Saturday, July 24, 2021

DAB Español, Domingo 25 de Julio

Día 206, DAB Español, Domingo 25 de Julio

2 Crónicas 14:1-16:14; Romanos 9:1-24; Salmos 19; Proverbios 20:1 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))









2 Crónicas 14-16

Reina Valera Actualizada

 

14 Abías reposó con sus padres, y lo sepultaron en la Ciudad de David. Y su hijo Asa reinó en su lugar, en cuyos días la tierra tuvo tranquilidad durante diez años.

Asa, rey de Judá

 

2 Asa hizo lo bueno y lo recto ante los ojos del SEÑOR su Dios. 3 Quitó los altares de culto extraño y los lugares altos, rompió las piedras rituales y quebró los árboles rituales de Asera. 4 Mandó a los de Judá que buscaran al SEÑOR, Dios de sus padres, y que pusieran por obra la ley y los mandamientos. 5 Quitó los lugares altos y los altares de incienso de todas las ciudades de Judá.

 

El reino estuvo en calma bajo él, 6 y edificó ciudades fortificadas en Judá, porque había tranquilidad en la tierra. En aquellos años no había guerra contra él, porque el SEÑOR le había dado reposo. 7 Por tanto, dijo a Judá: “Edifiquemos estas ciudades y rodeémoslas de murallas, torres, puertas y cerrojos, mientras la tierra esté ante nosotros, porque hemos buscado al SEÑOR nuestro Dios. Lo hemos buscado, y él nos ha dado reposo por todas partes”. Entonces edificaron y fueron prosperados.

 

8 Asa tuvo un ejército de trescientos mil de Judá, que llevaba escudos grandes y lanzas; también tuvo doscientos ochenta mil de Benjamín, quienes llevaban escudos pequeños y disparaban con el arco. Todos eran hombres valientes.

 

9 Zéraj el etíope salió contra ellos con un ejército de un millón de hombres y trescientos carros, y llegó hasta Maresa. 10 Asa salió contra él, y dispusieron la batalla en el valle de Sefata, junto a Maresa. 11 Asa invocó al SEÑOR su Dios, diciendo: “¡Oh SEÑOR, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas! Ayúdanos, oh SEÑOR, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud. ¡Oh SEÑOR, tú eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre!”.

 

12 Entonces el SEÑOR desbarató a los etíopes delante de Asa y de Judá, y los etíopes huyeron. 13 Asa y la gente que estaba con él los persiguieron hasta Gerar. Cayeron tantos de los etíopes que no quedaron sobrevivientes de ellos, porque fueron destrozados delante del SEÑOR y de su ejército, y les tomaron un gran botín. 14 Atacaron también todas las ciudades de los alrededores de Gerar, porque el terror del SEÑOR había caído sobre estas. Saquearon todas las ciudades, porque en ellas había mucho botín. 15 Asimismo, cayeron sobre las tiendas de los que tenían ganado, y se llevaron muchas ovejas y camellos. Luego volvieron a Jerusalén.

Pacto de Asa con el SEÑOR

 

15 Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Oded, 2 quien salió al encuentro de Asa y le dijo: “Óiganme, Asa y todo Judá y Benjamín: El SEÑOR estará con ustedes cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él se dejará hallar; pero si lo abandonan él los abandonará. 3 Por mucho tiempo estuvo Israel sin el Dios verdadero, sin sacerdote que les enseñara, y sin ley. 4 Pero cuando en su tribulación se volvieron al SEÑOR Dios de Israel y lo buscaron, él se dejó hallar por ellos. 5 En aquellos tiempos no había paz ni para el que salía ni para el que entraba, porque había muchas aflicciones sobre todos los habitantes de los países. 6 Una nación era destruida por otra nación, y una ciudad por otra ciudad, porque Dios los turbaba con toda clase de calamidades. 7 Pero ustedes, esfuércense; no desfallezcan sus manos, porque su obra tiene recompensa”.

 

8 Cuando Asa oyó estas palabras y la profecía del profeta Oded, tomó ánimo y quitó los ídolos abominables de toda la tierra de Judá y de Benjamín, así como de las ciudades que él había tomado en la región montañosa de Efraín. También reparó el altar del SEÑOR que estaba delante del pórtico de la casa[a] del SEÑOR. 9 Después reunió a todo Judá y Benjamín, y a los que residían con ellos de Efraín, Manasés y Simeón; pues muchos de Israel se habían pasado a él, al ver que el SEÑOR su Dios estaba con él.

 

10 Se reunieron, pues, en Jerusalén en el mes tercero[b] del año quince del reinado de Asa. 11 Aquel día ofrecieron como sacrificio al SEÑOR, del botín que habían traído, setecientas vacas y siete mil ovejas. 12 Luego hicieron un pacto prometiendo que buscarían al SEÑOR, Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma; 13 y que todo el que no buscara al SEÑOR Dios de Israel muriera, fuera grande o pequeño, hombre o mujer. 14 Y lo juraron al SEÑOR en voz alta y con júbilo, al son de trompetas y de cornetas. 15 Todos los de Judá se alegraron por dicho juramento, porque juraron con todo su corazón. Así buscaron al SEÑOR con toda su voluntad, y él se dejó hallar por ellos. Y el SEÑOR les dio reposo por todas partes.

 

16 También depuso a Maaca, madre del rey Asa, de ser reina madre, porque ella había hecho una monstruosa imagen de Asera. Asa destruyó la monstruosa imagen, la desmenuzó y la quemó junto al arroyo de Quedrón. 17 Aunque no quitó de Israel los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro todos sus días. 18 Él introdujo en la casa de Dios lo que había consagrado su padre y lo que él mismo había consagrado: plata, oro y utensilios.

Pacto de Asa con Ben-hadad

 

19 No hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asa.

 

16 Pero en el año treinta y seis del reinado de Asa, Baasa rey de Israel subió contra Judá y estaba reedificando Ramá para no dejar que ninguno tuviera acceso a Asa, rey de Judá. 2 Entonces Asa sacó plata y oro de los tesoros de la casa del SEÑOR y de la casa del rey, y los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo: 3 “Haya alianza entre tú y yo, como la había entre mi padre y tu padre. He aquí, yo te envío plata y oro; ve y anula tu alianza con Baasa, rey de Israel, para que él se retire de mí”.

 

4 Ben-hadad consintió con el rey Asa. Envió contra las ciudades de Israel a los jefes de sus ejércitos, y atacaron Ijón, Dan, Abel-maim y todas las ciudades almacenes de Neftalí.

 

5 Cuando Baasa oyó esto, dejó de reedificar Ramá e hizo cesar su obra. 6 Entonces el rey Asa trajo a todo Judá, y se llevaron las piedras y la madera de Ramá, con que Baasa edificaba. Y con ellas reedificó Geba y Mizpa.

 

7 En aquel tiempo el vidente Hanani fue a Asa, rey de Judá, y le dijo: “Por haberte apoyado en el rey de Siria y no haberte apoyado en el SEÑOR tu Dios, por eso el ejército del rey de Siria se ha escapado de tu mano. 8 ¿No eran los etíopes y los libios un ejército numerosísimo, con muchos carros y jinetes? Con todo, porque te apoyaste en el SEÑOR, él los entregó en tu mano. 9 Porque los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón íntegro para con él. Locamente has actuado en esto, y de ahora en adelante habrá guerras contra ti”.

 

10 Asa se enojó contra el vidente y lo puso en la cárcel, porque se encolerizó contra él por esto. En aquel tiempo también maltrató a algunos del pueblo.

Últimos años y muerte de Asa

 

11 He aquí que los hechos de Asa, los primeros y los últimos, están escritos en el libro de los reyes de Judá y de Israel. 12 En el año treinta y nueve de su reinado Asa se enfermó de los pies. Su enfermedad fue muy grave; pero aun en su enfermedad no consultó al SEÑOR, sino a los médicos. 13 Asa reposó con sus padres y murió en el año cuarenta y uno de su reinado, 14 y lo sepultaron en el sepulcro que él había cavado para sí en la Ciudad de David. Lo recostaron en un féretro, el cual llenaron de especias aromáticas y de todo tipo de ungüentos y mezclas de ungüentos, e hicieron una gran hoguera en su honor.

Footnotes

 

    2 Crónicas 15:8 Según LXX; heb. omite de la casa.

    2 Crónicas 15:10 Aprox. may.-jun.

 

Romanos 9:1-24

Reina Valera Actualizada

Israel en el plan de Dios

 

9 Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia da testimonio conmigo en el Espíritu Santo 2 de que tengo una gran tristeza y un continuo dolor en el corazón: 3 porque desearía yo mismo ser separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los que son mis familiares según la carne. 4 Ellos son israelitas de los cuales son la adopción, la gloria, los pactos[a], la promulgación de la ley, el culto y las promesas. 5 De ellos son los patriarcas; y de ellos, según la carne, proviene el Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos[b]. Amén.

 

6 No es que haya fallado la palabra de Dios; porque no todos los nacidos de Israel son de Israel, 7 ni por ser descendientes de Abraham son todos hijos suyos, sino que en Isaac será llamada tu descendencia[c]. 8 Esto quiere decir que no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios; más bien, los hijos de la promesa son contados como descendencia. 9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo[d]. 10 Y no solo esto, sino que también cuando Rebeca concibió de un hombre, de Isaac nuestro padre, 11 y aunque todavía no habían nacido sus hijos ni habían hecho bien o mal —para que el propósito de Dios dependiese de su elección, 12 no de las obras sino del que llama—, a ella se le dijo: “El mayor servirá al menor”[e], 13 como está escrito: A Jacob amé, pero a Esaú aborrecí[f].

 

14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Acaso hay injusticia en Dios?[g]. ¡De ninguna manera! 15 Porque dice a Moisés: Tendré misericordia de quien tenga misericordia, y me compadeceré de quien me compadezca[h]. 16 Por lo tanto, no depende del que quiere ni del que corre sino de Dios quien tiene misericordia. 17 Porque la Escritura dice al faraón: Para esto mismo te levanté, para mostrar en ti mi poder y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra[i]. 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia; pero a quien quiere, endurece.

La misericordia y la ira de Dios

 

19 Luego me dirás: “¿Por qué todavía inculpa? Porque, ¿quién ha resistido a su voluntad?”. 20 Antes que nada, oh hombre, ¿quién eres tú para que contradigas a Dios? ¿Dirá el vaso formado al que lo formó: “¿Por qué me hiciste así?”. 21 ¿O no tiene autoridad el alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para uso honroso y otro para uso común? 22 ¿Y qué hay si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder, soportó con mucha paciencia a los vasos de ira que han sido preparados para destrucción? 23 ¿Y qué hay si él hizo esto para dar a conocer las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria, 24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no solo de entre los judíos sino también de entre los gentiles?

Footnotes

 

    Romanos 9:4 Algunos mss. antiguos tienen el pacto.

    Romanos 9:5 Cf. Sal. 41:13; Rom. 1:25.

    Romanos 9:7 Gén. 21:12.

    Romanos 9:9 Gén. 18:10, 14.

    Romanos 9:12 Gén. 25:23.

    Romanos 9:13 Mal. 1:2, 3.

    Romanos 9:14 Deut. 9:4; 30:12.

    Romanos 9:15 Éxo. 33:19.

    Romanos 9:17 Éxo. 9:16 (LXX).

 

Salmos 19

Reina Valera Actualizada

Las obras y la palabra de Dios

 

19 Al músico principal. Salmo de David.Los cielos cuentan la gloria de Dios,

 

y el firmamento anuncia la obra de sus manos.

2

Un día comunica su mensaje al otro día,

y una noche a la otra declara sabiduría.

3

No es un lenguaje de palabras

ni se escucha su voz;

4

pero por toda la tierra salió su voz[a]

y hasta el extremo del mundo sus palabras.

 

En ellos puso un tabernáculo

para el sol;

5

y este, como un novio que sale

de su dosel,

se alegra como un valiente que emprende la carrera.

6

En un extremo del cielo está su salida, y en el otro está su punto de retorno. ¡Nada hay que se esconda de su calor!

7

La ley del SEÑOR es perfecta; restaura el alma.

El testimonio del SEÑOR es fiel; hace sabio al ingenuo.

8

Los preceptos del SEÑOR son rectos; alegran el corazón.

El mandamiento del SEÑOR es puro; alumbra los ojos.

9

El temor del SEÑOR es limpio; permanece para siempre.

Los juicios del SEÑOR son verdad; son todos justos.

10

Son más deseables que el oro; más que mucho oro fino.

Son más dulces que la miel que destila del panal.

11

Además, con ellos es amonestado

tu siervo;

en guardarlos hay grande galardón.

12

¿Quién entenderá los errores? ¡Líbrame de los que me son ocultos!

13

Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes;

que ellos no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión.

14

Sean gratos los dichos de mi boca

y la meditación de mi corazón delante de ti, oh SEÑOR,

Roca mía y Redentor mío.

Footnotes

 

    Salmos 19:4 Según LXX, Peshita, Jerónimo; heb., línea.

 

Proverbios 20:1

Reina Valera Actualizada

 

20 El vino hace burla; el licor alborota. Y cualquiera que se descarría no es sabio.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

 

Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

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