Día 288, DAB Español, Martes 15 de Octubre
Jeremías 26:1-27:22; 2 Tesalonicenses 3:1-18; Salmos 85; Proverbios 25:16 (Nueva Traducción Viviente (NTV))
Jeremías
26-27 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Jeremías escapa de la muerte
26 Jeremías recibió el siguiente mensaje del Señor a
principios del reinado de Joacim, hijo de Josías,[a] rey de Judá. 2 «Esto dice
el Señor: “Ponte de pie en el atrio que está delante del templo del Señor y haz
un anuncio a la gente que ha venido de toda Judá a adorar. Dales mi mensaje
completo sin que falte una sola palabra. 3 Quizá te escuchen y se aparten de
sus malos caminos. Entonces cambiaré de parecer acerca del desastre que estoy
por derramar sobre ellos a causa de sus pecados”.
4 »Diles: “Esto dice el Señor: ‘Si ustedes no me
escuchan ni obedecen la palabra que les he dado 5 ni tampoco escuchan a mis
siervos, los profetas —porque los envié una y otra vez para advertirles, pero
ustedes rehusaron escucharlos—, 6 entonces destruiré este templo así como
destruí a Silo, el lugar donde estaba el tabernáculo. Y haré que Jerusalén se
convierta en objeto de maldición en cada nación de la tierra’”».
7 Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo
escucharon a Jeremías mientras hablaba frente al templo del Señor; 8 pero
cuando Jeremías terminó su mensaje, habiendo dicho todo lo que el Señor le
ordenó que dijera, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo que estaba
junto al templo lo atacaron en masa. «¡Mátenlo! —gritaban—. 9 ¿Qué derecho
tienes de profetizar en el nombre del Señor que este templo será destruido como
lo fue Silo? ¿Qué quieres decir cuando afirmas que Jerusalén será destruida y
dejada sin habitantes?». Así que todo el pueblo lo amenazaba mientras él estaba
frente al templo.
10 Cuando los funcionarios de Judá oyeron lo que
pasaba, corrieron del palacio a sentarse a juzgar junto a la puerta Nueva del
templo. 11 Los sacerdotes y los profetas presentaron sus acusaciones a los
funcionarios y al pueblo. «¡Este hombre debe morir! —dijeron—. Ustedes han
escuchado con sus propios oídos lo traidor que es, porque ha profetizado contra
esta ciudad».
12 Entonces Jeremías habló en su propia defensa a los
funcionarios y al pueblo. «El Señor me envió para profetizar contra este templo
y contra esta ciudad —dijo—. El Señor me dio cada una de las palabras que he
hablado; 13 pero si ustedes dejan de pecar y comienzan a obedecer al Señor su
Dios, él cambiará de parecer acerca del desastre que anunció contra ustedes. 14
En cuanto a mí, estoy en sus manos, hagan conmigo lo que mejor les parezca. 15
¡Pero si me matan, tengan por seguro que estarán matando a un inocente! La
responsabilidad por semejante acción caerá sobre ustedes, sobre esta ciudad y
sobre cada persona que vive en ella. Pues es totalmente cierto que el Señor me
envió a decir cada palabra que ustedes han oído».
16 Así que los funcionarios y el pueblo les dijeron a
los sacerdotes y a los profetas: «Este hombre no merece la pena de muerte
porque nos ha hablado en el nombre del Señor nuestro Dios».
17 Entonces algunos de los sabios ancianos se pusieron
de pie y hablaron a todo el pueblo reunido en ese lugar. 18 Dijeron: «Recuerden
cuando Miqueas de Moreset profetizaba durante el reinado de Ezequías de Judá.
Él le dijo al pueblo de Judá:
“Esto dice el Señor de los Ejércitos Celestiales:
‘El monte Sión quedará arado como un campo abierto;
¡Jerusalén
será reducida a escombros!
Un matorral crecerá en las cumbres,
donde ahora
se encuentra el templo’”[b].
19 ¿Acaso el rey Ezequías y el pueblo lo mataron por
lo que dijo? No, se apartaron de sus pecados y adoraron al Señor. Le suplicaron
misericordia. Entonces el Señor cambió de parecer acerca del terrible desastre
que había declarado contra ellos. Así que estamos a punto de perjudicarnos a
nosotros mismos».
20 En ese tiempo, Urías hijo de Semaías, de
Quiriat-jearim, también profetizaba en nombre del Señor; y predijo el mismo
terrible desastre contra la ciudad y la nación igual que Jeremías. 21 Cuando el
rey Joacim junto con los oficiales militares y los demás funcionarios
escucharon lo que dijo, el rey envió a alguien para matarlo. Sin embargo, Urías
se enteró del plan y escapó a Egipto atemorizado. 22 Entonces el rey Joacim
envió a Elnatán, hijo de Acbor, a Egipto junto con algunos otros hombres para que
capturaran a Urías. 23 Lo tomaron prisionero y lo trajeron de regreso al rey
Joacim. Así que el rey mató a Urías a espada y mandó que lo enterraran en una
fosa común.
24 No obstante, Ahicam, hijo de Safán, respaldó a
Jeremías y persuadió al tribunal de no entregarlo a la multitud para que lo
matara.
Jeremías se coloca un yugo para bueyes
27 Jeremías recibió el siguiente mensaje del Señor a
principios del reinado de Sedequías,[c] hijo de Josías, rey de Judá.
2 Esto me dijo el Señor: «Hazte un yugo y átatelo al
cuello con correas de cuero. 3 Luego envía un mensaje a los reyes de Edom,
Moab, Amón, Tiro y Sidón a través de sus embajadores que han llegado a visitar
al rey Sedequías en Jerusalén. 4 Dales este mensaje para sus amos: “Esto dice
el Señor de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel: 5 ‘Yo hice la tierra, la
gente y cada animal con mi gran fuerza y brazo poderoso. Estas cosas me
pertenecen y puedo dárselas a quien yo quiera. 6 Ahora entregaré estos países
al rey Nabucodonosor de Babilonia, quien es mi siervo. He puesto todo bajo su
control, aun los animales salvajes. 7 Todas las naciones le servirán a él, a su
hijo y a su nieto hasta que se acabe el tiempo de ellos. Entonces muchas
naciones y grandes reyes conquistarán y dominarán a Babilonia. 8 Así que
ustedes deben someterse al rey de Babilonia y servirle; ¡pongan su cuello bajo
el yugo de Babilonia! Castigaré a toda nación que rehúse ser su esclava, dice
el Señor. Enviaré guerra, hambre y enfermedad sobre esa nación hasta que
Babilonia la conquiste.
9 »’No les hagan caso a sus falsos profetas, adivinos,
intérpretes de sueños, los médiums y hechiceros que dicen: “El rey de Babilonia
no los conquistará”. 10 Todos son mentirosos y sus mentiras solo servirán para
que ustedes sean expulsados de su propia tierra. Yo los expulsaré y los enviaré
a morir lejos; 11 pero al pueblo de toda nación que se someta al rey de
Babilonia se le permitirá permanecer en su propio país para cultivar la tierra
como siempre. ¡Yo, el Señor, he hablado!’”».
12 Después repetí el mismo mensaje al rey Sedequías de
Judá: «Si deseas vivir, sométete al yugo del rey de Babilonia y a su pueblo. 13
¿Por qué insistes en morir, tú y tu pueblo? ¿Por qué habrán de escoger la
guerra, el hambre y la enfermedad que el Señor traerá contra toda nación que se
niegue a someterse al rey de Babilonia? 14 No les hagan caso a los falsos
profetas que les siguen diciendo: “El rey de Babilonia no los conquistará”. Son
mentirosos. 15 Esto dice el Señor: “¡Yo no envié a estos profetas! Les dicen
mentiras en mi nombre, así que yo los expulsaré de esta tierra. Todos ustedes
morirán, junto con todos estos profetas”».
16 Entonces me dirigí a los sacerdotes y al pueblo y
les dije: «Esto dice el Señor: “No escuchen a sus profetas que les aseguran que
los artículos de oro que fueron sacados de mi templo pronto serán devueltos de
Babilonia. ¡Es pura mentira! 17 No los escuchen. Ríndanse al rey de Babilonia y
vivirán. ¿Por qué ha de ser destruida toda esta ciudad? 18 Si realmente son
profetas y proclaman los mensajes del Señor, que oren al Señor de los Ejércitos
Celestiales. ¡Que supliquen que los objetos que aún quedan en el templo del
Señor, en el palacio real y en los palacios de Jerusalén no sean llevados a
Babilonia!”.
19 »Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales ha
hablado acerca de las columnas que están al frente del templo, del enorme tazón
de bronce llamado el Mar, de las carretas para llevar agua y de los demás
objetos ceremoniales. 20 El rey Nabucodonosor de Babilonia los dejó aquí cuando
desterró a Babilonia a Joaquín,[d] hijo de Joacim, rey de Judá, junto con los
demás nobles de Judá y de Jerusalén. 21 Sí, esto dice el Señor de los Ejércitos
Celestiales, Dios de Israel, acerca de los objetos preciosos que todavía
permanecen en el templo, en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén: 22
“Todos serán llevados a Babilonia y permanecerán allí hasta que yo envíe por
ellos —dice el Señor—. Entonces los traeré de regreso a Jerusalén”».
Footnotes:
26:1 El primer año del reinado de Joacim fue el 608 a.
C.
26:18 Mi 3:12.
27:1 Así aparece en algunos manuscritos hebreos y en
la versión siríaca (ver también 27:3, 12); la mayoría de los manuscritos
hebreos dicen Joacim.
27:20 En hebreo Jeconías, una variante de Joaquín.
Nueva Traducción Viviente (NTV)
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2
Tesalonicenses 3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pablo pide oración
3 Finalmente, amados hermanos, les pedimos que oren
por nosotros. Oren para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y sea
honrado en todo lugar adonde llegue, así como cuando les llegó a ustedes. 2
Oren, también, para que seamos rescatados de gente perversa y mala, porque no
todos son creyentes. 3 Pero el Señor es fiel; él los fortalecerá y los
protegerá del maligno.[a] 4 Además, confiamos en el Señor que ustedes hacen y
seguirán haciendo lo que les ordenamos. 5 Que el Señor les guíe el corazón a un
entendimiento total y a una expresión plena del amor de Dios, y a la
perseverancia con paciencia que proviene de Cristo.
Exhortación a vivir correctamente
6 Y ahora, amados hermanos, les damos el siguiente
mandato en el nombre de nuestro Señor Jesucristo: aléjense de todos los
creyentes que llevan vidas ociosas y que no siguen[b] la tradición que
recibieron[c] de nosotros. 7 Pues ustedes saben que deben imitarnos. No
estuvimos sin hacer nada cuando los visitamos a ustedes. 8 En ningún momento
aceptamos comida de nadie sin pagarla. Trabajamos mucho de día y de noche a fin
de no ser una carga para ninguno de ustedes. 9 Por cierto, teníamos el derecho
de pedirles que nos alimentaran, pero quisimos dejarles un ejemplo que seguir.
10 Incluso mientras estábamos con ustedes les dimos la siguiente orden: «Los
que no están dispuestos a trabajar que tampoco coman».
11 Sin embargo, oímos que algunos de ustedes llevan
vidas de ocio, se niegan a trabajar y se entrometen en los asuntos de los
demás. 12 Les ordenamos a tales personas y les rogamos en el nombre del Señor
Jesucristo que se tranquilicen y que trabajen para ganarse la vida. 13 En
cuanto al resto de ustedes, amados hermanos, nunca se cansen de hacer el bien.
14 Tomen nota de quienes rehúsan obedecer lo que
decimos en esta carta. Aléjense de ellos, para que se avergüencen. 15 No los
vean como enemigos, sino que llámenles la atención como lo harían con un
hermano.[d]
Saludos finales de Pablo
16 Ahora, que el mismo Señor de paz les dé su paz en
todo momento y en cada situación. El Señor sea con todos ustedes.
17 Aquí está mi saludo de mi propio puño y letra:
Pablo. Hago esto en todas mis cartas para probar que son mías.
18 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
todos ustedes.
Footnotes:
3:3 O del mal.
3:6a En griego de todo hermano que lleva una vida
ociosa y que no sigue.
3:6b Algunos manuscritos dicen ustedes recibieron.
3:15 En griego como a un hermano.
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Salmos
85 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Salmo 85
Para el director del coro: salmo de los descendientes
de Coré.
1 ¡Señor, tú derramaste bendiciones sobre tu tierra!
Devolviste
el bienestar a Israel.[a]
2 Perdonaste la culpa de tu pueblo;
sí, cubriste
todos sus pecados. Interludio
3 Contuviste tu furia
y refrenaste
tu enojo encendido.
4 Ahora, restáuranos, oh Dios de nuestra salvación;
aparta tu
enojo de nosotros una vez más.
5 ¿Seguirás enojado con nosotros para siempre?
¿Extenderás
tu ira a todas las generaciones?
6 ¿No volverás a darnos vida,
para que tu
pueblo pueda alegrarse en ti?
7 Muéstranos tu amor inagotable, oh Señor,
y concédenos
tu salvación.
8 Presto mucha atención a lo que dice Dios el Señor,
pues él da
palabras de paz a su pueblo fiel.
Pero no le
permitas volver a sus necios caminos.
9 Sin duda, la salvación de Dios está cerca de los que
le temen,
por lo
tanto, nuestra tierra se llenará de su gloria.
10 El amor inagotable y la verdad se encontraron;
¡la justicia
y la paz se besaron!
11 La verdad brota desde la tierra,
y la
justicia sonríe desde los cielos.
12 Sí, el Señor derrama sus bendiciones,
y nuestra
tierra dará una abundante cosecha.
13 La justicia va delante de él como un heraldo,
preparando
el camino para sus pasos.
Footnotes:
85:1 En hebreo a Jacob. Ver nota en 44:4.
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Proverbios
25:16 Nueva Traducción Viviente (NTV)
16 ¿Te gusta la miel?
¡No comas
demasiada, porque te darán ganas de vomitar!
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