Wednesday, October 30, 2019

DAB Español, Jueves 31 de Octubre

Día 304, DAB Español, Jueves 31 de Octubre

Lamentaciones 4:1-5:22; Hebreos 2:1-18; Salmos 103; Proverbios 26:23 (Reina Valera Actualizada (RVA-2015))






Lamentaciones 4-5 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Cuarta lamentaciónc
א Álef
4 ¡Cómo se ha empañado el oro! ¡Cómo se ha alterado el buen oro!

Las piedras del santuario están esparcidas por los cruces de todas las calles.

ב Bet
2 Los apreciados hijos de Sion, que eran estimados en oro fino,
¡cómo son tenidos ahora como vasijas
de barro, obra de manos de alfarero[a]!

ג Guímel
3 Hasta los chacales dan la teta
y amamantan a sus cachorros, pero la hija de mi pueblo se ha vuelto cruel, como los avestruces del desierto.

ד Dálet
4 Se pega a su paladar la lengua del niño de pecho, a causa de la sed. Los pequeñitos piden pan,
y no hay quien se lo reparta.

ה Hei
5 Los que comían delicados manjares han quedado desolados en las calles. Los que fueron criados con carmesí han abrazado la basura.

ו Vav
6 Es mayor la iniquidad de la hija de mi pueblo que el pecado de Sodoma[b], que fue trastornada en un momento sin que pusieran manos sobre ella.

ז Zayin
7 Eran más limpios sus príncipes[c] que
la nieve, más blancos que la leche. Sus mejillas[d] eran sonrosadas, más que las perlas.
Su talle era como el zafiro.

ח Jet
8 Más oscuros que el hollín están ahora sus semblantes; no los reconocen por las calles.
Su piel está encogida sobre sus huesos, reseca como un palo.

ט Tet
9 Más afortunados fueron los muertos por la espada que los muertos por el hambre. Porque estos murieron poco a poco, atravesados por falta de los productos del campo.

י Yod
10 Las manos de las mujeres compasivas cocinaron a sus propios hijos. Ellos les sirvieron de comida en medio del quebranto de la hija de mi pueblo.

כ Kaf
11 Agotó el SEÑOR su furor;
derramó el ardor de su ira.
Prendió fuego en Sion,
el cual devoró sus cimientos.

ל Lámed
12 No creían los reyes de la tierra ni ninguno de los habitantes del mundo, que el adversario y el enemigo entrarían por las puertas de Jerusalén.

מ Mem
13 Fue por los pecados de sus profetas
y por las iniquidades de sus sacerdotes, que derramaron en medio de ella
la sangre de los justos.

נ Nun
14 Deambulaban como ciegos por las calles y se contaminaban con sangre,
de modo que nadie pudiera tocar sus vestiduras.

ס Sámej
15 “¡Apártense, inmundos!”, les gritaban. “¡Apártense, apártense, no toquen!”. Cuando huían y deambulaban,
les decían entre las naciones: “¡No morarán más aquí!”.

פ Pe
16 La presencia del SEÑOR los ha dispersado; no los volverá a mirar. De la persona de los sacerdotes
no tuvieron respeto; ni a los ancianos mostraron consideración.

ע Ayin
17 Todavía se consumen nuestros ojos tras la vana espera de nuestro socorro. Desde nuestro mirador miramos hacia una nación que no puede salvar.

צ Tsade
18 Acecharon nuestros pasos, para que
no anduviéramos por nuestras propias calles.
Nuestro fin se acercó;
se cumplieron nuestros días, porque había llegado nuestro fin.

ק Qof
19 Más veloces que las águilas del cielo fueron nuestros perseguidores. Sobre las montañas nos persiguieron
febrilmente; en el desierto
nos pusieron emboscadas.

ר Resh
20 El aliento de nuestra vida, el ungido del SEÑOR, ha sido atrapado en sus fosas; aquel de quien habíamos dicho: “A su sombra viviremos entre
las naciones”.

ש Shin
21 Gózate y alégrate, oh hija de Edom,
tú que habitas en la tierra de Uz. También a ti llegará la copa;
te embriagarás y te expondrás desnuda.

ת Tav
22 Se ha cumplido tu castigo, oh hija
de Sion; nunca más te llevará cautiva. Pero él castigará tu iniquidad,
oh hija de Edom; pondrá
al descubierto tus pecados.

Quinta lamentacióna
5 Acuérdate, oh SEÑOR, de lo que nos ha sucedido.

Mira y ve nuestro oprobio.
2 Nuestra heredad ha pasado a los extraños, nuestras casas a los extranjeros.
3 Estamos huérfanos; no tenemos padre; nuestras madres han quedado viudas.
4 Nuestra agua bebemos por dinero; nuestra leña nos viene por precio.
5 Sobre nuestros cuellos están
los que nos persiguen.
Nos fatigamos y para nosotros
no hay reposo.
6 Hacia Egipto extendimos las manos;
y hacia Asiria, para saciarnos de pan.
7 Nuestros padres pecaron y ya no están; nosotros cargamos con su castigo.
8 Aun los esclavos se han enseñoreado
de nosotros;
no hubo quien nos librara de su mano.
9 Con riesgo de nuestras vidas
traemos nuestro pan,
ante la espada del desierto.
10 Nuestra piel se ha ennegrecido como un horno,
a causa de los ardores del hambre.
11 A las mujeres violaron en Sion,
y a las vírgenes en las ciudades de Judá.
12 Los príncipes fueron colgados
de sus manos;
no fue respetada la persona
de los ancianos.
13 Los jóvenes cargaron piedras de molino; los muchachos desfallecieron bajo la carga de la leña.
14 Los ancianos han dejado de acudir
a las puertas de la ciudad;
los jóvenes han dejado sus canciones.
15 Ha cesado el regocijo
de nuestro corazón;
nuestra danza se ha convertido en duelo.
16 Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, porque hemos pecado!
17 Por esto está enfermo nuestro corazón; por esto se han ensombrecido nuestros ojos.
18 Por el monte Sion,
que ha quedado desolado,
se pasean las zorras.
19 Pero tú, oh SEÑOR, reinarás para siempre;
tu trono es de generación en generación.
20 ¿Por qué te olvidarás de nosotros para siempre
y nos dejarás a lo largo de los días?
21 Haz que volvamos a ti, oh SEÑOR,
y volveremos.
Renueva nuestros días
como en los tiempos pasados,
22 aunque nos hayas desechado
y te hayas airado en gran manera contra nosotros.

Footnotes:
Lamentaciones 4:2 Según LXX; heb., debajo de los cielos del SEÑOR.
Lamentaciones 4:6 Otro poema acróstico; ver nota sobre 1t.
Lamentaciones 4:7 Cf. Jer. 18:1 ss.; 19:1, ss.
Lamentaciones 4:7 Cf. Gén. 19:24, ss.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

Hebreos 2 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Una salvación tan grande
2 Por lo tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Pues si la palabra dicha por los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación, que al principio fue declarada por el Señor, nos fue confirmada por medio de los que oyeron, 4 dando Dios testimonio juntamente con ellos con señales, maravillas, diversos hechos poderosos y dones repartidos por el Espíritu Santo según su voluntad.

El Autor de la salvación
5 Porque no fue a los ángeles a quienes Dios sometió el mundo venidero del cual hablamos. 6 Pues alguien dio testimonio en un lugar diciendo:

¿Qué es el hombre,

para que te acuerdes de él,

o el hijo del hombre,

para que tengas cuidado de él?

7 Le has hecho por poco tiempo

menor que los ángeles;

le coronaste de gloria y de honra[a];

8 todas las cosas sometiste

debajo de sus pies[b].

Al someter a él todas las cosas, no dejó nada que no esté sometido a él. Pero ahora no vemos todavía todas las cosas sometidas a él. 9 Sin embargo, vemos a Jesús, quien por poco tiempo fue hecho menor que los ángeles, coronado de gloria y honra por el padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

10 Porque le convenía a Dios —por causa de quien y por medio de quien todas las cosas existen— perfeccionar al Autor de la salvación de ellos, por medio de los padecimientos, para conducir a muchos hijos a la gloria. 11 Pues tanto el que santifica como los que son santificados, todos provienen de uno. Por esta razón, él no se avergüenza de llamarlos hermanos 12 diciendo:

Anunciaré a mis hermanos tu nombre;

en medio de la congregación te alabaré[c].

13 Y otra vez: Yo pondré mi confianza en él. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que Dios me dio[d].

14 Por tanto, puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte (este es el diablo), 15 y para librar a los que por el temor de la muerte estaban toda la vida condenados a esclavitud. 16 Porque ciertamente él no tomó para sí a los ángeles sino a la descendencia de Abraham. 17 Por tanto, era preciso que en todo fuese hecho semejante a sus hermanos a fin de ser un sumo sacerdote misericordioso y fiel en el servicio delante de Dios, para expiar los pecados del pueblo. 18 Porque en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.

Footnotes:
Hebreos 2:7 Algunos mss. antiguos incluyen y le pusiste sobre las obras de tus manos; la cita es del Sal. 8:6.
Hebreos 2:8 Sal. 8:5-7 (LXX).
Hebreos 2:12 Sal. 22:22.
Hebreos 2:13 Isa. 8:17 (LXX), 18.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Salmos 103 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Alabanza de un alma agradecida
103 De David.

Bendice, oh alma mía, al SEÑOR. Bendiga todo mi ser su santo nombre.
2 Bendice, oh alma mía, al SEÑOR
y no olvides ninguno de sus beneficios.
3 Él es quien perdona todas
tus iniquidades,
el que sana todas tus dolencias,
4 el que rescata del hoyo tu vida,
el que te corona de favores
y de misericordia,
5 el que sacia con bien tus anhelos[a]
de modo que te rejuvenezcas
como el águila.
6 El SEÑOR es quien hace justicia
y derecho
a todos los que padecen violencia.
7 Sus caminos dio a conocer a Moisés;
y a los hijos de Israel, sus obras.
8 Compasivo y clemente es el SEÑOR, lento para la ira y grande
en misericordia.
9 No contenderá para siempre
ni para siempre guardará el enojo.
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades
ni nos ha pagado conforme
a nuestros pecados.
11 Pues como la altura de los cielos sobre la tierra,
así ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen.
12 Tan lejos como está el oriente del occidente
así hizo alejar de nosotros nuestras
rebeliones.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
así se compadece el SEÑOR de los que le temen.
14 Porque él conoce nuestra condición;
se acuerda de que somos polvo.
15 El hombre, como la hierba
son sus días:
Florece como la flor del campo
16 que, cuando pasa el viento, perece
y su lugar no la vuelve a conocer.
17 Pero la misericordia del SEÑOR es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen;
y su justicia sobre los hijos
de sus hijos,
18 sobre los que guardan su pacto
y se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.
19 El SEÑOR estableció en los cielos
su trono,
y su reino domina sobre todo.
20 Bendigan al SEÑOR, ustedes sus poderosos ángeles
que ejecutan su palabra obedeciendo la voz de ella.
21 Bendigan al SEÑOR, ustedes todos sus ejércitos;
servidores suyos que hacen su voluntad.
22 Bendigan al SEÑOR, ustedes todas sus obras
en todos los lugares de su señorío. ¡Bendice, alma mía, al SEÑOR!

Footnotes:
Salmos 103:5 Según LXX; heb. tus joyas.
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano

Proverbios 26:23 Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
23 Como escorias de plata arrojadas sobre un tiesto,
son los labios enardecidos y el corazón vil.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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