Friday, November 24, 2023

DAB Español, Sábado 25 de Noviembre

Día 329, DAB Español, Sábado 25 de Noviembre


Daniel 1:1-2:23; 1 Pedro 3:8-4:6; Salmos 119:65-80; Proverbios 28:14 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))








Daniel 1:1-2:23

La Palabra (Hispanoamérica)

I.— LIBRO DE LA HISTORIA DE DANIEL (1—6)

Marco histórico


1 El año tercero del reinado de Joaquín, rey de Judá, Nabucodonosor, rey de Babilonia, se dirigió a Jerusalén y la sitió. 2 El Señor puso en sus manos a Joaquín, rey de Judá, junto con parte de los objetos del Templo de Dios. Se llevó estos objetos al país de Senar y los depositó en el tesoro del templo de su dios.

Daniel y sus compañeros en la corte de Nabucodonosor


3 El rey ordenó a Aspenaz, jefe del personal de la corte, que eligiera entre los israelitas de estirpe real o de familias nobles 4 algunos jóvenes sin defectos físicos y de buena presencia, que estuvieran instruidos en todas las ramas del saber y que fueran inteligentes y perspicaces, capaces de estar al servicio de la corona y de aprender la literatura y la lengua de los caldeos. 5 El rey ordenó que se les diera una ración diaria de la comida y del vino que se servían en la mesa real. Mandó también que fueran educados durante tres años antes de ponerlos al servicio del rey. 6 Entre aquellos jóvenes había unos que procedían de Judá, y se llamaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías. 7 El jefe del personal de la corte les puso otros nombres: a Daniel lo llamó Baltasar; a Ananías le puso Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednegó.


8 Daniel decidió no contaminarse con la comida y el vino de la mesa real, y pidió al jefe del personal que le permitiera no contaminarse. 9 Dios hizo que Daniel se ganara la benevolencia y el favor del jefe del personal 10 que dijo a Daniel:


— Tengo miedo del rey, mi señor, pues les ha asignado lo que tienen que comer y beber. Si los encuentra más demacrados que el resto de los jóvenes que tienen la misma edad que ustedes, harán que me juegue la cabeza ante el rey.


11 Entonces Daniel dijo al responsable a quien el jefe del personal había confiado a Daniel, Ananías, Misael y Azarías:


12 — Mira, vas a poner a prueba a estos siervos tuyos durante diez días. Que nos den legumbres para comer y agua para beber. 13 Después compara personalmente nuestro aspecto con el de los jóvenes que comen a la mesa del rey; una vez comprobados los resultados, toma con nosotros la decisión que debas tomar.


14 Él aceptó su propuesta y los puso a prueba durante diez días. 15 Cuando pasaron los diez días, comprobó que su aspecto era mejor que el de los demás jóvenes que comían a la mesa del rey; incluso se los veía más fuertes. 16 A partir de entonces, el responsable les retiraba las raciones de comida y el vino, y les daba legumbres.


17 Dios concedió a aquellos cuatro jóvenes sabiduría y conocimientos en toda clase de literatura y de actividades sapienciales. Daniel, en particular, entendía de visiones y de sueños. 18 Cuando pasó el tiempo que el rey había dispuesto para que le fueran presentados los jóvenes, el jefe del personal los llevó ante Nabucodonosor. 19 El rey habló con ellos, pero entre todos no encontró a ninguno como Daniel, Ananías, Misael y Azarías, por lo que pasaron al servicio del rey. 20 En todas las materias que el rey les preguntaba, materias que requerían sabiduría e inteligencia, los encontró diez veces superiores a todos los magos y adivinos de su reino. 21 Daniel permaneció allí hasta el año primero del reinado de Ciro.

El sueño de la estatua


2 El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños que turbaron su espíritu y no le dejaban dormir. 2 El rey ordenó llamar a los magos, adivinos, hechiceros y astrólogos para que interpretaran sus sueños. 3 Una vez que comparecieron ante su presencia, el rey les dijo:


— He tenido un sueño y estoy intrigado por conocer su sentido.


4 Los astrólogos respondieron al rey en arameo:


— ¡Larga vida al rey! Cuenta el sueño a tus siervos y daremos con su interpretación.


5 El rey les respondió:


— He tomado una determinación: como no me cuenten el sueño y den con su interpretación, serán cortados en pedazos y sus casas serán demolidas. 6 Pero, si me cuentan el sueño y dan con su interpretación, les colmaré de regalos, obsequios y honores. Les conviene, pues, contarme el sueño y dar con su interpretación.


7 Ellos insistieron:


— Que el rey nos cuente su sueño y nosotros daremos con su interpretación.


8 El rey respondió:


— Me parece que intentan ganar tiempo, pues saben que he tomado la determinación de 9 hacerlos reos de una misma sentencia si no son capaces de contarme el sueño. Seguro que se han puesto de acuerdo para mentirme y engañarme, en espera de que cambie la situación. Así que cuéntenme de una vez el sueño; de ese modo me convenceré de que también son capaces de interpretarlo.


10 Los astrólogos respondieron al rey:


— No hay nadie en el mundo que pueda responder a lo que pide su majestad. Y tampoco ha existido un rey, por muy grande y poderoso que haya sido, que haya preguntado cosa semejante a ningún mago, adivino o astrólogo. 11 Lo que pide su majestad es algo muy difícil. Nadie puede darlo a conocer al rey, excepto los dioses, que no habitan entre los mortales.


12 Entonces el rey se enfureció sobremanera y mandó acabar con todos los sabios de Babilonia. 13 Una vez hecha pública la orden de matar a los sabios, se buscó a Daniel y a sus compañeros, pues también a ellos les afectaba la orden real. 14 Pero cuando Arioc, jefe de la guardia real, iba a cumplir la orden de matar a los sabios de Babilonia, Daniel hizo gala de su prudencia y sensatez, 15 y le preguntó:


— ¿Por qué ha promulgado el rey una orden tan severa?


16 Cuando Arioc le puso al corriente de la situación, Daniel pidió audiencia y propuso al rey que le concediese un plazo para dar con la interpretación del sueño.

Daniel solicita la ayuda del Señor


17 Cuando volvió a casa, Daniel informó del asunto a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, 18 y les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo para poder descifrar aquel misterio. De otro modo, Daniel y sus compañeros morirían junto con los demás sabios de Babilonia. 19 El misterio le fue revelado a Daniel en una visión nocturna. Entonces bendijo al Dios del cielo 20 con estas palabras:


Sea el nombre de Dios

bendito por siempre;

suyos son sabiduría y poder.

21

Él hace que se alternen

años y estaciones;

él entroniza reyes

y él mismo los destrona.

Concede sabiduría a los sabios

y ciencia a los perspicaces.

22

Revela lo profundo y lo secreto,

conoce lo que ocultan las sombras

y la luz mora junto a él.

23

Te alabo y te doy gracias,

Dios de mis antepasados,

pues me das sabiduría y poder,

me revelas lo que habíamos pedido

y me manifiestas el asunto del rey.

1 Pedro 3:8-4:6

La Palabra (Hispanoamérica)

Hacer el bien sin miedo al sufrimiento


8 En fin, tengan todos un mismo pensar, compartan penas y alegrías, pórtense fraternalmente, sean misericordiosos y sencillos. 9 No devuelvan mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario, bendigan, pues han sido llamados a heredar una bendición. 10 En efecto:


Quien desee amar la vida

y conocer días felices,

debe guardar su lengua del mal,

y sus labios de la falsedad.

11

Debe apartarse del mal y practicar el bien,

debe buscar la paz y correr tras ella.

12

Pues los ojos del Señor se fijan en los buenos,

y sus oídos atienden a sus ruegos.

Rechaza, en cambio, el Señor

a quienes practican el mal.


13 Y ¿quién podrá hacerles daño, si se entregan con ardor a la práctica del bien? 14 Pero, aun cuando tengan que sufrir por comportarse rectamente, ¡dichosos ustedes! No les tengán miedo ni se acobarden. 15 Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor, estando dispuestos en todo momento a dar razón de su esperanza a cualquiera que les pida explicaciones. Pero, eso sí, háganlo con dulzura y respeto, 16 como quien tiene limpia la conciencia, para que quienes critican su buena conducta cristiana, queden avergonzados de sus calumnias. 17 Porque más vale sufrir, si así lo quiere Dios, por hacer el bien, que por hacer el mal.

El bautismo que salva


18 También Cristo murió por los pecados, una vez por todas, el inocente por los culpables, para conducirlos a ustedes a Dios. Como mortal, sufrió la muerte; como espiritual fue devuelto a la vida. 19 Fue entonces también cuando proclamó su mensaje a los espíritus que se hallaban en prisión, 20 es decir, a los desobedientes del tiempo de Noé, cuando Dios esperaba pacientemente mientras se construía el arca, en la que unos pocos —ocho personas— se salvaron a través del agua. 21 Aquello fue una imagen del bautismo que ahora los salva. Bautismo que no consiste en quitar una suciedad corporal, sino en comprometerse ante Dios a llevar una conducta limpia. Y los salva en virtud de la resurrección de Jesucristo, 22 que, ascendido al cielo, comparte el poder soberano de Dios y tiene bajo su autoridad a todas las potencias celestiales.

Romper con una vida de pecado


4 Si Cristo padeció en su cuerpo, háganse a la idea de que también ustedes tienen que padecer, pues el que está sufriendo corporalmente se supone que ha roto con el pecado 2 para vivir el resto de su vida mortal conforme a la voluntad de Dios y no conforme a las pasiones humanas. 3 Porque bastante tiempo han pasado ustedes ya viviendo al estilo de los paganos, es decir, entregados al desenfreno y a la liviandad, a crápulas, orgías, borracheras y abominables cultos idolátricos. 4 Ahora, ellos se extrañan y los insultan porque ustedes no se lanzan junto con ellos a ese torrente desbordado de lujuria. 5 Pero tendrán que rendir cuentas al que está preparado para juzgar a vivos y muertos. 6 Por eso precisamente, también a los que ya murieron se les anunció el mensaje de salvación, a fin de que, juzgados como mortales, obtengan de Dios la vida del espíritu.

Salmos 119:65-80

La Palabra (Hispanoamérica)


65

Fuiste bueno con tu siervo,

según tu promesa, Señor.

66

Enséñame el buen juicio y el saber,

que en tus mandatos yo confío.

67

Antes de haber sufrido pequé,

pero ahora respeto tu palabra.

68

Tú eres bueno y haces el bien,

enséñame tus normas.

69

Los soberbios me calumnian,

pero yo guardo sinceramente tus preceptos.

70

Su corazón es insensible,

yo, en cambio, me deleito en tu ley.

71

Me vino bien haber sufrido

para así aprender tus normas.

72

Prefiero la ley de tu boca

a miles de monedas de oro y plata.


73

Tus manos me hicieron y me formaron;

hazme entender y aprenderé tus mandatos.

74

Quienes te veneran se alegran al verme,

porque en tu palabra pongo mi esperanza.

75

Yo sé, Señor, que tus decretos son justos,

que con razón me hiciste sufrir.

76

Que sea tu amor mi consuelo,

según la promesa hecha a tu siervo.

77

Que tu piedad venga a mí y viviré,

pues tu ley hace mis delicias.

78

Que se avergüencen los soberbios,

los que sin razón me afligieron;

por mi parte, medito tus preceptos.

79

Que vengan a mí quienes te veneran,

quienes conocen tus mandatos.

80

Sea mi corazón fiel a tus normas

y no tendré que avergonzarme.

Proverbios 28:14

La Palabra (Hispanoamérica)


14

Dichoso quien vive siempre vigilante,

el contumaz caerá en desgracia.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)


La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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