Día 13, DAB Español, Sábado 13 de Enero
Génesis 28:1-29:35; Mateo 9:18-38; Salmos 11; Proverbios 3:11-12 (Reina Valera Contemporánea (RVC))
Génesis 28-29 Reina Valera Contemporánea (RVC)
28 Entonces Isaac
llamó a Jacob, y lo bendijo. Además, le ordenó:
«No tomes como mujer
a ninguna cananea. 2 Levántate y vete a Padán Aram, a casa de Betuel, tu abuelo
materno, y toma allí por mujer a una de las hijas de Labán, el hermano de tu
madre. 3 ¡Que el Dios omnipotente te bendiga y haga que te reproduzcas y te multipliques,
hasta que seas un gran conjunto de pueblos! 4 ¡Que Dios te dé la bendición de
Abrahán, a ti y a tu descendencia, para que heredes la tierra donde ahora
vives, y que él le dio a Abrahán!»
5 Así despidió Isaac
a Jacob, y éste se fue a Padán Aram, donde vivía Labán, que era hijo de Betuel
el arameo y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.
6 Esaú vio que Isaac
había bendecido a Jacob, y que lo había enviado a Padán Aram para tomar de allí
una mujer. También vio que, al bendecirlo, le había dado la orden de no tomar
por mujer a una cananea, 7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre,
y se había ido a Padán Aram. 8 Esaú vio igualmente que a Isaac, su padre, no le
agradaban las cananeas, 9 así que se fue a ver a Ismael y, además de sus otras
mujeres, Esaú tomó allí por mujer a Majalat, que era hermana de Nebayot e hija
de Ismael, el hijo de Abrahán.
Dios se aparece a
Jacob en Betel
10 Jacob salió de
Berseba y se fue a Jarán. 11 Al llegar a cierto lugar, se quedó allí a pasar la
noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de aquel lugar
y la puso como cabecera, y allí se acostó para dormir. 12 Entonces tuvo un
sueño, en el que veía una escalera apoyada en la tierra, y cuyo extremo tocaba
el cielo, y veía que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella. 13 En lo
alto de la escalera, veía al Señor, que le decía:
«Yo soy el Señor, el
Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré
la tierra donde ahora estás acostado. 14 Tu descendencia será como el polvo de
la tierra, y te esparcirás hacia el occidente y el oriente, hacia el norte y el
sur. En ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.
15 Date cuenta de que yo estoy contigo. Yo te protegeré por dondequiera que
vayas, y volveré a traerte a esta tierra. No te dejaré ni un momento, hasta que
haya hecho lo que te he dicho.»
16 Cuando Jacob
despertó de su sueño, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo
sabía.» 17 Sintió miedo, y dijo: «¡Qué terrible es este lugar! ¡No es otra cosa
que la casa de Dios y la puerta del cielo!»
18 Por la mañana
Jacob se levantó y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la levantó como
un pilar, y sobre ella derramó aceite. 19 A ese lugar le puso por nombre
Betel,[a] aunque el primer nombre de esa ciudad era Luz.[b] 20 Allí Jacob hizo
este voto: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que ahora hago, y me
da pan para comer y ropa para vestirme, 21 y me hace volver en paz a la casa de
mi padre, entonces el Señor será mi Dios. 22 Esta piedra, que he levantado como
pilar, será casa de Dios; y de todo lo que me des, apartaré el diezmo para ti.»
Jacob sirve a Labán
por Raquel y Lea
29 Jacob siguió su
camino, y llegó a la tierra de los orientales. 2 Se fijó, y vio en el campo un
pozo; cerca de él había tres rebaños de ovejas, porque de ese pozo bebían los
ganados. Una piedra muy grande tapaba la boca del pozo. 3 Cuando todos los
rebaños se reunían, se removía la piedra que tapaba el pozo, y se daba de beber
a las ovejas; después se volvía a poner la piedra sobre la boca del pozo. 4
Jacob les dijo:
«Hermanos míos, ¿de
dónde son ustedes?»
Y ellos respondieron:
«Somos de Jarán.»
5 Les dijo entonces:
«¿Conocen ustedes a
Labán, el hijo de Najor?»
Y ellos dijeron:
«Sí, lo conocemos.»
6 Jacob les dijo:
«¿Se encuentra bien?»
Y ellos contestaron:
«Él se encuentra
bien. De hecho, aquí viene su hija Raquel con las ovejas.»
7 Entonces él dijo:
«Como pueden ver, aún
es muy de día. Todavía no es tiempo de recoger el ganado. Denles agua a las
ovejas, y llévenlas a los pastos.»
8 Pero ellos le
respondieron:
«No podemos hacerlo,
hasta que se junten todos los rebaños. Entonces se quitará la piedra de la boca
del pozo, y les daremos agua a las ovejas.»
9 Todavía estaba él
hablando con ellos, cuando llegó Raquel con el rebaño de su padre, pues ella
era la pastora. 10 Raquel era hija de Labán, hermano de la madre de Jacob, y el
rebaño era de Labán. Cuando Jacob vio a Raquel, se acercó y removió la piedra
de la boca del pozo, y dio de beber al rebaño, 11 luego besó a Raquel, y sin
más se echó a llorar. 12 Entonces Jacob le dijo a Raquel que él era sobrino de
su padre, pues era hijo de Rebeca. Ella corrió entonces a dar esta noticia a su
padre. 13 Al oír Labán estas noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a
recibirlo, y lo abrazó y lo besó, y lo llevó a su casa; allí Jacob le contó a
Labán todas estas cosas. 14 Y Labán le dijo: «Ciertamente, tú eres de mi propia
sangre.» Y Jacob se quedó con él todo un mes.
15 Entonces Labán le
dijo a Jacob:
«¿Vas a trabajar para
mí de balde, sólo porque eres mi sobrino? ¡Dime cuánto quieres que te pague!»
16 Labán tenía dos
hijas. La mayor se llamaba Lea, y la menor se llamaba Raquel. 17 Los ojos de
Lea eran tiernos, pero Raquel tenía una bella presencia y era de hermoso
parecer. 18 Jacob se enamoró de Raquel, y dijo:
«Por Raquel, tu hija
menor, yo te serviré siete años.»
19 Y Labán respondió:
«Es mejor que te la
dé a ti, y no a otro hombre. Quédate conmigo.»
20 Así fue como Jacob
trabajó siete años por Raquel; pero le parecieron unos cuantos días, porque la
amaba.
21 Un día, Jacob le
dijo a Labán:
«Mi plazo se ha
cumplido. Dame a mi mujer, para unirme a ella.»
22 Labán juntó
entonces a todos los varones de aquel lugar, y ofreció un banquete. 23 Cuando
llegó la noche, Labán tomó a su hija Lea, y se la llevó a Jacob; y él se unió a
ella. 24 Además, Labán le dio a su hija Lea, por criada, a su sierva Zilpa. 25
Cuando llegó la mañana, Jacob vio que estaba con Lea; así que le dijo a Labán:
«¿Qué es lo que me
has hecho? ¿Acaso no te he servido por Raquel? ¿Por qué me has engañado?»
26 Y Labán respondió:
«Aquí no
acostumbramos dar a la hija menor antes que a la mayor. 27 Cumple esta semana,
y se te dará también la otra, si trabajas para mí otros siete años.»
28 Jacob lo hizo así.
Cumplió aquella semana, y Labán le dio a su hija Raquel por mujer. 29 A su hija
Raquel, Labán le dio por criada a su sierva Bilá. 30 Y Jacob se unió también a
Raquel, y la amó mucho más que a Lea; y trabajó para Labán siete años más.
Los hijos de Jacob
31 Al ver el Señor
que Lea era menospreciada, le dio hijos; pero Raquel era estéril. 32 Y Lea
concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén,[c] pues dijo: «El
Señor ha mirado mi aflicción, así que ahora mi marido me amará.» 33 Volvió a
concebir, y dio a luz un hijo. Entonces dijo: «El Señor oyó[d] que yo era
menospreciada, así que también me ha dado este hijo.» Por eso le puso por
nombre Simeón. 34 Concibió una vez más, y dio a luz un hijo. Y dijo: «Esta vez
mi marido se unirá[e] conmigo, pues ya le he dado tres hijos.» Por eso le puso
por nombre Leví. 35 Todavía concibió otra vez, y dio a luz un hijo. Entonces
dijo: «Esta vez alabaré[f] al Señor.» Por eso le puso por nombre Judá. Y dejó
de dar a luz.
Footnotes:
Génesis 28:19 Es
decir, Casa de Dios.
Génesis 28:19 Es
decir, Almendro.
Génesis 29:32 Es
decir, Vean un hijo.
Génesis 29:33 Heb.
shama.
Génesis 29:34 Heb.
lavah.
Génesis 29:35 Heb.
hodah.
Reina Valera
Contemporánea (RVC)
Copyright © 2009,
2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Mateo 9:18-38 Reina Valera Contemporánea (RVC)
La hija de Jairo, y
la mujer que tocó el manto de Jesús
18 Mientras él les
decía estas cosas, un magistrado vino y se arrodilló ante él, y le dijo: «Mi
hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y ella volverá a la
vida.» 19 Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos. 20 En eso, una mujer
que desde hacía doce años padecía de hemorragias, se le acercó por detrás y
tocó el borde de su manto, 21 pues pensaba: «Si alcanzo a tocar tan sólo su
manto, me sanaré.» 22 Pero Jesús se volvió a mirarla y le dijo: «Ten ánimo,
hija; tu fe te ha salvado.» Y a partir de ese momento la mujer quedó sana. 23
Cuando Jesús entró en la casa del magistrado, vio a los que tocaban flautas y a
la gente que hacía alboroto, 24 y les dijo: «Váyanse, porque la niña no está
muerta, sino dormida.» Ellos se burlaron de él. 25 Pero luego de despedir a la
gente, él entró y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. 26 Esta noticia
se difundió por toda aquella región.
Dos ciegos reciben la
vista
27 Cuando Jesús salió
de allí, dos ciegos lo siguieron, y a gritos le decían: «¡Ten misericordia de
nosotros, Hijo de David!» 28 Cuando Jesús llegó a la casa, los ciegos se le
acercaron y él les preguntó: «¿Creen que puedo hacer esto?» Ellos dijeron: «Sí,
Señor.» 29 Entonces les tocó los ojos, y les dijo: «Que se haga con ustedes
conforme a su fe.» 30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Pero Jesús les
encargó con mucha firmeza: «Asegúrense de que nadie sepa esto.» 31 Sin embargo,
en cuanto ellos salieron, divulgaron la fama de él por toda aquella región.
Un mudo habla
32 En el momento en
que salían, le trajeron a Jesús un mudo que estaba endemoniado. 33 En cuanto el
demonio fue expulsado, el mudo comenzó a hablar. Y la gente se asombraba y
decía: «¡Nunca se ha visto nada igual en Israel!» 34 Pero los fariseos decían:
«Éste expulsa a los demonios por el poder del príncipe de los demonios.»
La mies es mucha
35 Jesús recorría
todas las ciudades y las aldeas, y enseñaba en las sinagogas de ellos,
predicaba el evangelio del reino y sanaba toda enfermedad y toda dolencia del
pueblo. 36 Al ver las multitudes, Jesús tuvo compasión de ellas porque estaban
desamparadas y dispersas, como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a
sus discípulos: «Ciertamente, es mucha la mies, pero son pocos los segadores.
38 Por tanto, pidan al Señor de la mies que envíe segadores a cosechar la
mies.»
Reina Valera
Contemporánea (RVC)
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2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Salmos 11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El refugio del justo
Al músico principal.
Salmo de David.
11 Yo confío en el
Señor;
¿Por qué, entonces,
me sugieren
que escape a las
montañas, como un ave?
2 Ciertamente, los
malos preparan su arco
y disponen las
flechas sobre la cuerda
para atacar desde las
sombras a los justos.
3 ¿Pero qué puede
hacer el hombre honrado
cuando son socavados
los cimientos?
4 El Señor está en su
santo templo;
el Señor tiene su
trono en el cielo;
él ve y examina a
todos los seres humanos.
5 El Señor pone a
prueba al hombre honrado,
pero repudia al
injusto y al violento;
6 acarrea calamidades
sobre el malvado,
y le lanza fuego,
azufre y un viento calcinante.
7 El Señor es justo,
y ama la justicia;
el hombre honrado
contemplará su rostro.
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Contemporánea (RVC)
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2011 by Sociedades Bíblicas Unidas
Proverbios 3:11-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
11 Hijo mío, no
desdeñes la corrección del Señor;
no te sientas mal
cuando te reprenda.
12 El Señor corrige
al que ama
como lo hace el padre
con su hijo amado.
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Contemporánea (RVC)
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