Monday, May 8, 2023

DAB Español, Martes 09 de Mayo

Día 129, DAB Español, Martes 09 de Mayo


1 Samuel 5:1-7:17; Juan 6:1-21; Salmos 106:13-31; Proverbios 14:32-33 (Reina Valera Contemporánea (RVC))








1 Samuel 5-7

Reina Valera Contemporánea

El arca en tierra de los filisteos


5 Después de que los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Ebenezer a Asdod. 2 Tomaron el arca y la metieron en el templo de su dios Dagón, y la pusieron junto a ese ídolo. 3 Al siguiente día, cuando los habitantes de Asdod se levantaron, vieron que Dagón estaba arrodillado ante el arca del Señor, así que tomaron a Dagón y lo devolvieron a su lugar. 4 Pero al día siguiente, Dagón estaba una vez más de rodillas ante el arca del Señor, sólo que ahora Dagón tenía cortadas la cabeza y las dos manos, y nada más le había quedado el tronco, el cual estaba colocado sobre el umbral. 5 Por esta razón, hasta hoy los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en su templo de Asdod, no pisan el umbral del templo.


6 El poder del Señor se dejó sentir sobre los habitantes de Asdod y sobre todo su territorio, pues los castigó con terribles tumores. 7 Al darse cuenta de esto, los habitantes de Asdod dijeron: «El arca del Dios de Israel no debe quedarse entre nosotros, porque ha hecho sentir su poder contra nuestro pueblo y contra Dagón, nuestro dios.» 8 Entonces convocaron a los jefes de los filisteos, y les preguntaron:


«¿Qué debemos hacer con el arca del Dios de Israel?»


Y los jefes respondieron:


«Llévenla hasta Gat.»


Y los filisteos se llevaron el arca del Señor hasta allá. 9 Pero después de habérsela llevado, el poder del Señor se dejó sentir contra los habitantes de la ciudad pues les quebrantó su ánimo, y todos, desde el más chico hasta el más grande, estaban afligidos porque se llenaron de tumores. 10 Por eso enviaron el arca de Dios a Ecrón. Pero cuando el arca llegó allá, los ecronitas se espantaron y dijeron:


«Nos han enviado el arca del Dios de Israel para matarnos a todos nosotros y a nuestro pueblo.»


11 Entonces convocaron a los jefes de los filisteos para decirles:


«Devuelvan el arca del Dios de Israel al lugar que le corresponde, para que no nos mate a todos.»


Y es que toda la ciudad vivía con el temor a la muerte, pues el poder de Dios había aumentado contra ellos, 12 y los que no morían se llenaban de tumores, y sus gritos llegaban hasta el cielo.

Los filisteos devuelven el arca


6 El arca del Señor estuvo siete meses en tierra de los filisteos. 2 Ellos llamaron a los sacerdotes y adivinos, y les preguntaron:


«¿Qué nos aconsejan hacer con el arca del Señor? Dígannos cómo podemos devolverla a su lugar.»


3 Los sacerdotes dijeron:


«Cuando regresen el arca del Dios de Israel a su lugar, no la envíen vacía, sino envíenla con una compensación por la culpa cometida; sólo así serán sanados, y sabrán por qué el poder de Dios se ensañó contra ustedes.»


4 Entonces ellos preguntaron:


«¿Y en qué consiste la compensación que debemos pagar?»


Y ellos respondieron:


«Deben entregar cinco figuras de tumores de oro, y cinco ratones de oro, conforme al número de los jefes filisteos, porque una misma plaga los afligió a ustedes y a sus jefes. 5 Hagan las figuras de los tumores y de los ratones que destruyen la tierra, y así honrarán al Dios de Israel. Tal vez él se compadezca de ustedes, de sus dioses, y de su tierra. 6 ¿Por qué son insensibles, como el faraón y los egipcios? Ellos trataron con dureza a los israelitas, pero los dejaron ir, y ellos se fueron. 7 Construyan ahora un carro nuevo, y elijan a dos vacas que no hayan llevado antes el yugo, y que estén criando; pónganles el yugo y únzanlas al carro, y no dejen que sus becerros las sigan. 8 Tomen el arca del Señor, y pónganla sobre el carro. Pongan en una caja las joyas de oro que hicieron como compensación por la culpa cometida; y dejen que el carro se vaya. 9 Pero fíjense qué rumbo toma el carro: si se va por el camino que lleva a Bet Semes, su tierra, eso querrá decir que fue el Señor quien nos mandó tan grandes males; pero si toma otro camino, sabremos que no fue el Señor, sino que lo que sufrimos fue un accidente.»


10 Aquellos hombres lo hicieron así. Tomaron dos vacas que no habían llevado yugo y que estaban criando, las uncieron al carro, y encerraron a sus becerros. 11 Luego pusieron el arca del Señor sobre el carro, y a un lado la caja con los ratones de oro y las figuras de los tumores, como compensación por la culpa cometida, y la dejaron ir. 12 Y las vacas se dirigieron a Bet Semes; iban andando y bramando, sin apartarse del camino, y los jefes de los filisteos las siguieron hasta el límite de Bet Semes.


13 Los habitantes de Bet Semes estaban en el valle, segando el trigo, y cuando alzaron los ojos y vieron el arca, se alegraron mucho. 14 El carro llegó al campo de Josué de Bet Semes, y se detuvo en donde había una gran piedra; entonces ellos tomaron la madera del carro y la partieron, y ofrecieron las vacas como una ofrenda al Señor. 15 Luego los levitas bajaron el arca del Señor, y la caja que iba junto a ella, donde estaban las joyas de oro, y las pusieron sobre aquella gran piedra. Ese día los habitantes de Bet Semes ofrecieron sacrificios y ofrendas al Señor. 16 Cuando los cinco jefes de los filisteos vieron todo esto, regresaron a Ecrón el mismo día.


17 Las figuras de los tumores de oro que los filisteos pagaron como compensación al Señor fueron cinco: una por Asdod, una por Gaza, una por Ascalón, una por Gat, y una por Ecrón. 18 Y las figuras de oro de los ratones que ofrecieron, fueron también cinco, conforme al número de las ciudades de los filisteos que pertenecían a los cinco jefes, tanto las ciudades fortificadas como las aldeas. La gran piedra sobre la que pusieron el arca del Señor permanece en el campo de Josué de Bet Semes hasta el día de hoy.


19 Pero Dios hizo que los hombres de Bet Semes murieran, porque se atrevieron a mirar dentro del arca del Señor. De todo el pueblo murieron cincuenta mil setenta hombres. Y el pueblo lloró porque el Señor los había castigado con tantas muertes, 20 y dijeron:


«¿Quién será digno de estar delante del Señor, el Dios santo? ¿Contra quién se ensañará cuando se aparte de nosotros?»


21 Luego enviaron mensajeros a los habitantes de Quiriat Yearín, para que les dijeran:


«Los filisteos han devuelto el arca del Señor. Vengan y llévenla con ustedes.»


7 Los habitantes de Quiriat Yearín fueron y se llevaron el arca del Señor, y la pusieron en casa de Abinadab, la cual estaba en una colina, y consagraron a Eleazar su hijo, como guardián del arca del Señor. 2 Así, pasaron veinte años desde el día en que llegó el arca a Quiriat Yearín, y los israelitas gemían arrepentidos ante el Señor.

Samuel, juez de Israel


3 Entonces Samuel habló con todos los israelitas y les dijo:


«Si de todo corazón se han arrepentido delante del Señor, quiten a Astarot y a todos los dioses ajenos que todavía adoran; entréguense de corazón al Señor, y sírvanle sólo a él; entonces el Señor los librará de la ira de los filisteos.»


4 Y los israelitas renunciaron a los baales y a Astarot, y sirvieron sólo al Señor. 5 Entonces Samuel les dijo:


«Reúnan a todos los israelitas en Mispá, y yo rogaré al Señor por ustedes.»


6 Y se reunieron en Mispá, y sacaron agua y la derramaron delante del Señor. Aquel día ayunaron, y dijeron:


«Hemos pecado contra el Señor.»


Así fue como Samuel se convirtió en Mispá en el caudillo de los israelitas. 7 Y cuando los jefes de los filisteos se enteraron de que los israelitas estaban reunidos en Mispá, se prepararon para ir a luchar contra ellos, y cuando los israelitas lo supieron, se llenaron de miedo 8 y le dijeron a Samuel:


«No dejes de clamar por nosotros al Señor nuestro Dios, para que nos libre del poder de los filisteos.»


9 Entonces Samuel tomó un cordero recién nacido, y lo sacrificó y lo ofreció al Señor; luego rogó por el pueblo de Israel, y el Señor le oyó. 10 Mientras Samuel estaba ofreciendo el holocausto, llegaron los filisteos para pelear contra los israelitas, pero el Señor lanzó fuertes truenos contra ellos, y los atemorizó, y los israelitas los vencieron; 11 salieron de Mispá y persiguieron a los filisteos más allá de Bet Car, y los hirieron de muerte.


12 Luego, Samuel tomó una piedra, la puso entre Mispá y Sen, y a ese lugar lo llamó Ebenezer,[a] porque dijo: «Hasta aquí nos ha ayudado el Señor.»


13 Así fueron vencidos los filisteos, y no volvieron a entrar en el territorio de Israel porque el poder del Señor estuvo en contra de ellos mientras Samuel vivió. 14 Los israelitas liberaron el territorio que los filisteos tenían en su poder y recuperaron las ciudades que les habían arrebatado, desde Ecrón hasta Gat. Así los israelitas y los amorreos vivieron en paz.


15 Mientras Samuel vivió, gobernó al pueblo de Israel. 16 Todos los años visitaba Betel, Gilgal y Mispá, y dictaba leyes para todos los israelitas. 17 Después regresaba a Ramá, donde vivía y donde también edificó un altar al Señor, y desde allí impartía justicia al pueblo.

Footnotes


1 Samuel 7:12 Es decir, Piedra de ayuda.


Juan 6:1-21

Reina Valera Contemporánea

Alimentación de los cinco mil


6 Después de esto, Jesús se dirigió al otro lado del lago de Galilea, el lago de Tiberias. 2 Y una gran multitud lo seguía, porque veía las señales que hacía en los enfermos. 3 Entonces Jesús subió a un monte, y se sentó allí con sus discípulos. 4 Ya estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos. 5 Cuando Jesús alzó la vista y vio que una gran multitud se acercaba a él, le dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan, para que éstos coman?» 6 Pero decía esto para ponerlo a prueba, pues él ya sabía lo que estaba por hacer. 7 Felipe le respondió: «Ni doscientos denarios de pan bastarían para que cada uno de ellos recibiera un poco.» 8 Andrés, que era hermano de Simón Pedro y uno de sus discípulos, le dijo: 9 «Aquí está un niño, que tiene cinco panes de cebada y dos pescados pequeños; pero ¿qué es esto para tanta gente?» 10 Entonces Jesús dijo: «Hagan que la gente se recueste.» Había mucha hierba en aquel lugar, y se recostaron como cinco mil hombres. 11 Jesús tomó aquellos panes, y luego de dar gracias los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados. Esto mismo hizo con los pescados, y les dio cuanto querían. 12 Cuando quedaron saciados, les dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada.» 13 Entonces ellos los recogieron, y con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada a los que habían comido, llenaron doce cestas. 14 Al ver aquellos hombres la señal que Jesús había hecho, dijeron: «Verdaderamente, éste es el profeta que había de venir al mundo.»


15 Cuando Jesús se dio cuenta de que iban a venir para apoderarse de él y hacerlo rey, volvió a retirarse al monte él solo.

Jesús camina sobre el agua


16 Al anochecer sus discípulos bajaron al lago, 17 y en una barca comenzaron a cruzar el lago hacia Cafarnaún. Ya estaba oscuro, y Jesús no había venido a reunirse con ellos. 18 Y el lago se agitaba con un gran viento que soplaba. 19 Habrían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús caminar sobre el lago y acercarse a la barca. Y tuvieron miedo. 20 Pero él les dijo: «Yo soy; no teman.» 21 Entonces ellos gustosamente lo recibieron en la barca, y ésta llegó enseguida a la tierra adonde iban.

Salmos 106:13-31

Reina Valera Contemporánea


13

Pero muy pronto olvidaron tus obras;

no esperaron a conocer tus consejos.

14

Allí, en la soledad del desierto,

se entregaron al desenfreno y te pusieron a prueba.

15

Tú les diste lo que pidieron,

pero les enviaste una enfermedad mortal.


16

En el campamento, sintieron envidia de Moisés

y de Aarón, a quien tú consagraste a tu servicio.

17

La tierra se abrió, y se tragó a Datán,

y sepultó a la pandilla de Abirán.

18

El fuego se extendió entre ellos,

y los impíos fueron consumidos por las llamas.


19

En Horeb se hicieron un becerro de oro,

y ante esa horrenda imagen se arrodillaron;

20

¡cambiaron la gloria de Dios

por la imagen de un buey que come hierba!

21

Se olvidaron del Dios que los salvó;

se olvidaron de sus grandes proezas en Egipto,

22

de las maravillas que hizo en tierra de Cam

y de su paso asombroso por el Mar Rojo.

23

Dios llegó a pensar en destruirlos,

pero Moisés, su escogido, se interpuso

e impidió que, en su indignación, los destruyera.


24

Ellos despreciaron una tierra muy deseable,

y no creyeron en las promesas de Dios.

25

En sus tiendas hablaron mal del Señor,

y se negaron a escuchar su voz.

26

Entonces Dios levantó su mano contra ellos

y juró que los haría morir en el desierto,

27

que los humillaría ante las naciones

y los dispersaría por todos los países.


28

Pero el pueblo se sometió ante Baal Pegor,

y participó de los sacrificios a un dios muerto.

29

Esto les acarreó la ira de Dios,

y una plaga mortal cayó sobre ellos.

30

Pero Finés se interpuso y castigó al culpable,

y entonces la plaga se detuvo.

31

Dios tomó su acción como un acto de justicia,

el cual permanece por siempre y para siempre.

Proverbios 14:32-33

Reina Valera Contemporánea


32

Al malvado lo pierde su propia maldad;

el justo, aun en la muerte mantiene la esperanza.

33

La sabiduría reposa en el corazón prudente,

pero entre los necios es desconocida.

Reina Valera Contemporánea (RVC)


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