Día 11, DAB Español, Jueves 11 de Enero
Génesis 24:52-26:16; Mateo 8:18-34; Salmos 10:1-5; Proverbios 3:7-8 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Génesis 24:52-26:16 Reina Valera Contemporánea (RVC)
52 Cuando el criado
de Abrahán les oyó decir estas palabras, se inclinó hasta el suelo delante del
Señor; 53 luego sacó el criado alhajas de oro y plata, y vestidos, y se los dio
a Rebeca. También a su hermano y a su madre les dio cosas preciosas. 54 Luego
él y los varones que venían con él comieron y bebieron, y allí pasaron la
noche. Al día siguiente se levantaron, y el criado dijo:
«Envíenme a mi
señor.»
55 Pero su hermano y
su madre respondieron:
«Que se quede la
joven con nosotros por lo menos unos diez días, y después de eso partirá.»
56 Pero él les dijo:
«Ya que el Señor ha
prosperado mi camino, no me detengan más. Despídanme, y entonces volveré a mi
señor.»
57 Entonces ellos
respondieron:
«Llamemos a la joven,
y preguntémosle a ella.»
58 Y llamaron a
Rebeca, y le dijeron:
«¿Quieres irte con
este varón?»
Y ella respondió:
«Sí, quiero irme con
él.»
59 Y así, dejaron ir
a su hermana Rebeca y a su nodriza, y también al criado de Abrahán y a sus
hombres. 60 A Rebeca la bendijeron así:
«Hermana nuestra, que
seas la madre de miles y miles, y que tus descendientes conquisten las ciudades
de sus enemigos.»
61 Rebeca se levantó
entonces, junto con sus doncellas, y montando en los camellos siguieron al
criado, el cual tomó a Rebeca y se fue.
62 Isaac, que vivía
en el Néguev, regresaba del pozo llamado «El que vive y me ve». 63 Era la hora
de la tarde, e Isaac había salido al campo, para meditar. Pero al levantar los
ojos, vio que se acercaban los camellos. 64 También Rebeca levantó los ojos, y
vio a Isaac. Entonces se bajó del camello, 65 y le preguntó al criado:
«¿Quién es este varón
que anda por el campo y viene a nuestro encuentro?»
Y el criado le
respondió:
«Es mi señor.»
Entonces ella tomó el
velo y se cubrió, 66 y el criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. 67
Isaac tomó entonces a Rebeca por mujer, y la llevó a la tienda de Sara, su
madre, y la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.
Los descendientes de
Abrahán y Cetura
25 Abrahán tomó otra
mujer, cuyo nombre era Cetura. 2 Ésta le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán,
Madián, Isbac y Súaj. 3 Jocsán engendró a Sebá y a Dedán. Los hijos de Dedán
fueron Asurim, Letusim y Leumim. 4 Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Janoc,
Abidá y Eldá. Todos estos fueron hijos de Cetura. 5 Y Abrahán le dio a Isaac
todo cuanto tenía. 6 A los hijos de sus concubinas, Abrahán les dio regalos
mientras todavía vivía, y los envió hacia el oriente, a la tierra oriental,
lejos de su hijo Isaac.
Muerte y sepultura de
Abrahán
7 Abrahán llegó a
vivir ciento setenta y cinco años, 8 y murió en buena vejez, anciano y lleno de
años. Exhaló el espíritu, y fue reunido a su pueblo. 9 Sus hijos Isaac e Ismael
lo sepultaron en la cueva de Macpela, que fue heredad de Efrón hijo de Sojar,
el hitita, y que está frente a Mamre, 10 Esa heredad la compró Abrahán de los
hititas, y allí fueron sepultados Abrahán y Sara, su mujer. 11 Después de la
muerte de Abrahán, Dios bendijo a su hijo Isaac, y éste se quedó a vivir junto
al pozo «El que vive y me ve».
Los descendientes de
Ismael
12 Éstos son los
descendientes de Ismael, el hijo que Abrahán tuvo con Agar la egipcia, sierva
de Sara. 13 Los nombres de los hijos de Ismael, nombrados por orden de
nacimiento, fueron: Nebayot, primogénito de Ismael; le siguieron Cedar, Adbel,
Mibsán, 14 Misma, Duma, Massa, 15 Hadar, Tema, Jetur, Nafís y Quedemá. 16 Éstos
son los hijos de Ismael, y sus nombres, en el orden de sus villas y
campamentos: doce príncipes de sus pueblos. 17 Ismael llegó a vivir ciento
treinta y siete años. Después de eso exhaló el espíritu y murió, y fue reunido
a su pueblo. 18 Murió en presencia de todos sus hermanos. Y los ismaelitas se
asentaron desde Javilá hasta Shur, que cuando se viene de Asiria queda frente a
Egipto.
Nacimiento de Jacob y
Esaú
19 Éstos son los
descendientes de Isaac, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac. 20 Isaac
tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, el arameo
de Padán Aram, y hermana de Labán el arameo. 21 Isaac rogó al Señor por Rebeca,
su mujer, porque era estéril; y el Señor escuchó sus ruegos, y ella concibió.
22 Pero los hijos luchaban dentro de ella, así que ella dijo:
«Si esto es así,
¿para qué estoy aquí?»
Fue entonces a
consultar al Señor; 23 y el Señor le respondió:
«En tu seno hay dos
naciones.
Dos pueblos serán
divididos desde tus entrañas;
un pueblo será más
fuerte que el otro,
y el mayor servirá al
menor.»
24 Cuando se
cumplieron sus días para que diera a luz, resultó que en su vientre había
gemelos. 25 El primero en salir era rubio y todo velludo; y le pusieron por
nombre Esaú. 26 Después salió su hermano, con la mano aferrada al talón de
Esaú; y le pusieron por nombre Jacob.[a] Isaac tenía sesenta años de edad
cuando ella los dio a luz.
Esaú vende su
primogenitura
27 Los niños
crecieron, y Esaú fue un hombre de campo y un cazador experto; pero Jacob era
un hombre tranquilo, que habitaba en tiendas. 28 Isaac amaba a Esaú, porque
comía de lo que cazaba; pero Rebeca amaba a Jacob.
29 Cierto día, Jacob
preparó un guiso, y Esaú, que volvía del campo, cansado, 30 le dijo a Jacob:
«Por favor, dame a
comer de ese guiso rojo, que estoy muy cansado.»
Por eso fue llamado
Edom.[b] 31 Y Jacob le respondió:
«Pues véndeme hoy tu
primogenitura.»
32 Esaú dijo:
«¿Y para qué me sirve
la primogenitura, si estoy a punto de morir?»
33 Jacob le dijo:
«Pues júramelo hoy
mismo.»
Y Esaú le hizo un
juramento a Jacob, y le vendió su primogenitura. 34 Entonces Jacob le dio a
Esaú pan y el guiso de lentejas, y Esaú comió y bebió; luego se levantó y se
fue. Así fue como Esaú menospreció la primogenitura.
Isaac en Gerar
26 Sucedió que hubo
hambre en la tierra, además de la que hubo en los días de Abrahán. Así que
Isaac se fue a vivir en Gerar, con Abimelec, rey de los filisteos. 2 Y el Señor
se le apareció y le dijo:
«No vayas a Egipto.
Quédate a vivir en la tierra que yo te diré. 3 Habita como extranjero en esta
tierra, y yo estaré contigo y te bendeciré. A ti y a tu descendencia les daré
todas estas tierras, y así confirmaré el juramento que le hice a Abrahán, tu padre.
4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y a tu
descendencia le daré todas estas tierras. Todas las naciones de la tierra serán
bendecidas en tu simiente, 5 porque Abrahán escuchó mi voz, y guardó mis
preceptos, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.»
6 Y así, Isaac se
quedó a vivir en Gerar. 7 Los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de
su mujer, y él respondió: «Es mi hermana»; y es que tuvo miedo de decir: «Es mi
mujer», al pensar que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de
Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.
8 Después de que él
estuvo allí muchos días, sucedió que Abimelec, el rey de los filisteos, al
asomarse por una ventana vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer. 9
Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:
«¿Así que en realidad
ella es tu mujer? ¿Por qué, entonces, dijiste que era tu hermana?»
Isaac le respondió:
«Es que pensé: “Tal
vez por causa de ella puedo morir.”»
10 Pero Abimelec le
dijo:
«¿Por qué nos has
hecho esto? Un poco más y alguno del pueblo hubiera dormido con tu mujer, ¡y
nos habrías hecho pecar!»
11 Entonces Abimelec
ordenó a todo su pueblo:
«El que toque a este
hombre, o a su mujer, puede darse por muerto.»
12 Isaac sembró en
aquella tierra y Dios lo bendijo, y ese año cosechó cien veces lo sembrado 13 y
se hizo rico y prosperó. Tanto se engrandeció que llegó a tener mucho poder. 14
Tuvo rebaños de ovejas y manadas de vacas, y mucha servidumbre. Los filisteos
lo envidiaban. 15 Todos los pozos que en los días de Abrahán, su padre, habían
abierto sus criados, los filisteos los habían tapado y rellenado con tierra. 16
Por su parte, Abimelec le dijo a Isaac:
«Apártate de
nosotros, pues ya eres más poderoso que nosotros.»
Footnotes:
Génesis 25:26 Es
decir, el que se aferra al talón, o el que suplanta.
Génesis 25:30 Es
decir, Rojo.
Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009,
2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Mateo 8:18-34 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Los que querían
seguir a Jesús
18 Al verse Jesús
rodeado de tanta gente, dio órdenes de cruzar el lago. 19 Entonces se le acercó
un escriba, y le dijo: «Maestro, yo te seguiré adondequiera que vayas.» 20
Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo tienen nidos,
pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza.» 21 Otro de sus
discípulos le dijo: «Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre.» 22
Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.»
Jesús calma la
tempestad
23 Luego subió a la
barca, y sus discípulos lo siguieron. 24 En esto se levantó en el lago una
tempestad tan grande que las olas cubrían la barca, pero él dormía. 25 Sus
discípulos lo despertaron y le dijeron: «¡Señor, sálvanos, que estamos por
naufragar!» 26 Él les dijo: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?»
Entonces se levantó, reprendió al viento y a las aguas, y sobrevino una calma
impresionante. 27 Y esos hombres se quedaron asombrados, y decían: «¿Qué clase
de hombre es éste, que hasta el viento y las aguas lo obedecen?»
Los endemoniados
gadarenos
28 Cuando llegó a la
otra orilla, que era la tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de
entre los sepulcros y se le acercaron. Eran tan feroces que nadie se atrevía a
pasar por aquel camino. 29 Y entre gritos le dijeron: «Hijo de Dios, ¿qué
tienes que ver con nosotros? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?» 30
Lejos de ellos había un hato de muchos cerdos, que pacían. 31 Y los demonios le
rogaron: «Si nos expulsas, permítenos ir a aquel hato de cerdos.» 32 Él les
dijo: «Vayan.» Ellos salieron, y se fueron a los cerdos, y todo el hato se
lanzó al lago por un despeñadero, y perecieron ahogados. 33 Los que cuidaban de
los cerdos huyeron y fueron corriendo a la ciudad, y allí contaron todas estas
cosas, incluso lo que había pasado con los endemoniados. 34 Y todos en la
ciudad fueron a ver a Jesús y, cuando lo encontraron, le rogaron que se fuera
de sus contornos.
Reina Valera
Contemporánea (RVC)
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Salmos 10:1-5 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Plegaria que pide la
destrucción de los malvados
10 Señor, ¿por qué
estás tan lejos?
¿Por qué te escondes
en momentos de angustia?
2 Arrogante, el
malvado persigue al pobre;
¡pero sus propias
trampas lo atraparán!
3 El injusto se jacta
de sus malos deseos;
alaba al ambicioso y
desprecia al Señor.
4 Tan soberbio es el
impío que no busca a Dios,
ni le da lugar en sus
pensamientos.
5 Todo el tiempo sus
caminos son torcidos,
desprecia a todos sus
adversarios,
y tus leyes están muy
lejos de su vista.
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Contemporánea (RVC)
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Proverbios 3:7-8 Reina Valera Contemporánea (RVC)
7 No seas sabio en tu
propia opinión;
teme al Señor y
apártate del mal.
8 Él será la medicina
de tu cuerpo;
¡infundirá alivio a
tus huesos!
Reina Valera
Contemporánea (RVC)
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