Día 30, DAB Español, Martes 30 de Enero
Éxodo 10:1-12:13; Mateo 20:1-28; Salmos 25:1-11; Proverbios 6:6-11 (Reina Valera 1977 (RVR1977))
Éxodo
10:1-12:13 Reina Valera 1977 (RVR1977)
La plaga de langostas
10 Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de
Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para
mostrar entre ellos estas mis señales,
2 y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las
cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para que
sepáis que yo soy Jehová.
3 Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le
dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás
humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
4 Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que mañana yo
traeré sobre tu territorio la langosta,
5 la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no
pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del
granizo; comerá asimismo todo árbol que os fructifica en el campo.
6 Y llenará tus casas, y las casas de todos tus
siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus
abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió
de delante de Faraón.
7 Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta
cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para
que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya
destruido?
8 Y Moisés y Aarón volvieron a ser llamados ante
Faraón, el cual les dijo: Andad, servid a Jehová vuestro Dios. ¿Quiénes son los
que han de ir?
9 Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños y
con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras
ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para
Jehová.
10 Y él les dijo: ¡Así sea Jehová con vosotros! ¿Cómo
os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Ved cómo a la vista están
vuestras malas intenciones!
11 No será así; id ahora vosotros los varones, y
servid a Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la
presencia de Faraón.
12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano
sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el
país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó.
13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de
Egipto, y Jehová trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda
aquella noche; y al venir la mañana el viento oriental trajo la langosta.
14 Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto,
y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo
antes ni la habrá después;
15 y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la
tierra; y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles
que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del
campo, en toda la tierra de Egipto.
16 Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a
Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros.
17 Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado
solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí al menos
esta plaga mortal.
18 Y salió Moisés de delante de Faraón, y oró a
Jehová.
19 Entonces Jehová trajo un fortísimo viento
occidental, y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni una langosta
quedó en todo el país de Egipto.
20 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y éste
no dejó ir a los hijos de Israel.
La plaga de tinieblas
21 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el
cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera
las palpe.
22 Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo
densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días.
23 Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su
lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus
habitaciones.
24 Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id,
servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan
también vuestros niños con vosotros.
25 Y Moisés respondió: Nos tienes que dar también
víctimas para los sacrificios y holocaustos que hemos de ofrecer a Jehová
nuestro Dios.
26 Nuestros ganados irán también con nosotros; no
quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová
nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos
allá.
27 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no
quiso dejarlos ir.
28 Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no
veas más mi rostro, porque en cualquier día que veas mi rostro, morirás.
29 Y Moisés respondió: Bien has dicho; no veré más tu
rostro.
Anuncio de la décima plaga
11 Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre
Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y
seguramente os echará de aquí del todo.
2 Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su
vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro.
3 Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los
egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a
los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo.
4 Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche
yo saldré por en medio de Egipto,
5 y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde
el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la
sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias.
6 Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto,
cual nunca hubo, ni jamás habrá.
7 Pero contra todos los hijos de Israel, desde el
hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que
Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas.
8 Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e
inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de
ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón.
9 Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá, para que
mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.
10 Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios
delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no
envió a los hijos de Israel fuera de su país.
Institución de la Pascua
12 Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de
Egipto, diciendo:
2 Este mes os será principio de los meses; para
vosotros será éste el primero en los meses del año.
3 Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo:
En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los
padres, un cordero por familia.
4 Mas si la familia fuera tan pequeña que no baste
para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno
según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la
cuenta sobre el cordero.
5 El animal será sin defecto, macho de un año; lo
tomaréis de las ovejas o de las cabras.
6 Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y
lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes.
7 Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos
postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer.
8 Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y
panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán.
9 Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en
agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas.
10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo
que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego.
11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro
calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis
apresuradamente; es la Pascua de Jehová.
12 Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto,
y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de
las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.
13 Y la sangre os será por señal en las casas donde
vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de largo en cuanto a vosotros, y no
habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en
traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la
Versión Reina - Valera.
Mateo
20:1-28 Reina Valera 1977 (RVR1977)
Los obreros de la viña
20 Porque el reino de los cielos es semejante a un
hombre, padre de familia, que salió de madrugada a contratar obreros para su
viña.
2 Y habiéndose concertado con los obreros en un
denario al día, los envió a su viña.
3 Saliendo hacia la hora tercera del día, vio a otros
que estaban de pie en la plaza desocupados;
4 y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré
lo que sea justo. Y ellos fueron.
5 Salió otra vez hacia las horas sexta y novena, e
hizo lo mismo.
6 Y saliendo hacia la hora undécima, halló a otros que
estaban parados, y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?
7 Le dijeron: Porque nadie nos contrató. Él les dijo:
Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
8 Al caer la tarde, el dueño de la viña dijo a su
administrador: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los
últimos hasta los primeros.
9 Y al venir los que habían ido hacia la hora
undécima, recibieron cada uno un denario.
10 Al venir también los primeros, pensaron que
recibirían más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de
familia,
12 diciendo: Estos últimos han trabajado una sola
hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado el peso del día y
el calor abrasador.
13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te
hago injusticia; ¿no te concertaste conmigo en un denario?
14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este
último como a ti.
15 ¿No me es lícito hacer con lo mío lo que quiera? ¿O
tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
16 Así, los últimos serán primeros; y los primeros,
últimos; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.
Nuevamente Jesús anuncia su muerte
17 Subiendo Jesús a Jerusalén, tomó a sus discípulos
aparte en el camino, y les dijo:
18 Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre
será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a
muerte;
19 y le entregarán a los gentiles para que le
escarnezcan, le azoten, y le crucifiquen; y al tercer día resucitará.
Petición de Santiago y de Juan
20 Entonces se le acercó la madre de los hijos de
Zebedeo con sus hijos, postrándose ante él y pidiéndole algo.
21 Él le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que
en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a
tu izquierda.
22 Entonces Jesús, respondiendo, dijo: No sabéis lo
que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo he de beber, y ser bautizados con el
bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos respondieron: Podemos.
23 Él les dijo: A la verdad, mi copa beberéis, y con
el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentarse a mi
derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está
preparado por mi Padre.
24 Cuando los diez oyeron esto, se enojaron contra los
dos hermanos.
25 Entonces Jesús, llamándoles, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los potentados las
oprimen con su autoridad.
26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que
quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor;
27 y el que quiera ser el primero entre vosotros, será
vuestro siervo;
28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
Revisión 1977 de la Versión Reina-Valera de la Biblia,
realizada bajo los auspicios de CLIE, por un equipo de especialistas en
traducción bíblica. © 1977 por CLIE para la presente Revisión 1977 de la
Versión Reina - Valera.
Salmos
25:1-11 Reina Valera 1977 (RVR1977)
David implora el socorro de Dios en el peligro
Salmo de David.
25 A ti, oh Jehová, levantaré mi alma.
2 Dios mío, en ti confío;
No sea yo avergonzado,
No se alegren de mí mis enemigos.
3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será
confundido;
Serán avergonzados los que se rebelan sin causa.
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos;
Enséñame tus sendas.
5 Encamíname en tu verdad, y enséñame,
Porque tú eres el Dios de mi salvación;
En ti he esperado todo el día.
6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus
misericordias,
Que son perpetuas.
7 De los pecados de mi juventud, y de mis
transgresiones, no te acuerdes;
Conforme a tu misericordia acuérdate de mí,
Por tu bondad, oh Jehová.
8 Bueno y recto es Jehová;
Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino.
9 Encaminará a los humildes por el juicio,
Y enseñará a los mansos su camino.
10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y
verdad,
Para los que guardan su pacto y sus testimonios.
11 Por amor de tu nombre, oh Jehová,
Perdonarás también mi pecado, que es grande.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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Proverbios
6:6-11 Reina Valera 1977 (RVR1977)
6 Observa a la hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y serás sabio;
7 La cual, no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
8 Prepara en el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
9 Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar otro poco las manos sobre el pecho;
11 Así vendrá tu necesidad como un merodeador,
Y tu pobreza como hombre armado.
Reina Valera 1977 (RVR1977)
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