Tuesday, January 1, 2019

DAB Español, Miércoles 2 de Enero

Día 2, DAB Español, Miércoles 2 de Enero

Génesis 3:1-4:26; Mateo 2:13-3:6; Salmos 2; Proverbios 1:7-9 (La Biblia de las Américas (LBLA))






Génesis 3-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Desobediencia y caída del hombre
3 Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: “No comeréis de ningún árbol del huerto”? 2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: “No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis.” 4 Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. 5 Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal. 6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable[a] a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría[b], tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales[c].

Sentencia por el pecado y promesa de redención
8 Y oyeron al[d] Señor Dios que se paseaba en el huerto al fresco[e] del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. 9 Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? 10 Y él respondió: Te oí[f] en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera[g] me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó, y yo comí. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

Por cuanto has hecho esto,
maldita serás[h] más que todos los animales,
y más que todas las bestias del campo;
sobre tu vientre andarás,
y polvo comerás
todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad
entre tú y la mujer,
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en[i] la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar.

16 A la mujer dijo:

En gran manera multiplicaré
tu dolor en el parto[j],
con dolor darás a luz los hijos;
y con todo, tu deseo será para tu marido,
y él tendrá dominio sobre ti.

17 Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”,

maldita será[k] la tierra por tu causa;
con trabajo[l] comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 Espinos y abrojos te producirá,
y comerás de las plantas[m] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra,
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres,
y al polvo volverás.

20 Y el hombre le puso por nombre Eva[n] a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

Castigo por el pecado
22 Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre. 23 Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida.

Caín y Abel
4 Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín[o], y dijo: He adquirido varón[p] con la ayuda del Señor. 2 Después[q] dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. 3 Y aconteció que al transcurrir el tiempo[r], Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. 4 También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, 5 pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante se demudó. 6 Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? 7 Si haces bien, ¿no serás aceptado?[s] Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia[t], pero tú debes dominarlo. 8 Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo[u]. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató.

La maldición de Caín
9 Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano? 10 Y El le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora pues, maldito eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor; vagabundo y errante serás en la tierra. 13 Y Caín dijo al Señor: Mi castigo[v] es demasiado grande para soportarlo. 14 He aquí, me has arrojado hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia[w] me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra; y sucederá que cualquiera que me halle me matará. 15 Entonces el Señor le dijo: No será así[x]; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza. Y puso el Señor una señal[y] sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara.

Descendientes de Caín
16 Y salió Caín de la presencia del Señor, y se estableció[z] en la tierra de Nod[aa], al oriente del Edén. 17 Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó[ab] Enoc, como el nombre de su hijo. 18 A Enoc le nació Irad, Irad engendró a Mehujael, Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19 Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de una era Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y tienen ganado. 21 Su hermano se llamaba Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan la lira[ac] y la flauta. 22 Y Zila a su vez dio a luz a Tubal-caín, forjador de todo utensilio[ad] de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín era Naama. 23 Y Lamec dijo a sus mujeres:

Ada y Zila, oíd mi voz;
mujeres de Lamec,
prestad oído a mis palabras,
pues he dado muerte[ae] a un hombre por haberme herido,
y a un muchacho por haberme pegado.
24 Si siete veces es vengado Caín,
entonces Lamec lo será setenta veces siete[af].

Nacimiento de Set
25 Y conoció Adán otra vez a su mujer; y ella dio a luz un hijo y le puso por nombre Set[ag], porque, dijo ella: Dios me ha dado[ah] otro hijo[ai] en lugar de Abel, pues Caín lo mató. 26 A Set le nació también un hijo y le puso por nombre Enós. Por ese tiempo comenzaron los hombres a invocar[aj] el nombre del Señor.

Footnotes:
Génesis 3:6 O, un deleite
Génesis 3:6 O, hacer a uno sabio
Génesis 3:7 O, fajas
Génesis 3:8 Lit., la voz del
Génesis 3:8 Lit., aire
Génesis 3:10 Lit., Oí tu voz
Génesis 3:12 O, para que estuviera conmigo
Génesis 3:14 O, eres
Génesis 3:15 O, te aplastará
Génesis 3:16 Lit., y tu embarazo
Génesis 3:17 O, es
Génesis 3:17 O, dolor
Génesis 3:18 Lit., la planta
Génesis 3:20 I.e., viviente, o, vida
Génesis 4:1 I.e., adquirido
Génesis 4:1 U, hombre
Génesis 4:2 Lit., Y otra vez
Génesis 4:3 Lit., al final de días
Génesis 4:7 Lit., ¿no será levantado tu semblante?
Génesis 4:7 Lit., su deseo es por ti
Génesis 4:8 Así en algunas versiones antiguas; el heb. omite: vayamos al campo
Génesis 4:13 O, culpa
Génesis 4:14 O, rostro
Génesis 4:15 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., por tanto
Génesis 4:15 O, marca
Génesis 4:16 Lit., habitó
Génesis 4:16 I.e., errante
Génesis 4:17 Lit., y llamó el nombre de la ciudad
Génesis 4:21 O, el arpa
Génesis 4:22 O, instrumento cortante
Génesis 4:23 O, mato
Génesis 4:24 O, setenta y siete veces
Génesis 4:25 Heb., Sheth; i.e., compensación
Génesis 4:25 Heb., shath; i.e., compensado
Génesis 4:25 Lit., otra simiente
Génesis 4:26 O, a llamar por
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Mateo 2:13-3:6 La Biblia de las Américas (LBLA)
Huida a Egipto
13 Después de haberse marchado ellos, un[a] ángel del Señor se le apareció* a José en sueños, diciendo: Levántate, toma al Niño y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes va a buscar al Niño para matarle[b]. 14 Y él, levantándose, tomó de noche al Niño y a su madre, y se trasladó a Egipto; 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta, diciendo: De Egipto llame a mi Hijo.

La matanza de los niños
16 Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos. 17 Entonces se cumplió lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo:

18 Se oyo una voz en Rama,
llanto y gran lamentacion;
Raquel que llora a sus hijos,
y que no quiso ser consolada
porque ya no existen.

Retorno a Nazaret
19 Pero cuando murió Herodes, he aquí, un ángel del Señor se apareció* en sueños a José en Egipto, diciendo: 20 Levántate, toma al Niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra[c] la vida del Niño han muerto. 21 Y él, levantándose, tomó al Niño y a su madre, y vino a la tierra de Israel. 22 Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños, partió para la región de Galilea; 23 y llegó y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno.

Predicación de Juan el Bautista
3 En aquellos días llegó* Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, diciendo: 2 Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3 Porque este es aquel a quien se refirió el[d] profeta Isaías, diciendo:

Voz del que clama en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
haced derechas sus sendas.”

4 Y él, Juan, tenía un[e] vestido de pelo de camello y un cinto de cuero a la cintura; y su comida era de langostas[f] y miel silvestre. 5 Acudía entonces a él Jerusalén, toda Judea y toda la región alrededor del Jordán; 6 y confesando sus pecados, eran bautizados por él en el río Jordán.

Footnotes:
Mateo 2:13 Lit., he aquí un
Mateo 2:13 O, destruirle
Mateo 2:20 Lit., buscaban
Mateo 3:3 Lit., por medio del
Mateo 3:4 Lit., su
Mateo 3:4 O, saltamontes
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Salmos 2 La Biblia de las Américas (LBLA)
El reino del Ungido del Señor
2 ¿Por qué se sublevan las naciones[a],
y los pueblos traman cosas vanas?
2 Se levantan los reyes de la tierra,
y los gobernantes traman unidos
contra el Señor y contra su Ungido[b], diciendo:
3 ¡Rompamos sus cadenas[c]
y echemos de nosotros sus cuerdas!

4 El que se sienta como Rey en los cielos se ríe,
el Señor se burla de ellos.
5 Luego les hablará en su ira,
y en su furor los aterrará, diciendo:
6 Pero yo mismo he consagrado[d] a mi Rey
sobre Sion, mi santo monte.

7 Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
que me dijo[e]: “Mi Hijo eres tú,
yo te he engendrado hoy.
8 “Pídeme, y te daré las naciones[f] como herencia tuya,
y como posesión tuya los confines de la tierra.
9 “Tú los quebrantarás[g] con vara[h] de hierro;
los desmenuzarás como vaso de alfarero.”

10 Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento;
recibid amonestación, oh jueces[i] de la tierra.
11 Adorad[j] al Señor con reverencia[k],
y alegraos con temblor.
12 Honrad[l] al Hijo para que no se enoje y perezcáis en el camino,
pues puede inflamarse de repente su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en El se refugian!

Footnotes:
Salmos 2:1 O, los gentiles
Salmos 2:2 O, Mesías
Salmos 2:3 O, ligaduras, o, coyundas
Salmos 2:6 O, instalado
Salmos 2:7 O, el decreto: el Señor me dijo
Salmos 2:8 O, los gentiles
Salmos 2:9 Otra posible lectura es: los regirás, o, los gobernarás
Salmos 2:9 O, cetro
Salmos 2:10 O, gobernantes
Salmos 2:11 O, Servid
Salmos 2:11 O, temor
Salmos 2:12 Lit., Besad
La Biblia de las Américas (LBLA)
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Proverbios 1:7-9 La Biblia de las Américas (LBLA)
7 El temor[a] del Señor es el principio de la sabiduría;
los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.

Peligro de las malas compañías
8 Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
y no abandones la enseñanza de tu madre;
9 porque guirnalda de gracia son para tu cabeza,
y collares para tu cuello.

Footnotes:
Proverbios 1:7 O, La reverencia
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