Tuesday, February 2, 2021

DAB Español, Miércoles 03 de Febrero

Día 034, DAB Español, Miércoles 03 de Febrero

Éxodo 17:8-19:15; Mateo 22:33-23:12; Salmos 27:8-14; Proverbios 6:27-35 (Traducción en lenguaje actual (TLA))









Éxodo 17:8-19:15

Traducción en lenguaje actual

Los israelitas pelean contra los amalecitas

 

8 Los amalecitas salieron a pelear contra los israelitas. La batalla tuvo lugar en Refidim. 9 Allí Moisés le dijo a Josué: «Elige a algunos hombres, y sal a pelear contra los amalecitas. Mañana yo estaré en lo alto del cerro, sosteniendo en la mano la vara que Dios me dio para castigar a los egipcios».

 

10 Josué siguió las órdenes de Moisés y salió a pelear contra los amalecitas. Por su parte, Moisés, Aarón y Hur subieron a la parte más alta del cerro. 11 Mientras Moisés levantaba el brazo, los israelitas les ganaban la batalla a los amalecitas, pero cuando lo bajaba, los amalecitas les ganaban a los israelitas. 12 Y Moisés comenzó a cansarse de mantener su brazo en alto, así que Aarón y Hur le pusieron una piedra para que se sentara, y se colocaron uno a cada lado para sostener en alto los brazos de Moisés. Así lo hicieron hasta el atardecer, 13 y de ese modo Josué pudo vencer a los amalecitas.

 

14 Más tarde, Dios le dijo a Moisés: «Escribe en un libro todo lo ocurrido en esta batalla, para que nadie lo olvide. Y dile a Josué que yo haré que nadie vuelva a acordarse de los amalecitas».

 

15 Allí Moisés construyó un altar, y lo llamó «Dios es mi bandera», 16 pues dijo:

 

«¡Tengo en la mano

la bandera de nuestro Dios!

¡Dios les ha declarado la guerra

a los amalecitas

y a todos sus descendientes!»

La visita de Jetró

 

18 1-5 Cuando Moisés aún estaba en Egipto, había enviado a su esposa Séfora de vuelta a Madián. Allí Jetró, que era suegro de Moisés y sacerdote de aquel lugar, se había hecho cargo de su hija Séfora y de sus nietos Guersón y Eliézer.

 

A su primer hijo Moisés lo llamó Guersón, que significa «extranjero», por haber vivido como extranjero en un país extraño. Al segundo lo llamó Eliézer, que significa «Dios es mi ayuda», porque se acordó de que el Dios de su padre lo había ayudado, y también lo había salvado de morir a manos del rey de Egipto.

 

Jetró ya sabía todo lo que Dios había hecho a favor de Moisés, y que había sacado de Egipto a los israelitas. Pero cuando supo que Moisés estaba acampando en el desierto, junto a la montaña de Dios, decidió visitarlo en compañía de Séfora, Guersón y Eliézer. 6 Y le envió este mensaje: «Yo, tu suegro, vengo a visitarte en compañía de tu esposa y de tus hijos».

 

7 Entonces Moisés salió a recibir a Jetró, y con mucho respeto se inclinó ante él, y le dio un beso. Cuando terminaron de saludarse, entraron juntos en la carpa, 8 y Moisés le contó a Jetró todo lo que Dios había hecho con los egipcios y con su rey. También le contó todos los problemas que los israelitas habían tenido en el camino desde que salieron de Egipto, y cómo Dios los había salvado.

 

9 A Jetró le alegró saber lo bueno que Dios había sido con los israelitas, 10 y dijo: «¡Bendito sea el Dios de Israel, que los libró del poder de los egipcios y de su rey! 11 Dios los libró de tantos sufrimientos que les causaban los orgullosos egipcios. ¡Ahora sé que el Dios de Israel es más poderoso que todos los dioses!»

 

12 Enseguida Jetró ofreció un cordero en honor de Dios, y también le presentó otras ofrendas. Después de eso, Aarón y los jefes de Israel cenaron con Jetró frente al altar de Dios.

Moisés nombra ayudantes

 

13 Al día siguiente, Moisés se sentó a escuchar los problemas que los israelitas le presentaban, para luego darles una solución. Todo el día la gente permanecía de pie, esperando su turno para hablar con Moisés. 14 Cuando Jetró observó lo que Moisés estaba haciendo, le preguntó:

 

—¿Pero qué estás haciendo? ¿Por qué tienes al pueblo de pie todo el día, mientras tú estás aquí sentado?

 

15-16 Moisés le contestó:

 

—Los israelitas vienen a verme cuando alguno de ellos tiene problemas con otras personas. Vienen aquí y me lo cuentan todo, para que Dios diga quién tiene la razón. Yo les doy a conocer la decisión de Dios, y les enseño sus mandamientos y sus leyes.

 

17 Jetró le dijo:

 

—Eso está bien, lo que no está bien es la manera en que lo haces, 18 pues te cansas tú y se cansa la gente. Este trabajo es demasiado pesado para que lo hagas tú solo. 19 Escucha mi consejo, y que Dios te ayude. Tú debes presentarte ante Dios en representación del pueblo, y pedirle la solución de los problemas. 20 Al pueblo debes enseñarle los mandamientos de Dios, y enseñarle también a comportarse y a cumplir sus obligaciones.

 

21 »Para que puedas hacerlo, debes elegir entre los israelitas a gente que pueda ayudarte. Busca gente que sea capaz y obediente a Dios, que no sean mentirosos ni favorezcan a nadie a cambio de dinero. A unos dales autoridad sobre grupos de mil personas, a otros sobre grupos de cien, a otros sobre cincuenta, y a otros sobre diez. 22 Serán ellos los que en todo momento escuchen los problemas del pueblo, y los resuelvan. Si se les presenta algún problema muy difícil de resolver, entonces te lo pasarán a ti. Con su ayuda, tu trabajo será más fácil. 23 Si Dios te ordena seguir mi consejo, y lo pones en práctica, tú podrás aguantar y el pueblo se irá a su casa feliz y contento.

 

24 Moisés siguió el consejo de su suegro. 25 Eligió gente capaz y le dio autoridad para atender los problemas del pueblo. A unos les dio autoridad sobre grupos de mil personas, a otros sobre grupos de cien, a otros sobre cincuenta y a otros sobre diez. 26 Ellos atendían al pueblo en todo momento y solucionaban los problemas más fáciles, dejando que Moisés solucionara los más difíciles.

 

27 Tiempo después, Moisés despidió a su suegro, y éste regresó a su país.

El servicio (19.1—40.38)

Los israelitas llegan al desierto del Sinaí

 

19 1-2 Los israelitas salieron de la región de Refidim en dirección al desierto del Sinaí, y acamparon al pie de la montaña. Cuando llegaron allá, habían pasado tres meses desde su salida de Egipto.

 

3 Un día, Moisés subió a la montaña del Sinaí para encontrarse con Dios. Cuando llegó a la parte más alta, Dios lo llamó y le dijo:

 

«Diles de mi parte a los israelitas lo siguiente: 4 Ustedes han visto cómo castigué a los egipcios. También han visto que a ustedes los he traído con mucho cuidado hasta el lugar donde estoy. Los he traído con el mismo cuidado que tiene un águila cuando lleva a sus polluelos sobre sus alas.

 

5 »Si ustedes obedecen mi pacto y cumplen con la parte que les toca, serán mi pueblo preferido entre todos los pueblos de la tierra. Toda la tierra me pertenece. 6 Ustedes serán mis sacerdotes ante todo el mundo, y se apartarán de todo para servirme sólo a mí».

 

7 Moisés reunió entonces a los jefes del pueblo y les contó todo lo que Dios había dicho. 8-9 El pueblo, por su parte, le dijo a Moisés: «Haremos todo lo que Dios nos ordene».

 

Moisés le comunicó a Dios la respuesta del pueblo, y Dios le dijo:

 

«Voy a hablar contigo desde una nube oscura. Así el pueblo podrá oír lo que yo te diga y no volverá a dudar de ti.

 

10-11 »Quiero que vayas y prepares al pueblo para que me rinda culto hoy y mañana. Ordénales que laven su ropa como señal de su pureza, y que se preparen para adorarme pasado mañana, pues ese día voy a aparecerme ante ellos en la montaña del Sinaí.

 

12-13 »Pon señales alrededor de la montaña, y adviérteles a los israelitas que no deben subir a ella ni poner siquiera un pie en sus alrededores. A cualquiera que suba a la montaña se le matará a pedradas o a flechazos, sea persona o animal. Sólo podrán subir después de que oigan el toque de trompeta».

 

14 Moisés se fue a preparar a los israelitas para que adoraran a Dios, y ellos lavaron sus ropas. 15 Luego Moisés les dijo: «Ustedes deben estar listos para adorar a Dios pasado mañana. Por eso, no deben tener relaciones sexuales».

Mateo 22:33-23:12

Traducción en lenguaje actual

 

33 Al oír las enseñanzas de Jesús, la gente que estaba allí se quedó asombrada.

Los dos mandamientos más importantes

 

34 Cuando los fariseos se dieron cuenta de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se reunieron y fueron a ver a Jesús. 35 Uno de ellos, que sabía mucho acerca de la ley de los judíos, quiso ponerle una trampa y le preguntó:

 

36 —Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de todos?

 

37-38 Jesús le respondió:

 

—El primer mandamiento, y el más importante, es el que dice así: “Ama a tu Dios con todo lo que piensas y con todo lo que eres.” 39 Y el segundo mandamiento en importancia es parecido a ése, y dice así: “Cada uno debe amar a su prójimo como se ama a sí mismo.” 40 Toda la enseñanza de la Biblia se basa en estos dos mandamientos.

La pregunta acerca del Mesías

 

41 Mientras los fariseos todavía estaban reunidos, Jesús les preguntó:

 

42 —¿A qué familia pertenecerá el Mesías?

 

Ellos respondieron:

 

—A la familia del rey David.

 

43-45 Jesús les dijo:

 

—Con la ayuda del Espíritu Santo, David escribió:

 

“Dios le dijo a mi Señor el Mesías:

‘Siéntate a la derecha de mi trono

hasta que yo derrote a tus enemigos.’”

 

»A ver, explíquenme: Si el rey David llama Señor al Mesías, ¿cómo puede el Mesías ser su descendiente? ¡Hasta David lo considera más importante que él mismo!

 

46 Nadie pudo responderle a Jesús, y desde ese momento ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Advertencias de Jesús

 

23 Tiempo después, Jesús les dijo a la gente y a sus discípulos:

 

2 «Los fariseos y los maestros de la Ley son los que más conocen la ley de Moisés. 3 Ustedes deben hacer todo lo que ellos digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque enseñan una cosa y hacen otra. 4 Imponen mandamientos muy difíciles de cumplir, pero no hacen ni el más mínimo esfuerzo por cumplirlos. 5 Todo eso lo hacen para que la gente los vea y los admire. Por eso escriben frases de la Biblia en papelitos que guardan en cajitas de cuero, y se las ponen en la frente y en los brazos. Cada vez hacen más grandes esas cajitas y los flecos que le ponen a la ropa, para que la gente piense que son muy obedientes a Dios. 6 Cuando van a la sinagoga o asisten a fiestas, les encanta que los traten como si fueran los más importantes. 7 Les gusta que la gente los salude en el mercado con gran respeto, y que los llame maestros.

 

8 »Pero ustedes no esperen que la gente los llame maestros, porque ustedes son como hermanos, y tienen solamente un maestro. 9 No le digan padre a nadie, porque el único padre que ustedes tienen es Dios, que está en el cielo. 10 Tampoco esperen que la gente los trate como líderes, porque yo, el Mesías, soy su único líder. 11 El más importante de ustedes deberá ser el sirviente de todos. 12 Porque los que se creen más importantes que los demás serán tratados como los menos importantes. Y los que se comportan como los menos importantes serán tratados como los más importantes.»

Salmos 27:8-14

Traducción en lenguaje actual

 

8

Una voz interna me dice:

«¡Busca a Dios!»

Por eso te busco, Dios mío.

9

Yo estoy a tu servicio.

No te escondas de mí.

No me rechaces.

¡Tú eres mi ayuda!

 

Dios mío,

no me dejes solo;

no me abandones;

¡tú eres mi salvador!

10

Mis padres podrán abandonarme,

pero tú me adoptarás como hijo.

 

11

Dios mío,

por causa de mis enemigos

dime cómo quieres que viva

y llévame por el buen camino.

12

No dejes que mis enemigos

hagan conmigo lo que quieran.

 

Falsos testigos se levantan,

me acusan y me amenazan.

13

¡Pero yo sé que viviré

para disfrutar de tu bondad

junto con todo tu pueblo!

14

Por eso me armo de valor,

y me digo a mí mismo:

«Pon tu confianza en Dios.

¡Sí, pon tu confianza en él!»

Proverbios 6:27-35

Traducción en lenguaje actual

 

27

Si te echas brasas en el pecho,

te quemarás la ropa;

28

si caminas sobre brasas,

te quemarás los pies;

29

si te enredas con la esposa de otro,

no quedarás sin castigo.

 

30

No se ve mal que un ladrón

robe para calmar su hambre,

31

aunque si lo sorprenden robando

debe devolver siete veces

el valor de lo robado;

a veces tiene que pagar

con todas sus posesiones.

32-33

Pero el que se enreda

con la mujer de otro

comete la peor estupidez:

busca golpes,

encuentra vergüenzas,

¡y acaba perdiendo la vida!

34

Además, el marido engañado

da rienda suelta a su furia;

si de vengarse se trata,

no perdona a nadie.

35

Un marido ofendido

no acepta nada a cambio;

no se da por satisfecho

ni con todo el oro del mundo.

Traducción en lenguaje actual (TLA)

 

Copyright © 2000 by United Bible Societies

No comments:

Post a Comment

DAB Español, Lunes 13 de Mayo

Día 134, DAB Español, Lunes 13 de Mayo 1 Samuel 14:1-14:52; Juan 7:30-53; Salmos 109; Proverbios 15:5-7 (Nueva Traducción Viviente (NTV)) ...