camilla, hasta ponerlo en medio de la gente y delante de Jesús. 20 Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico: «Buen hombre, tus pecados te son perdonados.» 21 Los escribas y los fariseos comenzaron a murmurar, y decían: «¿Quién es éste, que profiere blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados? ¡Nadie sino Dios!» 22 Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué cavilan en su corazón? 23 ¿Qué es más fácil? ¿Que le diga al paralítico: “Tus pecados te son perdonados”, o que le diga: “Levántate y anda”? 24 Pues para que ustedes sepan que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, éste le dice al paralítico: “Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa.”» 25 Al instante, aquel hombre se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en la que había estado acostado, y se fue a su casa alabando a Dios. 26 Todos estaban admirados y alababan a Dios, y llenos de temor decían: «¡Hoy hemos visto maravillas!»

Llamamiento de Leví

27 Después de esto, Jesús salió y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos. Le dijo: «Sígueme.» 28 Leví se levantó y, dejándolo todo, lo siguió.

Salmos 65

Reina Valera Contemporánea

La bondad de Dios en la naturaleza

Al músico principal. Salmo. Cántico de David.

65 A ti, Dios mío, debemos alabarte en Sión;

a ti debemos cumplir nuestros votos,

2 pues tú escuchas nuestras oraciones.

A ti acude todo el género humano.

3 Nuestras malas acciones nos dominan,

pero tú perdonas nuestras rebeliones.

4 ¡Cuán dichoso es aquel a quien tú escoges

y lo llevas a vivir en tus atrios!

Nosotros quedamos plenamente satisfechos

con las bondades de tu casa,

con las bendiciones de tu santo templo.

5 Tú, Dios de nuestra salvación,

nos respondes con grandes actos de justicia.

En ti esperan los confines de la tierra

y los mares más remotos.

6 Tú te revistes de valor

y con tu poder afirmas los montes.

7 Tú sosiegas el estruendo de los mares,

acallas el estrépito de sus olas,

y silencias el alboroto de los pueblos.

8 Tiemblan de miedo, ante tus maravillas,

los que habitan en los extremos de la tierra.

Tú haces que el sol grite de alegría

al salir por la mañana, y al caer la tarde.

9 Tú, con la lluvia, cuidas de la tierra,

y en gran manera la fecundas y enriqueces.

Llenas de agua tus corrientes caudalosas

y preparas el grano, cuando así lo dispones.

10 Haces que los surcos se empapen

y que se nivelen los terrones;

con tus lluvias los reblandeces,

y bendices sus renuevos.

11 Con tu bondad engalanas el año;

a tu paso vas esparciendo abundancia.

12 Los pastizales del desierto se ven rebosantes,

y las colinas se revisten de alegría;

13 los llanos se saturan de rebaños,

y los valles se tapizan con trigales.

¡Todo canta y lanza gritos de júbilo!

Proverbios 11:23

Reina Valera Contemporánea

23 Los justos sólo abrigan buenos deseos;

la esperanza de los impíos es el enojo.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

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