Monday, June 27, 2022

DAB Español, Martes 28 de Junio

Día 179, DAB Español, Martes 28 de Junio


2 Reyes 13:1-14:29; Hechos 18:22-19:12; Salmos 146; Proverbios 18:2-3 (La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH))









2 Reyes 13-14

La Palabra (Hispanoamérica)

Los dos reinos hasta el fin de Israel (13—17)

Joacaz de Israel (813-797)

13 Joacaz, hijo de Jehú, comenzó a reinar sobre Israel en el vigésimo tercer año del reinado de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá. Reinó en Samaría durante diecisiete años. 2 Joacaz ofendió al Señor y persistió en el pecado que Jeroboán, el hijo de Nabat, había hecho cometer a Israel, sin apartarse de él. 3 El Señor se encolerizó contra Israel y lo entregó en poder de Jazael, el rey de Siria, y de su hijo Benadad, durante todo aquel tiempo. 4 Pero Joacaz suplicó al Señor y el Señor lo escuchó, pues había visto cómo oprimía el rey de Siria a los israelitas. 5 El Señor dio a Israel un salvador que lo libró del dominio sirio, y los israelitas pudieron vivir en sus casas como antes. 6 Sin embargo, no se apartaron de los pecados que la dinastía de Jeroboán había hecho cometer a Israel, sino que persistieron en ellos y mantuvieron una estela sagrada en Samaría. 7 Por eso, el Señor no le dejó a Joacaz más que cincuenta jinetes, diez carros y diez mil soldados de infantería, pues el rey de Siria los había destruido por completo.

8 El resto de la historia de Joacaz, todo cuanto hizo y su valor, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 9 Cuando Joacaz murió, fue enterrado en Samaría y su hijo Joás le sucedió como rey.

Joás de Israel (797-782)

10 Joás, hijo de Joacaz, comenzó a reinar sobre Israel el año treinta y siete del reinado de Joás en Judá. Reinó en Samaría durante seis años. 11 Ofendió al Señor y no se apartó de los pecados que Jeroboán, el hijo de Nabat, hizo cometer a Israel, persistiendo en ellos.

12 El resto de la historia de Joás, todo lo que hizo y su valor en la guerra con Amasías, el rey de Judá, está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. 13 Cuando Joás murió, Jeroboán le sucedió en el trono. Joás fue enterrado en Samaría con los reyes de Israel.

Muerte de Eliseo

14 Eliseo estaba gravemente enfermo y Joás, el rey de Israel, bajó a visitarlo. Al verlo se puso a llorar, diciendo:

— ¡Padre mío, padre mío! ¡Carro y caballería de Israel!

15 Eliseo le dijo:

— Toma un arco y unas flechas.

Joás lo hizo así 16 y Eliseo le ordenó:

— Empuña el arco.

Joás empuñó el arco, y Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey; 17 luego le dijo:

— Abre la ventana que da a oriente.

El rey la abrió, y Eliseo le ordenó:

— ¡Dispara!

Él disparó y Eliseo exclamó:

— ¡Flecha victoriosa del Señor! ¡Flecha victoriosa frente a Siria! Derrotarás a Siria en Afec, hasta acabar con ella.

18 Luego añadió:

— Toma las flechas.

El rey de Israel las tomó, y Eliseo le dijo:

— Golpea el suelo.

Lo golpeó tres veces y se detuvo. 19 Entonces el profeta se enfadó con él y le dijo:

— Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado a Siria hasta acabar con ella; pero así sólo la derrotarás tres veces.

20 Eliseo murió y lo enterraron. A primeros de año bandas moabitas hicieron incursiones por el país. 21 Unos hombres, que estaban enterrando a un muerto, al divisar a estas bandas, arrojaron el muerto en la tumba de Eliseo y se fueron. Y cuando entró en contacto con los huesos de Eliseo, el muerto revivió y se puso en pie.

22 Jazael, rey de Siria, había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz. 23 Pero el Señor se compadeció de ellos y los atendió en consideración a su alianza con Abrahán, Isaac y Jacob. Por eso no quiso exterminarlos ni expulsarlos de su presencia hasta el presente. 24 Cuando murió Jazael, el rey de Siria, su hijo Benadad le sucedió como rey. 25 Entonces Joás, el hijo de Joacaz, arrebató a Benadad, el hijo de Jazael, las ciudades que este había arrebatado a su padre Joacaz en la guerra. Joás lo derrotó tres veces, recuperando así las ciudades de Israel.

Amasías de Judá (796-767) (2 Cr 25,1-4.11.17-28; 26,1.2a)

14 Amasías, hijo de Joás, comenzó a reinar en Judá el año segundo del reinado de Joás, hijo de Joacaz, en Israel. 2 Amasías tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó durante veintinueve años. Su madre se llamaba Joadán y era de Jerusalén. 3 Actuó correctamente ante el Señor, aunque no tanto como su antepasado David. Actuó como su padre Joás. 4 Pero no desaparecieron los santuarios de los altos y la gente seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en ellos.

5 Cuando consolidó su soberanía, mató a los súbditos que habían asesinado a su padre, el rey. 6 Pero no mató a los hijos de los asesinos, de acuerdo con lo escrito en la ley de Moisés, promulgada por el Señor: “Los padres no morirán por las culpas de los hijos, ni los hijos por las culpas de los padres. Cada cual morirá por su propio pecado”. 7 Amasías derrotó a diez mil edomitas en el valle de la Sal y tomó por asalto Selá, a la que puso el nombre de Joctael, que mantiene hasta el presente.

8 Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, el hijo de Joacaz y nieto de Jehú, rey de Israel, diciéndole:

— ¡Ven a que nos veamos las caras!

9 Pero Joás, el rey de Israel, mandó responder así a Amasías, el rey de Judá:

— El cardo del Líbano mandó esta embajada al cedro del Líbano: “Dale tu hija por esposa a mi hijo”. Pero pasó por allí un animal silvestre del Líbano y pisoteó el cardo. 10 Has derrotado estrepitosamente a Edom y te has envalentonado. Disfruta de tu fama, pero quédate en tu casa. ¿Por qué te empeñas en atraer la desgracia sobre ti y sobre Judá?

11 Pero Amasías no le hizo caso. Entonces Joás, el rey de Israel, subió a verse las caras con Amasías, el rey de Judá, en Bet Semes, que está en territorio de Judá. 12 Judá cayó derrotado ante Israel y todos huyeron a sus casas. 13 Joás, el rey de Israel, hizo prisionero en Bet Semes a Amasías, el rey de Judá, hijo de Joás y nieto de Ocozías. Luego fue a Jerusalén y abrió una brecha de unos doscientos metros en su muralla, desde la puerta de Efraín hasta la Puerta de la Esquina. 14 Se apoderó, además, de todo el oro y la plata y de todos los objetos que había en el Templo y en el tesoro del palacio real; tomó algunos rehenes y regresó a Samaría.

15 El resto de la historia de Joás, todo lo que hizo y su valor en la guerra con Amasías, el rey de Judá, está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. 16 Cuando Joás murió, fue enterrado en Samaría con los reyes de Israel y su hijo Jeroboán le sucedió como rey.

17 Amasías, el rey de Judá, sobrevivió quince años a Joás, el hijo de Ocozías, rey de Israel.

18 El resto de la historia de Amasías está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. 19 Tramaron contra él una conspiración en Jerusalén y huyó a Laquis. Pero enviaron gente a Laquis en su persecución y lo mataron allí. 20 Luego lo transportaron en caballos a Jerusalén y lo enterraron con sus antepasados en la ciudad de David. 21 Entonces todo el pueblo de Judá proclamó como rey a Azarías, que tenía dieciséis años, en sustitución de su padre Amasías. 22 Azarías reconstruyó Eilat y la devolvió a Judá, una vez que el rey, su padre, descansó con sus antepasados.

Jeroboán II de Israel (782-753)

23 Jeroboán, hijo de Joás, rey de Israel, comenzó a reinar en Samaría el año décimo quinto del reinado de Amasías, el hijo de Joás, rey de Judá. Reinó durante cuarenta y un años. 24 Ofendió al Señor y no se apartó de todos los pecados que Jeroboán, el hijo de Nabat, hizo cometer a Israel. 25 Restableció la frontera de Israel desde la entrada de Jamat hasta el Mar Muerto, de acuerdo con la palabra que el Señor, Dios de Israel, había anunciado por medio de su servidor, el profeta Jonás, hijo de Amitay, de Bat Jéfer. 26 El Señor se había fijado en el terrible sufrimiento de Israel, pues no había quedado nadie, esclavo o libre, ni había nadie que pudiera ayudar a Israel. 27 Y es que el Señor aún no había decidido borrar del mapa el nombre de Israel, y lo salvó por medio de Jeroboán, el hijo de Joás.

28 El resto de la historia de Jeroboán, todo cuanto hizo, su valor en la guerra y la recuperación de Damasco y Jamat para Israel, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 29 Cuando Jeroboán murió, fue enterrado con los reyes de Israel. Su hijo Zacarías le sucedió como rey.

Hechos 18:22-19:12

La Palabra (Hispanoamérica)

22 hizo escala en Cesarea para acercarse a saludar a la iglesia y prosiguió luego su viaje hasta Antioquía.

Tercer viaje misionero de Pablo (18,23—21,16)

Apolo en Éfeso

23 Al cabo de una temporada en Antioquía, se puso otra vez en camino, y recorrió sucesivamente las regiones de Galacia y Frigia, confortando en la fe a todos los discípulos.

24 Llegó por entonces a Éfeso un judío llamado Apolo, natural de Alejandría, hombre elocuente y muy versado en las Escrituras. 25 Había sido iniciado en el camino del Señor y, lleno de entusiasmo, hablaba y enseñaba con esmero los temas concernientes a Jesús, aunque no conocía más bautismo que el de Juan. 26 Comenzó, pues, a enseñar con decisión en la sinagoga; pero cuando lo escucharon Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le expusieron con mayor exactitud todo lo referente al camino de Dios. 27 Al manifestar él su deseo de ir a Acaya, los hermanos apoyaron tal decisión y escribieron a los discípulos de aquella provincia para que lo acogieran con cariño. Una vez allí, fue de gran ayuda para quienes por gracia de Dios eran ya creyentes; 28 con sólidos argumentos refutaba en público a los judíos demostrándoles, con las Escrituras en la mano, que Jesús era el Mesías.

Actividad de Pablo en Éfeso

19 Durante la estancia de Apolo en Corinto, Pablo estuvo recorriendo las regiones interiores del Asia Menor. Cuando finalmente llegó a Éfeso, encontró allí a un grupo de discípulos 2 a quienes preguntó:

— ¿Recibieron el Espíritu Santo cuando abrazaron la fe?

— Ni siquiera hemos oído hablar del Espíritu Santo —le respondieron—.

3 — Entonces, ¿qué bautismo han recibido? —preguntó Pablo—.

— El bautismo de Juan —contestaron—.

4 Pablo les explicó:

— Juan bautizaba como señal de conversión, e invitaba a la gente a creer en el que había de venir después de él, es decir, en Jesús.

5 Al oír esto, se bautizaron en el nombre de Jesús, el Señor. 6 Acto seguido, cuando Pablo les impuso las manos, descendió el Espíritu Santo sobre ellos y comenzaron a expresarse en un lenguaje misterioso y a hablar en nombre de Dios. 7 En total eran unas doce personas.

8 Durante tres meses estuvo Pablo asistiendo a la sinagoga, donde hablaba sobre el reino de Dios con firme convicción y con argumentos persuasivos. 9 Pero como algunos se obstinaban en no creer y, además, trataban de desprestigiar ante la asamblea el nuevo camino del Señor, Pablo decidió apartarse de ellos y formar un grupo aparte con los discípulos, a quienes instruía a diario en un aula de la escuela de Tirano. 10 Esta situación se prolongó por dos años, de modo que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como no judíos, tuvieron ocasión de escuchar el mensaje del Señor. 11 Dios realizaba extraordinarios milagros por medio de Pablo, 12 hasta el punto de que el simple contacto con los pañuelos y otras prendas usadas por Pablo bastaba para curar a los enfermos o expulsar a los espíritus malignos.

Salmos 146

La Palabra (Hispanoamérica)

Salmo 146 (145)

Alabaré al Señor mientras viva

146 ¡Aleluya!

¡Alma mía, alaba al Señor!

2 Alabaré al Señor mientras viva,

mientras exista cantaré a mi Dios.

3 No confíen en los poderosos,

en quienes son incapaces de salvar.

4 Expiran y vuelven a la tierra,

ese día sucumben sus proyectos.

5 Feliz al que ayuda el Dios de Jacob,

quien pone su esperanza en Dios su Señor,

6 el que hizo el cielo y la tierra,

el mar y cuanto lo llena.

El Dios que siempre permanece fiel,

7 que hace justicia a los oprimidos

y da pan a quien tiene hambre;

el Señor libera a los cautivos,

8 el Señor da la vista a los ciegos,

el Señor levanta a los abatidos,

el Señor ama a los justos.

9 El Señor protege al extranjero,

a la viuda y al huérfano sostiene,

trastorna los planes del malvado.

10 ¡El Señor reina por siempre,

tu Dios, Sión, por generaciones!

¡Aleluya!

Proverbios 18:2-3

La Palabra (Hispanoamérica)

2 Al necio no le gusta comprender,

sino expresar su opinión.

3 La deshonra acompaña al malvado

y el desprecio a la ofensa.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España

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