Friday, January 29, 2021

DAB Español, Sábado 30 de Enero

Día 030, DAB Español, Sábado 30 de Enero

Éxodo 10:1-12:13; Mateo 20:1-28; Salmos 25:1-11; Proverbios 6:6-11 (Palabra de Dios para Todos (PDT))









Éxodo 10:1-12:13

Palabra de Dios para Todos

Las langostas

 

10 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Ve a ver al faraón. Yo hice que él y sus servidores se pusieran tercos. Lo hice para poderles mostrar mis milagros poderosos. 2 También lo hice para que les pudieran contar a sus hijos y nietos cómo hice quedar en ridículo a los egipcios y todas las maravillas que he hecho en Egipto. Así ustedes sabrán que yo soy el SEÑOR.

 

3 Entonces Moisés y Aarón fueron ante el faraón y le dijeron:

 

—El SEÑOR, Dios de los hebreos te manda decir: “¿Cuánto tiempo vas a seguir terco, sin admitir que yo soy más que tú? Deja libre a mi pueblo para que me adore. 4 Si no aceptas librarlos, mañana voy a hacer que vengan langostas a tu país. 5 Las langostas van a cubrir toda la superficie de la tierra y nadie podrá ver el suelo. Se comerán lo poco que quedó de lo que fue destruido por las granizadas y también se comerán todos los árboles que crezcan en el campo. 6 Invadirán tus casas, las casas de tus servidores[a] y todas las casas de Egipto. Tus padres y abuelos nunca han visto algo parecido en toda su vida”.

 

Luego Moisés dio media vuelta y dejó al faraón. 7 Los servidores del faraón le dijeron:

 

—¿Hasta cuándo va a hacernos trampas este hombre? Deje libre a ese pueblo para que pueda ir a adorar al SEÑOR su Dios. ¿Todavía no se da cuenta de que Egipto está destruido?

 

8 Entonces el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Vayan a adorar al SEÑOR su Dios pero antes díganme quiénes van a ir.

 

9 Moisés dijo:

 

—Vamos a ir todos nosotros, desde el más joven hasta el más viejo. Vamos a llevar a nuestros hijos, nuestras hijas, nuestras ovejas y nuestro ganado. ¡Vámonos todos a celebrar una fiesta al SEÑOR!

 

10 Entonces el faraón les dijo:

 

—Claramente se ve que tienen malas intenciones. El SEÑOR realmente va a tener que estar con ustedes si creen que voy a dejar ir de Egipto a todos con sus hijos. 11 Los hombres pueden ir a adorar al SEÑOR ya que eso fue lo que me pidieron desde el principio, pero no puede ir todo el pueblo. Luego el faraón ordenó que echaran a Moisés y Aarón de su presencia. 12 Después el SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Extiende tu brazo sobre Egipto para que vengan las langostas y acaben con todas las plantas que quedaron después de la granizada.

 

13 Entonces Moisés extendió su bastón sobre Egipto. Luego el SEÑOR hizo que todo el día y toda la noche soplara viento desde el oriente sobre el país. A la mañana siguiente, el viento del oriente había traído las langostas. 14 Las langostas invadieron todo Egipto y se quedaron ahí. Nunca antes hubo, ni volverá a haber, tantas langostas como las que hubo ese día. 15 Cubrieron la superficie de la tierra, haciéndola ver oscura. Se comieron todas las plantas y acabaron con todas las frutas y los árboles que había dejado la granizada. No dejaron nada.

 

16 Rápidamente el faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Cometí un pecado contra el SEÑOR su Dios y contra ustedes. 17 Por favor, perdónenme esta vez y pídanle al SEÑOR que se lleve esta plaga mortal.

 

18 Moisés dejó al faraón y oró al SEÑOR. 19 Entonces el SEÑOR creó un fuerte viento del occidente que se llevó las langostas y las echó al mar Rojo[b]. No quedó ni una sola langosta en Egipto. 20 Pero el SEÑOR hizo que el faraón volviera a ponerse terco y no dejara que se fuera el pueblo de Israel.

La oscuridad

 

21 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Extiende tu brazo hacia el cielo para que haya sobre Egipto una oscuridad tan densa que hasta se podrá tocar.

 

22 Entonces Moisés extendió su mano hacia el cielo y una nube de oscuridad cubrió Egipto durante tres días. 23 Las personas no se podían ver unas a otras y nadie se levantó de su lugar durante tres días. En cambio, todos los israelitas sí tenían luz en sus casas.

 

24 El faraón mandó llamar a Moisés y Aarón y les dijo:

 

—Vayan y adoren al SEÑOR. Sus hijos pueden acompañarlos pero no les permito llevarse sus ovejas ni su ganado.

 

25 Pero Moisés dijo:

 

—Tienes que dejarnos llevar nuestros animales para que así tengamos con qué hacer sacrificios al SEÑOR nuestro Dios. 26 Tenemos que llevarlos; no podemos dejar ni una sola cabeza de ganado. No sabemos exactamente qué necesitamos llevar para adorar al SEÑOR nuestro Dios, sólo sabremos con qué adorar al SEÑOR cuando lleguemos allá.

 

27 Pero el SEÑOR hizo que el faraón se pusiera terco y no los dejara ir. 28 Luego el faraón le dijo a Moisés:

 

—¡Lárgate de aquí y ten cuidado! ¡No vuelvas a venir a verme porque el día que lo hagas, morirás!

 

29 Entonces Moisés le dijo al faraón:

 

—Tienes razón, ¡no volveré a verte!

La muerte de los hijos mayores

 

11 El SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—Voy a traer sólo una plaga más sobre el faraón y su pueblo y después él los va a dejar ir. No sólo los va a dejar ir, sino te aseguro que los va a echar de aquí. 2 Diles a los israelitas, hombres y mujeres, que les pidan a sus vecinos objetos de oro y plata.

 

3 El SEÑOR hizo que los egipcios fueran generosos con los israelitas. Además, todos los egipcios, incluso los servidores del faraón ya consideraban a Moisés como un gran hombre.

 

4 Moisés le dijo al faraón:

 

—El SEÑOR dice: “Alrededor de la medianoche voy a pasar por todo Egipto, 5 y todos los hijos mayores de todas las familias van a morir. Desde el hijo mayor del faraón que está sentado en su trono, hasta el hijo mayor de la esclava que trabaja en un molino. También morirá el hijo mayor de cada animal. 6 En todo Egipto se gritará de dolor, como nunca antes se ha hecho ni se hará jamás, 7 pero ni siquiera un perro le ladrará al pueblo de Israel. A los israelitas y a sus animales no les va a pasar nada. De esa manera se van a dar cuenta de que el SEÑOR trata diferente a los egipcios que a los israelitas”. 8 Luego todos sus servidores van a venir a arrodillarse ante mí y me dirán: “Váyanse ustedes y llévense a todo su pueblo”. No me iré antes de que eso suceda.

 

Después Moisés se retiró muy enojado de la presencia del faraón. 9 Entonces el SEÑOR le dijo a Moisés:

 

—El faraón no le prestó atención a lo que le dijiste, para que así yo mostrara aun más mi poder en Egipto.

 

10 Así que Moisés y Aarón hizo estos grandes milagros a la vista del faraón. Sin embargo, el SEÑOR hizo que el faraón se pusiera aun más terco y no permitió que los israelitas salieran de su tierra.

La Pascua

 

12 En Egipto, el SEÑOR les dijo a Moisés y Aarón: 2 «Este mes[c] será para ustedes el principal, el primer mes del año. 3 Hablen con toda la comunidad de Israel y díganle que el décimo día de este mes todos los hombres tomarán un cordero por familia, uno por cada casa. 4 Si la familia es demasiado pequeña para comerse todo el cordero, entonces el jefe del hogar y su vecino lo compartirán, repartiéndolo, según la cantidad de personas que haya en cada familia. 5 El cordero debe tener buena salud y tener un año de edad; puede ser un cordero o un cabrito. 6 Cuiden al animal hasta el día 14 de ese mes y al atardecer de ese día toda la comunidad de Israel sacrificará al animal. 7 Luego tomarán un poco de la sangre y la untarán por todo el marco de la puerta de la casa en la que estén comiendo al animal. 8 Se comerán esa misma noche la carne asada al fuego con hierbas amargas y pan sin levadura. 9 No coman ningún pedazo crudo o cocinado en agua. Todo será asado al fuego: la cabeza, las patas y todo lo de adentro. 10 No dejarán nada para la mañana siguiente, sino que quemarán todo lo que les sobre. 11 Cuando lo vayan a comer estarán vestidos así: la ropa ceñida a la cintura, las sandalias puestas y el bastón en la mano. Tienen que comer rápido porque es la Pascua del SEÑOR.

 

12 »Esa noche, voy a pasar por todo Egipto y voy a matar a todos los hijos mayores, tanto de los seres humanos como de los animales. Voy a juzgar a todos los dioses egipcios. Yo soy el SEÑOR. 13 La sangre en los marcos de sus puertas será mi señal: cuando la vea pasaré de largo. No habrá ninguna plaga que los destruya a ustedes cuando yo ataque Egipto.

Footnotes

 

    10:6 las casas de tus servidores Según LXX y Siríaca. TM, Pentateuco Samaritano y Qumrán tienen todas las casas de tus siervos.

    10:19 mar Rojo o mar de los juncos. Igual en 13:18; 14:2, 9, 16, 21, 30; 15:4, 22; 23:31. Ver 1 R 9:26.

    12:2 Este mes Mes de aviv (nisán). Ver Aviv en el vocabulario.

 

Mateo 20:1-28

Palabra de Dios para Todos

Historia de unos trabajadores

 

20 »El reino de Dios es como el dueño de una finca que salió bien temprano a contratar trabajadores para su viñedo. 2 Se puso de acuerdo con ellos en el pago por un día de trabajo[a] y los envió a trabajar a su viñedo. 3 Casi a las nueve de la mañana salió de su casa y vio a unos hombres que estaban sin hacer nada en la plaza de mercado. 4 Les dijo: “Vayan ustedes también a trabajar en mi viñedo y les pagaré lo justo”. 5 Así que ellos fueron a trabajar allá. Una vez más, salió de su casa como al mediodía y luego como a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. 6 Cuando eran las cinco, salió de su casa y encontró a otros desempleados en la plaza de mercado. Él les preguntó: “¿Por qué ustedes no hacen nada en todo el día?” 7 Le contestaron: “Es que nadie nos da trabajo”. Él les dijo: “Vayan ustedes también a trabajar en mi viñedo”.

 

8 »Cuando se hizo de noche, el dueño le dijo al encargado: “Llama a los trabajadores y págales. Empieza desde los últimos que se contrataron hasta los que se contrataron al principio”. 9 Se presentaron los que se habían contratado a las cinco de la tarde y cada uno recibió el pago de un día. 10 Cuando llegaron los primeros que se habían contratado, creyeron que les iban a pagar más, pero recibieron el mismo pago. 11 Lo recibieron y empezaron a quejarse con el dueño del terreno, 12 diciendo: “Los últimos que se contrataron sólo trabajaron una hora y usted les pagó lo mismo que a nosotros que trabajamos todo el día aguantando el calor”. 13 El dueño le contestó a uno de ellos: “Amigo, yo no soy injusto contigo. ¿No nos pusimos de acuerdo en que yo te daría el pago por un día de trabajo? 14 Toma lo que es tuyo y vete a tu casa. Al último que contraté quiero darle lo mismo que a ti. 15 ¿No tengo derecho de hacer lo que quiera con mi dinero? ¿O es que estás celoso porque soy bueno con los demás?”

 

16 »Así es que los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.

Jesús habla de nuevo sobre su muerte

(Mr 10:32-34; Lc 18:31-34)

 

17 Mientras Jesús iba caminando hacia Jerusalén, tomó aparte a sus doce seguidores y les dijo:

 

18 —¡Escuchen! Estamos camino a Jerusalén. El Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley y ellos lo condenarán a muerte. 19 Después lo entregarán a los que no son judíos, quienes se burlarán de él, lo azotarán y lo crucificarán; pero él resucitará al tercer día.

Petición de una madre

(Mr 10:35-45)

 

20 Entonces la mamá de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús acompañada de sus hijos. Se arrodilló delante de él y le pidió un favor. 21 Jesús le preguntó:

 

—¿Qué es lo que quieres?

 

Ella le dijo:

 

—Prométeme que estos dos hijos míos se podrán sentar y gobernar contigo en tu reino. Quiero que se sienten el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.

 

22 Jesús contestó:

 

—Ustedes no saben lo que están pidiendo. ¿Están dispuestos a beber de la misma copa de sufrimiento que yo voy a beber?

 

Ellos dijeron:

 

—Sí lo estamos.

 

23 Él les dijo:

 

—Ciertamente van a beber de la copa que yo bebo, pero yo no puedo decidir quién se sienta a mi derecha o a mi izquierda. Mi Padre ya tiene listos esos puestos para los que él decidió.

 

24 Cuando los otros diez seguidores escucharon esto, se enojaron con los dos hermanos. 25 Pero Jesús los llamó y les dijo:

 

—Ustedes saben que a los que gobiernan entre las naciones les gusta mostrar su poder. A sus principales dirigentes les gusta ejercer su autoridad sobre la gente. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Más bien, el que quiera ser más importante entre ustedes debe hacerse su siervo. 27 El que quiera ser el número uno entre ustedes debe ser su esclavo; 28 así como el Hijo del hombre no vino para que le sirvieran, sino a servir a los demás y a dar su vida en rescate por muchos.

Footnotes

 

    20:2 pago […] de trabajo Textualmente un denario. Era una moneda romana cuyo valor era equivalente al pago que generalmente se daba por un día de trabajo.

 

Salmos 25:1-11

Palabra de Dios para Todos

Dios mío, en ti confío

Canción de David.

 

1

SEÑOR, a ti dirijo mis súplicas.[a]

2

    Dios mío, en ti confío,

por eso nunca seré humillado,

    y mis enemigos nunca me vencerán.

3

Quien crea en ti nunca será derrotado;

    pero en cambio, los traidores serán derrotados

    y quedarán con las manos vacías.

 

4

SEÑOR, enséñame a vivir a tu manera.

    Muéstrame el camino que tú seguirías.

5

Guíame y enséñame tu verdad,

    porque tú eres mi Dios y Salvador,

    y en ti pongo siempre toda mi esperanza.

6

SEÑOR, recuerda siempre ser bueno

    y misericordioso conmigo,

    como lo has sido siempre.

7

Olvida, SEÑOR, los pecados

    que cometí en mi juventud cuando fui un rebelde.

Muéstrame tu bondad,

    recuérdame con fiel amor.

 

8

El SEÑOR es bueno y justo.

    Por eso les enseña a los pecadores el camino correcto.

9

Él guía a los humildes por el buen camino;

    les enseña a vivir a su manera.

10

El SEÑOR muestra siempre su fiel amor y lealtad

    a quienes siguen su pacto y sus testimonios.

 

11

SEÑOR, sé que he pecado;

    perdóname, porque eres un Dios bondadoso.[b]

Footnotes

 

    25:1 dirijo mis súplicas o entrego mi alma.

    25:11 porque […] bondadoso Textualmente por tu nombre.

 

Proverbios 6:6-11

Palabra de Dios para Todos

Los peligros de la pereza

 

6

Perezoso, sigue el ejemplo de la hormiga;

    mira lo que hace y aprende de ella.

7

La hormiga no tiene quién la mande,

    ni jefe ni líder.

8

Sin embargo, durante el verano reúne todo su alimento;

    guarda su comida en la cosecha.

9

Perezoso, ¿cuánto tiempo permanecerás allí acostado?

    ¿Cuándo te levantarás?

10

El perezoso dice: «Necesito una siesta,

    me acostaré por un rato».

11

Así te llegará la pobreza,

    como si un ladrón hubiera venido y se hubiera llevado todo.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

 

© 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International

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