Tuesday, March 8, 2022

DAB Español, Miércoles 09 de Marzo




Día 068, DAB Español, Miércoles 

09 de Marzo


Números 11:24-13:33; Marcos 14:22-52; Salmos 52; Proverbios 11:1-3 (Traducción en lenguaje actual (TLA))






Números 11:24-13:33

Traducción en lenguaje actual

24 Moisés fue a comunicarle al pueblo lo que Dios le había dicho. Luego reunió a setenta líderes y los puso alrededor del santuario. 25 Dios bajó en la nube y habló con Moisés; luego hizo lo que había prometido: puso en los líderes el espíritu que había en Moisés, y ellos empezaron a comunicar mensajes de parte de Dios. Esto sucedió una sola vez.

Eldad y Medad

26 Había dos hombres del grupo de los setenta, llamados Eldad y Medad, que se habían quedado en el campamento. Y aunque estaban allí, el espíritu también vino sobre ellos y empezaron a profetizar. 27 Un muchacho fue corriendo a contárselo a Moisés. 28 Josué, que desde joven era ayudante de Moisés, estaba allí. Al oír al muchacho, dijo:

—Moisés, mi señor, ¡no los deje usted profetizar!

29 Pero él le respondió:

—No seas celoso ni envidioso. Ya quisiera yo que todo el pueblo de Dios recibiera su espíritu y profetizara.

30 Después de eso, Moisés y los líderes regresaron al campamento.

Las codornices

31 Dios hizo que desde el mar soplara un viento muy fuerte. Ese viento trajo muchísimas codornices y las lanzó sobre el campamento de los israelitas. Eran tantas que se podía caminar todo un día por el campo y encontrarlas amontonadas a casi un metro de altura.

32 La gente se la pasó juntando codornices todo ese día, y toda la noche y el día siguiente. El que menos codornices juntó, hizo diez montones, y algunos hasta pusieron a secar codornices alrededor del campamento.

33 Todavía no acababa la gente de comer codornices cuando Dios se enojó contra ellos. Los castigó tan duramente que muchos murieron. 34 Por eso llamaron a ese lugar Quibrot-hataavá, nombre que significa «tumbas del apetito», porque allí el pueblo enterró a los que sólo pensaban en comer.

35 De allí el pueblo se fue a Haserot, en donde se quedó por algún tiempo.

María y Aarón critican a su hermano Moisés

12 María y Aarón hablaban mal de su hermano Moisés porque se había casado con una mujer que no era hebrea sino etíope. 2 Y dijeron: «¿Acaso Dios le ha hablado sólo a Moisés? También nos ha hablado a nosotros».

Dios oyó lo que habían dicho, 3 y se molestó al oírlo porque Moisés era la persona más humilde del mundo. 4 Entonces Dios llamó a Moisés, a Aarón y a María y les dijo: «Vayan los tres al santuario».

Cuando fueron los tres, 5 Dios bajó en la columna de nube y se puso a la entrada del santuario; llamó entonces a Aarón y a María, y cuando ellos se acercaron 6-8 les dijo:

«Óiganme bien. ¿Por qué se atreven a hablar mal de Moisés? Ustedes saben que cuando yo quiero decirles algo por medio de un profeta, le hablo a éste por medio de visiones y de sueños. Pero con Moisés, que es el más fiel de todos mis servidores, hablo cara a cara. A él le digo las cosas claramente, y dejo que me vea».

9 Y Dios se alejó de ellos porque estaba muy enojado. 10 Y resulta que cuando la nube se apartó del santuario, a María le dio lepra. ¡La piel se le puso blanca como la nieve!

Cuando Aarón vio a María, 11 le dijo a Moisés:

«Perdónanos, por favor, y no nos castigues por este pecado. Lo que hicimos fue una tontería. 12 La piel de María está deshecha, como la de los bebés que mueren antes de nacer. ¡Por favor, pídele a Dios que no la deje así!»

13 Entonces Moisés le pidió a Dios que sanara a María, 14 y Dios le contestó:

—Si su padre le hubiera escupido en la cara, sería tal su vergüenza que ella tendría que quedarse siete días fuera del campamento. Pues bien, ése será su castigo.

15 Así que María estuvo fuera del campamento siete días, y en todo ese tiempo el campamento no se movió de su lugar. 16 Luego se fueron de Haserot, y no se detuvieron hasta llegar al desierto de Parán.

Moisés envía espías a Canaán

13 Dios le dijo a Moisés: 2 «Envía algunos hombres a Canaán para que exploren el territorio que les voy a dar. Que vaya un jefe de cada tribu».

3 Así que Moisés envió desde el desierto de Parán a doce jefes de los israelitas, tal como Dios se lo había mandado. 4 Los jefes enviados fueron:

Samúa, de la tribu de Rubén

5 Safat, de la tribu de Simeón

6 Caleb, de la tribu de Judá

7 Igal, de la tribu de Isacar

8 Oseas, de la tribu de Efraín

9 Paltí, de la tribu de Benjamín

10 Gadiel, de la tribu de Zabulón

11 Gadí, de la tribu de Manasés

12 Amiel, de la tribu de Dan

13 Setur, de la tribu de Aser

14 Nahbí, de la tribu de Neftalí, y

15 Gueuel, de la tribu de Gad.

16-17 A Oseas hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué. Luego Moisés envió a los jefes israelitas a explorar el territorio de Canaán. Les dijo:

«Vayan por el desierto hasta llegar a las montañas. 18 Fíjense en el país y en la gente que allí vive, si es gente fuerte o débil, y si son muchos o pocos. 19-20 Fíjense también cómo han construido sus ciudades, y si son fuertes o frágiles como tiendas de campaña. Vean si su territorio tiene árboles, si es bueno y da muchos frutos, o si es malo y sin frutos. No sean miedosos, y traigan de allá algo de lo que la tierra produce».

Los espías recorren el territorio prometido

Comenzaba la cosecha de las primeras uvas 21 cuando los jefes israelitas fueron a explorar la región. Empezaron por el sur, por el desierto de Sin, y de allí se fueron hasta Rehob, que está cerca de Hamat. 22 Entraron por el desierto y llegaron hasta Hebrón. Esta ciudad había sido construida siete años antes que la ciudad egipcia de Soan.

Los espías vieron que en Hebrón vivían Ahimán, Sesai y Talmai, que eran descendientes del gigante Anac. 23-24 Cuando llegaron a un arroyo, cortaron un racimo de uvas tan grande y pesado que tuvieron que cargarlo entre dos. Los otros llevaron granadas e higos. El racimo que allí cortaron los israelitas era tan grande que a ese arroyo le pusieron por nombre Escol, que significa «racimo».

Los espías presentan su informe

25 Después de andar por el territorio durante cuarenta días, los espías regresaron 26 a Cadés, en el desierto de Parán. Allí les contaron a Moisés, a Aarón y a todos los israelitas lo que habían visto, y les mostraron los frutos que habían traído de ese territorio. 27 Y le dijeron a Moisés:

—Fuimos al territorio adonde nos enviaste. Es un territorio muy fértil; ¡allí siempre habrá abundancia de alimentos! Mira, éstos son los frutos que se dan allá.

28 »Lo malo es que la gente que vive allá es muy fuerte, y han hecho ciudades grandes y bien protegidas. ¡Hasta vimos a los descendientes del gigante Anac! 29 En el desierto viven los amalecitas, en las montañas viven los hititas, los jebuseos y los amorreos, y entre el mar y el río Jordán viven los cananeos.

30 La gente comenzó a murmurar, pero Caleb les ordenó callarse y les dijo:

—¡Vamos a conquistar ese territorio! ¡Podemos hacerlo!

31-33 Pero los otros que habían ido con él empezaron a desanimar a los israelitas diciéndoles que el territorio era malo.

—¡No lo hagan! —les decían—. ¡No podremos vencer a gente tan poderosa! ¡Los que viven allí son gigantes, como Anac! ¡Ante ellos nos veíamos tan pequeños como grillos! Además, es un lugar en donde no se puede vivir. Es tan malo que la gente se muere como si se los tragara la tierra.

Marcos 14:22-52

Traducción en lenguaje actual

22 Mientras estaban comiendo, Jesús tomó un pan y dio gracias a Dios. Luego lo partió, lo dio a sus discípulos y les dijo:

«Tomen, esto es mi cuerpo.»

23 Después tomó una copa llena de vino y dio gracias a Dios. Luego la pasó a los discípulos, y todos bebieron de ella. 24 Jesús les dijo:

«Esto es mi sangre, y con ella Dios hace un trato con todos ustedes. Esta sangre servirá para que muchos puedan ser salvos. 25 Será la última vez que yo beba este vino con ustedes. Pero cuando estemos juntos otra vez en el reino de Dios, entonces beberemos del vino nuevo.»

Pedro promete no dejar a Jesús

26 Después cantaron un himno y se fueron al Monte de los Olivos, 27 y cuando llegaron, Jesús dijo a sus discípulos:

—Todos ustedes van a perder su confianza en mí. Porque la Biblia dice:

“Mataré a mi mejor amigo,

y así mi pueblo se dispersará.”

28 »Pero después de que Dios me devuelva la vida, iré a Galilea antes que ustedes.

29 Entonces Pedro le dijo:

—Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré.

30 Jesús le respondió:

—Pedro, no estés muy seguro de eso; antes de que el gallo cante dos veces, tú habrás dicho tres veces que no me conoces.

31 Pero Pedro insistió:

—Aunque tenga que morir, nunca diré que no te conozco.

Los demás discípulos decían lo mismo.

Jesús ora con mucha tristeza

32 Jesús y sus discípulos fueron a un lugar llamado Getsemaní, y él les dijo: «Quédense aquí mientras yo voy a orar.»

33 Jesús invitó a Pedro, a Santiago y a Juan, para que lo acompañaran. Empezó a sentirse muy, pero muy triste, 34 y les dijo a los tres: «Estoy muy triste, y siento que me voy a morir; quédense aquí y no se duerman.»

35-36 Jesús se alejó un poco de ellos, se arrodilló y oró a Dios: «¡Padre!, ¡papá!, si fuera posible, no me dejes sufrir. Para ti todo es posible. ¡Cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero que no suceda lo que yo quiero, sino lo que quieras tú.»

37 Jesús regresó a donde estaban los tres discípulos, y los encontró durmiendo. Entonces le dijo a Pedro:

«Simón, ¿te has quedado dormido? ¿No pudiste quedarte despierto ni una hora? 38 No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes quieren hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.»

39 Jesús se apartó otra vez, y repitió la misma oración. 40 Cuando regresó a donde estaban los tres discípulos, otra vez los encontró dormidos, pues estaban muy cansados. Jesús los despertó, pero ellos no sabían qué decir. 41 Luego fue a orar por tercera vez, y cuando volvió les dijo: «¿Siguen descansando y durmiendo? ¡Levántense! Ya vienen los hombres malvados para arrestarme a mí, el Hijo del hombre. 42 Levántense y vengan conmigo, que allí viene el que me va a entregar.»

Los enemigos apresan a Jesús

43 Todavía estaba hablando Jesús cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos. Con él venían muchos hombres armados con cuchillos y palos. Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes judíos los habían enviado. 44 Judas ya les había dicho: «Al que yo bese, ése es Jesús. Arréstenlo y llévenselo bien atado.»

45 Judas se acercó a Jesús y le dijo: «¡Maestro!» Y lo besó.

46 Los hombres arrestaron a Jesús. 47 Pero uno de los que estaban allí sacó su espada, y le cortó una oreja al sirviente del jefe de los sacerdotes.

48 Luego Jesús preguntó a la gente:

—¿Por qué han venido con cuchillos y palos, como si fuera yo un criminal? 49 Todos los días estuve enseñando en el templo, y allí nunca me apresaron. Pero todo esto debe suceder así, para que se cumpla lo que dice la Biblia.

50 En ese momento, todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron. 51 Uno de ellos era un joven que estaba cubierto sólo con una sábana. Cuando los soldados lo apresaron, 52 él dejó tirada la sábana y escapó desnudo.

Salmos 52

Traducción en lenguaje actual

El futuro del malvado

SALMO 52 (51)

David compuso este poema cuando Doeg el edomita fue a decirle a Saúl: «David ha ido a la casa de Ahimélec».

52 Y tú, campeón de la maldad,[a]

¿por qué andas siempre

presumiendo de tu maldad?

2 Tienes la lengua como navaja;

no piensas más que en destruir

y en hacerles daño a los demás.

3 En vez de hacer lo bueno,

prefieres hacer lo malo;

en vez de decir sólo la verdad,

prefieres decir mentiras.

4 Tienes una lengua mentirosa,

y te gusta herir con las palabras.

5 ¡Pero Dios te hará pedazos!

De una vez por todas

te agarrará por el cuello

y te echará de tu casa;

¡te arrancará por completo

y te echará de este mundo!

6 Cuando el pueblo de Dios vea esto

quedará muy impresionado,

y entre burlas te dirá:

7 «¡Así acabarás,

campeón de la violencia,

pues no buscas refugio en Dios!

¡Y así acabarán los ricos,

que sólo confían en las riquezas!»

8 Por lo que a mí toca,

siempre pongo mi confianza

en el gran amor de Dios;

yo, en su presencia, cobro vida

como árbol cargado de frutos.

9 Dios mío,

yo siempre te daré gracias

por todo lo que has hecho;

en ti pondré mi confianza

porque tú eres bueno.

¡Pongo por testigo

al pueblo que te ama!

Footnotes

  1. Salmos 52:1 Maldad: Según el texto griego. Hebreo: Amor.

Proverbios 11:1-3

Traducción en lenguaje actual

¡Cuidado con lo que haces!//¡Cuidado con lo que dices!

11 Dios rechaza a los tramposos,

pero acepta a los honrados.

2 El orgulloso termina en la vergüenza,

y el humilde llega a ser sabio.

3 Al bueno lo guía la justicia;

al traidor lo destruye la hipocresía.

Traducción en lenguaje actual (TLA)

Copyright © 2000 by United Bible Societies

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