Thursday, February 18, 2021

DAB Español, Viernes 19 de Febrero

Día 050, DAB Español, Viernes 19 de Febrero

Levítico 7:28-9:6; Marcos 3:31-4:25; Salmos 37:12-28; Proverbios 10:5 (Reina Valera Contemporánea (RVC))









Levítico 7:28-9:6

Reina Valera Contemporánea

 

28 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

 

29 «Habla con los hijos de Israel, y diles que el que ofrezca un sacrificio de paz al Señor, lo deberá presentar ante el Señor. 30 Con sus propias manos presentará las ofrendas que se deban quemar ante el Señor. Presentará la grasa con el pecho, para que el pecho sea mecido como sacrificio mecido delante del Señor, 31 y el sacerdote quemará la grasa en el altar, aunque el pecho será para Aarón y sus hijos. 32 Al sacerdote le darán la espaldilla derecha de sus sacrificios de paz, para que la eleve como ofrenda. 33 El sacerdote que ofrezca la sangre de los sacrificios de paz, y la grasa, recibirá la espaldilla derecha como su porción. 34 De los sacrificios de paz que ofrecen los hijos de Israel, yo he tomado el pecho que se mece y la espaldilla que se eleva en ofrenda, y se lo he dado al sacerdote Aarón y a sus hijos. Éste será un estatuto perpetuo para los hijos de Israel. 35 Desde el día que yo, el Señor, los consagré para que fueran mis sacerdotes, de las ofrendas encendidas que se me ofrecen, asigné esta porción para Aarón y sus hijos. 36 Desde el día que yo, el Señor, los ungí de entre los hijos de Israel, ordené que se les diera esta porción, como estatuto perpetuo para todos sus descendientes.»

 

37 Ésta es la ley para los holocaustos, las ofrendas, los sacrificios por el pecado, los sacrificios por la culpa, las consagraciones y los sacrificios de paz. 38 El Señor se la dio a Moisés en el monte Sinaí, el día que en el desierto de Sinaí les ordenó a los hijos de Israel que le presentaran sus ofrendas.

Consagración de Aarón y de sus hijos

 

8 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

 

2 «Toma a Aarón y a sus hijos, junto con las vestiduras, el aceite de la unción, el becerro de la expiación, los dos carneros, y el canastillo de los panes sin levadura, 3 y reúne a toda la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión.»

 

4 Moisés hizo lo que el Señor le mandó, y se reunió la congregación a la entrada del tabernáculo de reunión. 5 Allí le dijo a la congregación:

 

«Esto es lo que el Señor ha ordenado hacer.»

 

6 Entonces Moisés hizo que Aarón y sus hijos se acercaran, y los lavó con agua; 7 luego le puso a Aarón la túnica, le ciñó el cinto, lo cubrió con el manto, le puso el efod, y le ajustó el cinto del efod. 8 Luego le puso encima el pectoral, y dentro de éste puso el Urim y el Tumim. 9 Después le puso la mitra sobre la cabeza, y sobre la mitra, por el frente, colocó la placa de oro, la diadema santa, tal y como el Señor se lo había ordenado.

 

10 Moisés tomó entonces el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todo lo que en él había, y lo santificó. 11 Siete veces roció el aceite sobre el altar, y ungió el altar y todos sus utensilios, lo mismo que la fuente y su base, para santificarlos. 12 Luego derramó algo del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo. 13 Después hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y les puso las túnicas, les ciñó los cintos y les ajustó las tiaras, tal y como el Señor se lo había ordenado.

 

14 Luego Moisés mandó traer el becerro de la expiación, y Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de ese becerro 15 y Moisés lo degolló; luego tomó la sangre y con su dedo la untó sobre los cuernos del altar y alrededor del altar, y así lo purificó. El resto de la sangre la echó al pie del altar, y santificó el altar para realizar allí la reconciliación. 16 Después Moisés tomó toda la grasa que recubría los intestinos, la grasa del hígado, y los dos riñones con su grasa, y todo esto lo quemó sobre el altar. 17 El becerro y su piel, y su carne y estiércol, Moisés los quemó fuera del campamento, tal y como el Señor se lo había ordenado.

 

18 Después Moisés mandó traer el carnero del holocausto. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, 19 y Moisés lo degolló y roció la sangre sobre el altar y alrededor de éste, 20 y cortó el carnero en trozos, después de lo cual quemó la cabeza, los trozos, y la grasa; 21 luego enjuagó los intestinos y las piernas, y quemó todo el carnero sobre el altar como holocausto de olor grato para el Señor, como ofrenda encendida, tal y como el Señor se lo había ordenado.

 

22 Después Moisés mandó traer el otro carnero, el de las consagraciones. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza del carnero, 23 y Moisés lo degolló; tomó luego un poco de la sangre y la untó sobre el lóbulo de la oreja derecha de Aarón, sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo gordo de su pie derecho. 24 Luego Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y untó un poco de la sangre sobre el lóbulo de sus orejas derechas, sobre los pulgares de sus manos derechas, y sobre los dedos gordos de sus pies derechos, y finalmente roció la sangre sobre el altar y alrededor de éste.

 

25 Después Moisés tomó la grasa, la cola, toda la grasa que recubría los intestinos, la grasa del hígado, los dos riñones con su grasa, y la espaldilla derecha. 26 Del canastillo de los panes sin levadura, que estaba delante del Señor, tomó una torta sin levadura, una torta de pan con aceite y una hojaldra, y las puso junto con la grasa y la espaldilla derecha. 27 Todo esto lo puso en las manos de Aarón y de sus hijos, y mandó que se presentara como ofrenda mecida delante del Señor. 28 Después Moisés tomó todo eso de las manos de ellos, y lo quemó en el altar, sobre el holocausto como consagración en olor grato para el Señor, como ofrenda encendida. 29 Entonces Moisés tomó el pecho y lo presentó como ofrenda mecida delante del Señor. Del carnero de las consagraciones, ésa fue la porción asignada a Moisés, tal y como el Señor se lo había ordenado.

 

30 Después Moisés tomó algo del aceite de la unción y de la sangre que estaba sobre el altar, y los roció sobre Aarón y sus vestiduras, y sobre sus hijos y las vestiduras de ellos, y santificó a Aarón y sus vestiduras, lo mismo que a sus hijos y a las vestiduras de ellos, 31 y les dijo Moisés a Aarón y a sus hijos:

 

«Hiervan la carne a la entrada del tabernáculo de reunión, y cómanla allí con el pan que está en el canastillo de las consagraciones, tal y como yo lo ordené cuando dije que Aarón y sus hijos lo comieran. 32 Lo que sobre de la carne y del pan lo quemarán. 33 Durante siete días no saldrán del tabernáculo de reunión, hasta que se cumplan los días de sus consagraciones, porque serán consagrados durante siete días. 34 El Señor ordenó que se hiciera expiación por ustedes tal y como hoy se ha hecho. 35 Así que ustedes permanecerán día y noche, durante siete días, a la entrada del tabernáculo de reunión, y cumplirán con esta ordenanza delante del Señor, para que no mueran. Esto es lo que se me ha ordenado.»

 

36 Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que por medio de Moisés el Señor ordenó que se hiciera.

Los sacrificios de Aarón

 

9 A los ocho días, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel. 2 A Aarón le dijo:

 

«Toma de la vacada un becerro para expiación, y un carnero para holocausto, sin defecto, y ofrécelos delante del Señor. 3 Habla luego con los hijos de Israel, y diles que tomen un macho cabrío para expiación, y un becerro y un cordero de un año, sin defecto, para holocausto, 4 y que sacrifiquen delante del Señor un buey y un carnero como sacrificio de paz, y una ofrenda amasada con aceite, porque hoy el Señor se mostrará ante ustedes.»

 

5 Toda la congregación llevó al tabernáculo de reunión todo lo que Moisés ordenó que se llevara, y luego fueron y se presentaron delante del Señor. 6 Entonces Moisés dijo:

 

«Esto es lo que el Señor ha ordenado hacer. Háganlo, y el Señor les mostrará su gloria.»

Marcos 3:31-4:25

Reina Valera Contemporánea

La madre y los hermanos de Jesús

 

31 Llegaron entonces la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron afuera y mandaron a llamarlo. 32 La muchedumbre sentada a su alrededor le dijo: «Tu madre, tus hermanos y tus hermanas están allí afuera, y te buscan.» 33 Jesús les respondió: «¿Y quién es mi madre, y mis hermanos?» 34 Miró entonces a los que estaban sentados a su alrededor, y dijo: «Mi madre y mis hermanos están aquí. 35 Porque todo el que hace la voluntad de Dios es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»

Parábola del sembrador

 

4 Jesús comenzó a enseñar una vez más a la orilla del lago, y fue tanta la gente que se reunió alrededor de él, que se subió a una barca que estaba en el lago y se sentó allí, mientras que la gente se quedó en la orilla. 2 Muchas cosas les enseñó por medio de parábolas, y en sus enseñanzas les decía: 3 «Presten atención. Resulta que un sembrador salió a sembrar. 4 Al sembrar, una parte de las semillas cayó junto al camino, y vinieron las aves del cielo y se la comieron. 5 Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra, y enseguida brotó, porque la tierra no era profunda, 6 pero en cuanto salió el sol, se quemó y se secó, porque no tenía raíz. 7 Otra parte cayó entre espinos, pero los espinos crecieron y la ahogaron, de modo que no dio fruto. 8 Pero otra parte cayó en buena tierra, y brotó y creció y dio fruto, y rindió una cosecha de treinta y sesenta, y hasta de ciento por uno.» 9 Entonces les dijo: «El que tenga oídos para oír, que oiga.»

 

10 Cuando se quedó solo, los que estaban cerca de él junto con los doce le preguntaron qué quería decir la parábola. 11 Él les respondió: «A ustedes se les concede entender el misterio del reino de Dios; pero a los que están afuera todo se les dice por parábolas, 12 para que “viendo, vean y no entiendan; y oyendo, oigan y no comprendan; no sea que se conviertan y sus pecados les sean perdonados”.» 13 También les dijo: «Si no entienden ustedes esta parábola, ¿cómo podrán entender todas las demás? 14 El sembrador es el que siembra la palabra. 15 Algunos son como lo sembrado junto al camino. En ellos se siembra la palabra, pero enseguida, después de oírla, viene Satanás y les arrebata la palabra sembrada en su corazón. 16 Otros son como lo sembrado entre las piedras. Al oír la palabra, enseguida la reciben con gozo; 17 pero, como no tienen raíz, su vida es muy corta, y al venir las aflicciones o la persecución por causa de la palabra, enseguida tropiezan. 18 Otros son como los que fueron sembrados entre espinos. Éstos son los que oyen la palabra, 19 pero las preocupaciones de este mundo, el engaño de las riquezas, y la codicia por otras cosas, entran en ellos y ahogan la palabra, por lo que ésta no llega a dar fruto. 20 Pero hay otros, que son como lo sembrado en buena tierra. Son los que oyen la palabra y la reciben, y rinden fruto; ¡dan treinta, sesenta y hasta cien semillas por cada semilla sembrada!»

Nada oculto queda sin manifestarse

 

21 También les dijo: «¿Acaso la luz se enciende para ponerla debajo de un cajón, o debajo de la cama? Al contrario, ¡se enciende para ponerla en el candelero! 22 Porque no hay nada oculto que no llegue a manifestarse, ni hay nada escondido que no salga a la luz. 23 Si alguno tiene oídos para oír, que oiga.» 24 También les dijo: «Fíjense bien en lo que oyen, porque con la medida con que ustedes midan a otros, serán medidos, y hasta más se les añadirá. 25 Porque al que tiene, se le dará; y al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le arrebatará.»

Salmos 37:12-28

Reina Valera Contemporánea

 

12

Los malvados conspiran contra los justos,

y rechinan los dientes contra ellos,

13

Pero el Señor se burla de ellos

porque sabe que ya viene su hora.

 

14

Los malvados sacan la espada, tensan el arco,

para derribar a los pobres y necesitados,

para acabar con los hombres cabales;

15

pero su espada les partirá el corazón,

y su arco se romperá en mil pedazos.

 

16

Es mejor lo poco del hombre justo

que las riquezas de muchos pecadores,

17

porque el Señor sostiene a los justos

pero pondrá fin al poder de los malvados.

 

18

El Señor cuida de los hombres honrados;

y mantendrá la herencia de ellos para siempre.

19

En tiempos difíciles no serán avergonzados,

y en tiempos de escasez tendrán abundancia.

 

20

Pero los malos perecerán.

Los enemigos del Señor serán consumidos.

¡Se esfumarán como el humo de la grasa de carneros!

 

21

El malvado pide prestado y no paga;

El justo es bondadoso y comparte lo que tiene.

22

Los benditos del Señor heredarán la tierra,

pero los que él maldice serán eliminados.

 

23

El Señor dirige los caminos del hombre

cuando se complace en su modo de vida.

24

Si el hombre cae, no se queda en el suelo

porque el Señor lo sostiene de la mano.

 

25

Yo fui joven, y ya he envejecido,

pero nunca vi desamparado a un justo,

ni vi a sus hijos andar mendigando pan.

26

El justo es misericordioso, y siempre presta;

sus hijos son para otros una bendición.

 

27

Apártate del mal, y practica el bien;

así vivirás para siempre.

28

Porque el Señor ama la justicia

y no desampara a sus fieles;

siempre les brinda su protección.

Pero los hijos de los malvados serán destruidos.

Proverbios 10:5

Reina Valera Contemporánea

 

5

Cosechar en el verano es pensar con sensatez;

Dormirse en la cosecha es no tener vergüenza.

Reina Valera Contemporánea (RVC)

 

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