Thursday, January 28, 2021

DAB Español, Viernes 29 de Enero

Día 029, DAB Español, Viernes 29 de Enero

Éxodo 7:25-9:35; Mateo 19:13-30; Salmos 24; Proverbios 6:1-5 (Palabra de Dios para Todos (PDT))









Éxodo 7:25-9:35

Palabra de Dios para Todos

Las ranas

 

25 Pasaron siete días después de que el SEÑOR transformó el río.

 

8 Luego el SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Ve ante el faraón y dile: “El SEÑOR me mandó a decirte: Deja libre a mi pueblo para que me adore. 2 Si no aceptas librarlos, llenaré de ranas toda tu tierra. 3 El Nilo se llenará de ranas que saldrán del río y entrarán a tu casa, a tu cuarto, se meterán en tu cama, en la casa de tus servidores, en tu pueblo, en tus hornos y en tus vasijas de amasar. 4 Las ranas irán a donde estén tú, tu pueblo y tus servidores”.

 

5 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Dile a Aarón: “Toma tu bastón y extiende tus brazos sobre los ríos, canales y lagunas y llena de ranas todo Egipto”.

 

6 Entonces Aarón extendió su brazo sobre las aguas de Egipto, llegaron las ranas y cubrieron todo Egipto. 7 Pero los magos hicieron uso de sus hechizos y lograron hacer lo mismo. Trajeron más ranas a las tierras de Egipto. 8 Luego el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Oren para que el SEÑOR saque esas ranas de mí y de mi pueblo. Sólo así voy a dejar que el pueblo vaya a ofrecerle sacrificios al SEÑOR.

 

9 Moisés le dijo al faraón:

 

—Tú decides cuándo quieres que ore por ti, por tus servidores y por tu pueblo para que así se mueran las ranas que están en tu palacio y en las casas de la gente y sólo permanezcan metidas en el Nilo.

 

10 —Mañana—dijo él.

 

Luego Moisés dijo:

 

—Que se haga como tú dices, así te darás cuenta de que no hay ningún otro como el SEÑOR, nuestro Dios. 11 Las ranas se irán de tu casa, de las de tus servidores y de las de tu pueblo; se meterán al río y ahí se quedarán.

 

12 Moisés y Aarón dejaron al faraón. Moisés le oró al SEÑOR para que se llevara las ranas que había enviado en contra del faraón. 13 El SEÑOR hizo lo que Moisés le pidió. Las ranas se murieron en las casas, los patios y los campos. 14 Los egipcios amontonaron las ranas muertas y la tierra comenzó a apestar. 15 Cuando el faraón vio que ya no había ranas, se puso terco y no los quiso escuchar, tal como el SEÑOR había dicho.

Los mosquitos

 

16 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Dile a Aarón: “Extiende tu bastón y toca el polvo de la tierra, el cual se convertirá en mosquitos que se esparcirán por todo Egipto”.

 

17 Así lo hicieron. Aarón tomó su bastón, extendió su brazo y tocó el polvo de la tierra. Este se convirtió en mosquitos que picaron a la gente y a los animales. En Egipto todo el polvo sobre la tierra se convirtió en mosquitos.

 

18 Los magos intentaron crear más mosquitos, pero no lo lograron y los mosquitos picaron a la gente y a los animales.

 

19 Los magos dijeron: «Esto es obra de Dios». Pero el faraón se puso terco y no los quiso escuchar, tal como el SEÑOR había dicho.

Las moscas

 

20 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Ve a encontrarte con el faraón por la mañana, cuando él baje al río y dile: “El SEÑOR me envió a decirte: Deja libre a mi pueblo para que me adore. 21 Si no lo haces, voy a mandar nubes de moscas a ti, a tus servidores, a tu pueblo y a tu casa; también mandaré moscas a los campos donde trabajan. 22 Pero cuando lo haga voy a tratar de manera diferente a la tierra de Gosén, donde vive mi pueblo, para que allá no haya moscas. De esta manera te podrás dar cuenta de que yo, el SEÑOR, estoy en esta tierra. 23 Trataré en forma diferente a mi pueblo y al tuyo. Mañana llevaré a cabo esta señal”.

 

24 Así efectivamente lo hizo el SEÑOR. Nubes llenas de moscas invadieron la casa del faraón, las casas de sus servidores y todo Egipto. La tierra se iba arruinando a medida que pasaban las moscas. 25 El faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Vayan a ofrecerle sacrificios a su Dios en algún lugar de Egipto.

 

26 Pero Moisés dijo:

 

—No estaría bien si hago eso. Los egipcios creen que es terrible matar animales para ofrecer sacrificios a nuestro Dios. Si hacemos eso aquí, los egipcios nos van a tirar piedras. 27 Tenemos que entrar en el desierto a una distancia de tres días y luego sí podremos ofrecerle los sacrificios al SEÑOR nuestro Dios, como él nos pidió.

 

28 Entonces el faraón dijo:

 

—Los dejaré libres para que puedan ofrecerle sacrificios a su Dios el SEÑOR en el desierto, pero no se vayan muy lejos. ¡Ahora vayan y oren por mí!

 

29 Moisés dijo:

 

—En cuanto me retire de tu presencia, oraré al SEÑOR para que haga que mañana las moscas se vayan de ti, de tus servidores y de tu pueblo, pero no vuelvas a traicionarnos ni a impedir que el pueblo ofrezca sus sacrificios al SEÑOR.

 

30 Moisés dejó al faraón y le oró al SEÑOR. 31 El SEÑOR hizo lo que Moisés le pidió. Removió las moscas de donde estaba el faraón, de sus servidores y de su pueblo. No quedó ni una sola, 32 pero el faraón se volvió a poner terco y no liberó al pueblo.

La plaga en el ganado

 

9 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Ve ante el faraón y dile: “El SEÑOR, el Dios de los hebreos manda decir: ¡Deja libre a mi pueblo para que me adore! 2 Si no los liberas y los sigues manteniendo aquí, 3 el SEÑOR usará su poder contra todos tus animales. Caerá una plaga sobre los caballos, los asnos, los camellos, el ganado y las ovejas. 4 Pero el SEÑOR va a tratar diferente a los animales de los israelitas que a los de los egipcios. Ningún animal de los israelitas va a morir. 5 El SEÑOR fijó la fecha al decir que el SEÑOR hará que esto suceda mañana, aquí en esta tierra”.

 

6 La mañana siguiente así lo hizo el SEÑOR. Se murieron todos los animales de los egipcios, pero no murió ningún animal que perteneciera a un israelita. 7 El faraón mandó a ver si algún animal de los israelitas había muerto, pero no murió ningún animal que perteneciera a un israelita. Sin embargo el faraón se puso terco y no dejó libres a los israelitas.

Las llagas

 

8 El SEÑOR les dijo a Moisés y Aarón:

 

—Tomen un poco de ceniza de un horno. Luego tú, Moisés, lanza la ceniza hacia arriba, frente al faraón. 9 La ceniza se va a convertir en polvo y se va a esparcir por todo Egipto. Cuando el polvo toque un animal o a una persona, le saldrán llagas en la piel.

 

10 Entonces ellos tomaron cenizas de un horno y se pararon frente al faraón. Moisés lanzó las cenizas hacia arriba y les salieron llagas a los animales y a la gente. 11 Los magos no pudieron hacerle frente a Moisés porque a todos ellos y al resto del pueblo de Egipto les salieron llagas. 12 Pero el SEÑOR hizo que el faraón siguiera terco y no quisiera escuchar a Moisés y Aarón, tal como el SEÑOR había dicho.

El granizo

 

13 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Ve mañana temprano, párate frente al faraón y dile: “El SEÑOR, el Dios de los hebreos manda decir: ¡Deja libre a mi pueblo para que me adore! 14 Si no lo haces, esta vez voy a atacar con todo mi poder, mandando plagas sobre ti, tu pueblo y tus servidores. Así te darás cuenta de que no hay nadie como yo en la tierra. 15 Yo puedo utilizar mi poder y crear una plaga que te borre de la tierra a ti y a tu pueblo. 16 Pero he dejado que vivas para mostrarte mi poder y darme a conocer en toda la tierra. 17 Todavía estás en contra de mi pueblo, aun no los has dejado en libertad. 18 Mañana voy a hacer que llueva granizo, más que el que ha caído en toda la historia de Egipto. 19 Tienes que meter en un lugar seguro a tus animales y a todo lo que tengas en el campo. Todo ser humano o animal que no esté en un lugar seguro morirá cuando caiga la granizada”.

 

20 Todos los servidores del faraón que respetaban al SEÑOR, metieron rápidamente a sus servidores y a su ganado en un lugar seguro. 21 Pero aquellos que no respetaban al SEÑOR, dejaron a sus servidores y a su ganado afuera en el campo.

 

22 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga en todo Egipto una fuerte granizada sobre la gente, los animales y las plantas que estén afuera en los campos.

 

23 Moisés extendió su bastón hacia el cielo y el SEÑOR envió truenos, rayos y granizo sobre la tierra. El SEÑOR también hizo que cayera granizo en todo Egipto. 24 Mientras granizaba se veían relámpagos constantemente. Era la granizada más fuerte que había caído en toda la historia de Egipto. 25 Cayó granizo por todo Egipto; sobre todo lo que estaba en los campos, desde la gente hasta los animales. La granizada destruyó todas las plantas y los árboles de los campos. 26 El único sitio en donde no cayó granizo fue en la tierra de Gosén, donde vivía el pueblo de Israel.

 

27 El faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Cometí un pecado. El SEÑOR tiene razón; mi pueblo y yo estamos equivocados. 28 Pídanle al SEÑOR que detenga el granizo y los truenos, pues los voy a dejar ir, ya no tienen que quedarse más aquí.

 

29 Moisés le dijo al faraón:

 

—Cuando salga de la ciudad, levantaré mis brazos en oración al SEÑOR. Entonces cesarán los truenos y dejará de caer granizo, para que sepas que la tierra le pertenece al SEÑOR. 30 Aunque yo sé que tú y tus servidores todavía no respetan verdaderamente al SEÑOR Dios.

 

31 Los sembrados de lino y cebada quedaron destrozados ya que el lino estaba verde y la cebada estaba brotando. 32 Pero al trigo y al centeno no les pasó nada porque no estaban en cosecha.

 

33 Moisés se retiró del faraón y salió de la ciudad. Levantó sus brazos y le oró al SEÑOR. Primero cesaron los truenos y el granizo, y luego hasta dejó de llover. 34 Pero cuando el faraón vio que había cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvió a pecar. No sólo él se puso terco, sino también sus servidores. 35 Al final ocurrió tal como el SEÑOR había dicho por medio de Moisés, el faraón no dejó ir a los israelitas.

Mateo 19:13-30

Palabra de Dios para Todos

Jesús recibe a los niños

(Mr 10:13-16; Lc 18:15-17)

 

13 Después trajeron algunos niños a Jesús para que les impusiera las manos para bendecirlos y orara por ellos, pero los seguidores los regañaron. 14 Entonces Jesús les dijo:

 

—Dejen que los niños vengan a mí. No se lo impidan porque el reino de Dios es de los que son como ellos.

 

15 Después de bendecirlos, Jesús se fue de allí.

Un rico se niega a seguir a Jesús

(Mr 10:17-31; Lc 18:18-30)

 

16 Un joven se acercó a Jesús y le preguntó:

 

—Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para tener la vida eterna?

 

17 Entonces Jesús le contestó:

 

—¿Por qué me estás preguntando sobre lo que es bueno? Solamente Dios es bueno. Pero si tú quieres entrar a la vida eterna debes obedecer los mandamientos.

 

18 El joven le preguntó:

 

—¿Cuáles mandamientos?

 

Jesús le respondió:

 

—“No matar, no cometer adulterio, no robar, no dar falso testimonio, 19 respetar a tu papá y a tu mamá”[a] y “amar a tu semejante como te amas a ti mismo”.[b]

 

20 El joven le dijo:

 

—Yo he cumplido todo eso, ¿qué me falta?

 

21 Jesús le contestó:

 

—Si tú quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes. Dales ese dinero a los pobres y así tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

 

22 Pero cuando el joven escuchó esto, se marchó muy triste porque tenía muchos bienes. 23 Jesús les dijo a sus seguidores:

 

—Les digo la verdad: será difícil que un rico entre al reino de Dios. 24 Ciertamente es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de Dios.

 

25 Cuando los seguidores oyeron esto, se sorprendieron y le preguntaron:

 

—Entonces, ¿quién podrá salvarse?

 

26 Jesús los miró y les dijo:

 

—Es imposible para los hombres, pero para Dios no hay nada imposible.

 

27 Entonces Pedro le dijo:

 

—Nosotros dejamos todo por seguirte; entonces, ¿qué tendremos?

 

28 Jesús les dijo:

 

—Les digo la verdad: en la renovación, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono esplendoroso, entonces ustedes que me han seguido, también se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. 29 Todos los que dejaron casas, hermanos, hermanas, papá, mamá, hijos o tierras por mi causa, recibirán 100 veces más y heredarán la vida eterna. 30 Pero muchos de los que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos de los que ahora son los últimos, serán los primeros.

Footnotes

 

    19:19 Cita de Éx 20:12, 16; Dt 5:16-20.

    19:19 Cita de Lv 19:18.

 

Salmos 24

Palabra de Dios para Todos

La tierra es del Señor

Canción de David.

 

1

La tierra es del SEÑOR,

    el mundo y todos los que viven en él.

2

Él fundó el mundo sobre el agua,

    afirmó sus bases sobre las corrientes subterráneas.

 

3

¿Quién puede subir al monte del SEÑOR[a]?

    ¿Quién puede entrar y adorarlo en su templo santo?

4

El de manos limpias y corazón puro,

    el que no adora ídolos[b]

    ni ha hecho falsas promesas.

 

5

Esta gente lleva a otros las bendiciones del SEÑOR,

    y busca que Dios el Salvador haga justicia.

6

Esta es la generación que lo sigue a Dios,

    que busca la ayuda del Dios de Jacob. Selah

 

7

¡Atención, puertas,[c]

    ábranse portones antiguos,

    porque el Rey de Gloria está por entrar!

8

¿Quién es el Rey de Gloria?

    El SEÑOR Todopoderoso,

    el SEÑOR es el guerrero valiente.

 

9

¡Atención, puertas,

    ábranse portones antiguos,

    porque el Rey de Gloria está por entrar!

10

¿Quién es el Rey de Gloria?

    ¡Es el SEÑOR Todopoderoso!

    ¡Él es el Rey de Gloria! Selah

 

[d]

Footnotes

 

    24:3 al monte del SEÑOR Se refiere al monte Sion, donde estaba el templo.

    24:4 el que no adora ídolos o el que no ha usado mi nombre para jurar en vano.

    24:7 Atención, puertas Textualmente ¡Levanten la cabeza, portones!

    Salmo 25 Cada versículo de este salmo comienza con una letra del alfabeto hebreo en orden alfabético.

 

Proverbios 6:1-5

Palabra de Dios para Todos

Los peligros de ser fiador

 

6 Hijo mío, si te has hecho fiador de tu amigo,

    o te has hecho responsable de la deuda de un extraño,

2

te comprometiste al dar tu palabra,

    tus propias palabras te atraparon.

3

Como quedaste en manos de otro, hijo mío,

    haz esto para librarte:

    corre, humíllate y acosa a tu semejante.

4

No des sueño a tus ojos,

    ni te des un respiro;

5

escapa de esa trampa como un venado escapa de su cazador,

    como un ave escapa de su jaula.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

 

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International

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