Monday, January 25, 2021

DAB Español, Martes 26 de Enero

Día 026, DAB Español, Martes 26 de Enero

Éxodo 2:11-3:22; Mateo 17:10-27; Salmos 22:1-18; Proverbios 5:7-14 (Palabra de Dios para Todos (PDT))









Éxodo 2:11-3:22

Palabra de Dios para Todos

 

11 Cuando Moisés creció, fue a ver a su gente y vio que los obligaban a trabajar muy duro. Un día Moisés también vio a un egipcio golpeando a un hebreo, uno de su propia gente. 12 Miró a su alrededor y al ver que no había nadie, mató al egipcio y enterró su cuerpo en la arena. 13 Al día siguiente salió Moisés y vio a dos hebreos peleando. Le preguntó al agresor:

 

—¿Por qué golpeas a tu compatriota?

 

14 El hombre respondió:

 

—¿Quién te nombró nuestro príncipe y juez? ¿Acaso vas a matarme como hiciste ayer[a] con el egipcio?

 

Entonces Moisés se asustó y pensó: «Seguro que ahora todos saben lo que hice».

 

15 Cuando el faraón se enteró, quiso matar a Moisés, pero Moisés se escapó del faraón y se fue a vivir a la tierra de Madián.

Moisés en Madián

 

Moisés se sentó al lado de un pozo. 16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas que iban a ese pozo a buscar agua para llenar los bebederos de las ovejas de su papá. 17 Pero cuando los pastores llegaron, las echaron. Entonces Moisés se levantó, las ayudó y les dio agua a sus ovejas.

 

18 Cuando volvieron a donde estaba Reuel[b], su papá, él les preguntó:

 

—¿Por qué regresaron tan pronto hoy?

 

19 Ellas respondieron:

 

—Un egipcio nos defendió de los pastores. También nos ayudó a sacar agua y les dio de beber a las ovejas.

 

20 Entonces Reuel les preguntó a sus hijas:

 

—¿Dónde está ese hombre? ¿Por qué lo dejaron allá afuera? Invítenlo a comer con nosotros.

 

21 Moisés aceptó quedarse a vivir allí. Después Reuel le dio como esposa a su hija Séfora. 22 Séfora dio a luz un hijo, al que Moisés llamo Guersón[c]. Le puso este nombre porque Moisés era inmigrante en una tierra que no le pertenecía.

 

23 Moisés se quedó allá muchos años y durante ese tiempo murió el rey de Egipto. Sin embargo, seguían obligando a los israelitas a trabajar muy duro. Ellos le suplicaban a Dios que los ayudara. 24 Dios escuchó sus súplicas y se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Vio a los israelitas y se dio cuenta de su situación.

El arbusto en llamas

 

3 Jetro, el suegro[d] de Moisés, era el sacerdote de Madián. Una vez Moisés estaba cuidando las ovejas de Jetro, las llevó hasta la parte occidental del desierto y llegó hasta Horeb[e], el monte de Dios. 2 Ahí se le apareció el ángel del SEÑOR[f] en una gran llama de fuego la cual estaba ardiendo en medio de un arbusto, pero este no se consumía. 3 Moisés se dijo: «¡Qué cosa tan rara! Me detendré a ver por qué el arbusto no se consume».

 

4 Cuando el SEÑOR vio que Moisés se estaba acercando para observar mejor, lo llamó desde el arbusto:

 

—Moisés, Moisés.

 

—Aquí estoy—respondió él.

 

5 Dios le dijo:

 

—No te acerques más y quítate el calzado porque el suelo que estás pisando es sagrado. 6 Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob.

 

Moisés se cubrió la cara porque tenía miedo de mirar a Dios. 7 Pero el SEÑOR dijo:

 

—He visto lo mucho que ha sufrido mi pueblo en Egipto de mano de sus opresores y he escuchado sus lamentos. Estoy consciente de su dolor. 8 Ahora voy a bajar a salvar a mi pueblo de los egipcios. Los voy a sacar de allá y los voy a llevar a una tierra buena y espaciosa que rebosa de leche y de miel[g]. Es la tierra de los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 He escuchado los lamentos de los israelitas y también he visto la crueldad con la que los egipcios los tienen sometidos. 10 Así que tú irás allá porque te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, el pueblo de Israel.

 

11 Pero Moisés le dijo a Dios:

 

—¿Quién soy yo para ir ante el faraón y sacar a los israelitas de Egipto?

 

12 Dios le respondió:

 

—Irás porque yo estaré contigo. Esta será la señal de que yo te he enviado: cuando liberes de Egipto a mi pueblo, ustedes vendrán a adorarme en este monte.

 

13 Luego Moisés le dijo a Dios:

 

—Cuando yo vaya y les diga a los israelitas: “El Dios de sus antepasados me envió a ustedes”, ellos me van a preguntar: “¿Cuál es el nombre de ese Dios?” y entonces, ¿qué les voy a responder?

 

14 Dios le dijo:

 

—Yo soy el que soy.[h] Dile esto al pueblo de Israel: “Yo soy me mandó a ustedes”.

 

15 Luego Dios le volvió a decir a Moisés:

 

—Dile esto al pueblo de Israel: “YAVÉ, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, me mandó a ustedes”. Ese es mi nombre eterno, con el que seré recordado para siempre.

 

16 »Ve y reúne a los ancianos líderes de Israel y diles: “YAVÉ, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, se me apareció y me dijo: He estado al tanto de ustedes y he visto cómo los han hecho sufrir en Egipto. 17 Decidí sacarlos de sus sufrimientos en Egipto y llevarlos a la tierra de los cananeos, los heteos, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos a una tierra que rebosa de leche y de miel”.

 

18 »Ellos te van a escuchar. Luego tú y los ancianos líderes de Israel, van a ir ante el rey de Egipto a decirle: “YAVÉ, el Dios de los hebreos, vino a visitarnos. Déjanos ir al desierto, en un viaje de tres días, para ofrecerle sacrificios a YAVÉ, nuestro Dios”. 19 Yo sé que el rey de Egipto no los dejará ir sino por la fuerza, 20 por eso voy a utilizar mi gran poder en contra de Egipto. Voy a hacer que ocurran cosas asombrosas en esa tierra y después de que lo haga, él los dejará ir.

 

21 »Haré que el pueblo de Egipto se porte bien con los israelitas. Los egipcios le darán muchos regalos a tu pueblo cuando se vayan. 22 Cada mujer le pedirá a su vecino o a quien viva en su casa, joyas de oro y plata, y vestidos y ustedes se los pondrán a sus hijos e hijas. De esta forma se llevarán las riquezas de Egipto.

Footnotes

 

    2:14 ayer Según LXX.

    2:18 Reuel También se le llama Jetro.

    2:22 Guersón En hebreo este nombre es similar a la palabra que significa un inmigrante allá.

    3:1 suegro o posiblemente cuñado. Se sabe que Jetro es otro nombre para Reuel.

    3:1 Horeb También llamado monte Sinaí.

    3:2 ángel del SEÑOR o enviado del SEÑOR.

    3:8 miel Particularmente la miel extraída de frutos como el dátil.

    3:14 Yo soy el que soy Tal vez esta expresión está relacionada con el nombre YAVÉ, que usualmente se traduce como SEÑOR, tiene que ver con la palabra hebrea que significa Él es o Él da existencia. La expresión puede significar Yo soy el que realmente existe por sí mismo.

 

Mateo 17:10-27

Palabra de Dios para Todos

 

10 Entonces los seguidores le preguntaron:

 

—¿Por qué los maestros de la ley dicen que Elías debe venir primero?[a]

 

11 Jesús les contestó:

 

—Tienen razón cuando dicen que Elías va a venir y pondrá todo en orden. 12 Pero yo les digo que Elías ya vino, no lo reconocieron e hicieron lo que quisieron con él. De esa misma manera van a hacer sufrir al Hijo del hombre.

 

13 Entonces sus seguidores comprendieron que él estaba diciendo que Juan el Bautista era el Elías que había de venir.

Jesús sana a un muchacho

(Mr 9:14-29; Lc 9:37-43a)

 

14 Cuando llegaron a donde estaba la multitud, un hombre se acercó a Jesús, se arrodilló ante él y 15 le dijo:

 

—¡Señor, ten compasión de mi hijo! Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua. 16 Lo llevé a tus seguidores, pero no pudieron sanarlo.

 

17 Cuando Jesús escuchó esto, dijo:

 

—¡Partida[b] de incrédulos y pervertidos! ¿Cuánto tiempo más tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho para acá.

 

18 Entonces Jesús le ordenó al demonio que saliera y el muchacho quedó sano desde ese día. 19 Después los seguidores se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado:

 

—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?

 

20 Jesús les dijo:

 

—Eso fue porque ustedes tienen muy poca fe. Les digo la verdad: si su fe fuera tan sólo como un grano de mostaza[c], podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí para allá”, y esta se movería. Nada les sería imposible. 21 [d]

Jesús habla otra vez de su muerte

(Mr 9:30-32; Lc 9:43b-45)

 

22 Cuando Jesús volvió con sus seguidores a Galilea, les dijo:

 

—El Hijo del hombre está a punto de ser entregado en manos de los hombres 23 que lo van a matar; pero al tercer día, resucitará.

 

Los seguidores se pusieron muy tristes.

Jesús enseña sobre el pago de impuestos

 

24 Cuando Jesús y sus seguidores entraron al pueblo de Capernaúm, se le acercaron a Pedro unos hombres que recaudaban el impuesto del templo y le preguntaron:

 

—¿Tu maestro no paga el impuesto del templo[e]?

 

25 Pedro les respondió que sí y entró a la casa. Antes de que Pedro dijera algo, Jesús dijo:

 

—¿Tú qué piensas, Simón? ¿De quién recogen los impuestos los reyes de la tierra? ¿Acaso los recogen de sus hijos o de los que no son de la familia?

 

26 Pedro le respondió:

 

—Los que pagan los impuestos son los hijos de la otra gente.

 

Entonces Jesús le dijo:

 

—Es decir, que los hijos del rey no pagan impuestos. 27 Pero, como nosotros no queremos que armen un escándalo, ve al lago y pesca con anzuelo. Ábrele la boca al primer pescado que pesques, y allí encontrarás una moneda[f]. Llévala y dásela a los que cobran impuestos. Ese dinero pagará tu impuesto y el mío.

Footnotes

 

    17:10 Ver Mal 4:5-6.

    17:17 Partida Textualmente Generación.

    17:20 grano de mostaza Esta minúscula semilla produce una planta más alta que un hombre.

    17:21 Algunos manuscritos tienen el versículo 21: Esa clase de espíritus sólo se sacan con oración y ayuno.

    17:24 impuesto del templo Textualmente las dos dracmas.

    17:27 una moneda Textualmente una estatera. Moneda que equivalía a cuatro dracmas.

 

Salmos 22:1-18

Palabra de Dios para Todos

No me dejes, Señor

Al director. Al compás de la melodía «La cierva de la aurora». Canción de David.

 

1

Dios mío, Dios mío,

    ¿por qué me has abandonado?

Estás muy lejos para salvarme,

    muy lejos para entender mi llanto.

 

2

Dios mío, te he llamado una y otra vez durante el día

    y no has respondido.

De noche sigo llamándote

    y tampoco me respondes.

 

3

Sin embargo, tú eres santo.

    Tú estás sentado como rey

    y tu trono son las alabanzas que te rinde Israel.

4

Nuestros antepasados confiaron en ti,

    y tú los salvaste.

5

Ellos pidieron tu ayuda,

    y tú los ayudaste a escapar de sus enemigos;

    confiaron en ti y encontraron una respuesta.

 

6

Entonces, ¿por qué no atiendes mis súplicas?

    ¿Acaso soy un gusano y no un hombre?

    La gente me desprecia;

7

todo el que me ve se burla de mí.

    Me hacen gestos de rechazo y me tratan mal.

8

Y dicen: «Que pida ayuda al SEÑOR,

    a ver si lo salva.

Si tanto lo quiere,

    tendrá que salvarlo».

 

9

En el momento que salí del vientre de mi madre

    y ella me dio pecho, tú me hiciste sentir seguro.

10

Has sido mi Dios desde el día en que nací;

    cuando salí del vientre de mi madre,

    fueron tus brazos los que me recibieron.

 

11

Así que no me dejes,

    especialmente ahora que el peligro está cerca

    y no tengo a nadie que me ayude.

12

Mis enemigos me han rodeado como toros fuertes;

    toros fuertes de Basán, listos para atacarme.

13

Me rugen con la boca abierta,

    como hace un león hambriento.

 

14

Me siento débil, derramado como el agua.

    Mis huesos se han dislocado;

mi corazón se derrite

    como cera en mi interior.

15

Mi boca se siente seca como la arena.[a]

    Mi lengua se pega al paladar;

    tú me has puesto al borde de la muerte.

16

Los perversos me han rodeado como jauría de perros rabiosos.

    Se me han paralizado las manos y los pies.[b]

17

Puedo ver mis huesos y contarlos uno a uno.

    Mientras tanto, toda esa gente sigue observándome.

18

Se reparten mi ropa

    y apuestan mi túnica.

Footnotes

 

    22:15 Mi boca […] la arena Textualmente Mi fuerza está como un tiesto.

    22:16 Se me han […] los pies LXX: Me han herido las manos y los pies. TM: Como un león las manos y los pies.

 

Proverbios 5:7-14

Palabra de Dios para Todos

 

7

Ahora pues, hijos míos, escúchenme,

    obedezcan mis palabras.

8

Aléjate de la mujer que comete adulterio;

    ni siquiera te acerques a la puerta de su casa,

9

para que no seas avergonzado

    ni algún extraño se quede con lo que trabajaste durante años;

10

para que ningún extraño se llene con tus bienes,

    ni vaya a parar a casa ajena el fruto de tu trabajo.

11

Al final de tu vida, estarás triste por haber arruinado tu salud

    y por haber perdido todo lo que tenías.

 

12

Entonces dirás: «¿Por qué no escuché a mis padres?

    ¿Por qué no escuché a mis maestros?

13

Me negué a ser disciplinado,

    me negué a ser corregido.

14

Ahora sufro casi la ruina total

    y soy juzgado ante toda la comunidad».

Palabra de Dios para Todos (PDT)

 

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International

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