Tuesday, June 20, 2017

DAB Español, Miércoles 21 de Junio

Día 172

2 Reyes 1:1-2:25; Hechos 13:42-14:7; Salmos 139:1-24; Proverbios 17:19-21 (Nueva Traducción Viviente)





2 Reyes 1-2 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Elías enfrenta al rey Ocozías
1 Después de la muerte del rey Acab, la nación de Moab se rebeló contra Israel.

2 Cierto día Ocozías, el nuevo rey de Israel, se cayó por la reja de la ventana de una habitación en el piso superior de su palacio en Samaria y quedó gravemente herido. Entonces envió mensajeros al templo de Baal-zebub, dios de Ecrón, para que consultaran si iba a recuperarse.

3 Entonces el ángel del Señor le dijo a Elías, quien era de Tisbé: «Ve y enfrenta a los mensajeros del rey de Samaria, y pregúntales: “¿Acaso no hay Dios en Israel? ¿Por qué recurren a Baal-zebub, dios de Ecrón, a consultarle si el rey va a recuperarse? 4 Por lo tanto, esto dice el Señor: nunca te levantarás de la cama donde estás; ten por seguro que morirás”». Entonces Elías fue a transmitirles el mensaje.

5 Cuando los mensajeros regresaron, el rey les preguntó:

—¿Por qué volvieron tan pronto?

6 Ellos contestaron:

—Se nos cruzó un hombre y nos dijo que regresáramos y le diéramos este mensaje al rey: “Esto dice el Señor: ‘¿Acaso no hay Dios en Israel? ¿Por qué mandas hombres a preguntarle a Baal-zebub, dios de Ecrón, si vas a recuperarte? Por eso que hiciste, nunca te levantarás de la cama donde estás; ten por seguro que morirás’”.

7 —¿Qué hombre les dijo eso? —preguntó el rey—. ¿Cómo era?

8 Y ellos contestaron:

—Era un hombre velludo[a] y tenía un cinto de cuero en la cintura.

—¡Elías de Tisbé! —exclamó el rey.

9 Entonces envió a un capitán del ejército con cincuenta soldados para que lo arrestaran. Lo encontraron sentado en la cima de una colina, y el capitán le dijo:

—Hombre de Dios, el rey te ordena que vengas con nosotros.

10 Elías respondió al capitán:

—Si yo soy un hombre de Dios, ¡que caiga fuego del cielo y te destruya a ti y a tus cincuenta hombres!

Enseguida cayó fuego del cielo y los mató a todos.

11 Entonces el rey envió a otro capitán con otros cincuenta hombres, y el capitán dijo a Elías:

—Hombre de Dios, el rey te exige que bajes de inmediato.

12 Elías respondió:

—Si yo soy un hombre de Dios, ¡que caiga fuego del cielo y te destruya a ti y a tus cincuenta hombres!

Y de nuevo el fuego de Dios cayó del cielo y los mató a todos.

13 Por tercera vez, el rey envió a un capitán con cincuenta hombres; pero esta vez el capitán subió a la colina, se arrodilló ante Elías y le suplicó:

—Hombre de Dios, por favor, perdone mi vida y también la vida de estos cincuenta siervos suyos. 14 Sabemos que cayó fuego del cielo y destruyó a los primeros dos grupos; pero ahora, ¡le ruego que me perdone la vida!

15 Entonces el ángel del Señor dijo a Elías: «Desciende con él y no le tengas miedo». Así que Elías se levantó y fue con el capitán a ver al rey.

16 Así que Elías dijo al rey: «Esto dice el Señor: “¿Por qué enviaste mensajeros a Baal-zebub, dios de Ecrón, a preguntarle si te recuperarías? ¿Acaso no hay Dios en Israel para contestar tu pregunta? Ahora, porque hiciste esto, nunca te levantarás de la cama donde estás; ten por seguro que morirás”».

17 Así que Ocozías murió como el Señor lo había anunciado por medio de Elías. Dado que Ocozías no tenía ningún hijo que reinara en su lugar, su hermano Joram[b] lo sucedió en el trono. Esto ocurrió en el segundo año del reinado de Yoram, hijo de Josafat, rey de Judá.

18 Los demás acontecimientos del reinado de Ocozías y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.

Elías es llevado al cielo
2 Cuando el Señor estaba por llevarse a Elías al cielo en un torbellino, Elías y Eliseo estaban en camino desde Gilgal. 2 Y Elías le dijo a Eliseo:

—Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera a Betel.

Eliseo respondió:

—Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!

Así que descendieron juntos a Betel.

3 El grupo de profetas de Betel se acercó a Eliseo para preguntarle:

—¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo?

—Claro que lo sé —contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!

4 Entonces Elías le dijo a Eliseo:

—Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera a Jericó.

Pero Eliseo le respondió de nuevo:

—Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!

Así que continuaron juntos a Jericó.

5 Después el grupo de profetas de Jericó se acercó a Eliseo para preguntarle:

—¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo?

—Claro que lo sé —contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!

6 Entonces Elías le dijo a Eliseo:

—Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera al río Jordán.

Pero una vez más, Eliseo respondió:

—Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!

Así que siguieron juntos.

7 Cincuenta hombres del grupo de profetas también fueron y observaron de lejos cuando Elías y Eliseo se detuvieron junto al río Jordán. 8 Luego Elías dobló su manto y con él golpeó el agua. ¡El río se dividió en dos y ambos cruzaron sobre tierra seca!

9 Cuando llegaron al otro lado, Elías le dijo a Eliseo:

—Dime qué puedo hacer por ti antes de ser llevado.

Y Eliseo respondió:

—Te pido que me permitas heredar una doble porción de tu espíritu y que llegue a ser tu sucesor.

10 —Has pedido algo difícil —respondió Elías—. Si me ves en el momento en que sea llevado de tu lado, recibirás lo que pediste; pero si no me ves, no lo recibirás.

11 Mientras iban caminando y conversando, de pronto apareció un carro de fuego, tirado por caballos de fuego. Pasó entre los dos hombres y los separó, y Elías fue llevado al cielo por un torbellino. 12 Eliseo lo vio y exclamó: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Veo los carros de Israel con sus conductores!». Mientras desaparecían de su vista, rasgó su ropa en señal de angustia.

13 Entonces Eliseo tomó el manto de Elías, el cual se había caído cuando fue llevado, y regresó a la orilla del río Jordán. 14 Golpeó el agua con el manto de Elías y exclamó: «¿Dónde está el Señor, Dios de Elías?». Entonces el río se dividió en dos y Eliseo lo cruzó.

15 Cuando el grupo de profetas de Jericó vio desde lejos lo que había sucedido, exclamaron: «¡El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo!». Enseguida salieron a su encuentro y se inclinaron hasta el suelo delante de él.

16 —Señor —le dijeron—, usted tan solo dé la orden y cincuenta de nuestros hombres más fuertes buscarán a su amo por todo el desierto. Tal vez el Espíritu del Señor lo haya dejado en alguna montaña o en algún valle.

—No —respondió Eliseo—, no los manden.

17 Pero ellos insistieron tanto que él, avergonzado, finalmente aceptó:

—Está bien —les dijo—, mándenlos.

Así que cincuenta hombres buscaron a Elías durante tres días, pero no lo encontraron. 18 Eliseo aún estaba en Jericó cuando los hombres regresaron. «¿Acaso no les dije que no fueran?», preguntó.

Primeros milagros de Eliseo
19 Cierto día, los líderes de la ciudad de Jericó fueron a visitar a Eliseo.

—Tenemos un problema, señor —le dijeron—. Como puedes ver, esta ciudad está situada en un entorno agradable, pero el agua es mala y la tierra no produce.

20 Eliseo dijo:

—Tráiganme un recipiente nuevo y pónganle sal.

Así que se lo llevaron 21 y Eliseo fue hasta el manantial que suministraba el agua a la ciudad, le echó la sal y dijo: «Esto dice el Señor: “Yo he purificado el agua, ya no causará muerte ni esterilidad[c]”». 22 Desde entonces el agua quedó pura, tal como dijo Eliseo.

23 Después Eliseo salió de Jericó y subió a Betel. Mientras iba por el camino, unos muchachos de la ciudad comenzaron a burlarse y a reírse de él. «¡Vete de aquí, viejo calvo! —gritaban—. ¡Vete de aquí, viejo calvo!». 24 Eliseo se dio la vuelta, los miró y los maldijo en el nombre del Señor. Entonces dos osos salieron del bosque y atacaron a cuarenta y dos de ellos. 25 De allí, Eliseo fue al monte Carmelo y finalmente regresó a Samaria.

Footnotes:

1:8 O Vestía ropa hecha de pelo.
1:17 En hebreo Yoram, una variante de Joram.
2:21 O ni volverá improductiva la tierra; en hebreo dice ni infecundidad.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Hechos 13:42-14:7 Nueva Traducción Viviente (NTV)

42 Cuando Pablo y Bernabé salieron de la sinagoga ese día, la gente les suplicó que volvieran a hablar sobre esas cosas la semana siguiente. 43 Muchos judíos y devotos convertidos al judaísmo siguieron a Pablo y a Bernabé, y ambos hombres los exhortaban a que continuaran confiando en la gracia de Dios.

Pablo se dirige a los gentiles
44 A la semana siguiente, casi toda la ciudad fue a oírlos predicar la palabra del Señor. 45 Cuando algunos judíos vieron las multitudes tuvieron envidia; así que calumniaban a Pablo y debatían contra todo lo que él decía.

46 Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valentía y declararon: «Era necesario que primero les predicáramos la palabra de Dios a ustedes, los judíos; pero ya que ustedes la han rechazado y se consideran indignos de la vida eterna, se la ofreceremos a los gentiles. 47 Pues el Señor nos dio este mandato cuando dijo:

“Yo te he hecho luz para los gentiles,
    a fin de llevar salvación a los rincones más lejanos de la tierra”[a]».
48 Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y le dieron las gracias al Señor por su mensaje, y todos los que fueron elegidos para la vida eterna se convirtieron en creyentes. 49 Así que el mensaje del Señor se extendió por toda esa región.

50 Luego los judíos provocaron a las mujeres religiosas influyentes y a los líderes de la ciudad, e incitaron a una turba contra Pablo y Bernabé, y los echaron de la ciudad. 51 Así que ellos se sacudieron el polvo de sus pies en señal de rechazo y se dirigieron a la ciudad de Iconio. 52 Y los creyentes[b] se llenaron de alegría y del Espíritu Santo.

Pablo y Bernabé en Iconio
14 Lo mismo sucedió en Iconio.[c] Pablo y Bernabé fueron a la sinagoga judía y predicaron con tanto poder que un gran número de judíos y griegos se hicieron creyentes. 2 Sin embargo, algunos de los judíos rechazaron el mensaje de Dios y envenenaron la mente de los gentiles[d] en contra de Pablo y Bernabé; 3 pero los apóstoles se quedaron allí por mucho tiempo, predicando con valentía acerca de la gracia del Señor. Y el Señor demostraba que el mensaje era verdadero al darles poder para hacer señales milagrosas y maravillas; 4 pero la gente de la ciudad estaba dividida en cuanto a su opinión sobre ellos. Algunos estaban del lado de los judíos, y otros apoyaban a los apóstoles.

5 Entonces una turba de gentiles y judíos, junto con sus líderes, decidieron atacarlos y apedrearlos. 6 Cuando los apóstoles se enteraron, huyeron a la región de Licaonia, a las ciudades de Listra y Derbe y sus alrededores. 7 Y allí predicaron la Buena Noticia.

Footnotes:

13:47 Is 49:6.
13:52 En griego los discípulos.
14:1 Iconio, así como Listra y Derbe (14:6), eran ciudades en lo que ahora es Turquía.
14:2 Gentil[es], que no es judío.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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Salmos 139 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Salmo 139
Para el director del coro: salmo de David.

1 Oh Señor, has examinado mi corazón
    y sabes todo acerca de mí.
2 Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto;
    conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos.
3 Me ves cuando viajo
    y cuando descanso en casa.
    Sabes todo lo que hago.
4 Sabes lo que voy a decir
    incluso antes de que lo diga, Señor.
5 Vas delante y detrás de mí.
    Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza.
6 Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí,
    ¡es tan elevado que no puedo entenderlo!
7 ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu!
    ¡Jamás podría huir de tu presencia!
8 Si subo al cielo, allí estás tú;
    si desciendo a la tumba,[a] allí estás tú.
9 Si cabalgo sobre las alas de la mañana,
    si habito junto a los océanos más lejanos,
10 aun allí me guiará tu mano
    y me sostendrá tu fuerza.
11 Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara,
    y a la luz que me rodea, que se convierta en noche;
12     pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti.
Para ti, la noche es tan brillante como el día.
    La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.
13 Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo
    y me entretejiste en el vientre de mi madre.
14 ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!
    Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.
15 Tú me observabas mientras iba cobrando forma en secreto,
    mientras se entretejían mis partes en la oscuridad de la matriz.
16 Me viste antes de que naciera.
    Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.
Cada momento fue diseñado
    antes de que un solo día pasara.
17 Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí,[b] oh Dios.
    ¡No se pueden enumerar!
18 Ni siquiera puedo contarlos;
    ¡suman más que los granos de la arena!
Y cuando despierto,
    ¡todavía estás conmigo!
19 ¡Oh Dios, si tan solo destruyeras a los perversos!
    ¡Lárguense de mi vida, ustedes asesinos!
20 Blasfeman contra ti;
    tus enemigos hacen mal uso de tu nombre.
21 Oh Señor, ¿no debería odiar a los que te odian?
    ¿No debería despreciar a los que se te oponen?
22 Sí, los odio con todas mis fuerzas,
    porque tus enemigos son mis enemigos.
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
    pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.
24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda
    y guíame por el camino de la vida eterna.
Footnotes:

139:8 En hebreo al Seol.
139:17 O Qué preciosos son para mí tus pensamientos.
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Proverbios 17:19-21 Nueva Traducción Viviente (NTV)

19 Al que le gusta pelear, le gusta pecar;
    el que confía en sus altas murallas invita al desastre.
20 El corazón retorcido no prosperará;
    la lengua mentirosa cae en problemas.
21 Los padres de un necio sufren;
    no hay alegría para el padre de un rebelde.
Nueva Traducción Viviente (NTV)

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