Día 054, DAB Español, Domingo 23 de Febrero
Levítico 14:1-57; Marcos 6:30-56; Salmos 40:1-10; Proverbios 10:11-12 (Nueva Biblia Viva (NBV))
Levítico
14 Nueva Biblia Viva (NBV)
Purificación de las enfermedades cutáneas
14 El Señor le dio a Moisés las siguientes
instrucciones 2 acerca de la persona que se cura de alguna infección cutánea,
de modo que es declarada pura: «La persona que estuvo infectada será llevada
ante el sacerdote, 3 para ser examinada. El sacerdote saldrá al campo para
examinarla. Si ve que la infección ha desaparecido, 4 pedirá que le traigan dos
avecillas vivas y puras, madera de cedro, una cinta roja y una rama de hisopo.
5 Luego, el sacerdote ordenará que una de las aves sea degollada sobre una
vasija de barro llena de agua pura. 6 Después tomará la otra avecilla, es
decir, la que está viva, la mojará en la sangre junto con la madera de cedro,
la cinta roja y el hisopo. 7 A continuación, el sacerdote rociará siete veces
la sangre sobre la persona que fue curada, la declarará limpia, y dejará libre
el ave para que vuele hacia el campo.
8 »Enseguida la persona curada lavará su ropa, se
rapará el pelo, se bañará y volverá a vivir en el campamento. Sin embargo,
deberá permanecer fuera de su carpa durante siete días. 9 Al séptimo día
volverá a afeitarse la cabeza, la barba y las cejas, lavará su ropa y se
bañará, y después esa persona será declarada completamente curada, y será
declarada definitivamente limpia.
10 »Al día siguiente, es decir, al octavo día, tomará
dos corderos sin defectos y una cordera de un año sin defectos, seis kilos de
harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva, y un tercio de litro
de aceite de oliva. 11 Entonces el sacerdote que realiza la purificación
presentará a la persona y su ofrenda delante del Señor, a la entrada del
santuario. 12 El sacerdote tomará uno de los corderos y el tercio del litro de
aceite de oliva y lo ofrecerá al Señor como ofrenda por la culpa, meciéndolos
delante del altar. 13 Enseguida, matará el cordero en el lugar en que se
degüellan los animales que se ofrecen por el pecado y los animales de los
holocaustos. Esta ofrenda por la culpa será entregada al sacerdote para su
alimento, tal como se hace con una ofrenda por el pecado. Es una ofrenda
santísima. 14 El sacerdote tomará sangre del animal sacrificado por la culpa y
la untará en el lóbulo de la oreja derecha, sobre el pulgar de la mano derecha
y en el dedo gordo del pie derecho de la persona que se está purificando. 15 A
continuación, el sacerdote tomará aceite de oliva y lo derramará en la palma de
su mano izquierda, 16 se mojará el índice derecho y rociará siete veces delante
del Señor. 17 Del aceite que le quede en la mano, el sacerdote untará un poco
en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo
gordo del pie derecho de la persona que se está purificando, de la misma manera
que lo hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 18 El resto del aceite lo
usará para ungir a la persona en la cabeza. De esta manera el sacerdote pedirá
al Señor el perdón para aquella persona. 19 El sacerdote deberá presentar la
ofrenda por el pecado y realizar el rito de la expiación por la persona que se
está purificando de la infección; acto seguido degollará el cordero para el
holocausto, 20 y lo presentará con la ofrenda de harina sobre el altar, y hará
expiación por esa persona, y la declarará completamente purificada.
21 »En caso de que quien se purifica fuera tan pobre
que no pudiera comprar dos corderos, presentará solamente uno, el cordero para
la ofrenda por la culpa, el cual será ofrecido al Señor, meciéndolo delante del
altar, y además presentará sólo dos kilos de harina de la mejor calidad amasada
con aceite de oliva, y un cuarto de litro de aceite de oliva. 22 Además,
llevará, según sus posibilidades, dos tórtolas o dos pichones de paloma, y
usará una de ellas como ofrenda por su pecado y la otra como holocausto. 23 Llevará
los animales al sacerdote a la entrada del santuario, al octavo día, para
realizar su ceremonia de purificación delante del Señor. 24 El sacerdote tomará
el cordero para la ofrenda por la culpa, y el cuarto del litro de aceite y los
mecerá delante del altar y los ofrecerá al Señor. 25 Enseguida degollará el
cordero y pondrá sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la
mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho de quien se está purificando.
26 Luego, el sacerdote derramará aceite de oliva en la palma de su mano
izquierda, 27 y con el índice de la mano derecha rociará siete veces delante
del Señor. 28 A continuación, de su mano tomará aceite de oliva y lo untará en
el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo
gordo del pie derecho de quien se está purificando, de la misma manera que lo
hizo con la sangre de la ofrenda por la culpa. 29 El resto del aceite que tiene
en la mano lo pondrá sobre la cabeza de la persona que se está purificando,
para hacer expiación por ella delante del Señor. 30 Después de esto, deberá
ofrecer las dos tórtolas o los dos pichones de paloma, según lo que la persona
haya podido conseguir. 31 Una de las aves será para la ofrenda por el pecado y
la otra para el holocausto, junto con la ofrenda de harina; y el sacerdote hará
expiación por aquella persona delante del Señor.
32 »Estas, pues, son las leyes acerca de las personas
pobres que se purifican de alguna infección cutánea, y que no pueden presentar
los sacrificios normalmente requeridos para su purificación».
Purificación de casas infectadas
33-34 Entonces el Señor les dijo a Moisés y Aarón:
«Cuando lleguen a la tierra de Canaán, que yo les he dado, si ven que aparecen
hongos o moho en las paredes de una casa, 35 el propietario acudirá al
sacerdote para informarle, diciéndole: “En mi casa han aparecido unas manchas”.
36 El sacerdote ordenará que se desocupe la casa antes de examinarla, para que
no se declaren impuras las cosas, en caso de que llegue a la conclusión de que
la casa está contaminada. 37 Si encuentra manchas verdosas o rojizas en las
paredes de la casa, y que al parecer no son superficiales, 38 cerrará la casa
por siete días. 39 Regresará el día séptimo para examinarla nuevamente. Si las
manchas se han esparcido por las paredes, 40 el sacerdote ordenará que se
quiten las piedras que están manchadas. El material sacado será arrojado en un
lugar impuro, fuera de la ciudad. 41 Luego ordenará que raspen las paredes de
la casa en forma completa y que arrojen el polvo que salga en un lugar impuro,
fuera de la ciudad. 42 En el lugar donde estaban las manchas, colocarán piedras
nuevas, usando nueva mezcla para pegarlas, y toda la casa será resanada con
material nuevo.
43 »Pero si la mancha aparece nuevamente, 44 el
sacerdote irá a examinarla, y si ve que se ha extendido, declarará que la casa
es impura por tener un hongo maligno. 45 Acto seguido ordenará la destrucción
de la casa, y todos los materiales: piedras, madera y todo el polvo, serán
llevados fuera de la ciudad, a un lugar impuro.
46 »Cualquier persona que entre en la casa mientras
está cerrada, quedará impura hasta el anochecer. 47 Cualquiera que se acueste o
coma en la casa deberá lavar su ropa.
48 »Pero si al volver el sacerdote a examinar la casa,
observa que las manchas no han reaparecido después de haber sido resanada de
nuevo, declarará que la casa está limpia y que el hongo ha desaparecido.
49 »Además, celebrará la ceremonia de la purificación
usando dos aves, madera de cedro, cinta roja y ramas de hisopo. 50 Degollará
una de las avecillas sobre una vasija de barro llena de agua pura, 51-52 y
mojará la madera de cedro, el hisopo, la cinta roja y la otra avecilla en la
sangre del ave que fue sacrificada, y rociará la casa siete veces. De esta
manera se realizará la ceremonia de purificación de la casa. 53 Enseguida
soltará el ave viva para que vuele hacia el campo, fuera de la ciudad. De esta
manera se hará la expiación y la purificación de la casa.
54-55 »Estas, pues, son las leyes acerca de la
infección de la piel, de los hongos o manchas en la ropa o en la casa, 56 como
también de las inflamaciones, erupciones o manchas de la piel. 57 De esta
manera se puede saber cuándo algo es puro o impuro. Por esta razón se dan estas
leyes».
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Marcos
6:30-56 Nueva Biblia Viva (NBV)
Jesús alimenta a los cinco mil
30 Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron
lo que habían hecho y enseñado. 31 Era tanto el gentío que entraba y salía que
apenas les quedaba tiempo para comer. Por ello Jesús les dijo:
―Apartémonos del gentío para que puedan descansar.
32 Partieron, pues, en una barca hacia un lugar
desierto. 33 Pero muchos que los vieron ir los reconocieron y de todos los
poblados fueron por tierra hasta allá, y llegaron antes que ellos. 34 Al bajar
Jesús de la barca vio a la multitud, y se compadeció de ellos porque parecían
ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles muchas cosas.
35 Ya avanzada la tarde, los discípulos le dijeron a
Jesús:
―Este es un lugar desierto y se está haciendo tarde. 36
Dile a esta gente que se vaya a los campos y pueblos vecinos a comprar comida.
37 ―Aliméntenlos ustedes —fue la respuesta de Jesús.
―¿Y con qué? —preguntaron—. Costaría el salario de
siete meses comprar comida para esta multitud.
38 ―¿Cuántos panes tienen ustedes? —les preguntó—.
Vayan a ver.
Al poco rato regresaron con la noticia de que había
cinco panes y dos pescados.
39 Jesús les ordenó que hicieran que la multitud se
sentara por grupos sobre la hierba verde. 40 Y se acomodaron en grupos de
cincuenta o cien personas.
41 Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados y,
mirando al cielo, los bendijo. Luego, partió los panes y los pescados y los fue
dando a los discípulos para que los repartieran entre la multitud. 42 Comieron
todos hasta quedar saciados. 43-44 Y aunque eran cinco mil hombres, sobraron
doce cestas llenas de panes y pescados.
Jesús camina sobre el agua
45 Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y
se fueran a Betsaida, donde él se les uniría cuando despidiera a la multitud.
46 Después que todos se fueron, Jesús subió al monte a orar.
47 Ya de noche, cuando los discípulos llegaban al
centro del lago, Jesús vio, desde el lugar solitario en que estaba, 48 que sus
discípulos remaban con dificultad, porque tenían los vientos en contra. Como a
las tres de la mañana, se acercó a ellos caminando sobre el agua y siguió como
si tuviera intenciones de pasar de largo.
49 Cuando los discípulos vieron que caminaba sobre el
agua, gritaron de terror creyendo que era un fantasma, 50 pues estaban muy
espantados por lo que veían. Pero él en seguida les dijo: «Cálmense, soy yo, no
tengan miedo».
51 Cuando subió a la barca, el viento se calmó. Los
discípulos quedaron boquiabiertos, maravillados. 52 Todavía no entendían lo de
los panes, pues tenían la mente ofuscada.
53 Al llegar a Genesaret, al otro lado del lago,
amarraron la barca 54 y saltaron a tierra. La gente en seguida reconoció a
Jesús. 55 Él y sus discípulos recorrieron toda aquella región, y cuando oían
que él estaba en algún lugar, allí le llevaban en camillas a los enfermos. 56
Dondequiera que iba, ya fuera en los pueblos, en las ciudades o en los campos,
ponían a los enfermos por donde él pasaba y le suplicaban que los dejara
tocarle siquiera el borde de su manto. Los que lo tocaban, sanaban.
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Salmos
40:1-10 Nueva Biblia Viva (NBV)
Al director musical. Salmo de David.
40 Con paciencia esperé que Dios me ayudara; entonces
él oyó y escuchó mi clamor. 2 Me sacó del abismo de la desesperación, del
pantano y del lodo; puso mis pies sobre senda dura y firme, y me fortaleció
mientras yo proseguía mi camino. 3 Me ha dado un nuevo cántico para que lo
entone, con alabanzas a nuestro Dios. Ahora muchos oirán de las cosas
admirables que él hizo; maravillados estarán ante el Señor, y en él pondrán su
confianza. 4 Muchas bendiciones se derraman sobre los que confían en el Señor,
y no se fían de los altivos ni de los que confían en ídolos.
5 ¡Señor, Dios mío! ¡Cuántas y cuántas veces has
realizado grandes milagros en favor nuestro! ¿Quién más puede hacer tales
maravillas? El tiempo no alcanza para narrar todos tus maravillosos actos.
6 A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero me
has hecho obediente; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado.
7 Por eso dije: «Aquí me tienes —como el libro dice de mí—. 8 Me deleito en
hacer tu voluntad, Dios mío, tu ley la llevo dentro de mí».
9 A todos les he hablado de tu justicia. Sin timidez lo
he proclamado, según te consta, Señor. 10 No he ocultado esta buena noticia en
mi corazón, sino que he proclamado tu fidelidad y tu salvación. Les he hablado
a todos en la asamblea de tu gran amor y tu fidelidad.
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Proverbios
10:11-12 Nueva Biblia Viva (NBV)
11 La boca del justo es fuente de vida, pero la boca
del malvado está cubierta de violencia.
12 El odio provoca pleitos, pero el amor cubre todas
las faltas.
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