Día 058, DAB Español, Jueves 27 de Febrero
Levítico 20:22-22:20; Marcos 9:1-29; Salmos 43; Proverbios 10:18 (Nueva Biblia Viva (NBV))
Levítico 20:22-22:20 Nueva Biblia Viva
(NBV)
22
»Guarden, pues, todas mis leyes y ordenanzas, para que no los arroje de la
nueva tierra. 23 Apártense de las costumbres de las naciones que he echado
delante de ustedes, porque ellas hacen todas estas cosas que les he prohibido a
ustedes, y esa es la razón por la que las aborrecí. 24 Yo he prometido darles a
ustedes la tierra de ellos. Se la daré para que la posean. Es una tierra de la
que fluye leche y miel.
»Yo
soy el Señor, que hago distinción entre ustedes y las otras naciones. 25 Por
tanto, harán distinción entre las aves y animales impuros que no pueden comer y
los que sí pueden comer. No se contaminen ustedes mismos ni se hagan odiosos
delante de mí, comiendo animales o aves que yo les haya prohibido, aunque la
tierra esté llena de ellos. 26 Sean santos delante de mí, porque yo el Señor
soy santo, y los he apartado de las otras naciones para que sean míos.
27
»Cualquier adivino o hechicero, hombre o mujer, será apedreado hasta morir, y
será responsable de su castigo».
La
santidad de los sacerdotes
21
El Señor ordenó a Moisés que les diera a los sacerdotes, descendientes de
Aarón, estas instrucciones: «No deben tocar ningún muerto, pues eso los hará
impuros. 2-3 Tan solo se les permite hacerlo en caso de que el muerto sea un
pariente cercano, como su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano, o su
hermana soltera por la que tenga especial responsabilidad, por cuanto ella no
tiene marido. 4 El sacerdote es jefe de su pueblo, así que es diferente de
cualquier otro hombre del pueblo. Por eso, no debe contaminarse con lo que es
impuro.
5
»Los sacerdotes no se recortarán el pelo ni la punta de la barba; ni se harán
cortes en la carne. 6 Serán santos delante de su Dios, y no deshonrarán ni
profanarán su nombre, de otro modo serán indignos de presentar las ofrendas
quemadas delante del Señor su Dios.
7
»El sacerdote no se casará con una prostituta, ni con una mujer de otra tribu,
ni con una mujer divorciada, porque es un hombre consagrado a Dios. 8 El
sacerdote ha sido apartado para ofrecer los sacrificios a su Dios; es santo,
porque yo, el Señor que lo santifico, soy santo.
9
»La hija de un sacerdote que se haga prostituta y deshonre así tanto la
santidad de su padre como la suya propia, será quemada viva.
Santidad
del sumo sacerdote
10
»El sumo sacerdote ha recibido la unción especial y usa las vestiduras
especiales, y por eso no debe descubrirse, ni rasgar sus vestiduras, 11 ni
acercarse a un cadáver, aun cuando sea su padre o su madre.
12
»No dejará el santuario cuando esté oficiando, ni tratará mi santuario como una
casa ordinaria, porque está consagrado con la unción de Dios. Yo soy el Señor.
13
»Debe casarse con una virgen. 14-15 No puede casarse con una viuda, ni con una
divorciada, ni con una prostituta. Debe casarse con una virgen de su propia
tribu, porque él no puede ser padre de hijos de sangre mixta, mitad sacerdotal
y mitad de persona común. Yo soy el Señor que lo santifica».
Impedimentos
para ejercer el sacerdocio
16-17
El Señor le ordenó a Moisés que le dijera a Aarón: «A través de todas las
generaciones, cualquier descendiente tuyo que tenga algún defecto físico no
podrá ofrecer sacrificio delante de Dios. 18 Por ejemplo, si un hombre es ciego
o cojo, o tiene fracturada la nariz, o tiene algún dedo de más en las manos o
en los pies, 19 o tiene fracturado un pie o una mano, 20 o es jorobado, o
enano, o tiene un defecto en el ojo, o tiene sarna o tiña, o tiene los
testículos dañados, 21 aun cuando sea descendiente de Aarón, no podrá ofrecer
holocaustos al Señor, pues tiene un defecto físico. 22 Sin embargo, comerá de
la comida de los sacerdotes, de los sacrificios ofrecidos a Dios, de las
ofrendas santas y de las más santas. 23 Pero no pasará tras la cortina ni se
acercará al altar, debido a su defecto físico. Si lo hace, contamina mi
santuario. Yo soy el Señor que los he consagrado».
24
Moisés dio, pues, estas instrucciones a Aarón y a sus hijos y a todo el pueblo
de Israel.
Las
ofrendas del Señor
22
El Señor le ordenó a Moisés 2 que les dijera a Aarón y a sus hijos: «Sean muy
cuidadosos en el trato que le dan a las ofrendas que el pueblo me consagra,
para que no deshonren mi santo nombre; porque yo soy el Señor.
3
»De ahora en adelante, y para siempre, si el sacerdote que esté ceremonialmente
impuro sacrifica los animales traídos por el pueblo, o toca las ofrendas
dedicadas a mí, será destituido del sacerdocio. Yo soy el Señor.
4
»Ningún sacerdote que esté leproso, o tenga una llaga que supura podrá comer
las santas ofrendas hasta que se haya curado. Cualquier sacerdote que toque un
cadáver, o esté contaminado por una emisión seminal, 5 o toque algún reptil o
alguna otra cosa prohibida, o toque a cualquiera que esté ritualmente impuro,
por cualquier razón, 6 quedará impuro hasta el anochecer, y no comerá del santo
sacrificio hasta después que se haya bañado. 7 Después de la puesta del sol
quedará limpio nuevamente y podrá comer de las cosas sagradas, porque son la
fuente de su vida. 8 No puede comer animales que sean encontrados muertos o que
hayan sido destrozados por animales salvajes, porque esto lo contaminaría. Yo
soy el Señor.
9
»Todos los sacerdotes deben obedecer estas instrucciones, para que no sean
culpables, y mueran por violarlas. Yo soy el Señor quien los santifica.
10
»Nadie que no pertenezca a la familia de un sacerdote podrá comer de las
ofrendas sagradas. Por eso, ni los huéspedes o jornaleros de un sacerdote
podrán comer de las ofrendas sagradas. 11 Sin embargo, hay una excepción: Si el
sacerdote compra un esclavo con su dinero, ese esclavo puede comer de lo
sacrificado, y si el esclavo tiene hijos en la casa del sacerdote, ellos pueden
comer. 12 Si la hija de un sacerdote se casa fuera de la tribu, no puede
participar de la ofrenda sagrada. 13 Pero si queda viuda, o se divorcia y no
tiene hijos que la sostengan, y regresa a casa de su padre, puede comer nuevamente
de los alimentos de su padre. Fuera de esto, nadie que no pertenezca a la
familia sacerdotal puede comer de las ofrendas sagradas.
14
»Si alguien come de los sacrificios sagrados sin darse cuenta, devolverá al
sacerdote la cantidad que haya usado, más un veinte por ciento; 15 porque el
sacrificio santo traído por el pueblo de Israel no debe ser contaminado por
personas que lo coman sin estar autorizadas para ello, porque estos sacrificios
han sido consagrados al Señor. 16 Cualquiera que viole esta ley es culpable y
está en peligro, porque ha comido de las ofrendas sagradas. Yo soy el Señor,
quien santifica las ofrendas».
Sacrificios
inaceptables
17-18
El Señor le ordenó a Moisés que les dijera a Aarón y a sus hijos, y a todos los
israelitas en general: «Si un israelita o un extranjero que viva en medio de
ustedes ofrece un holocausto al Señor, sea para cumplir una promesa o sea una
ofrenda voluntaria espontánea, 19 sólo será aceptable delante del Señor si es
un animal macho sin defecto; deberá ser un becerro, un carnero o un macho
cabrío. 20 Ningún animal que tenga defecto será presentado, porque no será
aceptado por el Señor.
Nueva
Biblia Viva (NBV)
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Marcos 9:1-29 Nueva Biblia Viva (NBV)
9
»Algunos de los que están aquí no morirán sin contemplar el advenimiento del
reino de Dios con poder —añadió Jesús.
La
transfiguración
2
Seis días más tarde, Jesús llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan a una montaña alta.
Estaban solos. Y allí, delante de ellos, Jesús cambió de apariencia:
3
Su ropa adquirió un color blanco y resplandeciente. ¡Ningún lavador de la
tierra habría podido lograr tanta blancura! 4 Y aparecieron Elías y Moisés, que
se pusieron a hablar con Jesús.
5
―Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! —exclamó Pedro—. Construiremos tres
enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
6
Hablaba sin saber lo que decía, ya que todos estaban asustados. 7 En eso, una
nube los cubrió. Desde la nube resonó una voz que les dijo: «Este es mi Hijo
amado. Óiganlo a él».
8
En ese mismo momento, cuando miraron a su alrededor, los discípulos vieron
solamente a Jesús.
9
Mientras descendían del monte les suplicó que no dijeran a nadie lo que habían
visto hasta que el Hijo del hombre resucitara. 10 Por eso guardaron el secreto,
aunque entre ellos se preguntaban qué sería aquello de «resucitar».
11
―¿Por qué dicen los maestros de la ley que Elías tiene que regresar primero?
—le preguntaron.
12-13
―Es cierto —les respondió Jesús—. Elías vendrá primero a restaurar todas las
cosas; pero lo cierto es que ya vino y la gente lo maltrató, tal como está
escrito de él. Y lo mismo está escrito acerca del Hijo del hombre, que sufrirá
mucho y que será rechazado.
Jesús
sana a un muchacho endemoniado
14
Al llegar a donde estaban los discípulos encontraron que un gran gentío los
rodeaba, y a varios maestros de la ley que discutían con ellos. 15 La llegada
de Jesús sorprendió al gentío, que corrió a su encuentro a saludarlo.
16
―¿Qué están discutiendo con ellos? —les preguntó.
17
Alguien le dijo:
―Maestro,
te traía a mi hijo porque tiene un espíritu que no lo deja hablar. 18 Cada vez
que el espíritu lo toma, lo arroja al suelo y le hace echar espumarajos por la
boca y crujir los dientes; y mi hijo se queda tieso. Pedí a tus discípulos que
echaran fuera al espíritu, pero no lo lograron.
19
―¡Oh generación incrédula! —les respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que
estar con ustedes? ¿Hasta cuándo he de soportarlos? Traigan acá al muchacho.
20
Así lo hicieron, pero cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió al muchacho con
tal violencia que este cayó al suelo, se revolcó y echó espumarajos por la
boca.
21
―¿Cuánto tiempo lleva en estas condiciones? —le preguntó Jesús al padre.
―Desde
pequeño —contestó—. 22 Muchas veces el espíritu lo arroja en el fuego o en el
agua, tratando de matarlo. Por favor, si puedes hacer algo, ten misericordia de
nosotros y ayúdanos.
23
―¿Que si puedo? —dijo Jesús—. Cualquier cosa es posible si crees.
24
Al instante el padre exclamó:
―Creo;
pero ayúdame a no dudar.
25
Cuando Jesús vio que el gentío se agolpaba, reprendió al espíritu impuro con
estas palabras:
―Espíritu
mudo y sordo, te ordeno que salgas de este muchacho y que no entres más en él.
26
El espíritu gritó, sacudió violentamente al muchacho, y salió de él. El
muchacho quedó inmóvil como si estuviera muerto. Por eso, muchos decían:
―¡Está
muerto!
27
Pero Jesús lo tomó de la mano, y con su ayuda el muchacho se puso de pie.
28
Cuando Jesús entró a la casa, los discípulos le preguntaron en privado:
―¿Por
qué no pudimos echar fuera aquel espíritu?
29
―Esta clase de espíritus no puede salir sino por medio de oración —les
respondió Jesús.
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Salmos 43 Nueva Biblia Viva (NBV)
43
¡Oh Dios, defiéndeme de las acusaciones de estos implacables hombres
mentirosos! 2 Porque tú eres Dios, mi único refugio. ¿Por qué me has echado a
un lado? ¿Por qué tengo que llorar oprimido por mis enemigos?
3
Envía tu luz y tu verdad; que sean ellas mi guía. Que ellas me guíen a tu
templo, a Sion, tu santo monte, donde tú habitas. 4 Allí acudiré al altar de
Dios, del Dios que es la fuente de mi gozo, y lo alabaré con mi arpa. ¡Oh Dios,
mi Dios! 5 ¿Por qué voy a desanimarme y a estar triste? ¡Confía en Dios!
Nuevamente lo alabaré. ¡Él es mi Dios y mi Salvador!
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Proverbios 10:18 Nueva Biblia Viva
(NBV)
18
El que esconde su odio es un mentiroso; el que esparce calumnias es un necio.
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