Tuesday, March 29, 2022

DAB Español, Miércoles 30 de Marzo

Día 089, DAB Español, Miércoles 30 de Marzo


Deuteronomio 13:1-15:23; Lucas 8:40-9:6; Salmos 71; Proverbios 12:5-7 (Nueva Traducción Viviente (NTV))









Deuteronomio 13-15

Nueva Traducción Viviente

Advertencia contra la idolatría

13 [a]»Supongamos que, en medio de ti, hay profetas o aquellos que tienen sueños sobre el futuro, y te prometen señales o milagros, 2 y resulta que esas señales o milagros se cumplen. Si de pronto ellos dicen: “Ven, rindamos culto a otros dioses”—dioses que hasta entonces no conocías— 3 no los escuches. El Señor tu Dios te está probando para ver si realmente lo amas con todo el corazón y con toda el alma. 4 Sirve únicamente al Señor tu Dios y teme solamente a él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a él. 5 Los falsos profetas o los soñadores que traten de descarriarte serán ejecutados, porque fomentan la rebelión contra el Señor tu Dios, quien te libertó de la esclavitud y te sacó de la tierra de Egipto. Ya que tratan de desviarte del camino que el Señor tu Dios te ordenó que siguieras, tendrás que quitarles la vida. De esa manera, eliminarás la maldad que hay en medio de ti.

6 »Supongamos que alguien trata de persuadirte en secreto—incluso podría ser tu hermano, tu hijo o tu hija, tu amada esposa o tu mejor amigo—y te dice: “Vamos, rindamos culto a otros dioses”, dioses que ni tú ni tus antepasados jamás conocieron. 7 Incluso podrían sugerir que rindas culto a los dioses de los pueblos que viven cerca o de los que viven en los extremos de la tierra. 8 No les hagas caso ni los escuches. No les tengas compasión ni les perdones la vida ni trates de protegerlos. 9 ¡Deberás quitarles la vida! Da tú el primer golpe, y luego que todo el pueblo se sume. 10 Tienes que apedrear a muerte a los culpables, porque han tratado de alejarte del Señor tu Dios, quien te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo. 11 Entonces todo Israel oirá y tendrá temor, y ya nadie volverá a actuar con tanta perversidad.

12 »Cuando comiences a vivir en las ciudades que el Señor tu Dios te da, tal vez oigas 13 que hay sinvergüenzas en medio de ti que llevan por mal camino a los habitantes de su ciudad, diciéndoles: “Vamos, rindamos culto a otros dioses”, dioses que hasta entonces tú no conocías. 14 En tales casos, analiza los hechos cuidadosamente. Si encuentras que lo que se dice es cierto y en verdad se cometió ese acto tan detestable en medio de ti, 15 deberás atacar a esa ciudad y destruir por completo[b] a todos los habitantes junto con todos los animales. 16 Luego deberás amontonar todo el botín en el centro de la plaza pública y quemarlo. Prende fuego a toda la ciudad como una ofrenda quemada al Señor tu Dios. La ciudad deberá quedar en ruinas para siempre; no se volverá a construir jamás. 17 Que nadie guarde nada del botín que fue separado para ser destruido. Entonces el Señor alejará de ti su enojo feroz y te tratará con misericordia. Tendrá compasión de ti y te convertirá en una nación numerosa, tal como lo juró a tus antepasados.

18 »El Señor tu Dios será compasivo contigo solamente si escuchas su voz y obedeces todos sus mandatos que te entrego hoy, y haces lo que a él le agrada.

Animales ceremonialmente puros e impuros

14 »Israel, dado que eres el pueblo del Señor tu Dios, nunca te hagas cortaduras en el cuerpo ni te afeites el cabello que está encima de la frente en señal de duelo por un muerto. 2 Tú fuiste separado como pueblo santo para el Señor tu Dios, y él te eligió entre todas las naciones del mundo, para que seas su tesoro especial.

3 »No comerás de ningún animal detestable, porque son ceremonialmente impuros. 4 Los animales[c] que sí puedes comer son: el buey, la oveja, la cabra, 5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra salvaje, el antílope adax, el antílope y la oveja montés.

6 »Puedes comer cualquier animal rumiante y que tenga las pezuñas totalmente partidas, 7 pero no lo comerás si no reúne ambas condiciones. Por lo tanto, no comerás camellos ni liebres ni damanes.[d] Estos son rumiantes pero no tienen las pezuñas partidas, así que son ceremonialmente impuros para ti. 8 Tampoco comerás cerdo, pues tiene las pezuñas partidas pero no es un animal rumiante, así que es ceremonialmente impuro para ti. No comerás la carne de ninguno de los animales que acabo de mencionar, ni siquiera tocarás sus cuerpos muertos.

9 »De todos los animales marinos, puedes comer los que tengan tanto aletas como escamas, 10 pero no comerás de los que no tengan ni aletas ni escamas. Estos son ceremonialmente impuros para ti.

11 »Puedes comer de cualquier ave que sea ceremonialmente pura, 12 pero no comerás de las siguientes aves: el buitre grifón, el quebrantahuesos, el buitre de cabeza negra, 13 el milano, el halcón, ningún tipo de ave carroñera, 14 ni cuervos de ninguna clase, 15 ni el búho real, ni la lechuza campestre, ni la gaviota, ni gavilanes de ninguna especie; 16 tampoco mochuelos ni pequeños ni grandes, ni lechuzas comunes, 17 ni lechuzas del desierto, ni el buitre egipcio, ni el cuervo marino, 18 ni la cigüeña, ni garzas de ninguna especie, ni la abubilla, ni el murciélago.

19 »Todos los insectos con alas que caminan por el suelo son ceremonialmente impuros para ti y no los comerás; 20 pero sí puedes comer de las aves y de los insectos con alas que son ceremonialmente puros.

21 »No comas nada que haya muerto de muerte natural. En todo caso, puedes dárselo a algún extranjero que viva en tu ciudad o vendérselo a un desconocido. Pero tú no lo comas, porque eres un pueblo santo, separado para el Señor tu Dios.

»No cocines a un cabrito en la leche de su madre.

La entrega de los diezmos

22 »Deberás separar el diezmo de tus cosechas, es decir, la décima parte de todo lo que coseches cada año. 23 Lleva ese diezmo al lugar de adoración designado—el lugar que el Señor tu Dios elija para que su nombre sea honrado—y cómelo allí, en su presencia. Lo harás así con el diezmo de tus granos, tu vino nuevo, tu aceite de oliva y los machos de las primeras crías de tus rebaños y manadas. Esta práctica te enseñará a temer siempre al Señor tu Dios.

24 »Ahora bien, cuando el Señor tu Dios te bendiga con una buena cosecha, podría suceder que el lugar de adoración que él elija para que su nombre sea honrado te quede demasiado lejos para llevar tu diezmo. 25 En ese caso, puedes vender esa décima parte de tus cosechas y manadas, poner el dinero en una bolsa y dirigirte al lugar que el Señor tu Dios haya elegido. 26 Cuando llegues, podrás usar el dinero para comprar cualquier clase de alimento que desees: ganado, ovejas, cabras, vino u otra bebida alcohólica. Luego comerás hasta quedar satisfecho en la presencia del Señor tu Dios y celebrarás con todos los de tu casa. 27 No descuides a los levitas de tu ciudad, porque ellos no van a recibir ninguna asignación de tierra como las demás tribus.

28 »Al final de cada tercer año, lleva todo el diezmo de la cosecha de ese año a la ciudad más cercana y almacénalo allí. 29 Dáselo a los levitas—quienes no recibirán ninguna asignación de tierra como las demás tribus—y también a los extranjeros que vivan en medio de ti, a los huérfanos y a las viudas de tus ciudades, para que coman y se sacien. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá en todo tu trabajo.

Liberación de las deudas

15 »Al final de cada séptimo año, tienes que anular las deudas de todos los que te deban dinero. 2 Lo harás de la siguiente manera: cada uno anulará los préstamos que le haya hecho a otro hermano israelita; nadie exigirá ningún pago de sus vecinos ni de sus parientes, porque habrá llegado el tiempo del Señor para la liberación de las deudas. 3 Sin embargo, esa liberación solo sirve para tus hermanos israelitas, pero no para los extranjeros que vivan en medio de ti.

4 »No deberá haber pobres en medio de ti, porque el Señor tu Dios te bendecirá en abundancia en la tierra que te da como preciada posesión. 5 Recibirás esa bendición si te aseguras de obedecer los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy. 6 El Señor tu Dios te bendecirá tal como lo prometió. Prestarás dinero a muchas naciones, pero nunca tendrás necesidad de pedirles prestado. Tú gobernarás a muchas naciones, pero ellas no te gobernarán a ti.

7 »Pero si hubiera israelitas pobres en tus ciudades cuando llegues a la tierra que el Señor tu Dios te da, no seas insensible ni tacaño con ellos. 8 En cambio, sé generoso y préstales lo que necesiten. 9 No seas mezquino ni le niegues un préstamo a alguien por el hecho de que se acerca el año para anular las deudas. Si te niegas a dar el préstamo, y la persona con necesidad clama al Señor, serás culpable de pecado. 10 Da al pobre con generosidad, no de mala gana, porque el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas. 11 Siempre habrá algunos que serán pobres en tu tierra, por eso te ordeno que compartas tus bienes generosamente con ellos y también con otros israelitas que pasen necesidad.

Liberación para los esclavos hebreos

12 »Si tu hermano hebreo, hombre o mujer, se vende a ti como siervo[e] y te sirve por seis años, al séptimo año deberás dejarlo en libertad.

13 »Cuando liberes a un siervo varón, no lo despidas con las manos vacías. 14 Sé generoso con él y regálale como despedida algo de tus rebaños, de tus granos y de tus vinos. Dale parte de la abundante riqueza con la que el Señor tu Dios te haya bendecido. 15 ¡Recuerda que una vez tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto y que el Señor tu Dios te liberó! Por esa razón, te doy este mandato.

16 »Pero supongamos que tu siervo dice: “No te dejaré”, porque se ha encariñado contigo y con tu familia, y le ha ido bien en tu casa. 17 En ese caso, toma un punzón y perfórale el lóbulo de la oreja contra la puerta. Entonces será tu siervo por el resto de su vida. Haz lo mismo con tus siervas.

18 »No pienses que liberar a tus siervos es una gran pérdida. Recuerda que, durante seis años, te brindaron un servicio que vale el doble del salario de un obrero contratado, y el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.

Sacrificio de los machos de las primeras crías

19 »Tienes que separar para el Señor tu Dios los primeros machos que nazcan de las crías de tus rebaños y manadas. No uses la primera cría de tu manada para trabajar el campo ni trasquiles la primera cría de tu rebaño. 20 En cambio, te comerás esos animales con tu familia cada año en la presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él elija. 21 Sin embargo, si la primera cría tiene algún defecto—si es ciego, cojo o con otra anormalidad—no deberás ofrecerla en sacrificio al Señor tu Dios. 22 Más bien, úsala como alimento para tu familia en la ciudad donde vives. Cualquier persona, esté o no ceremonialmente pura, puede comer de ese animal, tal como cualquiera puede comer de una gacela o de un ciervo. 23 Pero por ninguna razón consumas la sangre. Deberás derramarla sobre la tierra como si fuera agua.

Footnotes

  1. 13:1 Los versículos del 13:1-18 corresponden al 13:2-19 en el texto hebreo.

  2. 13:15 El término hebreo empleado aquí se refiere a la consagración total de cosas o personas al Señor, ya sea destruyéndolas o entregándolas como ofrenda; similar en 13:17.

  3. 14:4 La identificación de algunos animales y algunas aves que se mencionan en este capítulo es incierta.

  4. 14:7 O conejos salvajes, o tejones de las rocas.

  5. 15:12 O Si te venden a un hombre o a una mujer de origen hebreo.

Lucas 8:40-9:6

Nueva Traducción Viviente

Jesús sana en respuesta a la fe

40 Del otro lado del lago, las multitudes recibieron a Jesús porque lo estaban esperando. 41 Y un hombre llamado Jairo, líder de la sinagoga local, se acercó y cayó a los pies de Jesús mientras rogaba que lo acompañara a su casa. 42 Su única hija, que tenía unos doce años, estaba muriendo.

Mientras Jesús iba con Jairo, las multitudes lo rodeaban. 43 Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua[a] y no encontraba ninguna cura. 44 Acercándose a Jesús por detrás, le tocó el fleco de la túnica. Al instante, la hemorragia se detuvo.

45 «¿Quién me tocó?», preguntó Jesús.

Todos negaron, y Pedro dijo:

—Maestro, la multitud entera se apretuja contra ti.

46 Pero Jesús dijo:

—Alguien me tocó a propósito, porque yo sentí que salió poder sanador de mí.

47 Cuando la mujer se dio cuenta de que no podía permanecer oculta, comenzó a temblar y cayó de rodillas frente a Jesús. A oídos de toda la multitud, ella le explicó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. 48 «Hija —le dijo Jesús—, tu fe te ha sanado. Ve en paz».

49 Mientras él todavía hablaba con ella, llegó un mensajero de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijo: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro».

50 Cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Solo ten fe, y ella será sanada».

51 Cuando llegaron a la casa, Jesús no dejó que nadie entrara con él excepto Pedro, Juan, Santiago, y el padre y la madre de la niña. 52 La casa estaba llena de personas que lloraban y se lamentaban, pero Jesús dijo: «¡Dejen de llorar! No está muerta; solo duerme».

53 La multitud se rio de él, porque todos sabían que había muerto. 54 Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: «¡Niña, levántate!». 55 En ese momento, le volvió la vida,[b] ¡y se puso de pie enseguida! Entonces Jesús les dijo que le dieran de comer a la niña. 56 Sus padres quedaron conmovidos, pero Jesús insistió en que no le dijeran a nadie lo que había sucedido.

Jesús envía a los doce discípulos

9 Cierto día, Jesús reunió a sus doce discípulos[c] y les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y sanar enfermedades. 2 Luego los envió para que anunciaran a todos acerca del reino de Dios y sanaran a los enfermos. 3 Les dio las siguientes instrucciones: «No lleven nada para el viaje, ni bastón, ni bolso de viaje, ni comida, ni dinero,[d] ni siquiera una muda de ropa. 4 Por todo lugar que vayan, quédense en la misma casa hasta salir de la ciudad. 5 Y si en algún pueblo se niegan a recibirlos, sacúdanse el polvo de los pies al salir para mostrar que abandonan a esas personas a su suerte».

6 Entonces ellos comenzaron su recorrido por las aldeas para predicar la Buena Noticia y sanar a los enfermos.

Footnotes

  1. 8:43 Algunos manuscritos agregan y había gastado todo lo que tenía en médicos.

  2. 8:55 O su espíritu.

  3. 9:1 En griego los Doce; otros manuscritos dicen los doce apóstoles.

  4. 9:3 O monedas de plata.

Salmos 71

Nueva Traducción Viviente

71 Oh Señor, a ti acudo en busca de protección;

    no permitas que me avergüencen.

2 Sálvame y rescátame,

    porque tú haces lo que es correcto.

Inclina tu oído para escucharme

    y ponme en libertad.

3 Sé tú mi roca de seguridad,

    donde siempre pueda esconderme.

Da la orden de salvarme,

    porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

4 Dios mío, rescátame del poder de los perversos,

    de las garras de los crueles opresores.

5 Oh Señor, solo tú eres mi esperanza;

    en ti he confiado, oh Señor, desde mi niñez.

6 Así es, estás conmigo desde mi nacimiento;

    me has cuidado desde el vientre de mi madre.

    ¡Con razón siempre te alabo!

7 Mi vida es un ejemplo para muchos,

    porque tú has sido mi fuerza y protección.

8 Por eso nunca puedo dejar de alabarte;

    todo el día declaro tu gloria.

9 Y ahora, en mi vejez, no me hagas a un lado;

    no me abandones cuando me faltan las fuerzas.

10 Pues mis enemigos murmuran contra mí

    y juntos confabulan matarme.

11 Dicen: «Dios lo ha abandonado.

    Vayamos y agarrémoslo,

    porque ahora nadie lo ayudará».

12 Oh Dios, no te quedes lejos;

    Dios mío, por favor, apresúrate a ayudarme.

13 Trae deshonra y destrucción a los que me acusan;

    humilla y avergüenza a los que quieren hacerme daño.

14 Seguiré con la esperanza de tu ayuda;

    te alabaré más y más.

15 A todos les hablaré de tu justicia;

    todo el día proclamaré tu poder salvador,

    aunque no tengo facilidad de palabras.[a]

16 Alabaré tus obras poderosas, oh Señor Soberano,

    y les contaré a todos que solo tú eres justo.

17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi tierna infancia,

    y yo siempre les cuento a los demás acerca de tus hechos maravillosos.

18 Ahora que estoy viejo y canoso,

    no me abandones, oh Dios.

Permíteme proclamar tu poder a esta nueva generación,

    tus milagros poderosos a todos los que vienen después de mí.

19 Tu justicia, oh Dios, alcanza los cielos más altos;

    ¡has hecho cosas tan maravillosas!

    ¿Quién se compara contigo, oh Dios?

20 Has permitido que sufra muchas privaciones,

    pero volverás a darme vida

    y me levantarás de las profundidades de la tierra.

21 Me restaurarás incluso a mayor honor

    y me consolarás una vez más.

22 Entonces te alabaré con música de arpa,

    porque eres fiel a tus promesas, oh mi Dios.

Te cantaré alabanzas con la lira,

    oh Santo de Israel.

23 Gritaré de alegría y cantaré tus alabanzas,

    porque me redimiste.

24 Todo el día

    hablaré de tus justas acciones,

porque todos los que trataron de hacerme daño

    fueron humillados y avergonzados.

Footnotes

  1. 71:15 O aunque no puedo contarlo.

Proverbios 12:5-7

Nueva Traducción Viviente

5 Los planes de los rectos son justos,

    pero el consejo de los perversos es traicionero.

6 Las palabras de los perversos son como una emboscada mortal,

    pero las palabras de los justos salvan vidas.

7 Los perversos mueren y no dejan rastro,

    mientras que la familia de los justos permanece firme.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.

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